Vivir como las águilas
"Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán, Isaías 40:31
Voy a seguir las ideas del pastor H. Caballeros. Nuestra antigua manera de pensar nos tiene aprisionados. Los pensamientos negativos se unen unos con otros y forman altavoces contra la Palabra de Dios, contra el conocimiento de Dios y limitan lo que Dios quiere hacer a través de nosotros.
Cuando Jesús inicia su ministerio declara: .. "El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio" Mr 1:15. Muchos se habrán mirado y se habrán preguntado ¿arrepentirnos? ¿de qué? El pedía un cambio de dirección, y no un cambio de opinión. Un cambio en el rumbo de nuestra vida, un cambio de vida. Arrepentirse es si uno va caminando hacia el norte, decide ir hacia el sur. Arrepentimiento es cambiar de mentalidad, cambiar de manera de pensar y empezar a creer un nuevo mensaje. ¿Cuál mensaje? El de las Buenas Nuevas. Las personas se quedaron mirando a Jesús, pero El no cambió el mensaje. Ellos estaban creyendo el mensaje fariseo, las ideas y conceptos humanos, seguían con la antigua manera de pensar. Muchos de nuestros problemas derivan de nuestra vieja manera de pensar. El bagaje cultural, los antiguos patrones de pensamiento. Tradiciones, ideas, conceptos.
El evangelio no es un entretenimiento para el día domingo, no es un adorno para la vida ni un medio para alcanzar la felicidad, es la única causa por la cual vivir.
Nuestra vida, nuestra manera de reaccionar, la dirección y el resultado de ella, no es sino una extensión natural de nuestros pensamientos, de nuestras ideas, tradiciones, cultura, conceptos y mentalidad, los hemos recibidos del mundo. El mundo nos entrenó y nos educó, el humanismo nos formó, nos dio nuestros pensamientos y la manera de hacerlo. Crecimos aprendiendo de la lógica. El mundo nos dice "ver para creer", Dios nos dice "creer para ver". Llevamos la vida de Cristo a nuestra vida, pero queremos conservar nuestra vieja y antigua manera de pensar. Efesios 4:22-23 dice: "En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos (desvestíos) del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos (revestíos) en el espíritu de vuestra mente." Nosotros que estábamos lejos, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a las promesas de salvación, y sin esperanza. Efesios 2:12-13.
¿Por dónde comenzar a cambiar nuestra manera de pensar? ¿Cómo nos ve Dios? ¿Con qué nos compara? ¿Cómo quiere que seamos? ¿Cómo quiere que andemos? Las Escrituras muestran el pensamiento de Dios y el anhelo para sus hijos.
"El da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán." Is 40:29-31.
"El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila" Sal 103:5.
Dios no nos compara con los pollos, ni con los gansos, ni con las gallinas, gaviotas o palomas.
¿Qué querrá Dios decir con los versículos de Isaías y el Sal 103? Tenemos que recordar las características de estas aves para entender lo que Dios dice de nosotros. Estudiemos algo de estas aves que son las más majestuosas de todas, no son pequeñas ni débiles y es con ellas que Dios nos compara a nosotros.
1) Para ser águila, hay que nacer águila: No se puede aprender a ser águila, no se pueden poner alas artificiales. Hay que nacer águila. Una historia habla de que por accidente cayó un huevo de águila en un nido de gallina. El animal empolló todos los huevos e incluyó a ese también. Los cascarones de los huevos se rompieron y los polluelos empezaron a salir, entre los polluelos de gallina, estaba el del águila. No había espejos, así que no se percató de que era diferente ¡Creyó que era igual a los demás! Caminó como caminan los pollitos, picoteaba el piso buscando su comida. ¡Se creía pollo! Se creía hijo de la gallina y nadie le dijo nada en contrario. Con el tiempo todos crecieron y un día un polluelo extendió sus alas y otro lo imitó y cuando el águila hizo lo mismo se dio cuenta que era diferente. Los otros tenían alas, pero no podían volar. El águila en pocos segundos vio todo desde arriba. ¡Volaba!
Esta historia nos habla de nosotros, el mundo nos educó, nos formó y aprendimos a ser y caminar como el mundo. Creíamos y hablábamos como el mundo, hasta que nacimos de nuevo. Y debemos darnos cuenta de que ya no somos del mundo. Nacimos de la simiente incorruptible de la Palabra de Dios. El hombre viejo quedó crucificado en la cruz del Calvario. 2 Cor 5:17. Ya no necesitamos vivir como el mundo vive, ni tenemos sus limitaciones. La palabra más repetida en el mundo es imposible, pero no hay imposible para el que puede creer. No somos pollos, somos águilas.
Un hombre visitó Inglaterra por 6 semanas y le ofrecieron usar un vehículo. Lo primero que notó es que allí los autos circulan por la izquierda (al revés de Argentina), y los controles están a la derecha, y los cambios de velocidad hay que hacerlos con la mano izquierda. El primer día todo le pareció extraño, por la falta de costumbre, pero él no se dio por vencido, ni devolvió el vehículo. Aunque todo en su vida anterior, se le había enseñado todo lo contrario, tuvo que hacer todas las cosas de acuerdo a las costumbres británicas. Luego de semanas, este hombre tuvo que volver a su casa en su país, y al usar de nuevo su propio auto, tuvo que cambiar de nuevo. ¡Qué lío! A los dos días casi tuvo un accidente fatal.
