19° DOMINGO ORDINARIO
CICLO C

 

PRIMERA LECTURA: Sap 18, 6-9

"Aquella noche fue previamente conocida por nuestros padres,
para que se confortasen al reconocer firmes los juramentos en que creyeron.
Tu pueblo esperaba a la vez
la salvación de los justos y la destrucción de sus enemigos.
Y, en efecto, con el castigo mismo de nuestros adversarios
nos colmaste de gloria llamándonos a ti.
Los santos hijos de los buenos ofrecieron sacrificios en secreto
y establecieron unánimes esta ley divina:
que los santos correrán en común las mismas aventuras y riesgos;
y, previamente, cantaron ya los himnos de los Padres".

 

LA HISTORIA

El libro de la Sabiduría no fue reconocido por los judíos como inspirado por Dios y, por tanto, tampoco lo es por los protestantes; es un libro deuterocanónico. En griego el título del libro es "Sabiduría de Salomón", pero es evidente que no fue escrito por él. Se discute en qué época se redactó y las fechas varían entre el siglo primero a. C. y el primero d. C. Fue escrito, seguramente, en Alejandría, y originalmente en griego.
Alejandría era la fuente del helenismo en Egipto y a la vez, habitaba en ella una gran colonia judía. El autor quiere mostrar a sus correligionarios la superioridad de la fe judía sobre las creencias egipcias de la época.

 

EL CONTEXTO

Los capítulos 10-19 del libro de la Sabiduría, son un midrash sobre la salida de Egipto, en el que se quiere contrastar la misericordia y la providencia de Dios, especialmente con los judíos. En estos capítulos hay siete antítesis, en las que el autor opone la situación de los egipcios y la de los israelitas: el milagro del agua (muerte para los egipcios y liberación para los israelitas); las ranas; las langostas y la serpiente de bronce; nel granizo y el maná; las tinieblas y la columna de fuego; la noche trágica y la noche liberadora; el mar Rojo.
Nuestra perícopa se encuentra en la sexta antítesis: la noche trágica y la noche liberadora, que abarca Sap 18, 5-19.
Sap 18, 5 dice que los egipcios habían decretado la muerte de los hijos de Israel, y que solo se había salvado uno (Moisés), que por ello Dios decretó la muerte de los egipcios bajo las aguas.
Después de nuestra perícopa, en Sap 18, 10 contrasta los cantos de liberación de los israelitas con los de los egipcios: "A estos cánticos respondía el discordante clamor de sus enemigos...".

 

EL SENTIDO

Sap 18, 6 dice que los israelitas conocieron de antemano lo que iba a pasar aquella noche, pues Moisés se lo había revelado. Con ello, Dios pretendía afianzar su fe una vez que todo aconteciera. El pueblo (Sap 18, 7), esperaba ya la liberación, junto con la destrucción de los egipcios. El castigo de los egipcios significó la libertad de Israel (Sap 18, 8). "Los santos hijos de los buenos", son los descendientes de los que vivieron el Éxodo, o los hijos de buena casta o de la promesa. Ellos ofrecieron sacrificios en "secreto", se refiere a la pascua (el sacrificio), que se realizó dentro de las casas (en secreto). En la fiesta de pascua (posteriormente), se cantaban salmos (el hallel: Sal 113-118). Que este libro es un midrash se nota en el simple hecho de que cuando se dio la salida de Egipto y la primera Pascua, no estaban escritos los salmos.

 

EVANGELIO: Lc 12, 32-48

"No temas, pequeño rebaño, porque a su Padre le ha parecido bien darles a ustedes el Reino. Vendan sus bienes y den limosna. Háganse bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla; porque donde esté su tesoro, allí estará también su corazón.
Estén ceñidos sus lomos y las lámparas encendidas, y sean como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor, al venir, encuentre despiertos; yo les aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, dichosos de ellos. Entiéndanlo bien; si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También ustedes estén preparados porque en el momento que no piensen, vendrá el Hijo del hombre.
Dijo Pedro: Señor ¿dices esta parábola para nosotros o para todos? Respondió el Señor: ¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad les digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: Mi señor tarda en venir, y se pone a golpear a los cirados y a las ciradas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles".
Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más".

 

 

LA HISTORIA

En la "Subida a Jerusalén", Lucas se desprende de Marcos y utiliza la fuente Q combinándola con los datos de sus fuentes propias, el resultado es un marco bastante impreciso en cuanto a cronología y a geografía. De ahí que en la mayoría de los pasajes de esta sección, no tenga prácticamente paralelos con Marcos y con Mateo solo en frases del Señor.

