Notisex. N° 3.- 20 de Diciembre de 1998


El síndrome de «Superwoman», el nuevo mal de las mujeres de fin de siglo

Fuente: Periódico El Mundo. España. 1 1 - 10 - 98

La búsqueda de la perfección y de protagonismo en el trabajo y el hogar son, entre otras, las causas principales de la aparición en los países desarrollados de este trastorno que causa síntomas físicos como dolor, insomnio o jaquecas, y eleva considerablemente el estrés diario

 

Que nadie se lleve a engaños. No se trata de una invención feminista ni de un nuevo personaje del director Woody Allen. El síndrome de Superwomanes un trastorno real que está afectando a miles de mujeres en el mundo desarrollado. Uno más de los muchos nuevos males de este siglo, que ya ha empezado a desfilar por las consultas. En definitiva, un candidato a epidemia silenciosa, de las que, en un principio, pasan inadvertidas, al igual que sucedió en su día con trastornos como el estrés o la anorexia, pero que pueden acabar desencadenando una auténtica alarma social. Las mujeres afectadas por el síndrome de Superwoman son aquéllas que quieren, puedan o no, hacerlo absolutamente todo por sí mismas. Veinticuatro horas al día para cumplir a la perfección, sin margen de error, más de lo que se espera de ellas. Porque el listón, demasiado alto, se lo han impuesto ellas. Muchas, arrastradas por una nueva sociedad más competitiva y exigente, en la que la que la mujer ha sido empujada a asumir, casi de golpe, que es capaz de alcanzar el éxito profesional, mientras que todavía depende de ella la organización del hogar.

Los estudios demuestran que ellas, aunque trabajen fuera de casa, dedican más horas a las tareas domésticas y al cuidado de los hijos que ellos. «Lo hacen todo desde que se levantan temprano por la mañana hasta que se meten rendidas en la cama por la noche, lo que les conduce a padecer una serie de síntomas físicos», afirma Marjorie Hansen Shaevitz, directora del Institute for Family Work and Relationships, en La Jolla, EEUU, y autora del libro titulado, simplemente, Síndrome de Superwoman.

De este trastorno se habla ya al otro lado del Atlántico como de uno de los 10 factores que, en esta década de los 90, más estrés está desencadenando. Deborah Krause, psicóloga de la Columbia Behavioral Health Network, en Lexington, Kentuchy, define este trastorno a través de una de las consecuencias más graves que provoca: el insomnio. «La falta de sueño es siempre el resultado del síndrome de Superwoman, en el que la persona no sólo piensa que puede hacer todo, sino que se siente responsable de todo», insiste esta experta. Madres que atienden a los hijos, a familiares enfermos, se responsabilizan de una casa y ejercen diariamente una profesión o, simplemente, mujeres que viven solas. El nuevo mal puede afectar a todas ellas, sin distinción de edad, estatus social o económico. «Nadie puede estar de pie 18 horas al día, siete días a la semana. Pero para estas mujeres, en la mayoría de las ocasiones, la única razón legítima para decir no es cuando un médico les dice que están enfermas», explica la doctora Krause.

Confirmar que se está padeciendo el síndrome de Superwoman es constatar que algunos de estos síntomas están minando día a día la salud: dolor, tensión muscular, jaquecas, náuseas, espasmos musculares, irratación, mareo, además de insomnio. El remedio contra este trastorno, y en consecuencia, una de las fórmulas para reducir la carga de estrés que el mismo lleva aparejado, es darse cuenta de que la imperfección no es ningún pecado.

Otras tácticas propuestas por los especialistas son la de ser realista con el tiempo y con la capacidad individual para llevar a cabo las actividades cotidianas. En definitiva, establecer prioridades y tomar decisiones. Aprender a decir no, sin sentirse culpable por ello, es una de las conductas que deben, también, ejercitar las superwomeny, sobre todo, delegar en los demás.

La terapia del comportamiento debe conjugarse, según los expertos, con medidas antiestrés que han demostrado ya su valía: hacer ejercicio, aprender a relajarse, seguir una dieta sana, conseguir un buen descanso. Y, tal vez, por encima de todo, dedicarse un poco de tiempo y de atención a sí misma.

 

Un método popular oriental puede evitar el parto de nalgas

Fuente: Diario El Mundo. España. Suplemento Salud. 15 - 11- 98

Los fetos son sensibles a la medicina tradicional china. Si una madre se aplica calor procedente de la combustión de hierbas —entre las que debe destacar la moxa, el término japonés para la Artemisia vulgaris—, en alguna de las zonas que son sensibles a la acupuntura, puede conseguir estimular el movimiento de su hijo e, incluso, prevenir que adopte una posición de nalgas. Un estudio reciente, publicado en el último número de The Journal of American Medical Association (JAMA), llega a esta conclusión.

