Uso de drogas de diseño en una fiesta Rave

Observaciones sobre el uso de drogas y el encuentro rave

 

Hugo A. Míguez

 

Dr. en Psicología. Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. - Conicet –

Sede: Subsecretaría de Atención a las Adicciones de la Provincia de Buenos Aires –SADA-.

www.oocities.org/hugomiguez

miguez@ciudad.com.ar.

 

Palabras claves:

Fiesta rave. MDMA. Prevalencia. Adicciones.

 

Resumen

Observaciones llevadas a cabo en un lugar de encuentro rave de jóvenes indicaron un 28,6% de jóvenes con consumo de drogas de diseño entre las que fue señalado el uso de Éxtasis (MDMA). El registro se limitó a situaciones donde la utilización de drogas se presentó de manera abierta en el espacio de reunión. El  consumo no se presentó como una conducta individual, sino como parte de una práctica grupal de intercambio festivo e inducción a una actividad de baile con importante descarga física y emocional.

Keywords:

Rave. MDMA.  Prevalence.  Addictions.

 


 
Summary.

Observations carried out on young people at a rave encounter indicated that 28.6% of them consumed designer drugs; Ecstasy (MDMA) use was noticeable amongst them. The observation was limited to those situations in which drug use was freely and openly used within the place. Consumption was not presented as an individual conduct, but as part of a group activity, engaged within a festive exchange and induced in a dancing activity with an important physical and emotional release.


 

Encuentro rave y contexto.

Las observaciones de Ulrich Beck, sociólogo de la Universidad de Munich, sobre las culturas juveniles refieren su pasaje por los años ochenta como un tránsito por una década de avidez en la que el éxito estaba definido por el enriquecimiento y el acaparamiento. El cambio en los noventa fue,  desde la óptica neoconservadora, la presentación como una década de libertad (relacionada con la operación económica). Una época expresiva según Beck de la “consunción de la solidaridad”  como resultado de la erosión de la preocupación por los otros. Más cerca del fin del milenio, la búsqueda de nuevas formas para alcanzar la plenitud emotiva (opuesta a la racionalidad anti-vital del modernismo) derivó, entre otras expresiones, en los encuentros rave como la expresión cultural emocional de  una nueva tribu , la tribu-tecno. El fenómeno se autodefinió como la expresión de una  “fusión de ideologías musicales” y, por otro, como una adscripción a  la Idea Utópica surgida a principios de los 90s del llamado P.L.U.R (Peace, Love, Union, and Respect).

En la Argentina, a partir de pequeños grupos de DJ´s (animadores encargados de escoger, poner y “mezclar” la música)  se crea en 1995 un espacio denominado  “Urban Groove” que procuró ampliar la participación juvenil en las fiestas rave. Sin el carácter de clandestinidad europeo estas fiestas  llegaron a reunir en 1998  a 13.000 personas que expresaban “el hartazgo de la gente por el clima discriminatorio en las discotecas”.  La apertura hacia la  inclusión se impuso como una cultura “contra-discoteca”, y fue expresado en las convocatorias de los foros de cultura electrónica en la  Web.

En tiempos y ambientes donde la evanescencia marcó los vínculos humanos algunos grupos juveniles hallaron en los encuentros musicales,  espacios para una salida rápida a las necesidades de identificación y expresión emocional. Sin embargo las exigencias de una asociación intensa y una comunicación instantánea, uniones volátiles que terminan y se recrean todo el tiempo, se asoció también el consumo de sustancias psicoactivas como un recurso para facilitar la empatía automática,  encubrir la sensación de cansancio e ignorar las inhibiciones

Rubio y Alamo señalaron a fines de los noventa la generalización del consumo del Éxtasis en las fiestas rave y, si bien había otras sustancias, el énfasis en el MDMA se dio por sus propiedades tanto estimulantes  como psicodélicas, que producían un efecto vigorizante y de distorsiones en el tiempo y la percepción. 

Por otra parte sus propiedades empatógenas, fueron promocionadas como un sentir “todo está bien en el mundo”  por lo cual se  le dió el apodo de “la droga del abrazo”.  De esta forma su consumo en la fiesta rave fue una búsqueda compuesta dirigida tanto al efecto “love” (amor) como al efecto “speed” (velocidad).

