CUATRO INGREDIENTES ESENCIALES PARA

UN MINISTERIO CRISTIANO DE ÉXITO.

 

Myron Rush, identifica cuatro ingredientes para el éxito en un ministerio cristiano: propósito, unidad, comunicación eficaz y un deseo por hacer la voluntad de Dios. Veamos Génesis 11:1-9, los antiguos constructores de la Torre de Babel. Ellos tuvieron los tres primeros ingredientes, pero no tenían deseos de hacer la voluntad de Dios, por esa razón la construcción quedó trunca. En Navidad, el cielo se hace tierra, en el caso de la Torre, la tierra quiso hacerse cielo. La llegada de Jesús a la tierra, es un acto de humillación que luego conduciría a la exaltación de nuestro Señor. La historia de la Torre, es un acto evidente del orgullo humano, que conduciría a la humillación, ya que "Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes".

PROPÓSITO: Gen 11:4 dice: " Y dijeron: vamos edifiquemos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra". Su intención era hacerse un nombre, es decir, perpetuarse en el recuerdo colectivo. Muy posiblemente detrás de todo esto estaba el ambicioso Nimrod (Gen 10:8-10), que sobresalió en un tiempo luego del Diluvio, ya que se transformó en el primer poderoso de la tierra, siendo un vigoroso cazador. El propósito de Dios, era que el hombre se esparciera por toda la tierra y que no se concentrara, según Génesis 8:17 "...vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra." Nimrod deseaba seguramente ser un monarca universal y con el pretexto de dar a seguridad a sus conciudadanos estaba en primer lugar en la partida. Desconocía este "tirano" (significado de vigoroso en Gen 10:9), que es derecho de Dios el ser monarca universal, Señor de Señores, el Rey de Reyes, y que Dios no comparte su gloria con nadie.

El propósito de Satanás, también se llevó a cabo, porque allí en Babilonia se fundó una religión sin Dios. O sea, los hombres fabricaron un camino, pero sin Cristo y sin cruz. Esto era llevar adelante "gloria al hombre en las alturas". La religión babilónica llena de símbolos y misterios, ha sido descripta en la Biblia como una mujer de mala fama, una ramera.( Apoc 17:1-5). Fue el primer intento de globalización: que todos tuvieran el mismo idioma, la misma cultura, religión y política. Estaría unido el Estado con la religión, como lo intentaría luego Egipto, Grecia y luego Roma, y hoy sus sucesores. La verdadera iglesia es una mujer casta, una mujer santa y sin mancha (Ef 5:27 y Apoc 19:7-8). Como contraste se presenta a una mujer sucia y corrupta, figura de un sistema falso, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Cuando Juan escribió, Babilonia estaba en ruinas (Is 13:19-22, Jer 51:62), pero la religión continúa y continuará.

El mismo espíritu que albergaban los gigantes de antes del diluvio, había revivido ahora en Nimrod (Gen 6:4b)... "fueron varones de renombre". Hay personas en quienes la ambición y la ostentación de poder parecen congénitas. Nimrod inició la idolatría, y continuó con la violencia y opresión desafiando al mismo Dios. Además fue un gran constructor.

UNIDAD: " Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno y todos estos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora, de lo que han pensado hacer". Se unieron para resolver el asunto de que material iban a hacer la construcción, e inventaron el ladrillo, y usaron el asfalto. Fabricaron los hornos adecuados. Babilonia fue el comienzo del reino de Nimrod (Gén 10:10). La gente se encolumnó tras un hombre y sus ideas, las cuales eran ampliamente compartidas, y el futuro les pareció atractivo, vieron algo que valía la pena. Parece ser que los hijos de los hombres no estaban muy dispuestos a dispersarse hasta lugares distantes y pensaron que estar todos juntos era mejor, estarían más seguros y más felices, de tal manera hicieron un plan alternativo. Pensaron que podían ser más sabios que Noé y Dios. Les ayudó el hecho de tener una sola lengua, podían entenderse bien y amarse y sobre todo ayudarse, por eso cada vez estarían menos inclinados a separarse. Además encontraron un lugar cómodo y conveniente, una llanura fértil que era suficiente para mantenerlos y contenerlos a todos ellos, de acuerdo con las cifras de población de esos días. En lugar de extender sus fronteras bajo la protección divina, trataron de fortificarse y tomaron una resolución unánime: "Edifiquemos una ciudad y una torre" (11:4). Esta "unidad" les proveía estímulo y ánimo, según vemos en Gen 11:3-4, con las palabras "vamos hagamos ladrillo" y "vamos, edifiquemos una ciudad", se hacían así más atrevidos y resueltos. La unidad, permitió que ante tanta incomodidad, o sea el hecho de no contar con piedras para la construcción hicieron un trabajo extra, cocinaron innumerables ladrillos.

