Si
bien algunos de nuestros hombres de negocios conocen sobradamente Budapest,
otros hace tiempo que no se acercan por aquí o, para algunos, es su primera
visita. Aunque todos estamos bastante viajados y sabemos como desenvolvernos
por el mundo, algún recordatorio práctico, específico de esta ciudad, puede
ser útil para evitar sorpresas desagradables.
Se trata de una ciudad muy europea y de fáciles desplazamientos con un
centro comercial y financiero muy manejable, incluso a pie. En las zonas
industriales y fuera de Budapest tampoco hay mayor problema de
desplazamientos. El tráfico no es peor que en cualquier otra ciudad o país de
este tamaño. La Oficina Comercial está situada en pleno centro, a pocos
minutos a pie desde los principales hoteles.
Los hoteles más recomendables para hombres de negocios están en el
centro de Pest, cerca del Danubio. Salvo razones específicas, no se
recomiendan hoteles en la periferia. Los precios de los hoteles de 4 y 5
estrellas son elevados. Conviene asegurarse de que se obtiene un buen precio
a través de una buena agencia de viajes o de la Oficina Comercial, que tiene
tarifas especiales con algunos de los principales. Pero las reservas deben de
hacerse por nuestra secretaría, a posteriori es muy difícil renegociar el
precio.
La puntualidad es un virtud muy apreciada y ejercitada por los
húngaros. Esperan de nosotros un comportamiento similar. En caso de no poder
llegar a tiempo a una cita, se recomienda llamar antes para avisar y en caso
de no poder acudir es importantísimo cancelar. En húngaro, es normal decir primero
el apellido y después el nombre aunque quienes tratan con extranjeros
suelen adaptarse.
Mientras que la comunicación con la población en general viene muy
condicionada por la gran dificultad del idioma húngaro, en los ambientes
turísticos no hay gran problema pues casi todo el mundo habla algún idioma
extranjero. En el mundo de los negocios es cada día más frecuente que se
hable inglés, alemán y, en ocasiones, incluso español. En otro caso será
necesaria la ayuda de intérprete o traductor. No hay dificultad para
conseguirles a un precio razonable y la Oficina Comercial puede ayudar a
contactarles, algunos incluso disponen de coche. Se recomienda asegurarse de
la precisión de traducciones e interpretaciones, especialmente en cuestiones
delicadas como la negociación de contratos o temas con contenido técnico muy
complejo. Para facilitar su labor en estos casos conviene facilitarles alguna
documentación que les ayude a dominar el léxico.
Los teléfonos móviles son de uso muy común. Los teléfonos españoles
GSM funcionan normalmente. Quien no lo tenga puede alquilarlo por días pero
es necesario depositar una fianza importante. Para hacer llamadas locales
desde un móvil hay que usar el prefijo 06 y después el prefijo provincial (1
para Budapest) si se llama a un teléfono normal, el 20 ó 30 (según la red) si
se llama a un móvil húngaro. Para llamar a España hay que marcar 00 34 y el
código provincial. Las cabinas de teléfonos convencionales suelen
funcionar con tarjetas más que con monedas. Las tarjetas se venden en
quioscos y en lugares turísticos.
Los Taxis funcionan bien en general aunque no hay que descartar la
picaresca. Cada uno está pintado de un color y lleva emblemas y señales
distintas. Hay grandes diferencias entre unos y otros. Los "de
compañías" tienen unas tarifas fijas muy razonables pero los
"libres" suelen tener tarifas más elevadas y ajustables en función
del cliente. Los taxis de compañías se identifican por llevar unas marcas en
las puertas (cuidado de no equivocarse). Pueden pararse por la calle o
pedirse por teléfono en ingles (las dos compañías más grandes son Fötaxi,
tel. 222 22 22, y City Taxi, tel. 211 11 11). Los taxis "libres"
(frecuentemente vehículos de lujo pero también algunos con apariencia normal)
se encuentran en los lugares turísticos y a las puertas de los hoteles.
Aunque tienen taxímetros, sus tarifas pueden más que duplicar o triplicar el
precio normal.