 

EL CONTEXTO

En Lc 12, 22-32, Jesús se dirigió a sus discípulos, acerca del abandono en la Providencia. El versículo 32 cierra el tema del abandono en la voluntad del Padre, asegurando que él ha decidido entregar el Reino a los discípulos. Después de la enseñanza sobre la vigilancia que trae nuestra perícopa, Lucas nos presenta a Jesús anunciando su pasión y las disensiones, fruto de aceptar su enseñanza: Lc 12, 49-53.

 

 

EL SENTIDO

Los versículos 33-34 constituyen una enseñanza aislada que retoma el tema del abandono de la riqueza, que leímos el domingo pasado (Lc 12, 13-21). "El peligro de las riquezas, con el consejo de deshacerse de ellas y de practicar la limosna, es un rasgo característico de la religión de Lucas"(1) . En donde uno tiene sus riquezas, tiene también su corazón. Esta palabra resume bien el mensaje de la lectura del domingo pasado: el hombre que pone su corazón en las cosas materiales, materializa su corazón, no se realiza como persona. Los versos 35-48 contienen varias comparaciones de Jesús:
Vv. 35-38 la espera del señor que fue a la boda
Vv. 39-40 estar en guardia durante la noche, para evitar robos
Vv. 41-48 el buen administrador en ausencia de su señor

Lc 12, 35-38 es otro consejo, como los versículos 33-34, pero en esta ocasión, acompañado de una pequeña parábola centrada en los siervos que esperan a que su señor regrese de la boda. El mismo año les servirá si llega y los encuentra alertas y esperándolo. El versículo 38 repite la idea del 37 para resaltar que los que cumplan serán bienaventurados.

Lc 12, 39-40 toma una comparación con un tema un poco diferente; ya no se trata del señor que se fue a la boda, sino del señor que está siempre alerta para que no le horaden su casa. Si él supiera a qué hora vendrá el ladrón, lo esperaría, pero como no lo sabe, tiene que estar alerta todo el tiempo. Así también los discípulos deben estar alerta pues no saben cuándo llegará el Hijo del hombre. Esta comparación tiene un tinte más escatológico que la anterior, debido a la mención del Hijo del hombre.
Lc 12, 41-48 se introduce con una pregunta de Pedro: "¿dices esta parábola por nosotros o para todos?", que no encuentra respuesta directa en Jesús, sino que hace otra parábola. El señor nombra a un administrador para que, en su ausencia, dé la ración adecuada a cada sirviente. El administrador nombrado será puesto al frente de toda la casa si cumple siempre con el encargo que recibió, pero si se da a la flojera, pensando que el amo tardará y es sorprendido, tendrá su suerte con los infieles. En los versículos finales, Lc 12, 47-48 hace una precisión: el siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no la realiza, recibirá muchos azotes, pero quien no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; quien recibió mucho, tiene mucha responsabilidad y se le pedirá más. Estos versículos quieren distinguir entre los discípulos que, habiendo recibido mucho, son perezosos en el apostolado, y los que flaquean, pero no recibieron tanto como los otros. Sin duda que en esta precisión se encuentra una situación de la comunidad destinataria. En ella los procedentes del judaísmo pretendían tener más derechos que los procedentes del paganismo; Lucas les dice que es al revés. La pregunta de Pedro puede entenderse en este sentido, "nosotros", son los discípulos procedentes del judaísmo; y "todos en general", son los discípulos procedentes del paganismo; Pedro se remitió a los versículos 35-38, en que Jesús decía que todos debían estar atentos y que a todos el Señor les serviría si los encontraba cumpliendo sus obligaciones.
Toda esta perícopa debe entenderse desde la primera frase: "No temas rebañito mío", así lo reclama el hecho de que ese verso haya sido incluido en esta perícopa. Jesús no vino, ni vendrá, a condenar, sino a salvar. Quienes estén guardando sus mandatos, nada deben temer.

Los judíos estaban preparados para el paso del Señor, cuando castigó a los egipcios, esanoche fue liberadora para ellos porque estaban preparados. De igual manera, los discípulos de Cristo debemos estar preparados para que, cuando él regrese, nos encuentre cumpliendo sus disposiciones, para que no nos sorprenda como ladrón, para que podamos dar cuenta de todo lo que se nos encargó.

(1).- Nota a Lc 12, 33 de la Biblia de Jerusalén, DDB, 1998.


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