LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
15 de agosto (Solemnidad)

1. BIENVENIDA

Celebrante: En el nombre del Padre...

Guía:
La asunción de María ha llamado siempre la atención de los fieles porque les evoca la grandeza y elevación de la persona humana sobre la realidad terrena, a la vez que es mensaje de esperanza para quienes continúan en ella. Varios escritos apócrifos de los siglos II-V mencionan la muerte de María, (o "Dormición" entre los cristianos orientales), seguida de su elevación a la gloria. En los siglos V y VI se estableció en el Oriente una fiesta para conmemorar este evento que el Emperador Mauricio mandó celebrar el 15 de agosto. Tal celebración y festejo pasaron al Occidente en el VII. Por último, el Papa Pío XII definió como dogma de fe la Asunción de María al cielo en cuerpo y alma, el 1 de noviembre de 1950.
La asunción de María a la gloria, junto al Padre y su Hijo, por obra del Espíritu Santo, es un adelanto de la beatitud que espera a todo creyente. Así como Dios quiere a todos sus hijos "santos" en la tierra, a pesar de las peripecias que les dificultan el camino, del mismo modo anhela ser alcanzado por ellos en su gloria para ser "Todo… en todos".

 

2. LITURGIA DE LA PALABRA

Misa de la vigilia

Primera lectura (1 Crónicas 15,3-4.15-16; 16,1-2)
El arca de la alianza fue para Israel señal evidente de la presencia y protección de Dios. Perderla era vivir sin providencia; tenerla cerca, una bendición. María es como una arca para la humanidad: le entrega la presencia de Cristo y es signo de la bendición de Dios.

Segunda lectura (1 Corintios 15,54-57)
Ley, pecado y muerte son realidades inseparables que dañan al hombre. Ante esto, Pablo apóstol nos anima: la resurrección de Cristo ha roto este triángulo del desastre y, a partir de ella, los creyentes disponen de nuevas perspectivas para vivir, morir y volver a vivir.

Evangelio (Lucas 11,27-28)
Ser bienaventurado es como ver a Dios, contar con su providencia y compañía y vivir de ellas. La gente llama bienaventurada a la mamá de Jesús. El acepta y añade que lo es más aún quien sabe escucharlo como conviene y acepta vivir las consecuencias de ello.

 

Misa del día
Primer lectura (Apocalipsis 11,19; 12,1-6.10)
La experiencia de toda comunidad cristiana es dura y dramática. Apocalipsis la compara a una mujer que da a luz, que es perseguida por un dragón y que vive huyendo. La metáfora es bella, pero consuela más la intervención salvadora e inmediata que Dios promete.

Segunda lectura (1 Corintios 15,20-27)
La resurrección de Jesús no es una vuelta a la vida terrena, limitada y con riesgos. Por el contrario, señala la victoria de Cristo y de los cristianos sobre todo lo caduco y lo neutro, lo pasajero y cuanto significa limitación, degradación, maldad, corrupción y muerte.

Evangelio (Lucas 1,39-56)
El viaje de María a casa de Isabel no parte sólo del deseo de ser útil, sino también para comunicarle el plan de Dios. En éste, no son los poderosos su meta, sino los pobres; pero no los apocados, sino los humildes; no los altaneros, sino los nobles de corazón.

 

4. ORACIÓN DE LOS FIELES

Celebrante:
Hermanas y hermanos, pidamos a Dios que nos ayude a vencer el mal y la muerte en todas sus formas, como nos lo ha señalado en la Asunción de María a su gloria.

Guía: Invoquemos al Señor / Danos tu vida y llévanos hasta ti, Señor.
- Por la Santa Iglesia de Cristo, pereegrina en el mundo: para que no ceda ante las culturas de muerte que intentan callar su mensaje. Invoquemos al Señor…
- Por nuestros Obispos, sacerdotes y ddiáconos: para que nunca olviden hablarnos del cielo ni se limiten a exhortarnos con cosas del suelo. Invoquemos al Señor...
- Por todas las mujeres que gozan de lla maternidad: para que, como María, sepan dar vida, seguridad y protección a sus hijos. Invoquemos al Señor…
- Por las jóvenes: para que vivvan su juventud con alegría y sencillez, pero sin caer en la tentación del egoísmo, del bienestar y del sexo. Invoquemos al Señor...
- Por quienes patrocinan el aborto: paara que no vean al neonato como un estorbo, sino como esperanza y camino para superar su egoísmo. Invoquemos al Señor…
- Por los enfermos y moribundos: para que no desesperen ante la caducidad del cuerpo y acepten la proximidad del reino de Dios. Invoquemos al Señor…
- Por todos nosotros: para que vivamoss cada día y eucaristía como preparación y aproximación al reinado definitivo de Dios. Invoquemos al Señor…
- (Otras intenciones. Invoquemos al Seeñor…)