Al año vuelve a Gran Bretaña, y en poco tiempo se acostumbró al vehículo, y ya cómodo con las nuevas normas, y un día que estaba cansado entra en una rotonda por la derecha, y al ver todos en sentido contrario, se asusta e intentó salir rápido y asustado intentó usar su mano derecha, y lo único que consiguió, es bajar la ventanilla. ¿Qué le había pasado? Había regresado a las viejas normas. Es exactamente lo que sucede en la vida espiritual. Cuando vamos a Cristo, comenzamos a conducir "un auto nuevo", pensamos que ya no seremos tentados y lo somos, luego siente que sus oraciones no llegan al techo, al tiempo tiene gran pereza por el estudio de las Escrituras, y luego no asiste al culto para no ser hipócrita. ¿Qué pasó? Salió del primer auto y entró en el segundo, pero no se quedó lo suficiente como para acostumbrarse a él.
Dios utiliza el principio de la sustitución, quiere que hagamos en nuestra vida los cambios que El desea, que las formas viejas de vivir, den lugar a la manera nueva de actuar. Para demostrarlo veamos Efesios 4:22-23, y allí se nos habla de "desvestirnos o despojarnos" del viejo hombre y "vestirnos" del nuevo hombre. Esto requiere todo un proceso de aprendizaje o disciplina (no la militar, sino la que administra el Señor). No somos santos ya hechos, sino santos haciéndonos. En Efesios 4:17-32, queda bien demostrado el proceso de sustitución: el mentiroso no se sana simplemente no diciendo mentiras, sino persistiendo en decir continuamente la verdad, o sea nos desvestimos de la mentira y nos vestimos con la verdad. El ladrón, puede parar de momento de robar, pero la Escritura aconseja que debe conseguir un trabajo, cobrar un salario y compartir con el que padece necesidad. El que habla palabras putrefactas, no sólo debe parar de decir lo que no debe, sino que debe decir lo que debe: buena palabra para edificar y dar gracia a los oyentes. La idea revelada en Romanos 12:2, es cambiar nuestra manera de pensar, para cambiar nuestra forma de vivir. Tito 2:11-12... "renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente." De nuevo sustitución, de una mala manera de vivir por la que Dios demanda. Enseñar es educar por medio de la disciplina. Ver Fil 4:11(aprender a contentarse), 2 Tim 3:16 (instruir en justicia), Hebreos 5:14 (sentidos ejercitados, entrenados, disciplinados), Isaías 1 (dejad de hacer lo malo, aprended a hacer el bien).
Hay que sustituir la forma de vivir por vista a vivir por fe, porque por fe andamos, no por vista. 2 Cor 5:7
2) Las águilas habitan en las alturas: Job 39:27-28, Proverbios 23:5, Jeremías 49:16.
Ellas hacen su casa en lo más alto de la montaña, no andan con los pollos, ni se juntan con las gaviotas, ni andan con los gansos o las demás aves. Dios espera que ud y yo vivamos en las alturas, y no abajo donde vive el mundo. Por eso debemos vivir encima de las circunstancias, de las enfermedades, de los imposibles, de las limitaciones y no debemos estar pendientes de ellos, sino de Dios. El espera que estemos en los lugares celestiales como dice Efesios. Somos cuerpo, alma y espíritu, pero muchas personas viven con el cuerpo en el nivel del alma, como si no tuviera espíritu. Toma la inteligencia del alma y de la mente. Así quedamos aprisionados, atornillados a la tierra, a lo lógico, a lo que se puede y se pierde el gusto de lo sobrenatural. Es muy distinto ver los problemas desde abajo, que desde arriba. Dios no quiere que los veamos desde abajo. El dijo que seremos cabeza y no cola, estarás encima y no debajo. (Dt 28). No descubra al fin de su carrera cristiana los principios que debió haber puesto en práctica desde el principio. Viva dependiendo de Dios, no de las circunstancias. Recuerde el ejemplo de Pedro, cuando caminó sobre las aguas, dejó de hacerlo cuando el temor lo inundó y el fuerte viento le sopló en la cara. No deje que el viento le robe la confianza en un Dios poderoso. Por fe andamos y no por vista.
Col 3:1-2, nos dice que si hemos resucitado con Cristo tenemos que buscar las cosas de arriba y poner la mira en ellas. El Salmo 91:13, también no ayuda a pensar que debemos vivir encima de las circunstancias, pisando al león y a la serpiente y al dragón, o sea vivir por encima de las enfermedades, las rupturas de noviazgo, y de las rupturas laborales, y vivir más allá de las limitaciones.
Cuando miramos un mantel bordado desde abajo, vemos miles de hilos y no vemos con claridad el dibujo que representan, cuando lo vemos de arriba nos sorprendemos de las hermosas figuras que conformaron. La vida si la vemos de abajo tendremos una perspectiva distorsionada. El cristiano espiritual le cree a Dios, vive lo sobrenatural, no depende de las circunstancias sino de una fe sólida en Dios, quien es capaz de hacer milagros, maravillas, sanidades y prodigios. ¿Nos pasamos la vida soportando las derrotas, todo lo negativo y siendo pesimistas? ¿Qué estamos haciendo? Levantémonos como las águilas en vuelo triunfante. ¡Suba con Cristo! ¡Viva sentado en los lugares celestiales!
