
El Danubio es uno de los ríos más importantes de Europa tanto en longitud
como en caudal. Desde tiempo inmemorial ha sido una gran vía de
comunicaciones, facilitando el comercio, el intercambio cultural y, por supuesto,
las guerras. En la antigüedad fue también una importante fuente de recursos
para los habitantes de la zona. La actividad pesquera tuvo su importancia
económica
hasta principios del siglo XX.

En este sentido, dice la leyenda, fueron los pescadores del Danubio quienes a
requerimiento de Matías Corvino (St. Mattyas) edificaron el bastión defensivo
que se encuentra en la colina del palacio en Buda para dar mayor protección a
Budapest frente a los diversos invasores. Las construcciones defensivas seguirán
siendo punto importante a lo largo de nuestro viaje a bordo del Mozart, pero
vamos ya a los puntos más significativos de nuestro
viaje:
Nuestra primera parada es Szentedre. En esta pequeña localidad parece como
si el tiempo se hubiese parado. A través de sus calles y estrechos pasajes
viajamos al siglo XVIII. Serbios y más tarde Griegos estuvieron asentados en
este lugar dejando un cierto estilo mediterráneo en el centro de Europa.
Paradójicamente ha podido conservarse gracias a desastres naturales como
inundaciones y plagas de insectos, que mantuvieron alejada a la industria.
Siguiendo a el Danubio hacia el norte de Hungría llegamos a Visegrad.
Vivió su época dorada con el rey Matías Corvino hacia finales del siglo XV.
Tuvo tal importancia en su día que hasta Vlad el empalador estuvo confinado
aquí entre 1462 y 1475. Su castillo fue destruido en las guerras contra los
Turcos del siglo XVIII. Durante la época turca hubo un corrimiento de tierras
que enterró el palacio real. Hoy podemos visitar sus ruinas pues fue
redescubierto en 1934. Paseando entre las ruinas del castillo medieval, y la
famosa Torre Salamon sobre la
colina podemos disfrutar de una impresionante vista de la zona y la curva que
dibuja el Danubio a su paso por esta localidad.
Continuamos nuestro viaje y desde nuestro barco vemos a uno y otro lado del
Danubio diferentes fortificaciones. Entre ellas Komarom.
En nuestra próxima parada visitaremos
Esztergom. En la época romana, Esztergom era una ciudad fortificada llamada
Salva Mansio. Posteriormente fue una fortaleza para reyes y jerarcas
religiosos, siendo la capital de Hungría hasta el siglo XIII. Cuando Buda
tomó su lugar como capital, el palacio paso a manos del arzobispo. Asediada
por los Tartaros y más tarde conquistada por los turcos, los clérigos se
vieron obligados a refugiarse en Bratislava (Pozsony) llevando consigo las
joyas que podemos contemplar actualmente en nuestra visita al tesoro de la
Basílica.
La "Bazilika" edificada sobre las ruinas de la antigua catedral es,
sin duda, el monumento más importante. El tesoro, hábitos del siglo XI y
otros objetos religiosos están conservados en su interior.
Salimos ya de Hungría avanzando por el Danubio, no sin antes observar
durante un buen trecho a un lado Eslovaquia y a otro Hungría. Más adelante
disfrutaremos de Bratislava y finalmente nuestro punto y final en la capital
del imperio: Viena.
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