El templo del tabernáculo del testimonio. Apocalipsis 15:1-8.

 

La posición de nuestra iglesia, siguiendo la línea de la iglesia madre de Arroyito, es la llamada premilenial. Nos aferramos a la interpretación literal de las Escrituras. Creemos que las promesas hechas a Abraham y a David, son incondicionales y que han tenido o tendrán cumplimiento literal. En ninguna manera estas promesas hechas a Israel, han sido cumplidas por la iglesia. Al final de esta edad Cristo volverá por su iglesia, encontrándose con ella en el aire, suceso llamado arrebatamiento; el cual nos introduce a un período de gran prueba para el mundo llamado Gran Tribulación. En su final, el Señor volverá a la tierra a establecer Su reino por mil años, durante los cuales se cumplirán las promesas dadas a Israel. El episodio que vamos a estudiar ocurre al final del período de la Gran Tribulación. Leamos Apoc. 15.

¿Qué representa este templo? ¿Qué es el templo del tabernáculo del testimonio? (15:5). El antiguo templo del desierto, era un tabernáculo portátil por razones obvias del desplazamiento continuo. En un lugar relativamente secreto, estaba lo que se llamó el Arca, que contenía 3 cosas importantes, según Hebreos 9:4, "el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto".

Las tablas de la ley eran las segundas, porque las primeras fueron destruidas por Moisés, cuando éste descendió del Monte Sinaí y encontró al pueblo dirigido por su propio hermano adorando al becerro de oro, donde habían creado su propia fiesta, su "boliche propio" (Exodo 32 y 34:1-10,27-35). ¿Dónde fueron guardadas estas Tablas de la Ley? En el Arca, y el Arca estaba en el Tabernáculo (Deuteronomio 10:3-5).

Las muestras del maná estaban en una urna de oro. ¿Qué era el maná? Era el alimento que Dios daba a los judíos para que sobrevivieran a la dura experiencia del desierto, donde no encontraron nada para comer y la imposibilidad de sembrar y cosechar. Era una especie de harina que debían recoger diariamente y a una hora especificada por Dios. A ellos los cansó y no les gustaba ni medio, hubieran preferido un bife con papas fritas o una milanesa, o un asado, pero no lo podían conseguir. ¿Dónde se guardó la muestra del maná? En una urna de oro, que se colocó en el Tabernáculo (Exodo 16:33-35).

La vara de Aarón (sacerdote, ayudante y hermano de Moisés), tenía una historia muy interesante. La primera cita se encuentra en Exodo 7:8-13, y la otra en Números 17:1-13. Aarón era sacerdote judío y uno de los líderes nombrados por Dios para ayudar a Moisés. La vara era símbolo del poder o autoridad de Dios. ¿Dónde se colocó esta vara que reverdeció? En el Arca del Pacto (Números 17:8-10).

Las Tablas de la Ley, representan la ley de Dios que nunca fue obedecida. ¿Quién la obedeció? Romanos 3:10-18,23, nos da una clara respuesta. Nadie la obedeció, no hay una persona perfecta en toda la historia humana. Esas piedras escritas simbolizan el rechazo del pueblo a la ley de Dios.

En Exodo 16, vemos las instrucciones de Dios con respecto al maná, en Salmo 78:24 nos recuerda que era el trigo de aquellos días. La gente se cansó del maná. Extrañaba las comidas de Egipto, pero allí carecían de libertad. El rechazo a la comida del cielo, era un símbolo del rechazo de la provisión de Dios. Dios nos provee cosas, pero nosotros no las queremos, no las aceptamos. Nos cuesta hacer las cosas a la manera de Dios, como Dios quiere. Sabemos por ejemplo que tenemos que ofrendar, pero no creemos y no ofrendamos. Se aplica lo que dice Malaquías 3:8-12. Caemos en la incredulidad, ya que Dios dice que ¡lo probemos! Vean lo que haré por ustedes. Dios comenzará a obrar, a proveernos. Muchos no creyeron, ni hoy creen. Dicen: "estoy en una situación de crisis" "si la plata no me alcanza, como voy a ofrendar", y Dios nos dice que lo probemos. Caemos en la rebeldía, ya que me niego a hacerlo, me resisto a su provisión. Caemos en la ingratitud, ya que no estamos dispuestos a favorecer la causa de Cristo. ¿No dice el Padre Nuestro, "el pan nuestro de cada día dánoslo hoy?" Dios no quiere desocupación, hambre ni dolor. Tenemos que ser fieles en todo lo que nos ordena. No solo nos ha provisto de cosas materiales, sino de las espirituales. La provisión mayor de su gracia es la salvación.