COMUNICACIÓN EFICAZ: ¿ Qué pretendían con la monumental construcción?

a) Parecía destinada a enfrentar a Dios mismo, porque querían edificar una torre cuya cúspide llegue al cielo. Era un intento de rivalizar con Dios.

b) Querían perpetuarse en la memoria colectiva, ya que esperaban hacerse un nombre y que la posteridad diera cuenta de que ellos habían existido. Querían legar este monumento de su orgullo, ambición e insensatez. No hallamos en ningún libro de historia ni un solo nombre de estos constructores.

c) Lo hicieron para impedir su dispersión.

Dios toleró que avanzaran un buen trecho. Esperaba que tuviesen tiempo para arrepentirse. Les dio un castigo moderado confundiendo sus lenguas. Hay rabinos que opinan que ésta es una de las mayores maldiciones de la raza humana. Tuvo un efecto tan grande en su ánimo, la falta de comunicación, que no pudieron continuar, viendo la mano de Dios que se abatía contra ellos. Es señal de sabiduría abandonar aquello que Dios desaprueba. Se marcharon por familias y cada cual según su lengua (Gen 10:5,20,31) a los lugares que le fueron asignados. Babel = confusión. Los que buscaban un nombre, salieron con un mal nombre. Quedaron definitivamente dispersados hasta aquel gran día en que Jesús reúna las naciones frente a su trono de gloria. (Mt 25:31-32).

DESEO DE HACER LA VOLUNTAD DE DIOS. Estos antiguos constructores no tuvieron en cuenta la voluntad de Dios, sino que la resistieron. La torre ¿ cómo la imaginamos? No era un edificio que se perdía entre las nubes. No era posible hacer un edificio tan alto. ¿ Cómo es que pensaban llegar al cielo? Hace unas décadas se hicieron excavaciones en la llanura de Sinar y se encontraron varios zigurats, estructuras cónicas con un camino espiralado alrededor, para subir por ellas, y entre las diversas viviendas cónicas había una que sobresalía entre todas y en su cúspide y en piedra los símbolos y signos del zodíaco. Estos símbolos representan estrellas y planetas, espacios estelares llamados "cielos". Estaban en la cúspide de la torre. Es la evidencia de un antiguo altar. Era como decirle a Dios, no te queda otra alternativa mas que darnos tu bendición, teniendo en cuenta todo lo que hemos logrado por nosotros mismos. Eran los tiempos de oro del humanismo. Nunca debemos subestimar todo lo que es capaz el hombre de lograr. Muchos siguen creyendo hoy, que si hacemos lo que tenemos ganas de hacer, llegaremos a ser lo que debemos ser. Muchos siguen construyendo torres, para ser conocidos, para ser grandes y famosos.

Veamos ahora el pasaje de Mateo 16: 13-20, y veamos los cuatro ingredientes para un ministerio cristiano de éxito: 1) Propósito. 2) Unidad. 3)Comunicación eficaz 4) Deseo de hacer la voluntad de Dios.

PROPÓSITO: está en el corazón de Dios el deseo de edificar la iglesia, es otra construcción es una construcción del cielo. Por eso Jesús es el Gran Arquitecto, él dice, "edificaré mi iglesia". Es una construcción que durará hasta la consumación de los siglos (Mt 28:20), y Cristo usa a sus ministros como arquitectos subalternos para llevar adelante la construcción que, con el poder y la gracia de él sobreedifican sobre el único fundamento (1 Cor 3:11) si es con sólidos y valiosos materiales o es algo que consume el fuego o lleva el viento. Jesús había expuesto la parábola de Mt 7:24-27, no iba a edificar sobre la arena. Ef 2:20 dice sobre que hemos sido edificados, sobre la principal piedra del ángulo. Solo dos veces en los evangelios es mencionada la palabra iglesia (la otra en Mt l8:17 y se refiere a comunidad local) y aquí se refiere a todos los creyentes desde el día de resurrección hasta nuestro encuentro definitivo en su presencia.
El Hades es el lugar de los muertos, el mundo subterráneo, sus puertas son como la boca de un monstruo que quieren tragar a la iglesia. Siempre habrá comunidades fieles aunque en la historia muchos hayan claudicado, mientras el mundo permanezca, su propósito es tener una iglesia suya. ¿ Cuál es nuestro propósito? Nuestro propósito es glorificar a Dios, ayudando a cumplir la gran comisión........Ef 1:6 "para alabanza de la gloria de su gracia." Jesús aseguró la inmortalidad de la iglesia, no la infalibilidad de la iglesia, no siempre, ni en todas partes, tendrá el mismo nivel de pureza y esplendor, podrá sufrir reveses, los verdaderos creyentes son siempre más que vencedores. Rom 8:37.