Cristo quiere que ud viva en las alturas de la COMUNION con Dios, y no quiere que vivamos en la profundidad del pecado, o en la profundidad de nuestra vida mediocre. Cuando el móvil por el cual hacemos las cosas o los deseos son equivocados, nuestro servicio es cero. Amontonamos madera, heno u hojarasca, usando las y ilustraciones de 1 Cor 3. Piense en los últimos 5 años, ¿Cuánto ha pensado en Jesús, en hacer lo que a El le place? ¿Hemos vivido casi sin pensar en los demás? ¿Ha dónde hemos llegado? Si ud a pensado sólo en sí mismo es un perdedor nato, es un perdedor consumado. Si pasan los días siendo perdedor, será un perdedor eterno, salvo si, pero como por fuego. Hay gente que sólo piensa en entrar en el cielo con lo mínimo. Se cuenta la historia de un joven de 15 años que tenía problemas con la aritmética, y un día antes del examen final, pide hablar con su profesora en privado y le dice: "¿Qué es lo mínimo que tengo que hacer para aprobar la materia? La mujer tuvo hacia él una mirada penetrante, y le dijo "Haz lo mejor que puedas". El muchacho con mucho trabajo aprobó al día siguiente, pero se sintió culpable por su actitud. Siempre se acordó de lo que le dijo: "Haz lo mejor que puedas", y de la mirada penetrante. Ahora traslademos la escena en nuestro futuro cercano, frente al Tribunal de Cristo, recordando su sacrificio expiatorio, su corona de espinas que coronó su cabeza, la sangre que corría por su rostro, y el cuerpo, todo esto para que nosotros fuéramos al cielo. Pero si en nuestra vida todo lo que nos importó, fue entrar en el cielo, es la misma idea del jovencito que sólo le interesaba aprobar con el mínimo. Lo que le decía a su profesora era que las matemáticas no le gustaban, si trasladamos el mismo pensamiento ¿qué le estamos diciendo a Cristo si estamos haciendo el mínimo? Solo quiero aprobar con el mínimo. Todo lo que me importa es entrar al cielo, no me interesa la cruz, solo deseo escapar del infierno. ¡Con tal de entrar me conformo! No me interesan tus promesas, tu reino, tu obra. Esto es tener una imagen pequeña, indigna y pésima de quien es Jesús y en que consiste la vida. Si desobedecemos, perdemos. La pérdida de la recompensa, se inicia aquí mismo en la tierra, y cuando se queme la madera, el heno y la hojarasca, nuestro cuerpo tendrá olor a humo. Vivir en la altura, representa la calidad de vida que edifica para la eternidad, en oro, plata y piedras preciosas.
Móvil equivocado + deseo equivocado = vida equivocada y servicio cero o equivocado. No nos pasemos acumulando madera, heno u hojarasca.
3) Cuando el águila crece, es forzada a dejar el nido: cuando se rompe el cascarón del huevo en el nido, recuerde que el nido está en la cumbre y que hay un precipicio debajo. La madre alimenta al polluelo en el pico, y lo hace día tras día, pero un día la madre se da cuenta que el pichón ha crecido y con sus alas comienza a aletear para echarlo del nido y aún lo empuja y picotea y al fin lo lanza al vacío. Cuando cae en el vacío el polluelo cree que va a morir, pero extiende sus alas y ¡gran sorpresa! ¡Vuela! Pero otras veces no sucede lo esperado, pero el pichón no se estrella contra el piso, porque su madre ve que no voló en el momento oportuno y es cuando sus alas se extienden y sirven de colchón y vuelve a llevarlo al nido, y prueba así hasta que pueda volar solo. Cuando vuela solo, da una vuelta y otra, y ve el paisaje desde muy arriba y hasta individualiza una presa y se lanza contra ella, y allí descubre que puede alimentarse solo. Todos recorremos un tiempo de la vida cristiana con la ayuda insustituible de un hermano mayor o padre espiritual que está apegado a nosotros y que no nos deja hasta que podemos comer solos y separarnos de su compañía sin dañarnos. Durante esta primera etapa de nuestro crecimiento, cuanto valoramos a aquellos que son nuestra ayuda y auxilio. Ahora pensemos en los nuevos creyentes, ¿ud está repitiendo el proceso que se hizo con usted?, a lo mejor ud creció sin ayuda, entonces no condenemos a otros a repetir la historia. No vivamos como pollos estresados, gaviotas atormentadas o gallinas agotadas. Para dejar nuestros nidos, necesitamos una gran cuota de coraje, valentía, arrojo y osadía. Lo necesitamos para iniciar un nuevo núcleo, para pasar de anexo a iglesia, de soltero a casado, para cambiar de trabajo, para mudarnos de un local a otro. Pedro tuvo que dejar su lugar seguro en la barca para caminar ejerciendo fe por las inseguras aguas (Mt 14:28-29). Los primeros cristianos estuvieron obligados a dejar su lugar seguro en Jerusalén, para partir rumbo a lugares desconocidos en razón de la gran persecución (Hechos 8:1-4).
No eres gaviota, ni pollo, ni gallina, ni paloma, eres un águila.
Esto nos habla de la valentía, el coraje y el enemigo no puede robarte tu felicidad con Cristo, tu matrimonio, tu familia, ni tu salud espiritual, ni tomar de tus provisiones. Eres un águila de Dios. Eres un ave majestuosa creada a imagen y semejanza de Cristo, para buenas obras (Ef 2:10). Solo los valientes arrebatan el Reino.
4) Las águilas no aletean, planean: perciben las corrientes térmicas y cuando el viento sopla, entonces las águilas se lanzan. Comienzan a planear sin esfuerzo. Por eso, lo importante a tener en cuenta es que frente a la vida tenemos que tomar las acciones correctas, junto a las actitudes correctas. Cuando en nuestras vidas sopla el viento del Espíritu Santo todos nos lanzamos a cumplir el recorrido que Dios tiene previsto para nosotros. Si nos lanzamos antes, nos agotamos, estresamos y angustiamos. Esto fue lo que le pasó al rey Saúl, que viendo la demora de Samuel a la hora del sacrificio, decidió adelantarse, en razón de que el tiempo había pasado, el pueblo desertaba, y el enemigo filisteo estaba cerca. (1 Samuel 13). ¡Debemos aprender a esperar! Aprendamos a reconocer, discernir, a percibir como las águilas. El Señor dijo: "No es con espada, ni con ejército, mas con mi Santo Espíritu". No es cuestión de matarnos por "ayudar a Dios". El no necesita que lo ayudemos. Recordar Is 40:29-31, y la frase que nos llama a "esperar en Dios".