Los desplazamientos del/al aeropuerto pueden hacerse en taxis (las
principales compañías y hoteles tienen vehículos a precio fijo, en función
del tipo de vehículo) o con un servicio de minibus muy eficaz por 1.200
Forintos por persona.
Los restaurantes son variados y generalmente de buena relación calidad
precio. Recientemente ha habido algunos casos de abusos (sobre turistas u
hombres de negocios acompañados por señoritas de compañía simulando ser
inocentes y simpáticas viandantes) pero la inmensa mayoría tienen un
comportamiento normal. Para evitar sorpresas se aconseja verificar
previamente los precios en el menú.
Además de los de los hoteles y de los de cocina europea (italianos sobre
todo), hay gran variedad de restaurantes húngaros de calidad. El pescado no
forma parte de su tradición culinaria y es de río o de mar, congelado. Las
carnes rojas y de aves, especialmente el hígado de oca, son los platos más
populares. Es frecuente el uso de pimentón y salsas a base de crema de leche.
Los restaurantes "turísticos y folklóricos" pueden ser divertidos,
pero no suelen ser los mejores desde el punto de vista gastronómico.
Es cuestión de gustos, pero con frecuencia el vino blanco es notablemente
mejor que el tinto. En general, los precios de los vinos son
proporcionalmente más caros que la comida, al menos por comparación a los
vinos españoles.
En los mejores restaurantes es necesaria reserva. Entre los más céntricos (en
Pest) están: Muzeum (magnífica cocina a buen precio, tel 2670306), Gundel (grandiosa
atmósfera, mejor que la cocina, 3213550), Robinson (al borde de un estanque,
en el parque, cocina normal, 3430955), Lou Lou (pequeño pero agradable,
3124505) Belcanto (los camareros cantan opera, cocina normal, 2692786). En
Buda hay muchos otros recomendables: Kacsa (aves y caza, 2019992), Kisbuda
Gyöngye (168 9246).
Entre los cafés es imprescindible la visita al Gerbeaud (plaza
Vörósmarty, junto al hotel Kempinski) y al New York, pero hay muchos otros
con encanto.
En algunos establecimientos de diversión, puede haber "sorpresas"
desagradables a la hora de pagar. En general se recomienda tener mucho
cuidado con las malas compañías, que a veces tienen apariencia de inocentes
jóvenes viandantes que proponen o se dejan invitar a compartir un rato inocente
y agradable en un café, bar o restaurante aparentemente normal. A veces el
primero lo es, pero en un segundo surgirá el problema. Ha habido casos muy
desagradables con las facturas, especialmente en los lugares más turísticos
como la calle Vaci y alrededores.
También hay que tener cuidado en las aglomeraciones y el transporte público
en las que pueden pulular algunos carteristas y timadores que, a veces
incluso disfrazados de policías, pueden abordar con éxito a inocentes
turistas y hombres de negocios en la zona centro. En general el crimen es
escaso y se limita a robos sin violencia física, aunque, como en todos los
sitios, los turistas y hombres de negocios inocentes son las víctimas
predilectas de estafadores. Existe una policía turística pero de reciente
creación y escasa eficacia.
Las tarjetas de crédito son cada día más aceptadas pero, en algún
caso, se aceptará sólo una, en algún caso se preferirá American Express sobre
Visa. El mejor cambio de moneda puede hacerse en los bancos. Los hoteles
suelen tener tipos menos favorables. Abundan las agencias de cambio en las
zonas turísticas, aunque los tipos no son los mejores. Se recomienda declinar
las propuestas callejeras que pueden resultar en una estafa. Los cajeros
automáticos funcionan con normalidad y tarjetas del tipo Cirrus o maestro son
la mejor alternativa para obtener moneda local a un buen tipo de cambio.
Como compras, además de artesanías varias, para los sibaritas del
paladar puede recomendarse el hígado de oca y el vino de Tokaji que tan bien
combina con él. La mejor marca es Oremus (propiedad de Vega Sicilia). Ambos
se encuentran en las mejores tiendas, a veces a mejor precio que en el
aeropuerto. Las compras de caviar no están exentas de riesgo.
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