Notisex. N° 20. 17 de Diciembre de 1999
Fuente: BBC Mundo,
30/11/99
50 millones de personas han sido infectadas con el
Virus de Inmunodeficiencia Humana, VIH, desde el comienzo de la epidema del SIDA. 33
millones en todo el mundo son portadores del virus... el resto ya perdió la batalla
contra la muerte. Estas cifras fueron dadas a conocer este mes por la agencia
especializada de Naciones Unidas, ONUSIDA sobre el Síndrome de Inmuno Deficiencia
Adquirida, en su último informe del año.
Entre las conclusiones del estudio se destaca:
. En 1999 se registraron 5,6 millones de nuevos infectados, niños y adultos, sin
diferencias entre orientación sexual, color de piel o estatus social. Otro récord: en el
mismo período murieron 2,6 millones que desarrollaron el SIDA.
. La región más afectada por la enfermedad sigue siendo África, donde la esperanza de
vida ha descendido marcadamente en los últimos años. En este continente, el número de
mujeres portadoras del VIH ya sobrepasa por 2 millones a los hombres infectados. Sólo en
la región sub-sahariana se concentra más del 60% de los seropositivos de todo el mundo.
. El número de infectados por el virus que causa del SIDA en los países de la ex Unión
Soviética se duplicó en sólo dos años.
SIDA: flagelo de los
pobres
La epidemia afecta en particular a los países más pobres. Y no sólo se trata de un
flagelo sanitario y social, sino también económico, ya que en particular afecta a la
población en edad laboral. Para muchos puede parecer contradictorio que, a pesar de vivir
en una época caracterizada por la cantidad y la velocidad de la información, en muchas
regiones aún no se conocen las vías de transmisión del VIH. A un paso del siglo XXI, el
SIDA representa uno de los principales desafíos para la salud pública mundial. Mientras
no haya una cura efectiva y económica para esta enfermedad, lo único que parece ser
posible es la prevención mediante, por ejemplo, el uso de preservativos al mantener
relaciones sexuales.
Terapia biográfica para hombres que pegan
Fuente: El Pais, España, 07-12-99
Una docena de maridos
maltratadores busca ayuda en un servicio público de reinserción
La violencia que los hombres descargan sobre sus mujeres se enraíza, en la mayoría de los casos, en una niñez desestructurada, convulsa y marcada por los malos tratos, el alcoholismo de sus progenitores, un abandono conyugal o la pura y simple desatención. La docena de hombres con antecedentes de violencia doméstica que acude al Servicio de Atención a Hombres Maltratadores (SAHM), que el Instituto de Reinserción Social (Ires) ha puesto en marcha en Girona, comparten esta infancia problemática y sin referentes. Todos ellos siguen voluntariamente una terapia para evitar ser maltratadores.
Mediante una conversación semanal, un psicólogo inicia su terapia intentando hacer aflorar de la biografía de los maridos violentos la semilla de su agresividad. "Reconocer sus orígenes constituye el primer paso para saber lo que les está pasando. A menudo son el resultado de lo que han mamado", asegura el psicólogo Antoni Vives, responsable de este programa.
La terapia incide también en el control de la ira y en el desarrollo de su capacidad comunicativa, además de intentar el objetivo de reconstruir los papeles de la dinámica familiar y social. "A menudo, los maridos se van de casa cuando ven que están a punto de agredir a sus mujeres; nosotros intentamos darles recursos para superar estas crisis", asegura Vives.
El tópico de la pobreza
Desmintiendo el tópico de que estas conductas sólo se desarrollan en el caldo de cultivo de la incultura y la pobreza, el SAHM atiende a hombres de muy variado nivel cultural, desde licenciados hasta peones de la construcción.
Los 12 hombres que empezaron la terapia el mes de marzo, sufragada por el Gobierno de la Generalitat, tienen un trabajo estable. Algunos son plenamente conscientes de su desequilibrio, mientras que otros se han visto forzados a acudir al centro a causa de la amenaza de abandono de sus mujeres. Sus historias, muy dispares, se trenzan con el mismo hilo del desafecto infantil.
El paciente A, trabajador por cuenta propia, de 28 años, vivió la traumática separación de sus padres a una corta edad y sufrió después la adicción a la droga dura de su madre. Inseguro y avergonzado por la ruptura matrimonial, suplió su ansia de referentes fuera de la familia: se metió, siendo un adolescente, en un grupo neonazi.
En el seno de este grupo fue donde aprendió a manejarse en una escala de poder gobernada por el uso de la violencia y la agresividad. Ahora, con hijos de varias parejas, tiene dificultades para controlar sus impulsos irascibles.
