La circuncisión femenina es una costumbre bárbara
Licenciada Diana Resnicoff
La cliteridectomía, también conocida como circuncisión femenina es una operación brutal. Con una navaja o un cuchillo le cortan el clítoris a la niña. A veces también le quitan los labios interiores de la vagina, le cosen las paredes de la vulva y le dejan sólo un pequeño orificio para que pase la orina y el flujo menstrual. Y todo sin anestesia.
En la tribu masai, en Tanzania, esta práctica se considera una garantía de virginidad y precondición matrimonial; además, los padres de una niña la mutilan por razones económicas. Ellos determinan con quien se casará, y no es extraño que las familias le prometan una hija al futuro esposo, incluso antes de que nazca. Para cumplir la promesa - y evitar que la niña tenga relaciones sexuales con otros - se realiza la circuncisión femenina. Si su hija se mantiene virgen y se casa con la persona prometida, ellos reciben como dote seis cabras o una vaca. Cada vaca cuesta el equivalente de 200 dólares. Eso es más de lo que una familia masai gana en un año.
Es común que los hombres de la tribu masai tengan hasta cuatro mujeres, todas mucho más jóvenes que ellos. Los matrimonios ocurren cuando las adolescentes cumplen 16 ó 17 años. Los hombres masai, los "guerreros", como les gusta llamarse, son nómadas, aunque sus mujeres se quedan en casa cuidando de la familia; se van por largos períodos con sus cabras y vacas buscando los pastos que crecen durante las dos temporadas de lluvia.
La cliteridectomía es un ritual que sufren anualmente entre 75 y 100 millones de niñas y mujeres en 26 países de Africa. Se sigue practicando clandestinamente en Estados Unidos y en varios países de Europa Occidental, donde hay grandes concentraciones de exiliados africanos. Ocurre igual entre judíos y cristianos que musulmanes y seguidores de religiones indígenas. Las niñas africanas generalmente son circuncidadas entre los 4 y 10 años de edad, aunque no son extraños los casos de infantes sometidos a la operación. Una de cada dos mujeres en Africa es víctima de este ritual, existiendo un creciente movimiento en el ámbito mundial para prohibir esta cruel costumbre.
La doctora Nahid Toubia, una de las científicas más conocedoras del tema, escribió en un artículo del The New England Journal Of Medicine que aun cuando se necesita un mayor número de investigaciones para examinar las consecuencias fisicas, sexuales y psicológicas de las niñas sometidas a este tipo de mutilación, "la circuncisión femenina no se puede seguir viendo como una costumbre tradicional". Le doctora Toubia asegura que el debate ya no se centra en lo apropiado de interferir en ese tipo de práctica cultural, sino en cómo detenerla.
La cliteridectomía no sólo mutila sino que enferma, acaba con el placer sexual y marca emocionalmente a las mujeres, pretendiendo reforzar costumbres que mantienen la dominación masculina. Ninguna tradición cultural puede justificar hoy en día este tipo de abuso infantil y juvenil.