Aspectos técnicos-metodológicos

A mediados del mes de enero del año 2007 la Subsecretaría de Atención a las Adicciones de la Provincia de Buenos Aires –SADA- seleccionó un evento de música electrónica en una ciudad balnearia de la costa atlántica para hacer una primera evaluación del uso de drogas de diseño.  Los objetivos del estudio se dirigieron a estimar la proporción de casos de consumo de drogas (particularmente las llamadas de diseño) en  la fiesta rave así como los niveles de “naturalización” en la circulación de sustancias psicoactivas ilícitas dentro de esta fiesta

Se escogió una metodología cualitativa para la organización de la muestra que fue focalizada sobre los participantes ubicados en el lugar de baile central del lugar (Main Floor) durante el lapso de 2 a.m. a  6 a.m. Las observaciones se organizaron determinando cuotas de participantes en este ámbito, las que incluyeron grupos rotativos cada 20 minutos de diez participantes, identificados por sexo y edad aproximada. El registro de casos en cada cuota utilizó la observación directa en situaciones de cercanía física y, eventualmente, en la interacción social. Se registró la ocurrencia de  prácticas individuales o de grupo tales como comportamientos de aspirar o chupar (impregnando los dedos) sustancias en polvo como, también,  la distribución de pastillas,  su  manipulación (fraccionamiento y mezclas en el mismo lugar del baile) e ingestión relativamente pública.

De esta forma el consumo se limitó a situaciones abiertas y registrables por un observador externo y, en esta medida, se las interpretó dentro de la tolerancia social del lugar.

El equipo de campo se constituyó con seis jóvenes (cinco profesionales y un estudiante) de edades entre los 22 y 30 años y un jefe de campo que supervisó  la recolección de casos y organizó las cuotas en terreno. Entre los observadores hubo sociólogos, psicólogos y egresados de ciencias políticas con entrenamiento previo en técnicas de observación.

 

Resultados

 

El consumo observable de drogas de diseño, sobre un total de 150 jóvenes de ambos sexos, ubicados en el Main Floor del lugar de baile, dentro del horario de 2 a 6 a.m. alcanzó el 28,6% (43 casos). De estos casos el 76,7% fueron mujeres de edades cercanas a los 25 años. Los elementos de apoyo al consumo de drogas de diseño (Kit básico  fueron cremas, aplicadas en brazos y manos, pomadas mentoladas aplicadas a párpados y labios y el uso de chupetines. El consumo de agua envasada fue abundante así como el de vodka y energizantes.

“Butterfly”  fue el nombre de las pastillas (presuntamente MDMA) mencionado por los participantes  para referirse a los efectos de aceleración y despegue que les ocasionaba lo que habían tomado. El costo referido osciló de los 30 a los 50 pesos cada unidad. En algunos casos se observó venta dentro del lugar.

 

Edades estimadas

Jóvenes con consumo de drogas de diseño

en el Main Floor -horario 2-6 a.m.-

(números absolutos)

PBA/SADA. 2007

Total

No

 

Varones

Mujeres

Subt.

Varones

Mujeres

Sin inf.

Subt.

18-25

7

14

21

19

23

 

42

63

26-29

3

13

16

20

15

 

35

51

30 y más

 

6

6

15

3

 

18

24

Sin Inf.

 

 

 

 

 

12

12

12

           

10

33

43

54

41

12

107

150

 

 

Asimismo fue observado el fumado abierto de marihuana en el mismo lugar donde se bailaba acompañado en casi todos los casos  con cerveza y en menor medida con vodka y bebidas conocidas comercialmente como energizantes. Los observadores registraron un diez por ciento de uso de marihuana en estas condiciones de exposición.

 

El consumo de drogas de diseño fue registrado a partir de prácticas abiertas donde los miembros se administraban las sustancias entre sí y sus conversaciones giraban en torno a temas tales como encontrarse esperando que les llegaran los efectos de lo que habían tomado, sobre cómo les pegaba y si se sentían que los ponía lo suficientemente rápidos.

 

Las observaciones recogieron los comentarios de los propios jóvenes con relación a los efectos de las pastillas que tomaron y también se observó tanto el consumo directo como el de prácticas asociadas al mismo tales como untarse con crema para tocarse (como exploración de las alteraciones en las sensaciones táctiles)  y la utilización de chupetines (utilizados para evitar el bruxismo) entre las más evidentes.