UNIDAD: siguiendo con la palabra iglesia, esta palabra viene de "ekklesía" que son las personas que han sido llamadas del mundo para que se separen de él y se consagren a Dios. No puede haber congregación (reunión con una grey), si primero no hay una segregación (separación de una grey), y Pedro fue el principal ministro del Señor para formar la primera congregación en Pentecostés. Hc 2:1 dice que "estaban todos unánimes juntos" y el verso 14 dice "Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz..." Luego de negar al Señor, estaba separado, pero para que el ministerio cristiano tenga éxito debe haber unidad. Recordar Juan 17, la oración intercesora. El resultado de la predicación fue un fenómeno opuesto a lo de Babel, ya que los discípulos hablaron dialectos extranjeros que no conocían.

COMUNICACIÓN EFICAZ: Mt 16:19 dice: " A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos." Esta profecía se cumplió en Hc 2:37-41 y 10:34-43. Era la llave del conocimiento, que abría la puerta de entrada a aquellos que estaban fuera del reino de los cielos. También incluía la llave de la disciplina de la iglesia. Atar y desatar son tomados del argot rabínico y es prohibir y permitir (obligar y desligar) Ver Mt l8:18 y Juan 20:23. Cristo es quien nombra y da ministros a su iglesia (Ef 4:11) para predicar con poder y autoridad su palabra (Lc 10:16). Cuando un ministro es fiel predicando la Palabra de Dios, no hemos de fijarnos en su persona, sino en su mensaje; es un embajador en nombre de Cristo (2 Cor 5:20) ¡ Escuchemos!

A través de la disciplina de la iglesia, se comunica a otros su admisión o exclusión, ligar o desligar, de acuerdo con las enseñanzas del N. T. ( Hch 15:10; 1 Cor 5:4-13, Hch 5.)

En el ejercicio legítimo de estas llaves, la autoridad de la Iglesia está respaldada por la autoridad de Cristo mismo. La iglesia no es infalible en la aplicación de estos poderes delegados. (1 Jn 2:19, y Simón el mago.) Al fin y al cabo, solo el Señor sabe los que son suyos, por eso no se habla de obrar infaliblemente, sino legítimamente. Los pastores son jueces, no legisladores, y el juez juzga según los hechos alegados y probados, aunque se puede equivocar. Por eso se exige del ministro de Dios, no que sea infalible, sino que sea fiel (1 Cor 4:2), como aquel que ha de dar cuentas al que ve las intenciones del corazón (4:5).

Puede ser que alguien excluido de la congregación sea acogido por el Señor, o al revés.

En Pentecostés, se escucharon dialectos que los oyentes podían entender, aunque quienes lo hablaban nunca los habían estudiado ni conocido.

DESEO DE HACER LA VOLUNTAD DE DIOS. Hubo luego de las afirmaciones tan impactantes, un encargo final desconcertante, que guarden en secreto, de momento, la confesión de Pedro. ¿ Por qué? Era peligroso en ese momento divulgar que Jesús era el Mesías, ya que la gente esperaba a un Mesías político-religioso que los liberara de la tiranía del Cesar y que conociesen estos hechos hubiera incrementado el antagonismo de los líderes judíos, del tetrarca y del mismo emperador. Cristo no quería que predicasen esta verdad fundamental del cristianismo, hasta que el Espíritu Santo descendiese para confirmar la prueba maestra que había sido prometida a través de la señal de Jonás: la resurrección de Cristo. (Hc 2:22-36).

Cuando Cristo fue glorificado y el Espíritu descendió, entonces Pedro pudo proclamar desde las azoteas lo que había dicho en ese rincón de Cesarea de Filipo.

Esa necesario que los predicadores mismos sean revestidos con poder de lo alto como lo indica Hechos 1:8, para proclamar de un modo convincente algo de lo que ellos solos eran testigos (Hch 10:41). Esto debe servir de advertencia a todos los predicadores del Evangelio: Si no se cuenta con el poder de lo Alto mediante una comunión estrecha con el Señor, por mucho que le predicador grite, gesticule y agote los recursos oratorios, será como metal que resuena. Este peligro es mayor a medida que vivimos los últimos tiempos, cuando la gente tenga "comezón de oír, acumularán para sí maestros conforme a sus propias concupiscencias" (2 Tim 4:3). En muchos lugares prefieren la "ciencia-ficción a la verdad desnuda de la cruz de Cristo y la santidad que ella trae a la vida cristiana.

 

 

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