El impacto negativo en la sexualidad y en el humor se correlaciona con la interrupción de los anticonceptivos orales. Newsletter. KINSEY TODAY. Spring 1998 (Volume 2, Number 1)
Los primeros análisis de datos de un estudio que realiza el Instituto Kinsey confirman la hipótesis de los investigadores que el impacto negativo en la sexualidad y en el humor se correlaciona con la interrupción de los anticonceptivos orales. "Aún resta mucho por analizar", sostiene Stephanie Sanders, Director Asociado del Kinsey y Profesor Asociado de Estudios de Género, uno de los co investigadores del estudio , "pero vemos que un importante número de mujeres que dejan de tomar la píldora durante los primeros tres meses de ingesta presentan, en promedio, mayores efectos colaterales negativos sexuales y emocionales que aquéllas que continúan tomándolos".
Otros investigadores que trabajan en este estudio que comenzó en enero de 1996 son John Bancroft, director del Instituto Kinsey; Judith Klein, una médica que trabaja como investigadora asociada al Instituto y Cynthia Graham, profesora adjunta en la Universidad Bloomington de Indiana.
Los análisis actuales incluyen datos de 96 mujeres que comenzaron a tomar píldoras anticonceptivas. Los investigadores recogieron datos básicos sobre el bienestar físico, mental, y sexual de las participantes, entrevistando a estas mujeres después de tres, seis, y doce meses para determinar los cambios positivos o negativos en esos factores.
La interrupción se produjo aproximadamente en el 24% de las mujeres durante los primeros tres meses del estudio, con 21 mujeres que dejaron de usar los anticonceptivos orales y dos mujeres que dejaron de tomar una píldora y la cambiaron por otra. Los efectos colaterales negativos en cada una de las áreas - físico, emocional, y sexual - de las mujeres que interrumpieron fueron dos veces más elevados que aquéllas que continuaron tomándolas.
En el área sexual, el deseo disminuyó en el 52% de las mujeres que interrumpieron la ingesta comparadas con un 22% en las que no las dejaron de tomar y el 55% de las que dejaron de tomarlas manifestaron que el acercamiento a sus parejas había disminuido en relación a cuando tomaban la píldora mientras que en las que siguieron tomándola sólo disminuyó en el 22%.
"Hoy en día existen proyectos que trabajan en el desarrollo de una píldora anticonceptiva masculina y una de las preocupaciones principales es si ella afectará la función sexual masculina," sostiene Sanders. "Históricamente, esta no fue una pregunta planteada sobre los anticonceptivos esteroides para mujeres."
El estudio Kinsey reviste además importancia porque explora los factores biológicos y psicosociales. "Mientras investigamos los efectos hormonales, tomamos en cuenta que estas mujeres funcionan dentro de una relación, una sociedad, una cultura, están en un mundo real," dice Sanders. Este interés por la confluencia de los puntos de vista de la sexualidad desde diferentes disciplinas es central en el objetivo del Instituto de Kinsey.
A medida que continúe el análisis de datos, los investigadores informarán cómo se modifican los factores físicos, emocionales, y sexuales. También examinarán los datos básicos para ver si existen características comúnes que podrían predecir la interrupción. Si las hubiera, esta información podría ser una herramienta poderosa en el consejo sobre anticoncepción.
El instituto intenta también lograr extender el trabajo a otras culturas. "Si bien los efectos hormonales probablemente sean los mismos", dice Sanders, "los factores culturales pueden determinar cuán importantes son dichos efectos directos".