Pese a las dificultades de una técnica limitada a registrar comportamientos de consumo de 10 personas en un período de 20 minutos, la evaluación de los observadores y del jefe de campo fue positiva en relación al “barrido” de la superficie seleccionada para la observación. No se registraron insuficiencias por “desborde” del observador. La técnica fue apta para un grupo de este tamaño.

La identificación concluyó en un 28,6% de jóvenes con consumo observable de drogas presumiblemente de diseño. Si bien la mayoría de estas situaciones estaban relacionadas con la ingesta de pastillas, algunos casos donde los jóvenes impregnaban los dedos en un polvo blanco para llevarlo a sus encías no fue posible determinar si era un producto de diseño como ketamina o una forma de utilizar grupalmente una dosis de cocaína.

La proporción hallada no fue considerada como una medida final sino como un dato emergente de una base más amplia de consumo. Esto, en la medida que el registro se limitó a situaciones donde la utilización de drogas (por los procedimientos empleados o por referencias explícitas al mismo) se presentó de manera accesible a la observación. Dentro de un orden similar, el  consumo no se presentó como una conducta individual, sino como parte de una práctica grupal de intercambio festivo e inducción al baile y al contacto físico entre los participantes. Las características de la técnica utilizada podrían haber omitido comportamientos solitarios de consumo antes o durante de la reunión. En síntesis, bajo estos condicionamientos técnicos, tres de cada diez jóvenes consumieron drogas ilícitas durante el encuentro en un clima de gran desgaste físico y con intensas manifestaciones de entusiasmo y alegría colectiva. No se observaron situaciones de violencia o peleas entre los participantes.

Esta prevalencia incluyó a ambos sexos con una presencia mayor de mujeres con edades estimadas dentro de los 25 años en el consumo. 

Consideraciones.

Diferenciados de la comunidad Rolinga (seguidores de los Rolling Stones y de las bandas de rock ) en la que se reconoce un movimiento más identificado con  la contestación o, incluso la confrontación, esta comunidad rave  en particular, pareció acercarse más  en sus manifestaciones a lo que Lipovetzky definió como un trip sensorial y pulsional […] una desrealización estimulante, eufórica o embriagante del mundo […] el individuo se vuelve cinético, aspira […] los sonidos cósmicos o paroxísticos de las músicas de la edad electrónica” .

En esta medida la fiesta estudiada se ubicó en un campo cercano a lo que se ha señalado como una retirada o un encuentro libidinal, en el que la individualidad parece hallar su disfrute en el encuentro consigo misma.  La evanescencia de los vínculos, limitados a una breve existencia y su rápido reemplazo, inclina a pensar en  la formación de neotribus como las señaladas por Maffesoli en las que las asociaciones intensas y “automáticas” son facilitadas desde las propiedades empatógenas del MDMA.

En este contexto, que requiere nuevas indagaciones, la naturalización de las prácticas de consumo de drogas observadas en el estudio muestra, por otra parte, la presencia de mecanismos de promoción y  obtención de utilidades, que están más allá de la decisión y voluntad individual de los grupos juveniles que participan de la fiesta rave. Un dato que no es menor, a la hora de definir el campo de la acción.

Referencias

Beck, U. (1999).  Hijos de la libertad. Fondo de Cultura Económica de Argentina. p.53.

 

Maffesoli, M. (2005) Conferencia: La estetización de la vida cotidiana.  Primer Encuentro de Pensamiento Urbano. Sala Casabuberta. Teatro San Martín. Buenos Aires.

 

Web-2007: Cosmogonia, L. & Yenary AMG. ¿Qué es la cultura Rave? http://groups.msn.com/CulturaRave/

 

García, A. Leff L. & Leivi,M. Raves, las fiestas del milenio en Pensar las clases medias. Wortman, A. La Crujía. 2003.p.165

 

Web-2007: 1ª Fiesta Electro Parties. http://www.fotolog.com/electro_parties/13658900

 

Bauman, Z., (2006) Modernidad líquida. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. P.19

 

Rubio,G.& Alamo,C. (1998) Extasis: una droga para la controversia. Valencia: Promolibro

 

Shannon, M. (2001). Metilendioximetanfetamina (MDMA). Pediatrics; 108:421-425

 

Lipovetzky, G. (1986) La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Anagrama. P.19.

 

Merton, R. K. (1980) Teoría y estructuras sociales. México: Fondo de Cultura Económica.

 

Eagleton, T. (1998) Las ilusiones del posmodernismo. Paidos. p.112.