 

EL OBJETIVO

La investigación, realizada por Francesco Cardini, un físico de Verona (Italia) y el doctor Juang Weixin, del Hospital de Mujeres de Jiangxi en Nanchang (China), surgió con el objetivo de evaluar la eficacia real de la moxibustina, como se denomina a este tratamiento popular que, hasta ahora, no había demostrado su beneficio.

Para ello formaron dos grupos, a partir de 260 mujeres primerizas que estaban en la trigésimo tercera semana de gestación y que tenían el feto de nalgas. A cada una se le asignó un tratamiento para intentar que el feto variase su posición. La mitad de las mujeres recibó el tratamiento tradicional chino; las 130 restantes, la terapia rutinaria a la que se someten las mujeres embarazadas con este características.

La terapia con moxibustión se aplicó diariamente durante una semana, con sesiones de 15 minutos. La primera en un hospital y, a partir de la segunda, en casa. El tratamiento se alargó una semana más, tanto para este grupo como para el de control, sólo en los casos en los que el feto varió su posición. Si después de este tiempo, el problema no se había solucionado, las mujeres pudieron elegir si querían someterse o no a una manipulación que se realiza sobre el abdomen para corregir la posición del feto y evitar que éste nazca de nalgas. Los efectos de la moxibustión evitaron este trago a la mayoría de las mujeres que siguieron el método popular chino.

El resultado del estudio muestra que un 74% de los fetos del grupo tratado con la terapia tradicional china cambió su posición a la de cabeza, frente al 48% de las madres que no recibieron este tipo de tratamiento. Otro dato: mientras el 75,4% de las mujeres del primer grupo tuvieron, finalmente, un parto normal, sólo el 62% de las mujeres que no siguieron el tratamiento con moxa logró evitar un parto de nalgas.

RESULTADOS

«La moxibustión, aplicada durante una o dos semanas a las primerizas con el feto de nalgas en la trigésimo tercera semana de embarazo, produce un aumento de los movimientos del feto y, en algunos casos, llega a cambiar la posición de nalgas a la de cabeza», concluyen los autores del trabajo en el JAMA. Los investigadores también señalan que dos tratamientos al día con moxibustión, de un cuarto de hora cada uno, da mejores resultados que una única aplicación. Pero, según explican Cardini y Weixin, a pesar de los resultados de su estudio, todavía quedan muchas cuestiones que esclarecer sobre este tratamiento. Entre ellas, por qué se produce el cambio de posición en el feto. Varios estudios chinos ofrecen diferentes explicaciones pero, según los autores del nuevo estudio, no son definitivas. «Creemos que el mecanismo de acción de la moxibustión no está totalmente claro. Hacen falta más estudios para determinarlo», explican.

Esta reclamación se repite varias veces a lo largo del informe publicado en el JAMA: todavía hay mucho que investigar en torno a este método de medicina alternativa.

De acuerdo con los autores, las investigaciones que preceden a la suya no son rigurosas por uno u otro motivo y no son, por lo tanto, suficientes. Las conclusiones del estudio de Cardini y Weixin son sólo un primer paso firme hacia la confirmación de una práctica popular que hasta ahora no estaba comprobada. Es decir: en este momento se conoce el efecto que produce la moxibustina y prácticamente poco más.

«Son necesarios más estudios para comprobar en qué porcentaje puede reducir la necesidad de realizar cesáreas por la posición del feto esta terapia. También hay que tratar de establecer la eficacia y la seguridad de aplicar la moxibustión en mujeres en un estado de gestación superior a los incluidos en esta investigación y para las que no son primerizas», insisten Cardini y Weixin.

«Tal y como nosotros entendemos, si los resultados de los estudios confirmasen nuestra investigación, y teniendo en cuenta que esta terapia no es invasiva y que es barata y fácil de aplicar, la moxibustión deberá convertirse en algo común para prevenir un parto de nalgas», explican los autores del estudio, que anticipan que explicarán otros aspectos de este método popular en un artículo siguiente.

Si finalmente se confirmase su eficacia, tan sólo una simple lección bastaría para que todas las embarazadas pudiesen aplicarse el tratamiento desde sus casas y prevenir el parto de nalgas.