Espere para hablar de Cristo el momento oportuno, solo exalte al Señor. Si no lo llaman para algo, espere que el Señor lo levante, no se imponga ud. No se ofrezca, espere a que lo llamen.
Tampoco es el caso de retrasarnos, como le pasó al profeta Jonás , que teniendo certeza del plan de Dios para su vida, decidió cumplir con su propio plan y se dirigió a Tarsis. Pero él tuvo una segunda oportunidad. Esta semana un hermano nos contaba de como había conseguido un buen trabajo en un hotel. El hermano que lo recomendó, le dijo como debía ir vestido a la primera entrevista, y agregó, "para muchas cosas tenemos la segunda oportunidad, pero para la primera impresión, nunca hay una segunda oportunidad". Hermanos hay oportunidades que no se vuelven a repetir, por eso no las dejemos escapar. Por ejemplo si usted visita a alguien que está sufriendo una enfermedad incurable, y tiene los días contados, no sabemos si Dios le va a dar el tiempo para testificarle de nuevo. Aprendamos del antiguo patriarca Enoc (Gén 5:24), quien caminó con Dios y desapareció porque Dios lo llevó, representa a alguien que se manejó con armonía absoluta, no de adelantó, ni se atrasó. Debemos aprender a esperar, "no es con espada, ni con fuerza, sino con mi Santo Espíritu..." Zac 4:6. Hay gran cantidad de adultos que no asumen responsabilidades por sus actitudes (desplantes, desprecios, malhumor, fracasos, etc), y siempre culpan a otros por sus problemas, diciendo por ejemplo: "mi hijo/a, nuera, yerno, padre, madre...me arruinó la vida", o "este incidente me arruinó la vida" o "fulano me hizo infeliz". Muchas personas viven situaciones adversas, y se vuelven amargadas y enojadas, y se transforman en negativos y duros con todos. El incidente señalado, reclamaba una respuesta o actitud correcta. La actitud equivocada arruinó la vida, no la situación en sí mismo. La gente se contagia las actitudes como los resfríos, por cercanía. Un padre con mala actitud contagia a sus h hijos, una esposa a su esposo, un pastor a su iglesia, y así sucesivamente. Una pelota rebota contra la vereda o una pared en consonancia a la fuerza con la que la hemos lanzado. Una sonrisa puede devolver muchas sonrisas, una situación de ira o dureza, puede devolver lo mismo. En los momentos difíciles debemos tener las actitudes adecuadas o correctas. Acción correcta con actitud correcta. Dios decide por lo que vamos a pasar, nosotros decidimos como pasar por ahí. Víctor Frankl, frente a maltrato en los campos de concentración nazi dijo algo que representó esperanza para miles de personas: " Lo único que Uds no pueden quitarme, es la manera como decido responder a lo que me hacen. La última libertad de uno, es decidir la actitud de uno en cualquier situación dada". La actitud se capta más rápido que las acciones. Un tal Montagu dice que existe lo que él llama "sicoesclerosis", que es el endurecimiento de las actitudes. La vida es 10% lo que sucede y 90% como reacciono a lo que sucede. El liderazgo, tiene menos que ver con la posición, que con la disposición, ya que todos vivimos bajo el mismo cielo, pero no todos tenemos el mismo horizonte. Un ejemplo de lo importante de actuar en el momento oportuno, lo proporcionan los músicos de la iglesia con los directores de adoración, ya que estos se esfuerzan en entrar en el momento justo.
5) Las águilas tienen una forma especial de ver y vivir las tormentas: cuando comienzan los truenos, relámpagos y rayos, el águila sube, sube y sube, más que todas la aves y llega a la máxima altura, y cuando comienza la lluvia está por encima de la tormenta. ¿Se imagina como le quedaría el plumaje en una lluvia intensa? Mira la tempestad desde arriba, ella espera arriba hasta que pase la tormenta, entonces es cuando vuelve a bajar. Muchos cristianos nos metemos en la tormenta y así sufrimos, estamos amedrentados y asustados. Dios no ha planeado para que tu vida para estar en medio de la tormenta, sus recursos sirven para enfrentarlas como el águila. Muchas veces, somos nosotros mismos los que nos metemos en las tormentas, cuando ponemos sociedades con personas no cristianas, o cuando nos ponemos de novio con inconversos, cuando desobedecemos a nuestros padres, o no aceptamos el consejo pastoral, cuando mentimos para salvar nuestra irresponsabilidad, o cuando obramos con descuido o desinformación frente a una decisión trascendente. Las tormentas nos desaniman y desalientan, nos pueden llevar a hablar mal, confesar mal, pensar mal, sufrir dentro de la tormenta. Dios no nos quiere dentro de la tormenta, sino encima de ella. No somos pollos, somos águilas. De chico un pastor vivía cerca del aeropuerto y veía muy seguido un avión de 4 hélices gigantesco y que llamaba la atención. Era un Hércules que traía las provisiones para la Embajada Norteamericana. Las personas de la embajada, consumía todo americano. Si en el país donde estaba la embajada había escasez y pobreza o necesidad, no importaba. Ellos no dependían del país, dependían de su país. ¿Usted de que país o reino depende? ¿Hay en el país de origen escasez? Nuestra dependencia final no es la situación económica, política o natural sino que es de Dios. Nuestras finanzas provienen de Dios, nuestra salud viene de El, la bendición viene de arriba. En el reino de Dios, no hay recesión, ni inflación, ni necesidad, ni escasez. El es el dueño del oro y de la plata. Nuestro Dios es Todopoderoso.