La vara de Aarón, representa el rechazo a su autoridad, y al liderazgo que Dios había establecido en Israel. Ellos no lo querían ni a Moisés, ni a Aarón, ya que los culpaban de todos los males que sufrían. Como nosotros culpamos al presidente de turno por todo lo que pasa. Rechazaron a Dios en las bendiciones, en la ley, y en el sacerdocio. Apocalipsis 15:6, dice "y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas,...". Estos siete ángeles son portadores de las siete copas de oro, llenas de la ira de Dios. ¿Qué es la ira de Dios? Es el castigo de Dios para los que rechazan su ley, su provisión y su autoridad. La ira del Diablo se descarga contra los fieles creyentes, como por ejemplo Apocalipsis 6:9-11. Los primeros lectores de del Apocalipsis entendían lo que se manifestaba en dicho libro, porque estaban acostumbrados al lenguaje. Apocalipsis 16:8, nos dice que... "y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles". El templo es simbólico, de lo que Dios quería dar y lo que el hombre no quería recibir. Dios siempre ha ofrecido su ley de gracia, misericordia y perdón; su provisión de redención por la sangre de Jesús para limpiar nuestros pecados. Dios ha ofrecido su autoridad para guiarnos, porque solo no sabemos andar en este mundo y le hemos dicho que no. Entonces Dios cierra el templo de su gracia. El día que se desate la ira de Dios sobre la tierra, no habrá oportunidad de salvación, nadie podrá ser salvo ese día, no habrá arrepentimiento. Durante la Gran Tribulación si habrá oportunidades de salvación, si la habrá en otros momentos difíciles pero el día de la ira de Dios no.

Mateo 24:29, nos dice "E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días,....." Después que termina la etapa conocida como la Gran Tribulación con salvación, entonces se desata la ira de Dios. ¡Basta, ya no extiendo más mi gracia! Apocalipsis 7:13-14 dice: "Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quienes son, y de donde han venido? Yo les dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero". Después de la Gran Tribulación, ¡Nadie entrará! ¡Se cierra! ¡Di todo, ofrecí todo! Di mi provisión de misericordia a través de la ley, milagros y señales para protegerlos, di mi autoridad a través de los sacerdotes y los buenos pastores pero los rechazaron. Las puertas de este tabernáculo se abren para que salgan los ángeles que llevan las copas de la ira con el castigo justo, pero se cierran para que ninguno más pueda salvarse. Esta es la gran diferencia entre la Gran Tribulación y la Ira de Dios, en la primera hay oportunidad de salvación, en la segunda no la habrá. EL TEMPLO ES EL SEÑOR MISMO. ¿De dónde sacamos tal afirmación? De Apocalipsis 21:22, "Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella y el Cordero". Esto se va a cumplir inexorablemente, al pie de la letra. No es un capricho, son advertencias muy serias. Va a pasar, va a ocurrir.

Hay confusión, corrupción y violencia. El pecado nos está inundando. Al hombre la ley de Dios no le interesa. La cultura actual es pagana, ya que se fundamenta en el pensamiento griego y en las distintas variables del actual humanismo. La civilización occidental ha roto totalmente con el pensamiento cristiano y lleva a la práctica normas de conducta basadas en una moral relativa (Dios se basa en absolutos). Lo que está mal para Dios estuvo mal siempre. El hombre de hoy, piensa que lo que estuvo mal en otro momento, hoy puede estar bien. Todos los procesos de reforma modernos en cuanto a constituciones y códigos de comportamiento, tienen algo en común, todos buscan expulsar la ética (conducta) bíblica, la ley de Dios. Esta cultura es:

a) Apóstata: porque ha vuelto sus espaldas a Dios y se ha liberado de las "cadenas" de la moral divina. El hombre moderno, sea por ideología o por prácticas de vida, ha renegado de Dios.

