26° DOMINGO ORDINARIO
CICLO C

 

PRIMERA LECTURA: Am 6, 1. 4-7

"¡Ay de aquellos que se sienten seguros en Sión
y de los confiados en la montaña de Samaría,
los notables de la capital de las naciones,
a los que acuda la casa de Israel!
Acostados en camas de marfil,
arrellenados en sus lechos,
comen corderos del rebaño
y becerros sacados del establo,
canturrean al son del arpa,
se inventan, como David, instrumentos de música,
beben vino en anchas copas,
con los mejores aceites se ungen,
mas no se afligen por el desastre de José.
Por eso, ahora van a ir al cautiverio a la cabeza de los cautivos
y cesará la orgía de los sibaritas."

 

LA HISTORIA

Con haber sido originario de Judá (de Técoa, unos quince kilómetros al sur de Jerusalén), Amós fue enviado a predicar al reino de Israel. El libro que lleva su nombre nos lo presenta tanto en Betel (donde estaba el santuario "cismático", como en Samaria: Am 3, 9; 4, 1; 6, 1). Profetizó bajo Jeroboam II (783-743 a. C.), muy cerca ya de la destrucción de Samaria y de la deportación de los israelitas (el 721 a. C.).
Amó es, con toda certeza, el profeta más terrible del Antiguo Testamento, fue enviado a anunciar la caída y la destrucción del reino. En su mensaje no hay prácticamente nada de optimismo, al grado de que algunos estudiosos se preguntan qué puede ofrecer un libro así al Antiguo Testamento. Lo único que tiene de optimismo este libro, fue añadido (Am 9, 11-15), salvo las alusiones al "Resto", ese pequeño grupo que se salvará de la aniquilación.

 

EL CONTEXTO

Los capítulos del 3 al 6, contienen amonestaciones y amenazas contra Israel; la perícopa anterior a la nuestra, está destinada contra el culto sin justicia, es decir, el culto que no está ligado con la vida: "¡Aparta de mi lado la multitud de tus canciones, no quiero oír la salmodia de tus arpas!" (Am 5, 23), que concluye con una nueva amenaza: Yo los deportaré más allá de Damasco, dice Yahvé, cuyo nombre es Dios de los ejércitos" (Am 5, 27).
Nuestra perícopa omite los versículos 2-3, porque son de difícil traducción e interpretación; básicamente, comparan a Israel con otras naciones, para demostrarle que, como ellas, será destruido. El versículo 8 inicia una nueva amenaza: "voy a entregar la ciudad con cuanto encierra" (Am 6, 8d).

 

EL SENTIDO

En el versículo uno se arremete contra Sión y contra Samaria; en la segunda parte del versículo, se nota claramente que está dirigida contra Israel, a la que llama "la capital de las naciones". Debido a que la dirección es, más bien, la casa de Israel, podemos considerar la primera parte como una relectura que hizo Judá posteriormente. Es decir, el mensaje que Amós dirigió contra Israel, también fue válido para Judá. El periodo de Jeroboam II fue de mucha riqueza material, pero a costa de la explotación y de la injusticia. Esa riqueza conllevó, para la mayoría, olvidarse de Yahvé: El versículo 4 ilustra bien la situación: "acostados en camas de marfil...", comen de sobra el alimento que tienen en los establos, que es seguro; y en esa opulencia, cantan salmos e inventan instrumentos, como David. La alusión a David puede ser peyorativa: también el rey se sentaba tranquilamente a cantar a su Dios mientras el pueblo padecía hambre. La misma mención de David nos hace pensar que cantaban y salmodiaban en el culto, y sin embargo, su corazón estaba muy lejos de Dios.
Ellos beben y se perfuman, sin considerar las amenazas que se han abatido sobre José, es decir, sobre el pueblo de Israel: Tienen la espada pendiente en la cabeza y se tiran a disfrutar de la vida. Las invectivas proféticas no les mueven a justicia y arrepentimiento.
El versículo 7 es lo más típico del mensaje de Amós, una nueva amenaza ya anunciada en el versículo 6: irán al destierro, y ellos, los nobles, irán a la cabeza. Esta profecía se cumplió al pie de la letra pues Sargón II, cuando deportó a Israel, se llevó primero a los nobles y letrados y dejó en el país a los pobres e incultos. Solo así, dice, se acabará la orgía de los sibaritas. La palabra hebrea que aquí se tradujo como "sibaritas" es serujim, que significa: "que se hunden en el cieno", aquellos que se dejan caer (en sentido moral). La palabra sibarita significa: perteneciente a la ciudad de Sibris, que era muy rica y, por extensión, aquellos que se dan vida de reyes.