Los evangelios nos narran dos tormentas que ocurrieron en medio del mar, en una de ellas Jesús estaba en la misma barca durmiendo, y en la otra se acercó a ellos caminando sobre el agua (Mt 8:23-27 y 14:28-29), recordemos que en uno de esos episodios, la pregunta que hizo el Señor fue: " ¿Por qué teméis hombres de poca fe?" No tenga el mismo reto en su propia tormenta del día de hoy.
6) Las águilas tienen visión: "Sus ojos observan desde muy lejos. Ven desde muy lejos". Muchos de nuestros problemas pueden estar en el tamaño de tu visión. Antiguamente en las quintas se hacían almácigos en macetas pequeñas y luego se transplantaban los llamados plantines a su ubicación definitiva (tomates, pimientos), pero siempre había un sobrante o plantitas de reserva que quedaban olvidadas y la maceta le servía de límite, el crecimiento quedaba detenido lamentablemente, todo el potencial quedaba sin evidenciarse. No daba frutos, no engrosaba su tallo. No crecía. Muchos cristianos tienen el problema de la maceta, no crecen, están limitados, no tienen visión o la visión es pequeña. Debemos tener visión, no sólo por el barrio, sino por la ciudad, la provincia y la nación, y son todos llamados impostergables. Hechos 1:8. Sin visión, se pervierte la misión. ¿Qué quieres hacer con tu vida? ¿Cuál es tu esperanza? ¿Qué tipo de futuro estás esperando? ¡La mayoría no lo ha pensado nunca! ¡El estado de tu vida es el fruto de tu expectativa de ayer! Lo que sos hoy es el resultado de lo que pensabas ayer. Si no te gusta lo que tienes hoy comienza ha cambiar tus pensamientos y sembrar nuevos, para así tener un futuro distinto. Tengamos sueños y visiones.
Los apóstoles en Hechos 1:6-8, veían en un muy cercano futuro a un Israel terreno e independiente y no la manifestación espiritual del Reino de los Cielos. Su visión en ese momento era miope, luego fue corregida completamente. En Mt 20:20-28 se nos muestra la falta de visión del mismo grupo de discípulos, que allí aspiraban a cubrir los cargos de ministros de economía, canciller, secretarios de estado, etc. Una mala visión aborta la misión.
Cierto grupo de trabajadores estaba haciendo un pozo gigante de 3 metros de profundidad, y el jefe no les dijo por que lo hacían. Luego de largas horas de duro trabajo, terminan. Al otro día les indicaron que debían rellenarlo. La respuesta fue: ¡Renunciamos! No era por el dinero, sino porque ellos dijeron que hacer y rellenar pozos los hacía parecer tontos. Ahora el jefe les explicó, que el pozo se había hecho para ubicar una fuga de gas, que hubiera puesto en peligro a una vasta zona poblada. Ya que excavar había tenido propósito, se quedaron en la empresa. Todos queremos ser parte de un proyecto de valor. La visión nos da significado y el propósito que anhelamos.
Mateo 9:36, dice: "Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor". Génesis 15:5, dice: " Mira los cielos y cuenta las estrellas si las puedes contar. Así será tu descendencia". Que gran emoción para Abraham. Soñar con una gran familia para el servicio de Dios. "Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia". En Génesis 18, tres ángeles lo visitan a Abraham y Sara para llevarles la noticia del nacimiento de su esperado hijo, siendo ellos estériles y ancianos. El Espíritu Santo, planta en nuestra mente la visión para cambiar lo ordinario en extraordinario.
Los hombres y mujeres de visión, no tienen problemas para orar, porque saben porque lo hacen. No tienen problemas para ofrendar porque saben para que lo hacen. Para creerle a Dios por las cosas imposibles. Nunca andan a la deriva, ni sumergidos en el ocio, ya que saben a donde van, teniendo metas realistas, medibles que no son fáciles, pero tienen la base de la fe en Dios.
Dime tu visión y te contaré tu futuro. Una persona fue a un gran hotel en la ciudad de Seúl para una conferencia bíblica y lo alojaron en el piso 17, y cada vez que tomaba el ascensor en dicha semana veía el panel marcaba el número máximo 22. El pensaba que estaba en uno de los pisos más altos, y casi el último día fue invitado a un desayuno en el piso 36. No se había imaginado más pisos para arriba, ya que había una limitación en su mente, eran limitaciones autoimpuestas. Hay veces que nosotros podemos hacer lo mismo, y decimos "Dios puede hacer esto, pero no puede hacer más". Hagamos el esfuerzo de sacar las limitaciones de nuestra mente.
Hagamos una comparación entre una cámara de fotos y nuestra mente. La cámara de fotos, solo puede retratar lo que ya existe y está frente a su objetivo. Mi mente puede hacer cuadros de lo que no ha sucedido.
Cuanto más grande es la visión, más grande pueden ser los obstáculos. Cuando aparecen los obstáculos, todos aquellos que no han puesto su corazón en ella se rendirán. Para llevar a cabo el cumplimiento de una visión, tenés que quererla con todo el corazón. Una visión que no está centrada en Dios, puede disfrutar de un éxito temporal, pero probablemente no tendrá un impacto de largo alcance.