El paciente B es un inmigrante de origen magrebí que se casó por correo, sin conocer a su mujer. Lo han derivado al centro los servicios sociales porque desea que su esposa, a la que agredía, regrese a casa. Llegó a amenazarla con secuestrar al hijo de ambos. Su caso plantea las dificultades culturales de la sumisión femenina, aceptada en su tierra generación tras generación. "Hay que cambiar su escala de valores y hacerle ver que el Corán no habla de agredir a las mujeres", explica su psicólogo.
Rivalidad profesional
Las disputas del paciente C, un licenciado universitario que pasa de la cuarentena, se originan por la rivalidad profesional y económica con su mujer. El problema se remonta hasta hace unos 20 años, pero sólo cuando las coacciones y los chantajes a que se sometía la pareja han conducido finalmente a una agresión física han sido cuando ambos han acabado por reconocer su problema y buscar ayuda psicológica.
La mujer nació en el seno de una familia protectora y adinerada. El marido, en cambio, fue el hijo mayor de una familia numerosa y modesta que le presionó, siendo aún muy joven, para abandonar el domicilio familiar para ganarse su propio sustento. Las agresiones verbales entre sus padres eran frecuentes. El matrimonio, que tiene varios hijos, no quiere separarse, y ambos acuden a la terapia para encarrilar una situación que ya se les escapa de las manos.
El paciente D, adicto al alcohol, tiene la intención de romper con una larga racha de 25 años de malos tratos, que han llegado a ser aceptados por su mujer incluso con cierta normalidad. Sus agresiones se suceden de manera cíclica y discurren de forma paralela a las borracheras. La actitud de la esposa se limita a esperar estoicamente un nuevo periodo de abstinencia.
Estas terapias de apoyo a los hombres maltratadores, según los psicólogos del Ires, no hacen milagros, pero constituyen una vía directa para sofocar la violencia conyugal. Y más si se tiene en cuenta que la mitad de las mujeres agredidas no quiere o no puede romper con el hombre con el que conviven.
El Proyecto Genoma logra un hito al
descifrar el primer cromosoma humano completo
Fuente: El Pais, España, 02/12/99
Los 545 genes identificados incluyen los relacionados con la esquizofrenia y otras enfermedades
RACHEL SMYLY, Londres
El Proyecto Genoma Humano -el intento internacional de descifrar la información
genética completa que se encuentra en todas las células humanas- ha alcanzado su primer
gran hito: la descripción completa del cromosoma 22, uno de los 24 que caracterizan a la
especie humana (23 en cada individuo, con una diferenciación en el último, según el
sexo). Más de 200 investigadores de centros de Estados Unidos, el Reino Unido, Japón,
Canadá y Suecia han participado en el trabajo. Una primera conclusión es que los
cromosomas son más complejos de lo que se pensaba.
Los cromosomas son largas hileras de ADN organizadas en genes. El número 22 es el segundo
cromosoma humano más pequeño (después del 21), y los 545 genes identificados (aunque no
se descarta que pueda haber más) significarían menos del 2% del genoma humano, cuyo
número exacto de genes no se conoce. Aunque la secuencia, como hoy publica la revista Nature, presenta algunas pequeñas
lagunas, por razones técnicas, representa un gran logro. La financiación del proyecto,
que tiene carácter público, ha corrido a cargo de dos organismos públicos
estadounidenses y de la Fundación Wellcome, de carácter privado, con sede en el Reino
Unido.
La secuencia del genoma humano completa, que se terminará, al menos en su versión preliminar, el próximo año, contendrá información sobre todos los genes del cuerpo humano y, por lo tanto, sobre todas las proteínas humanas, cuya producción controlan esos genes. Permitirá avances en biología y medicina que ahora sólo se pueden imaginar y permitirá a los científicos profundizar en lo que nos hace humanos.
El cromosoma 22 es una serie de letras muy larga. Cada A, G, C o T representa uno de los cuatro compuestos químicos que codifican la información del ADN. La doble hélice de ADN está formada por dos hebras de estas llamadas bases que se unen para formar una escalera de pares de bases. Hay unos 33,4 millones de pares de bases en el cromosoma 22 y alrededor de 3.000 millones en todo el genoma humano.
Ian Dunham, del Centro Sanger en Cambridge, coordinador del proyecto, afirma que el hecho de observar por primera vez la secuencia de un cromosoma completo ha ofrecido una nueva perspectiva sobre el engranaje del genoma: "La estructura del cromosoma parece mucho más compleja de lo que creíamos".
