FIEBRE HEMORRÁGICA POR ÉBOLA (FHE).
DIAGNÓSTICO.
Sin soporte de laboratorio adecuado, el diagnóstico de FHE puede ser difícil, pero los elementos epidemiológicos (Área endémica, altos índices de mortalidad entre adultos reportes de hemorragias) pueden sugerir infección por Ébola. El viaje al Africa rural al sur del Sahara (y en la actualidad tal vez a las Filipinas) o la exposición a primates no humanos recientemente importados son indicios de la anamnesis. La presencia de trombocitopenia y leucopenia con aminotransferasas elevadas (AST ALT) es característica de los filovirus y algunas otras fiebres hemorrágicas virales, pero una evolución progresiva grave con dolor abdominal y diarrea debe conducir a la sospecha de un filovirus. La erupción no se observa con otras fiebres hemorrágicas virales.
Los viriones son profusos y característicos en los casos graves. Las tinciones negativas de suero y cortes finos de capa leucocitaria o tejido fijado (hígado, riñón) son útiles, pero es necesario la medición cuidadosa de los viriones putativos y su estructura interna para establecer el diagnóstico.
Debido a que el virus Ébola es altamente virulento, deben tomarse precauciones especiales en la recolección de los especímenes. El aislamiento del virus de suero de fase aguda en cultivos celulares apropiados ( células Vero, células MA-104) es el mejor método de diagnóstico. Los tejidos útiles para el aislamiento del virus son hígado, bazo, nódulos linfáticos, riñón y corazón obtenidos durante necropsia. Durante la viremia, pueden visualizarse las partículas mediante microscopía electrónica. Los títulos de anticuerpos en suero se determinan mediante inmunofluorescencia indirecta y ELISA. Un caso positivo debe confirmarse mediante radio inmunoprecipitación o análisis de Western Blot. También se emplean técnicas de PCR. El suero de pacientes sospechosos debe inactivarse mediante radiación gamma antes de manejarse. No se pueden realizar tests de neutralización para filovirus.
La confirmación por laboratorio de los casos iniciales es necesaria cuando se sospecha una epidemia de FHE. Una vez que el brote se ha confirmado, no es necesario colectar especímenes para estudio de cada paciente, especialmente sin las condiciones de seguridad adecuadas y el soporte de laboratorio necesario.
La confirmación del diagnóstico se basará en el test ELISA para IgG e IgM específicos de Ébola. Estas pruebas no se encuentran disponibles de manera comercial y deben llevarse a cabo en laboratorios especialmente equipados. Los tipos de muestras para estudio que pueden utilizarse con diversos fines diagnósticos son: - Sangre de un paciente de fase aguda, como a los 7 días de haber iniciado la enfermedad. - Suero de paciente convaleciente. 14 días después de haber iniciado la enfermedad. - Especímenes Post-mortem. Incluyen biopsia de piel o de otros órganos. La biopsia de piel se emplea en un test inmunohistoquímico desarrollado por la unidad de patología molecular del CDC. Se emplea fijada en formol y por tanto ya no es infecciosa. Es muy empleada en diagnóstico post-mortem. - Deben aplicarse estrictas mediadas de bioseguridad durante la recolección de estos especímenes.
El reconocimiento de casos post mortem es importante para el control de la infección y a menudo puede sospecharse en la necropsia. La confirmación se logra fácilmente por microscopia electrónica del hígado y otros órganos, y como ya se ha mencionado, principalmente por inmunohistoquímica sobre tejidos fijados (piel).
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