 

 

EVANGELIO: Lc 16, 19-31

"Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico... pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado.
Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y gritando dijo: Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y ustedes se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a ustedes, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros.
Replicó: Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento. Le dijo Abraham: Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan. Él dijo: No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán. Le contestó: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convertirán, aunque un muerto resucite".

 

LA HISTORIA

Para los judíos, el sheol era el lugar al que iban todos los muertos. Ahí, los que murieron , viven como sombras, en estado latente. Hacia el final de la era precristiana, ellos mismos anunciaban que habría una resurrección (Dn 12, 2; II Mac 7) y un juicio posterior. En la época de Jesús, el seno de Abraham era el lugar al que iban los bienaventurados, en tanto que los malos iban al Hades , según esta perícopa. Hades, es la traducción común para Sheol en la Biblia de los LXX. Los judíos creían que antes del juicio, los muertos estaban ya separados en categorías, según sus obras en el mundo. Es difícil asegurar que en esta perícopa dé Jesús una enseñanza sobre el infierno como realidad espacial, puesto que Lucas parece, más bien, usar la tradición solo para poner un ejemplo, sin pronunciarse sobre su oportunidad Jesús habló en muchas ocasiones de la perdición que puede sobrevenir después del juicio.

 

EL CONTEXTO

Después de la parábola del administrador infiel y de los dichos de Jesús que Lucas puso al final, sigue una invectiva contra el afán de riquezas de los fariseos y otros dichos de Jesús sobre la Ley y luego sobre el matrimonio (Lc 16, 18).
Después de nuestro texto, ha colocado otros dichos de Jesús sobre diferentes temas: sobre el escándalo (Lc 17, 1-3a); sobre la corrección fraterna (Lc 17, 3b-4) y sobre el poder de la fe (Lc 17, 5-6).

 

 

EL SENTIDO

Lc 16, 19-26 introducen el tema de la conversión, que se desarrollará en los versículos 27-31. En estos primeros versículos, las descripciones son comunes a los judíos con los egipcios: el cambio de situación de este mundo al otro.
Los versículos 19-21 nos presentan a los dos personajes. El rico no es presentado por su nombre y el pobre sí. El contraste no podía ser más vivo. Uno celebraba fiestas diariamente y vestía con fineza. El pobre, Lázaro, estaba "echado", junto a su portal, enfermo y deseando hartarse con los desperdicios de la mesa de Lázaro. Hasta los perros se las ganaban y le lamían las llagas.
El versículo 22 nos presenta el cambio de situación: ahora ambos murieron y están, uno en el seno de Abraham y otro, cuyo nombre no se dice aún, fue sepultado.
A partir del versículo 23 se nos presenta el diálogo entre el rico y Abraham. La petición que hace es casi ridícula, pero da una idea del sufrimiento que debía padecer: que moje la punta de su dedo con agua y que me refresque. El versículo 25 da la idea de que existe una posibilidad de gozar la dicha y se ocupa en la vida terrena o en la vida ultraterrena; Lázaro sufrió en la terrenal, le toca ahora gozar, en cambio el rico gozó en la terrenal y le toca ahora sufrir.
Abraham le responde que no es posible puesto que hay un gran abismo entre ellos y no se puede franquear. Abraham muestra que él no es dueño de hacer lo que quiera estando "en el seno de Abraham", pues Dios ha dispuesto las cosas a su manera. Los que han sido premiados y los que han sido condenados no pueden ir al otro lugar.
En los versículos 27-31 se da el desenlace de la parábola: el rico quiere que Lázaro vaya a sus familiares para advertirles lo que puede pasar si no se convierten. Abraham le responde que tienen la Ley (Moisés) y los profetas, pero eso no basta, dice el rico. Abraham concluye con la afirmación más crítica de la parábola: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque un muerto resucite" (Lc 16, 31). Estos versículos finales se proponen urgir a la conversión.

 


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