Según el genetista Terry Gaasterland, la descripción de la secuencia del genoma es sólo la punta del iceberg. Los investigadores tienen que utilizar una serie de trucos para intentar descubrir qué fragmentos de ADN son genes, por no hablar de qué hacen esos genes. "Cuanto mejor vamos, más nos damos cuenta de lo que no sabemos", dice Gaasterland.
Transformación
El experto británico Peter Little afirma que la secuencia de todo el genoma permitirá elaborar por primera vez una lista completa de los genes -y, por consiguiente, de las proteínas- del organismo humano. Según él, entonces empezará el verdadero trabajo. Con el tiempo, este conocimiento transformará la biología. Los investigadores podrán investigar cómo interactúan las proteínas con todas las demás partes de la intrincada maquinaria de la célula. Little comenta: "No sabemos cómo se utilizará esta información. Los biólogos tienen que trabajar con los físicos, los matemáticos y los expertos en estadística para descubrir nuevas formas de resolver problemas complejos".
Hay varios genes del cromosoma 22 que serán de interés para médicos e investigadores del campo de la medicina. Entre ellos se encuentra una secuencia que supuestamente interviene en la esquizofrenia y también están los genes de desórdenes poco comunes como el síndrome de DiGeorge, que provoca anormalidades faciales y problemas cardiacos, y un desorden del movimiento llamado ataxia espinocerebral. Una docena de desórdenes de origen genético están ligados a este cromosoma. Las secuencias de genomas también tienen otros posibles usos.
Los investigadores que intentan construir árboles genealógicos evolutivos de especies ya utilizan datos genéticos para determinar hasta qué punto están relacionados diferentes organismos. Ahora, dispondrán de instrumentos mucho más eficaces. Y la estructura de los cromosomas ofrecerá pistas sobre el desarrollo del ADN humano. Por ejemplo, el cromosoma 22 contiene muchas secciones repetidas de ADN. Detalles como estos podrían revelar los misterios de la evolución humana.
La secuencia del cromosoma 22 ya ha dado un par de sorpresas. Por ejemplo, un gen que, según el equipo de Dunham, es casi exactamente igual en los humanos y en la levadura, pese a las enormes diferencias entre las dos especies. Dunham explica que el hecho de que este gen no haya evolucionado con el tiempo, como la mayoría, indica que debe de ser vital para todas las células y que el más mínimo cambio en su secuencia debe de tener consecuencias catastróficas.
La secuencia del cromosoma 22 es sólo el principio, el primer capítulo del libro. Habrá que esperar a los otros capítulos para conocer toda la historia. Pero ya es evidente que, como dice Little, el Proyecto Genoma Humano será el preludio de "una nueva y asombrosa forma de practicar la biología", con consecuencias de gran alcance.
Fuente: La Nacion on Line, 01/12/99
Por Sebastián Ríos. Para La NacionCáncer; SIDA; enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o autoinmunes. En el próximo siglo, la terapia génica promete encontrarles respuesta
"En los próximos 3 o 4 años seremos testigos de la comercialización de los primeros productos de terapia génica, que seguramente estarán destinados a tratar el cáncer", estima el doctor Osvaldo Podhajcer, investigador del Instituto de Investigaciones Bioquímicas Fundación Campomar.
A diez años de su primer ensayo clínico, esta estrategia para modificar el funcionamiento de las células mediante la introducción de genes comienza a arrojar resultados promisorios. Sobre esto se centró el Segundo Curso Teórico-práctico de Posgrado Terapia génica: del laboratorio a la clínica, que se realizó en la Fundación Campomar.
Nuevos
vasos
Para el doctor Podhajcer la experiencia
más impresionante que ha tenido lugar en el campo de la terapia génica fue protagonizada
el año último por un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago, Estados
Unidos. El estudio, publicado en la revista Circulation, notificó la recuperación de 10
pacientes que se encontraban en riesgo de amputación de sus miembros inferiores por
padecer isquemia (falta de irrigación sanguínea).
"Se les inyectó el gen que estimula el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos (Vascular Endotelial Growth Factor)", aclara. Gracias a eso, los pacientes no sólo evitaron la amputación, sino que también recuperaron la sensibilidad que habían perdido.
El impacto de esta experiencia en la comunidad científica fue similar al que se produjo a fines de 1989, cuando el primer ensayo clínico de una terapia génica obtuvo buenos resultados en niños que padecían el síndrome de inmunodeficiencia severa y combinada (ADA). Recientemente, este grupo de investigadores de la Universidad de Chicago ha solicitado a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) la aprobación para probar esta terapia ya no sólo en los miembros, sino en el nivel cardiológico.