Toda visión basada en nuestra capacidad humana, será limitada. ¿Por qué? Somos seres pecadores, con capacidades restringidas y tendencias egoístas, que confiamos en nuestra intuiciones, habilidades, talentos y sueños. Esto es peligroso. Si los que guiamos a otros, tomamos decisiones "solos", esas decisiones reflejarán la naturaleza no regenerada, demostrando así valores, creencias, deseos, metas, que no están alineadas con la mente y el corazón de Dios. La visión del ejecutivo de negocios, raramente reflejará un deseo de glorificar a su creador, ya que buscará la ganancia, la expansión, realzar su imagen, mejorar sus productos, crear iniciativa. Estas cosas no son malas en sí mismas, pero reflejan las limitaciones humanas. El Salmo 94:11, dice: "Jehová conoce los pensamientos de los hombres. Que son vanidad."
La visión de Dios es perfecta: es la más apropiada para nosotros. Refleja el perfecto conocimiento de todas las circunstancias y el entendimiento perfecto de todo potencial y de todas las posibilidades. Es lo mejor para el mundo y su interés es lograrlo a través de Su deseo y poder.
La visión de Dios es bendecida: Dios está ligado a sostener lo que el concibió e impartió a sus hijos elegidos. Vea a David, Nehemías y Pablo. El bendecirá, porque la visión traerá gloria a El, honor y alegría.
La visión de Dios para el ministerio es inspirada: es concebida por El, que hizo todo de la nada, que controla el mundo. Su visión es más grande que cualquier cosa grande que nosotros creemos. Está basada en valores y principios que son centrales en su Palabra y reflejan su carácter. La visión de Dios se logra a través de nosotros, pero no está enfocada en nosotros. El ser humano es la criatura más extraña de la tierra, le golpeas la espalda y se le hincha el pecho.
7) El águila pasa por un momento de decisión: de vida o muerte. Esta ave vive entre un siglo y dos, pero dentro de este período de tiempo ocurren momentos significativos que determinan su futuro. Un momento traumático, de determinación. Su pico, que es su boca y su arma, por efecto del frío de la montaña y la misma nieve que se le queda estacionada en el mismo, comienza a calcificarse, a endurecerse y llega un momento que no se abre. No puede comer, las plumas se le están cayendo, las alas se debilitan. El cuerpo le duele el esfuerzo, la vejez y el hambre. Aparentemente se viene el fin. Llegó el día de morir. Pero es el momento de probar si tiene el corazón de águila. Tiene que decidir si quiere vivir o morir. ¡Decisión! ¿Qué hace? Con gran esfuerzo se eleva, sube a lo alto hasta las cumbres, a lo más alto y de allí se tira y choca contra la roca. Le sale sangre, se debilita más, le duele más el cuerpo. Vuelve a tomar vuelo y choca contra las piedras de nuevo. Una y otra vez, y otra y otra. Lastima y lastima su pico contra la roca hasta desprenderlo. Lo destruye. Es un espectáculo terrible, pareciera un animal suicidándose. El águila está ensangrentado, sin pico, hay plumas por todos lados, tiene las alas lastimadas. Ahora ya no parece un águila. ¿Cuántos saben que la determinación tiene un premio? Poco después comienza a salirle un pico nuevo, se le restauran las fuerzas, le salen las nuevas plumas, se le fortalecen las alas. Al tener un nuevo pico, tiene un arma nueva. Se ha restaurado totalmente. Ha rejuvenecido. El ser humano siempre tiene sueños de eterna juventud, pero referida a lo físico, y con el modernismo las técnicas cada vez nos muestran cosas nuevas, quedando atrás la doctora Aslan en Europa, donde tantos iban por el milagro. Hoy tenemos la lipoaspieración, el lifting, y otras intervenciones riesgosas. Hay personas obsesivas por verse siempre jóvenes, que hay casos donde han tenido que ir al sicólogo, en razón que casi nada de su cuerpo era original. La lipoaspiración es un proceso quirúrgico, donde a la persona se le hacen cortes en lugares del cuerpo, o "marquitas" que luego no tienen que notarse y se extrae tejido adiposo con un aparato que succiona o por ultrasonido. Es como hacer un esculpido, de médico a escultor. Hay riesgos de hematomas, pozos o de infección. Hay que tener más de 15 años para hacerlo.
Está la llamada timodela, que es un método italiano, que coloca al paciente en una cápsula a 38 grados, y donde se hacen ejercicios dirigidos por profesores orientados a corregir zonas específicas del cuerpo.Luego de 40 minutos, viene un baño de ozono y masajes. Existe también la termo-hidroterapia. En fin se busca el rejuvenecer del hombre exterior, pero se olvida lo más importante que es rejuvenecer el hombre interior. Solo Dios hace el mejor trabajo. La modelación de Cristo está en 2 Cor 4:16, donde se nos revela que el hombre exterior se desgasta, pero el hombre interior se renueva de día en día.
El águila, tiene futuro, nueva vida, y esperanza. La determinación tiene un precio, pero el precio tiene un premio: ¡Una nueva oportunidad! Se volvió hacia la roca correcta. Nosotros también tenemos que tomar determinaciones o ir a la Roca Eterna o sufrir la agonía de la muerte que tardará, pero llega. Recordar la ilustración del sermón del monte, entre el hombre insensato y el sabio.
En Exodo 17:1-7, Dios nos muestra como su congregación llegó a Refidin ("lechos de reposo" "yermo o desierto"), y vaya si lo era. La gente se desesperó, y no le costaba mucho lograrlo. 1 Cor 10:4, dice "..... y la roca era Cristo". Jesucristo es la Roca porque es inmutable, permaneció constante en la misma posición siempre ( "Hoy, ayer y por los siglos"), El es refugio contra la tempestad y lugar de segura protección.
