DAVID ENTRE LOS FILISTEOS
1 Samuel 27-29. De los desiertos morales a los que puede ser llevado el cristiano por fuerza de la tentación, ninguno es más horrible que el del EGOÍSMO. La vida egocéntrica es un escándalo en la tierra y dolor en el mismo cielo. El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra. Los afectos engañosos de nuestro corazón ¿no nos han llevado como el pródigo a una "provincia apartada"? ¿ En un ataque de cobardía no nos hemos batido en retirada a tierra de incircuncisos en busca de consuelo, y ayuda? Es deprimente ver al ungido de Dios depender de un rey pagano para su protección, o sea a un hijo de Dios apartándose para tratar de hallar refrigerio en el mundo.
¿POR QUE FUE? Dio este paso en falso debido a que:
1) Se llenó de temor: 1 Samuel 27:1 "Dijo luego David en su corazón: al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano"
Saúl se hizo un gigante al cual tuvo temor de enfrentar. "El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será exaltado". Pr 29:25. El domingo de la Resurrección, los discípulos estaban escondidos por cobardía, y Jesús apareció para animarles. La primera mención al temor en la Biblia, es después de la caída "tuve miedo, porque estaba desnudo. Por eso me escondí" El temor tiene un aspecto emocional y otro teológico, el que nos separa del compañerismo con Dios.
El temor nos lleva a la cobardía y ésta puede llegar a ser un estilo de vida, cosa que pasó con David en tierra filistea por un año y cuatro meses (27:7). La cobardía convierte a los discípulos en espectadores, es estar en la tribuna gritando y no en el campo de juego transpirando la camiseta del equipo. Se desea vivir sin compromisos y sin peligros. El temor trae confusión, por eso Gedeón le ganó la batalla a los madianitas Is 43::1-3.
En 1854, el barrio de Londres donde vivía C. Spurgeon fue azotado por una epidemia de cólera, y tuvo que visitar docenas de enfermos por día, por eso fue preso de un enorme cansancio y depresión moral, porque murieron muchos de sus amigos, y se llenó de temor. Un día volvía de un entierro, y vio la pizarra de un zapatero que decía: "Porque has puesto al Señor, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada". Por fe este creyente se apropió de estas palabras, la plaga al fin cedió y él no recibió mal alguno.
2) Se olvidó de Dios: dijo que nada era mejor que fugarse a la tierra filistea. ¿Qué es mejor la ayuda de los impíos o la de Dios ? Heb 13:5-6 dice..."No te desampararé, ni te dejaré, de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre." En Dt 8:12, dice: "cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre" y 8:14 hay una orden de no andar en pos de dioses ajenos. Los dioses de hoy: los placeres, la sensualidad, la inmoralidad, la celebridad, el materialismo, el culto al yo, el poder, la droga, el alcohol, falsas filosofías, las religiones humanas, el humanismo.
El olvidarse de Dios es acordarse más de otra cosa, que es un SUSTITUTO de Dios, DIOS NO TIENE SUSTITUTOS.
El rey de Francia Enrique IV, que era creyente le preguntó al duque de Alba, si había observado
el eclipse de sol. -No -dijo el duque, tengo tantas cosas que hacer en la tierra que no me queda tiempo para mirar al cielo. En lo que se ocupaba era en perseguir a los cristianos en Holanda. Mt 6:33.
3) Se escapó de Saúl: 27:4 dice que Saúl no lo buscó más. Siempre hay dos maneras de escapar de la persecución. La primera es cuando Dios se interpone a nuestro favor, tal es el caso de los apóstoles en Hc 5:19, 12:7, y 1 Pe 4:13, y la otra es cuando recaemos en los caminos del mundo.
El tiempo de andar como un fugitivo fue de cerca de 10 años. En todas las otras ocasiones Dios se interpuso a su favor: 1 Sam 18, se le había recomendado musicoterapia, y David le tocaba el arpa, pero la cosa no funcionó porque no eran las armas adecuadas para la batalla espiritual. Hubo una brutal agresión por dos veces y David la evadió. Saúl estaba temeroso, y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Dios estaba con él, y el pueblo le amaba. Su mujer tuvo que descolgarlo de una ventana. Se fue con los profetas, también allí fue estaba obsesionado. Se protegió en la cueva de Adulam, y luego en el desierto. Se encuentran en una cueva, donde corta calladamente la orilla del manto de Saúl, otra vez va la campamento y se lleva la lanza y la cantimplora. Y después la decisión equivocada.
Fue todo un proceso, lo sacó del palacio, lo sacó de su casa, lo sacó de la compañía de los profetas, de las cueva, del desierto y no le pareció mejor idea que irse a tierra enemiga.
La resolución de David fue equivocada, porque Dios le había dicho que se quedara (22:5), y porque irse a una tierra idólatra se alejaba del consejo y la ayuda del pueblo de Dios. Lo mismo pasa hoy cuando los creyentes se alejan de la comunión, se alejan del consejo y la ayuda. Heb 10:24-25.