Contra el cáncer"Existen al menos 4 estrategias para abordar el cáncer desde la terapia génica que ya han arrojado resultados promisorios. Y son muchos los tipos de cáncer con los que se está trabajando: melanoma, colon, pulmón, ovario y cerebro, entre otros", enumera Podhajcer.
"En uno de los trabajos más recientes y más importantes sobre cáncer de cerebro se ha logrado extender la sobrevida del 25% de los pacientes tratados (que no suele superar los 3 meses) a más de un año." Al momento de informar sobre los resultados de esta experiencia a la revista Human Gene Therapy, un paciente aún seguía vivo tras 32 meses de haber comenzado el tratamiento.
Otros blancosEn el terreno de las enfermedades neurodegenerativas, los primeros ensayos clínicos sugieren que en vez de usar vectores virales (virus modificados para servir de transporte de los genes hacia las células), en el futuro se utilizarán células cerebrales totipotenciales (stem cells) a las que se les incorporará el gen de interés, y que luego han de ser inducidas a desarrollarse como neuronas en la zona del cerebro que se pretende restaurar en sus funciones.
Ante el SIDA, la terapia génica ataca a un grupo de proteínas que, en una primera etapa de la infección, dirigen la síntesis del resto de las proteínas del HIV. "Esta sería una terapia génica para prevenir la infección por HIV o para tratarlo en etapas tempranas", aclara Podhajcer.
¿Cuáles son los obstáculos que aún debe superar la terapia génica? Según una revisión del tema publicada en The Lancet, los más importantes son:
Falta de conocimiento acerca del funcionamiento de algunas células sobre las cuales se debe actuar.
Para Podhajcer, "lo más importante es haber demostrado que la terapia génica no es tóxica para el organismo humano y que no existe riesgo de que, una vez dentro de las células, los vectores virales se recombinen dando lugar a virus salvajes".
Mejora función sexual después de histerectomía
Fuente: www.montefiorecentral.com
NUEVA YORK, (Reuters): La actividad sexual tiende a incrementarse y la disfunción sexual tiende a disminuir en las mujeres sometidas a histerectomía, informan investigadores de la Universidad de Maryland, EUA, en la edición del 24 de noviembre de la revista The Journal of the American Medical Association. La Dra. Julia C. Rhodes y sus colaboradores de la Universidad de Maryland en Baltimore, evaluó la información del Estudio de 2 años de la Salud de las Mujeres de Maryland. Un total de 1,101 mujeres que fueron sometidas a histerectomía respondieron una serie de preguntas relacionadas con la función sexual a corto plazo, antes de la cirugía y a los 6,12, 18 y 24 meses después de la cirugía.
El número de mujeres que reactivaron su sexualidad se incrementó significativamente, del 70.5% antes del procedimiento a 77.6% a los 12 meses y a 76.7% a los 24 meses después de la cirugía. El número de mujeres que reportaron la presencia de dispareunia, libido baja, anorgasmia o resequedad vaginal, disminuyó significativamente a los 12 y 24 meses después de la cirugía, afirma Rhodes y sus colaboradores. "En general, la función sexual mejoró después de la histerectomía," concluyen los autores.
En una entrevista con esta agencia de noticias, Rhodes afirmó, "la mayoría de las mujeres con problemas de funcionalidad sexual previos a la cirugía, no presentaron nuevamente el problema después de la cirugía. Las mujeres sin problemas antes de la cirugía, no desarrollaron este problema." Los autores advierten que "es importante que esta información no se interprete como para señalar que la histerectomía mejora la funcionalidad sexual en la mujer sana." La mayoría de las pacientes tenían alteraciones ginecológicas relacionadas con alteraciones del útero, señalan los autores, y "...no observamos razones para considerar que el retiro de úteros sanos, pudiera mejorar la funcionalidad sexual."
Los investigadores de Baltimore afirman que "si bien existen muchos mecanismos plausibles que podrían participar en las mejorías observadas...también es posible que simplemente las pacientes se sientan mejor después de la histerectomía y esto hace que mejore la función sexual junto con el resto de las condiciones de salud y la calidad de vida." La Dra. Rhodes dijo a esta agencia de noticias que la mejoría en la funcionalidad sexual se inicia tan pronto como a los 6 meses después de la cirugía, y de que la información obtenida a los 6 meses fue muy similar a la obtenida a los 12 y 24 meses después. Los investigadores encontraron también que las mujeres que se encontraban deprimidas antes de la histerectomía, tuvieron mayores probabilidades de no mostrar mejoría en la función sexual después de la cirugía. "Observamos una gran cantidad de factores...terapia hormonal sustitutiva, edad, raza, y depresión, fueron los únicos que mostraron cierta asociación," dijo la Dra. Rhodes. Comentó que dentro de algunos meses, se publicará un artículo sobre histerectomía y depresión en la revista Obstetrics and Gynecology.