1) El mismo nombre de Refidin (el monte se llamaba Horeb=sequedad), es una figura de Cristo, ya que es "lecho de reposo". El es nuestro reposo (Mt 11:28-30), el reposo de generación en generación como lo dice el Salmo 90, y podemos como Juan recostar nuestra cabeza en su pecho, y también es la Peña o Roca de Horeb (de la sequedad). Isaías profetizó, que El sería "raíz de tierra seca" (53:2). Vino de una familia casi extinguida, aunque con un pasado regio, pero su padre y su madre eran del común del pueblo, ".. no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos". Quien hubiera encontrado algo digno de destacar en la ladera de una montaña en el medio del desierto. Ese desierto era amargante para todos, llenos de espinos, arenas, zarzas,etc. Nadie soñó, que escondido en una roca, había un manantial con agua suficiente para los millares y millares de israelitas. Lo mismo se preguntaron los contemporáneos de Jesús: ¿De Nazaret, puede salir algo bueno? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Puede ser este el Mesías esperado? No podían admitir que el era el Salvador del mundo, de cuyo costado traspasado saldría sangre y agua para lavar y purificar a sus hijos.
2) La roca, como nuestro Salvador, no dio agua hasta que fue golpeada. Nuestro Jesús, no fue Salvador hasta que fue golpeado, porque no podría salvar a nadie excepto por su muerte. Si el se hubiese quedado en el cielo, y en su trono, jamás podía haber sido el Salvador de los hombres. El es el cordero sin mancha y sin contaminación, destinado desde antes de la fundación del mundo (1 Pe 1:19-20). Recuerda su corona de espinas, su costado traspasado, sus manos y pies sujetados por los hirientes clavos. En el camino hacia la cruz, muchas mujeres lloraban y hacían lamentación por el Señor, y El les dice "Si en el árbol verde hacen estas cosas ¿en el seco que no se hará?" Lc 23:27,3l.
3) La roca, tenía que ser golpeada con la vara del legislador, o no daría agua. El Señor fue golpeado con la vara del legislador humano, servil del imperio de turno, podemos ver que después de un desfile de testigos falsos, llegaron dos que declararon que Jesús había dicho que podía derribar el templo de Dios y en tres días reedificarlo, y luego ante el mismo Caifás donde estaba siendo acusado dijo que le verían sentado a la diestra del poder de Dios (Mt 26:60,6l,64). Pero es igualmente cierto que el Padre lo hizo todo. Zacarías 13:7 dice: " Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de los Ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas,..." Cristo no hubiese sido el Redentor, si el Padre no le hubiese golpeado. No fueron solo los clavos que hicieron a Jesús decir: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?". Fue del cielo donde vino la orden de ejecución.
4) La roca fue golpeada en público. Ex 17:5 dice: "Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel;..." No fue hecho en secreto, en un rincón oscuro, sino se hizo delante de todos los ancianos. Jesús cuando fue muerto, no fue ejecutado en privado, sino que fue llevado a la cima del monte Gólgota y en medio de una gran multitud y entre escarnios y burlas y sarcasmos. Estaba el hombre rico con su pompa y orgullo, y escarneciéndole por su humilde origen. Estaban los pobres gritando sus malvadas voces "crucifícale, crucifícale", señalándole con el dedo y moviendo sus cabezas contra el Príncipe que expiraba. El sabio estaba allí, el hombre del Sanedrín, que en número de setenta y uno legislaban en los litigios de entrecasa (herederos tal vez de los 70 antiguos colaboradores de Moisés, más el presidente que era el Sumo Sacerdote) representantes de la filosofía y la sabiduría de la tierra, y que decían "Si él es el Cristo, descienda ahora de la cruz". El ignorante estaba allí con desafiante gestos. El justo estaba allí, el que se consideraba a sí mismo justo con la filacteria entre sus ojos o en sus brazos izquierdos, y eran pequeñas cajitas que contenían tiras de pergaminos que se ataban e dichos lugares y que llegaron a ser una especie deamuleto. Estaba el mayor de los pecadores colgando a su lado. Todo tipo de personas contemplaron al golpeado Señor. Los romanos como representante de los gentiles, las personas de todas las naciones que estaban allí por la pascua.
5) La roca tenía encima de ella la Divinidad. Ex 17:6, nos dice... "yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb". Aunque Jesús fue verdadero hombre, estaba la Divinidad en la roca golpeada del Calvario. Aunque su humanidad se veía con mayor evidencia la gloria de Dios emanaba de El. Un tiempo antes de la cruz, estuvo el monte de la transfiguración, donde sus discípulos más cercanos contemplaron como su rostro brillaba como el sol y sus vestiduras blancas brillaba como la más intensa luz (Mt 17).
6) Cuando la roca fue golpeada brotó suficiente agua. Todos los hijos de Israel tuvieron todas las necesidades satisfechas. Del Cristo golpeado mana agua para todos los sedientos del mundo y para siempre,en Juan 7:37-39, en el último día de la fiesta de los tabernáculos se recordaba el episodio de la obtención de agua de la roca en la travesía del desierto y allí Jesús aprovechó la ocasión para hacer un desafío evangelístico, ya que recordó la provisión sobrenatural de agua en el desierto, y en el propio desierto en que ellos se encontraban, necesitaban el agua de vida que era Jesús, como anteriormente le había ofrecido a la mujer samaritana en Juan capítulo cuatro.