b) Humanista: porque está totalmente enfocado a partir del hombre, al que concede la posibilidad de ser dios, un dios de barro. Recordar los tristes episodios de Hitler con el nazismo, y Marx con el comunismo. El humanismo es como la Hidra, el monstruo de las siete cabezas de la mitología griega, ¿cuál es "la cabeza?" No se sabe porque tiene varias.

c) Hedonista: ya que se centraliza en la obtención de placer como objetivo principal de la vida. La mujer moderna justifica el aborto, porque un niño traería problemas y carga, entonces ¿por qué no eliminarlo? Se desea satisfacer sin límites los instintos, por eso se llega a prácticas sexuales aberrantes, se desarrollan vicios y se vive egoístamente. Nace así el "hombre light".

d) Consumista: el consumir es un hábito compulsivo. Es como si el lema fuera: "mientras más consumís, más feliz serás". Se cae presa del afán de tener. La acumulación de bienes, y la ostentación se ha vuelto la meta más importante (recordar al juez Trovato). Estamos frente a la idolatría de las riquezas, que destruye la relación de los hombres entre sí y con Dios.

e) Sodomita: ya que no se sabe discernir el bien del mal, la desintegración moral sumerge a todos en un espiral descendente, con la secuela de la desintegración familiar, vicios y perversiones, delincuencia y corrupción.

f) Babilónica: porque estamos inmersos en la magia y el ocultismo. Hace años con la llegada de la democracia en la Argentina, salió una revista de actualidad, donde decía que alrededor del Congreso estaban los brujos que consultaban nuestros políticos, era la "patria hechicera". Pero van a ellos también los deportistas, los empresarios, los actores, etc.

Al abandonar los fundamentos cristianos, el mundo occidental ha tendido a reemplazarlos por las religiones orientales (budismo, hinduismo, etc.), que no requieren una transformación moral. Se han tomado en especial, sus técnicas de relajación y control mental.

Más grave que el acto de ir contra la ley de Dios, es no tener conciencia de pecado. Esto es lo que le ocurre al hombre en esta era post-cristiana. Tal vez los que vivieron en épocas anteriores a nosotros, cometieron más pecados que nosotros, pero sabían con certeza que el adulterio, la fornicación, la homosexualidad, la borrachera eran pecados, eran infracciones a la ley de Dios. Esta generación ya no lo distingue. La conciencia es como nuestro sistema inmunológico, cuando no nos funciona, no detectamos nada, no paramos ningún virus, ni bacteria (no tenemos defensas). Al no funcionar nuestro sistema inmunológico, perdemos la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo. No nos damos cuenta que estamos yendo contra la ley de Dios, vivimos empecinados contra ella. Es como el SIDA, que destruye nuestras defensas y cauteriza nuestras conciencias. El SIDA no mata por si mismo, sino por las enfermedades oportunistas, porque la persona ha perdido la capacidad de defenderse. Se trata de negar la conciencia, y sin el freno de la conciencia, el hombre le puede dar rienda suelta a sus instintos. Si negamos el valor de la conciencia y no funciona adecuadamente, es como ir en un coche sin frenos en una pendiente peligrosa. Así iremos a cualquier parte y seguramente nos vamos a estrellar.

Un texto de la escuela secundaria dice que se llamó conciencia "a una supuesta facultad innata que Dios habría otorgado al hombre para que pudiera juzgar correctamente los problemas morales. Hoy la sicología rechaza esa hipótesis y dice que lo que hay en el ser humano es una inteligencia y una educación y que depende de estos dos últimos serán sus juicios morales. Otro elemento que usa el enemigo, es la eliminación de la culpa: por ejemplo en el caso de los no creyentes llamando al pecado enfermedad. Es el caso de la homosexualidad (gracias a Freud), que aún la organización mundial de la salud, ya no la considera una perversión. Aún se lo llama hoy con otro nombre: "gay", palabra del inglés que quiere decir alegre, que es una paradoja, porque los que están en esta situación están en completa tristeza.

