PRIMERA LECTURA: Hab 1, 2-3; 2, 2-4
"¿Hasta cuándo Yahvé, pediré
auxilio,
sin que tu escuches,
clamaré a ti: ¡Violencia!
Sin que tú salves?¿Por qué me haces ver la iniquidad,
y tú miras la opresión?
¡Ante mí rapiña y violencia,
querella hay y discordia se suscita!
Y me respondió Yahvé y dijo:
Escribe la visión,
ponla clara en tablillas
para que se pueda leer de corrido.
Porque es aún visión para su fecha,
aspira ella al fin y no defrauda;
si se tarda, espérala,
pues vendrá ciertamente, sin retraso.
He aquí que sucumbe quien no tiene el alma recta,
mas el justo por su fidelidad vivirá".
LA HISTORIA
No está claro si las profecías contra el opresor se dirigen
contra Asiria, el libro dataría del 612 a. C., pero si los opresores
son los caldeos, serían de los años 605-587, es decir, contemporáneas
de Jeremías. En Hab 1, 6 dice: "Pues he aquí que yo suscito
a los caldeos, pueblo acerbo y fogoso, que recorre las anchuras de la tierra,
para apoderarse de moradas ajenas". La dificultad está en saber
si los opresores son los asirios, que serán vencidos por los caldeos,
o si son ya los caldeos.
La última frase de nuestro texto: "mas el justo por su fidelidad
vivirá", fue utilizada y citada por Pablo en las cartas a los
Romanos y a los Gálatas y está a la base de la doctrina de
la justificación por la fe, que también sirvió a Lutero
como fundamento para la Reforma.
EL CONTEXTO
El libro del profeta Habacuc tiene tres partes claramente
distinguibles:
1. Hab 1, 2-2-4 es un diálogo entre el profeta y Dios. Habacuc se
queja con Dios porque escoge a gente malvada para castigar a su pueblo y
a los injustos para castigar a los justos. Al final, Dio le dice que escriba
la visión.
2. Hab 2, 5-20 Contiene cinco "Ayes" contra el opresor; su mensaje
es que al final, Dios castigará a los opresores y a los malvados.
Cada imprecación comienza con un "¡Ay!" y amenazan
a los malvados y a los idólatras.
3. Hab 3, 1-19 Es una especie de himno para el triunfo final de Yahvé,
se compone de tres movimientos: La llegada de Dios, su combate y la confianza
de los buenos. Este tercer capítulo tiene elementos que acusan uso
litúrgico posterior (una pausa en el versículo 13 y la indicación
de autor como en los salmos: "Del maestro de coro. Para instrumentos
de cuerda".
La liturgia ha seleccionado el inicio y el fin de la primera parte del libro: el inicio de la queja de Habacuc (Hab 1, 2-3) y la respuesta de Dios preparando al visión (Hab 2, 2-4).
EL SENTIDO
El profeta, más que interrogar al pueblo, interroga
a Yahvé por elegir a los malvados para castigar a los justos (Hab
1, 4). En nuestros dos versículos no queda patente la clave de la
queja del profeta, solo se queja aquí de que Yahvé tolere
la maldad sin salvar pronto. Se trata de la violencia, la iniquidad, la
opresión y la discordia.
En los versículos del capítulo dos Yahvé pide al profeta
que ponga por escrito la visión que le facilitará. Debe ponerla
por escrito, de manera que se pueda leer de corrido. Esa visión se
cumplirá y si tarda un poco es preciso tener paciencia. En el texto
dice: "si tarda... sin retraso", en una contradicción que
reafirma la inminencia.
El versículo 4 no se dirige al pueblo, sino a las personas, adelantando
las profecías de Ezequiel sobre la responsabilidad y la retribución
personales; pero es también muy posible que se personifiquen aquí
Judá (el justo) y los caldeos (los injustos). Se trata de que el
justo vivirá por su fe y quien no tiene el alma recta perecerá;
ya no se condenará al justo con el injusto debido a que sean del
mismo pueblo. Notemos que el primer estico del verso matiza el sentido del
segundo, sobre todo como lo tomó Pablo: el justo vivirá por
la fe, se podría entender que para vivir no hacen falta las obras,
sino solo la fe; pero es preciso leer el primer estico: "He aquí
que sucumbe quien no tiene el alma recta"; es decir, que se salvará
quien tenga el alma recta, es decir, obre bien. Este primer estico está
corrompido en el hebreo, la lectura original rezaría así:
"está influida, no es recta su alma en él"; los
LXX tradujeron: "Si falla, mi alma no se complace en él; mas
el justo vivirá de la fe en mí" y la Vulgata: "El
que es incrédulo, su alma no será recta en él".
Creo que en cualquier caso, se trata de personas que muestran su rectitud
en sus obras. Pablo tomó la traducción de los LXX, que leen
fe en lugar de fidelidad.