Debemos volvernos a la Roca de nuestra salvación. Todos los cristianos tenemos momentos de decisión. Hay momentos que la persona tiene la tentación de rendirse. En la película "Al borde del peligro" hay dos sobrevivientes de un accidente de avión, uno es un millonario y el otro es un fotógrafo profesional perdidos en los montes de Alaska, buscando desesperadamente que los vayan a rescatar de una zona inhóspita, y son perseguidos por un oso gigantesco y hambriento, hasta que piensan la causa perdida, y que sus vidas estaban pronto a perecer, y que era cuestión de tiempo para que ello ocurriera así, pero ellos deciden que lo más acertado era atacar al oso, volverse contra él. Para atraerlo a la trampa uno de los protagonistas se corta en la mano, para que la sangre atraiga al oso, y tratar con lanzas de fabricación casera eliminar al enemigo y esta decisión les permite salvar la vida de ese terrible peligro.Probablemente si decidían escapar sin atacar el oso, hubieran muerto enseguida. Muchas veces queremos tirar la toalla, cuando las cosas no salen como nosotros queremos, cuando los otros no tienen un comportamiento como el que nosotros esperábamos. Queremos abandonar cuando estamos doloridos y desalentados. Dios no nos compara con las gallinas, ni con los pollos, ni con las gaviotas, ¡Somos águilas! ¿Qué estás a punto de decidir hoy? Hoy puede ser el día de una nueva oportunidad, el de escoger un nuevo futuro y comenzar un nuevo pasado. Es el día de decirle a Cristo: ¡Aquí estoy! ¡Dame fuerzas como las águilas! Jesús lo hará.
Dios nos ha dado un gran privilegio: vivimos en un momento en el cual el mundo está más negro que nunca. El ocultismo, la maldad, la violencia, la muerte, etc. crecen por todos lados. Vivimos en una generación maligna y perversa (Mt 12), que se resiste a ser salvada. Estamos en medio de un mundo hostil y duro, pero ¿sabes una cosa? Dios guardó a sus águilas para ponerlas en un tiempo como este. Guardó a los más duros para ponerlos en los tiempos más duros, porque El sabe que podés vencer.
Muchos pueden decir que la situación que viven es la más dura que jamás han enfrentado y que no se compara con la que otros viven. No importa cual sea su situación, Dios no le dejará ser tentado más allá de lo que puede resistir. Dios le dará salida. El le ha hecho un nueva criatura, una nueva persona, con nueva esperanza, con un nuevo futuro, porque no somos pollos somos águilas.
El águila pasa por un gran momento de debilidad y se aplica lo que nos dice el Salmo 103:5, "El que sacia de bien tu boca. De modo que te rejuvenezcas como el águila". Dios nos levanta de nuestra debilidad, Mateo 12:20 dice: "No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humea, hasta que haga triunfar la justicia". Tenemos ante nosotros una perspectiva de la fragilidad de todos los mortales. La caña cascada y el pábilo humeante son dos metáforas muy sugestivas y llenas de significado. Algunos interpretan que la caña cascada significa al pecador en su primera etapa de convicción por sus pecados, cuando el Espíritu Santo comienza a quebrantarlo. La tierra no cultivada, tiene que ser arada, el corazón endurecido tiene que ser quebrantado. En la caña hay poca fuerza, crece abundantemente y es de poco valor, se hacían flautas especiales de ella, y al hacerlas se quebraba mucho material y se tiraban.
El pábilo que humea, algunos interpretan que es un cristiano que ha sido una luz brillante, pero que descuidó los medios de gracia y ha apagado el Espíritu. Su luz está casi apagada, pero está. Es débil pero está. El lugar del pábilo era la lámpara de aceite, y era una mecha de fibra de lino que flotaba y daba luz hasta carbonizarse y soltar un olor feo. Allí necesitaba una limpieza, la que debía hacerse periódicamente. Es la persona cuyo testimonio se transforma en ineficaz.
¿Hay algo más débil que esta caña y que el pábilo humeante? Dios tiene poderosos Sansones que pueden derribar la puerta de Gaza, o un valiente Gedeón que ataque a los madianitas, o como el valiente Daniel frente a los leones, pero la mayoría de sus soldados somos débiles.
¿Hay algo de escaso valor como la caña cascada o el pábilo humeante? Si encontráramos una aguja en la calle nos agacharíamos a recogerla (menos Bill Gates, que ni recogería 100 dólares, ya que perdería plata). ¿Quién de los mortales recogería la caña o se fijaría en un fibra de lino o pábilo? En una caña no podemos apoyarnos para nada. No podemos usarla en la construcción. El pábilo no le es útil, ni a un viajero, ni a un estudiante que estudiaría con luz de lámpara.
Las dos cosas podían ser ofensivas en los tiempos bíblicos, ya que las cañas eran atadas juntas y se hacía un instrumento, pero al soplarlo, si alguno estaba dañada, desentonaba. O el pábilo que humeaba, llenaba de mal olor el ambiente. La mujer adúltera, era escarnecida por todos los hombres e inmunda para sí misma, sin embargo Jesús le dice: "Tampoco yo te condeno; vete y no peques más".
Estos dos artículos contra todo pronóstico humano, pueden prestar algún servicio para Dios. Cuando Dios pone la mano sobre un hombre, si era antes sin valor e inútil, puede llegar a ser muy valioso. Reparará la caña cascada y la hará tocar una melodía celestial, la rejuvenecerá. Tocará una dulce melodía. La iglesia debe tener un ministerio de restauración, no de condenación, recibiendo las personas heridas y deshecha de nuestra sociedad y sanarlas, rejuvenecerlas como el águila (Salmo 103). Dios se especializa en enderezar vidas torcidas por el pecado (recordar a Pedro). La iglesia no puede excluir a nadie porque Jesús no excluyó a nadie.