 

El SIDA no está en retroceso

Fuente: Periódico La Nacion, Argentina. 03-12-98

DIVERSOS anuncios recientes, de indudable solvencia científica, dan cuenta de progresos obtenidos con terapias que demoran los efectos letales del SIDA y consiguen, por esa vía, prolongar la existencia de los infortunados pacientes. Deben celebrarse estos avances, fruto del esfuerzo tenaz y sostenido de quienes trabajan en distintos centros de investigación médica del mundo para combatir los gravísimos deterioros que produce en el organismo la caída de las defensas inmunológicas.

Paradójicamente, estos anuncios producen a veces efectos perniciosos, pues inducen a muchos a creer que el SIDA está en retroceso y que la ciencia se halla cerca de encontrarle cura. Ambas presunciones -extendidas en ámbitos inclusive bien informados- son falsas y arriesgan crear un clima favorable al abandono de temores y prevenciones, lo cual es extremadamente peligroso, como se advierte si se toman en cuenta los datos que maneja el Onusida, organismo de las Naciones Unidas que centraliza las campañas internacionales contra la terrible enfermedad.

En los países occidentales, en los que se han registrado los mayores éxitos terapéuticos, lo más que se ha logrado es que se mantenga estable el número de infecciones. En el resto del mundo, su cantidad aumenta de modo incesante. El HIV se propaga rápidamente por muchas zonas de Asia y de Europa oriental. En la India ha arraigado firmemente en las ciudades e invade ahora áreas rurales que se consideraban relativamente a salvo. En el Africa negra los sidosos ascienden a alrededor de 34 millones, de los cuales sólo el 10% estaría consciente de su deplorable destino.

Se trata de una epidemia generalizada que está consumiendo muchas de las limitadas conquistas que ciertos países pobres habían obtenido en materia de salud. En nueve países africanos en los que quizás un décimo de la población, mayormente jóvenes, es seropositiva, se estima que el promedio de vida se reducirá en 17 años debido a la incidencia del mal, no sólo por la defunción de adultos: este año fallecieron más de medio millón de niños infectados antes del parto, o durante la lactancia. Así, se prevé, por ejemplo, que en el 2010 la tasa de mortalidad infantil será en Namibia del 72 por 1000, 30 puntos de los cuales cabrá atribuir al SIDA. En Tanzania, Zambia y Zimbabwe, el costo económico causado por esta situación es ya agobiante, según se señala un informe de la Organización Mundial de la Salud: "Con la epidemia -dice- fuera de control, se afronta no sólo una crisis sanitaria, sino también crecientes amenazas al desarrolllo humano y a la estabilidad económica y social".

No hay más camino que la prevención, pero ésta choca en casi todos lados con el complejo de preconceptos y desviaciones que acompañan a las enfermedades de transmisión sexual: la prostitución infantil y el sometimiento de las jóvenes son hechos habituales, desdichadamente, en muchos países; en otros se persiste en creer que el mal es sólo de homosexuales, y en algunos esta condición es estigmatizada hasta un punto que inhibe tomar medidas y encarar campañas de esclarecimiento que abarquen a ese sector de la población.

De la mano de distraídos, prejuiciosos y abusivos, el mal avanza, y pese a las cosas terribles que de él se conocen, a muchas personas les sigue pareciendo, inexplicablemente, una amenaza lejana.

Los psiquiatras norteamericanos rechazan el tratamiento contra la homosexualidad

Fuente: Periódico La Vanguardia. España. 13-12-98

 

DENVER. (Ap.) -- La Asociación Americana de Psiquiatría expresó el viernes su rechazo unánime a la terapia destinada a convertir a los homosexuales en heterosexuales, una decisión que ha complacido a la comunidad gay. Los psiquiatras norteamericanos consideran que este tratamiento causa depresión, ansiedad y un comportamiento autodestructivo. La Asociación Americana de Psicólogos tomó una resolución similar ya hace un año.
"Nosotros tratamos enfermedades, y la homosexualidad no lo es", precisó el doctor Nada Stotland, uno de los portavoces de dicha asociación y miembro del Rush Medical College de Chicago. "La existencia de una terapia que busca cambiar la sexualidad de las personas es perjudicial porque presupone que los que siguen el tratamiento tienen una enfermedad." En opinión del doctor Nada Stotland, no hay ninguna evidencia de que la orientación sexual pueda cambiarse
Algunos grupos fundamentalistas cristianos han intentado persuadir a los homosexuales de que sigan la llamada "terapia reparativa" para convertirse a la heterosexualidad. Colectivos en ardua defensa de la familia y la Coalición Cristiana, que afirman que "la homosexualidad no está biológicamente predeterminada", iniciaron en octubre pasado una campaña para fomentar este tratamiento después de que el joven Andrew Shepard, un estudiante de la Universidad de Wyoming de 21 años, fuera presuntamente asesinado por ser gay.

 

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