EVANGELIO: Lc 17, 5-10
"Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos
la fe. El Señor dijo: Si tuvieran fe como un grano de mostaza, habríais
dicho a este sicómoro: Arráncate y plántate en el mar,
y los habría obedecido.
¿Quién de ustedes tiene un siervo arando o pastoreando y,
cuando regresa del campo, le dice: Pasa al momento y ponte a la mesa? ¿No
le dirá más bien: Prepárame algo para cenar, y cíñete
para servirme hasta que haya comido y bebido y después comerás
y beberás tú? ¿Acaso tiene que agradecer al siervo
porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo ustedes, cuando hayan hecho
todo lo que les fue mandado, digan: Somos siervos inútiles; hemos
hecho lo que debíamos hacer".
LA HISTORIA
En el Imperio Romano, los esclavos eran casi la mitad de
la población. En Israel, la esclavitud estaba legitimada por la ley.
Cuando un deudor no pagaba, este podía esclavizarlo junto con su
familia; o bien, el que caía en desgracia podía venderse a
sí mismo como esclavo. Sin embargo, las leyes mitigaban la esclavitud
para los mismos judíos: derecho de asilo, descanso sabático,
regreso a la libertad en el año jubilar, etc.
Lucas utiliza en seis ocasiones el término "apóstoles"
hablando de los doce; Mateo y Juan utilizan ese nombre solo en dos ocasiones
y Marcos en una. Contrasta con el uso que Pablo da al vocablo, para él,
los apóstoles eran más, en número, que los doce.
El contexto
Después de la parábola del rico y de Lázaro,
Lucas añade tres sentencias breves de Jesús, sin enmarcarlas
en una narración amplia: el escándalo (Lc 17, 1-3a); la corrección
fraterna (Lc 17, 3b-4) y el poder de la fe, que forma parte de la liturgia
de este domingo.
Después de la comparación del apóstol con el esclavo,
narra la parábola de los diez leprosos (Lc 17, 11-19).
EL SENTIDO
Los versículos 5-6 son un dicho breve de Jesús
acerca de la fe. Mateo tiene el mismo dicho cuando los discípulos
preguntaron a Jesús por qué no habían podido expulsar
el demonio de un muchacho. En esa ocasión, Jesús no habló
de que el árbol se plantara en el mar, sino solo que se desplazara
de un lugar a otro. En Mt 21, 21 dice lo mismo, cuando hablaba de la higuera
estéril, pero en esa ocasión dijo que si tuvieran fe, podrían
ordenar a un monte que se echara al mar, y así lo haría (igual
en Mc 11, 23). El marco que Lucas añadió fue, pues, el que
los discípulos se acercaran a pedirle que les aumentara la fe. De
hecho, Jesús no les aumenta la fe, sino que les dice lo que podrían
hacer si la tuvieran. En la perícopa siguiente tampoco responde a
la petición de los discípulos. La semilla de mostaza es muy
pequeña.
Los versículos 7-10 ponen una comparación; los que lo escuchan
(parece que no son solo los apóstoles, como en los versículos
5-6), tienen siervos. Los siervos tienen funciones obligatorias. De igual
modo, todos son siervos de Dios y tienen funciones obligatorias, de las
cuales no se pueden gloriar. Jesús no dice, sin embargo, cuáles
son esas funciones que tenemos obligación de hacer por ser siervos
de Dios.
Jesús pone una comparación de la situación que ellos
viven en su momento, no está justificando la esclavitud ni la prepotencia.
Al respecto se puede comparar esta perícopa con Jn 13, 1-16, en donde
Jesús lava los pies de sus discípulos, lo que era un trabajo
de esclavos. El objetivo de Jesús es hacer tomar conciencia a los
que le escuchan, de que son siervos de Dios y de que le deben mucho, que
no hay por qué exigir un premio por lo que se hace como obligación.
La palabra "inútiles" es la traducción más
común del griego, no encaja bien en el contexto.
Sin duda que el texto del Antiguo Testamento fue elegido
por la última frase: "el justo por la fidelidad (o por la fe),
vivirá". En este caso, la liturgia insiste en la necesidad de
tener fe. La fe, sin embargo, procede de Dios, para tenerla es preciso aceptarla
cuando se nos entrega y pedir que sea incrementada, como hizo el padre del
muchacho epiléptico: "Señor, aumenta mi fe". Creo
que no se debe colegir del texto de Habacuc, que las obras no aprovechan
para nada, esa será una lectura de Pablo, pero que omitió
incluso, el hemistiquio anterior, que insiste en que es necesario tener
un alma recta. La discusión de lo que quiso decir Pablo al citar
el texto y de lo que entendió Lutero, es harina de otro costal.
Pedir la fe para hacer milagros ostentosos no tiene sentido, pero sí
el pedirla para amar más y para creer más.
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se cite la fuente: IAFOBI, Dr. Javier Quezada del Rio. México D.F.
2001.