CONSECUENCIAS
a) Formó una sociedad desigual con un incrédulo o pagano. Primero de todo "halló gracia ante los ojos del rey de Gat (27:5). Luego se reconoció a sí mismo como "tu siervo", y fue ascendido a "guarda de la persona del rey" (28:2). Negó su verdadero carácter como siervo de Dios, y se sometió a otro amo. Como le pasó al hijo pródigo cuando abandonó a su padre, y buscó alivio en la provincia apartada, y estuvo obligado a "allegarse" a un ciudadano de aquella tierra. Los que recaen de corazón pronto recaerán de conducta.
b) Estuvo obligado a actuar de forma engañosa. El y sus hombres atacaban las tribus nómades cerca de los límites de Egipto, y cuando Aquis preguntaba "¿Dónde habéis merodeado hoy?" David decía en el sur de Judá. Esto era una mentira. (27:8-12). Como también lo fue cuando dijo que estaba con deseos de ir y luchar contra los hebreos, su propio pueblo. SIEMPRE ES MISERABLE LA VIDA DOBLE. VIVIMOS COMO EL MUNDO Y EXTRAÑAMOS AL PUEBLO DE DIOS, NOS VOLVEMOS AL PUEBLO DE DIOS, SIN CORTAR LAZOS CON EL MUNDO Y EXTRAÑAMOS EL MUNDO. El hecho que desconfiaran los ayudantes del rey de su "fidelidad" a la causa filistea, fue el escape providencial para escapar del dilema. Es triste espectáculo el que conoce la gracia y luego recae en los caminos del mundo.
c) Su fe estuvo a punto de naufragar. La fe es una confianza razonada, una confianza que cuenta que cuenta por entero en que Dios es digno de confianza. Por ejemplo cuando David y sus hombres retornaron a Siclag, antes que los filisteos provocaran de alguna manera la muerte de Saúl en la batalla, los aguardaba un terrible espectáculo. Durante su ausencia, los amalecitas habían saqueado la aldea, quemado sus casas y raptado a sus mujeres y niños. David y sus hombres "lloraron hasta que les faltaron fuerzas para llorar", y entonces en su angustia, el pueblo habló de apedrear a David. La razón era que había dejado indefensa la aldea para ir acompañando al rey filisteo. Era una grave crisis y David hubiera podido entregarse a la desesperación. En cambio leemos que "David se fortaleció en Jehová su Dios". Esa era la verdadera fe. No cerró sus ojos a la realidad. Ni trató de edificar su confianza en sí mismo o decirse que en realidad se sentía perfectamente. No. Recordó al Señor su Dios, el Dios de la creación, del Pacto, el Dios que había prometido ser su Dios y colocarlo en el trono de Israel. Y al recordar sus promesas y su fidelidad, David se fortaleció en la fe. ASÍ, PUES, LA FE Y EL PENSAMIENTO VAN JUNTOS Y ES IMPOSIBLE CREER SIN PENSAR.
El Dr Lloyd-Jones da un ejemplo neotestamentario de esta verdad al comentar en el Sermón del Monte, Mt 6:30 "Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?" La fe, según la enseñanza en este párrafo, es primordialmente pensamiento y todo el problema del hombre de poca fe es que no piensa. Se deja golpear por las circunstancias. No nos sentamos en un sillón a esperar que sucedan cosas maravillosas. Esa no es la fe cristiana. La fe cristiana es pensamiento. Mirar las aves, pensar en ellas y sacar conclusiones, mirar los lirios, o la hierba, considerarlos. Es cuando se insiste en pensar cuando todo está destinado a golpearlo y aplastarlo intelectualmente. La persona de poca fe no domina su pensamiento, éste está dominado por alguna otra cosa y gira en círculos viciosos. Es la ausencia de pensamiento, es no pensar.
EL BIEN QUE LA MENTE NO PUEDE DESCUBRIR, LA VOLUNTAD NO PUEDE ESCOGERLO, NI LOS AFECTOS AFERRARSE A EL. (OWEN).
La fe no es credulidad: se crédulo, es ser simple, carecer por completo de espíritu crítico, incapaz de discernir y de ser irrazonable en lo que uno cree. Es grave error suponer que la fe y la razón son incompatibles. Querían condenar a Galileo por aseverar que la tierra giraba alrededor del sol. En la Escritura lo que se oponen es la fe y la vista. La verdadera fe es razonable, porque confía en el caracter y las promesas de Dios. El creyente se basa en certidumbres.
La fe no es optimismo: hay un pensador de este siglo que equipara el pensamiento positivo equivocadamente con la fe. Para N. V. Peale aparentemente no hace ninguna distinción entre la fe en Dios y la fe en uno mismo. No parece preocuparle para nada el objeto de la fe. Recomienda como fórmula para disipar la ansiedad, es repetir cada mañana en voz alta creo tres veces. Pero no dice en qué hemos de creer, qué y en quien creer. Es sinónimo de confianza en sí mismo, un optimismo sin fundamento, es al fin un sinónimo de lo que quisiéramos que fuera cierto.
Palito Ortega cantaba: "Yo tengo fe que todo cambiará". Eso era expresión de optimismo.
Fe es confiar en el poder de Dios y descansar en él. Jer 32:27
Fe es confiar en el propósito de Dios. Éxodo 23:20 Jer 29:10-11.
Fe es confiar en la provisión de Dios. Fil 4:l9, Mt 6:25,26,31,32.
Fe es confiar en la protección de Dios. Sal 23:4-5.
Fe es confiar en la presencia de Dios. Dt 31:8, Sal 139:7-12.
Fe es confiar en la paz de Dios. Isaías 26:3, Fil 4:6-7.
Fe es confiar en las promesas de Dios. Fil 1:6.