Las
mujeres se 'desenamoran' a los cuatro años por culpa de los genes
Fuente: El Mundo, España, 29/11/99
JOHN HARLOW
The Sunday Times/EL MUNDO
LONDRES.- Olvídense de la tan cacareada crisis del matrimonio al séptimo año de pasar por la vicaría: las relaciones de pareja están programadas genéticamente para que se autodestruyan al cabo de cuatro años, según las recientes investigaciones de una destacada antropóloga. Helen Fisher acaba de presentar este fin de semana un estudio elaborado a lo largo de 15 años en 62 países y cuyos resultados sugieren que la mayor parte de las mujeres están predispuestas a abandonar a su compañero poco después de la ceremonia matrimonial.
Los genes les dicen a las mujeres que los hijos engendrados por distintos hombres presentan mayor diversidad genética y tienen, por tanto, más probabilidades de sobrevivir, según explicó Fisher la semana pasada. Helen Fisher, profesora de Antropología en la Universidad estadounidense de Rutgers, una localidad cercana a Nueva York, afirma que son los factores genéticos los que explican el hecho de que la mujer sea el cónyuge que inicia los trámites de separación en la mayor parte de los casos de divorcio. «El hombre suele echar alguna cana al aire estando casado pero, por lo general, es la mujer quien cambia de compañero y establece una larga cadena de periodos de monogamia», explica la investigadora.
Los genes determinan este ciclo de cuatro años de cortejo, matrimonio, adulterio y divorcio, asegura Fisher, de 53 años, que presentó los resultados de sus estudios ayer por la noche en la cadena de televisión británica BBC. «Las sustancias químicas que libera el cerebro y que hacen que nos enamoremos se agotan al cabo de 36 meses, y por lo general las mujeres tardan un año en darse cuenta de este cambio, buscar otro compañero y poner fin a la relación», afirma la investigadora. «No creo que esto sea algo que deba sorprendernos: prácticamente ningún otro mamífero permanece cuatro años con el mismo compañero», añade.
Amor y factores culturales
Fisher, divorciada, sostiene que la duración del matrimonio ha aumentado por factores culturales. Pero también predice una vuelta a la naturaleza en este campo. «La mayor independencia económica de las mujeres hará que estos genes se expresen», asegura. A diferencia de otros investigadores, Fisher, una personalidad controvertida en Estados Unidos, no sostiene que el desenamoramiento se produzca después de cuatro años. La simpatía y el cariño pueden hacer durar las relaciones.
Fisher reconoce que muchas parejas viven felices para siempre. «En el Reino Unido y en Estados Unidos, a pesar del gran número de artículos sobre el divorcio, la mayor parte de los matrimonios dura toda la vida. Incluso, los divorciados suelen volver a casarse y a vivir felices con su nueva pareja», afirma. Por su parte, Mary Macloud, directora del nuevo Instituto de la Familia creado en Inglaterra por el Gobierno de Tony Blair, ha llevado a un primer plano este debate sobre matrimonio y divorcio al declarar que las parejas suelen sobrevalorar la pasión. «Habría que ver el matrimonio con la mente fría, como una asociación o una empresa», dijo.
Los científicos británicos se mantienen escépticos. «Nunca se ha establecido una relación clara entre los genes y cualquier tipo de comportamiento cultural. Hace un siglo se podía sostener que los genes eran responsables de la larga duración de algunos matrimonios, pero hoy no», ha declarado el genetista Steve Jones. Helena Cronin, experta en evolución y amiga de Fisher, sostiene lo siguiente: «A los hombres no les gusta cuidar a los hijos de otros hombres. En las especies en las que la hembra no suele ser monógama, la mortalidad infantil es alta. Los hombres están genéticamente predispuestos a detectar la infidelidad, pues este comportamiento reduce sus probabilidades de transmitir sus propios genes: esto se manifiesta en los celos que muestran muchos de los varones». «La creación de lazos duraderos en una pareja, a lo que contribuye tanto la extrema vulnerabilidad de los recién nacidos como el amor, es una de lasrazones que explica el éxito de la especie humana. No creo que esto cambie»