Celebrante:
Señor de la vida, que en la Solemnidad de la Asunción de María nos prometes el triunfo de la vida sobre la muerte: haznos valorar nuestro cuerpo, destinado a la gloria como el de María y el de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. - AMÉN

 

5. EXHORTACIÓN FINAL

Guía:
Al celebrar al Asunción de María, la Iglesia nos hace recordar que la vida del hombre no termina en la tierra. Por otra parte, el tema nos sugiere que, aunque las realidades que vemos y tocamos tienen sentido en esta vida, pueden sernos aún más provechosas si, además, las asumimos como escalera que nos lleva a la Vida de Dios.
Por último, la Asunción de María es un adelanto de cuanto nos ocurrirá más adelante. La vida humana tendrá su consumación en la gloria del Padre, pero la prepararemos a medida que esa nueva vida se imponga en nuestra conducta diaria, como la liturgia de hoy nos ha hecho descubrir.
Celebrante: En el nombre del Padre...

 

6. SUGERENCIAS PARA MEDITAR

La Asunción de María a la gloria de Dios es el primer efecto de la resurrección de Cristo para los cristianos. Si con la resurrección de Cristo han quedado abiertos los cielos para recibir a cuantos creen y siguen al Hijo de Dios, con la Asunción de María queda claro el proyecto final de Dios quien invita a todos a participar de su gloria.
En la tradición primitiva, la Asunción de María fue unida a su muerte, o mejor dicho, a su "Dormición", como se le llamaba en el Oriente cristiano. No se le consideró premio a una vida cristiana plena, sino cumplimiento de la Escritura y de las promesas que Dios mismo había hecho a través de sus profetas. Así pues, la Asunción de María:
- continuaba el modelo de otras ";asunciones" o raptos celestes de varios elegidos de Dios: el patriarca Henoc, el profeta Elías y el misterioso Siervo de Yahvé;
- confirmaba el tema de la elevaci&oaccute;n y resurgimiento del pueblo como sugería el profeta Ezequiel al hablar de Israel en exilio con la imagen de los huesos que vuelven a la vida (37,1-14);
- evocaba el rescate del sheól o del mundo de los muertos, como se prometía a los piadosos (Salmo 16,9);
- y reflejaba la nueva vida que tendr&ían quienes respondían a Dios con fidelidad.
La Iglesia propone ahora a los fieles la asunción de la nueva Eva, seguidora de Cristo en su evangelio y primicia de la resurrección o nueva vida, camino necesario y único hacia la gloria del Padre. Lo que el Señor ha dado a su madre María es un avance de lo que nos va a dar…de serle fieles como ella.
En un cuadro deslumbrante, Apocalipsis presenta una imagen de la Iglesia: una mujer encinta aparece de repente; un dragón la acecha para destruir a su criatura, en cuanto nazca; llega el recién nacido, es rescatado del perseguidor y llevado hasta la gloria (12); y, mientras la mujer escapa al desierto, se cantan los triunfos de Dios y de su Mesías. Bajo el aspecto creyente, el nacimiento de alguien es como una luz para la tierra y una victoria sobre la muerte, impotencia y maldad humanas (Génesis 3,14; Is 7,14; Miqueas 5,2), que prefieren cadáveres más que infantes, esperanza y futuro (primera lectura).
Pablo anuncia la resurrección, ¡la otra vida! Por un tiempo, la muerte dominará entre los mortales, pero su fin se acerca: Cristo ha sido arrancado ya a su poder y, a continuación, comenzará la liberación de sus seguidores. Una imagen del apóstol es todavía más clara: Adán trajo la muerte; Cristo, en cambio, aporta la vida (segunda lectura).
En el evangelio se ofrece un cuadro de lo que quiere decir la resurrección de Jesús ya en este mundo: María es la bendita de Dios, su cantora por excelencia y apóstol de la alegría de los humildes. No dice que es poca cosa ante Dios, sino que es su sierva, persona de confianza para Dios. María rechaza la conducta de quien "se humilla de más" y, de ese modo, rebaja la obra de Dios. En el evangelio, en cambio, María anuncia que cuanto ella es y tiene viene de El, es signo para los demás, significa elección, cariño, misión y futuro adelantado. Es bueno callar a tiempo... no ahora que hay mucho por contar (evangelio).
El mensaje de la Asunción de María a la gloria del Padre es la esperanza de lo que está por llegar: con su Magníficat (evangelio), ella es la primera criatura (después de su hijo) en participar de la resurrección (segunda lectura); y en su feminidad y maternidad evoca la efectividad y realidad de la salvación (primera lectura), obra de Dios y no simple fruto del esfuerzo, aspiración y conquista humanas.

 


© Derechos Reservados. Esta es una versión electrónica del Libro "Celebrar y Vivir la Palabra I ("Solemnidades y Fiestas")" del Lic. A. Tomás Parra Sánchez, la cual, ha sido realizada por el IAFOBI con permiso del Editor. Ediciones DABAR, México 2001. Prohibida su reproducción.


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