O llamando al pecado "viveza", como ocurre con el adulterio. Un hombre que adultera es un "vivo" o "piola", una mujer que lo hace recibe otro nombre más duro. O sea al pecado se lo llama por otro nombre y ante muchos no parece ser malo.

En el caso de los creyentes, atribuirle la causa de un pecado a la acción del demonio, es quitar del hecho nuestra responsabilidad ("yo no fui, es el espíritu demoníaco que actúa en mí"). Sin conciencia y sin culpa, los hombres jamás se arrepentirán de sus pecados. Irán así libremente contra la ley de Dios.

Estos últimos conceptos pertenecen a Oscar Marcellino. Satanás usa hoy a las democracias liberales para "fabricar una sociedad permisiva". La degradación moral proviene de la permisividad de la misma sociedad. Se legisla en base una moral relativa (todo depende....). Por eso fue todo lo que aconteció en Buenos Aires con los travestis en el famoso Código de Convivencia Urbana. Los políticos necesitan del apoyo del voto de las personas y ellos deben darle al pueblo los que el pueblo les pide: una ley humana que permita el placer y la libertad para hacer lo que ellos quieran. Lo que ellos quieren va contra la ley de Dios. Por eso se llegó a legislar el divorcio, más tarde llegaremos al casamiento homosexual, al aborto y la eutanasia, y así sucesivamente.

Para este proceso se usa la educación, ya que quien controla la mente, condiciona la conducta. También se usa el arte y la música. La cultura rock con exponentes como Elvis Presley, los Beatles y tantos otros. Hay décadas donde se exaltó el amor libre, la droga y el ocultismo. George Harrison de los Beatles era orientalista, y llevó a una generación a cantar a los demonios de la India, donde él tenía su propio gurú. Se fue cayendo cada vez más abajo. Con los Rolling Stones, el punk, el heavy, etc. Los videos-clips, con imágenes de demonios, la muerte, satanismo, impurezas sexuales, etc. La TV, la radio y el cine producen programas que muestran una conducta contraria al evangelio, ya no hay triángulos amorosos, son polígonos amorosos y ya se muestra el incesto como normal. El amor actual ya no es de a dos. El peligro que corremos es naturalizar, legalizar y normalizar. Cuando se traspasan los límites, cada vez se necesitan nuevos estímulos para que algo resulte "atractivo".

La ley de Dios, que se estableció para la salud y la protección del ser humano, es transgredida con aplausos. La moda es otro elemento que el Diablo usa para que vayamos contra la ley de Dios. La mayoría de los diseñadores son homosexuales, por eso siempre intentan trasmitir una tremenda carga erótica. Y siempre busca imponer la moda "unisex". La moda refleja el estilo de vida de quien la usa.

Juan 15:14, nos dice: "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando". Hay que obedecer la ley de Dios. Es la demanda de Dios para cada época de la historia. En el caso de nuestros primeros padres, la consigna de Dios, era que de todo árbol podían comer, pero no del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque si lo hacían iban a morir. Hubo violación de la ley de Dios. Génesis 6:5-6, nos pinta un panorama sombrío, a causa de que todo designio de los pensamientos de los hombres, era de continuo solamente el mal.

El pecado pasó por la familia de Noé, luego del diluvio. ¿Por qué? Porque está enquistado en el corazón de los hombres. Así continuó durante la etapa de la ley mosaica, nadie obedeció completamente la ley de Dios. Por eso es tan importante la promesa de Dios en Jeremías 31:31-34. El apóstol Santiago nos dice en el capítulo 3:10 "De la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. Adorar en el templo con entusiasmo es una cosa muy importante, pero ¿Qué hacemos el resto de la semana? Dónde nadie, excepto Dios, nos está mirando, ¿Obedecemos la ley de Dios? Si no acepto la ley de Dios, algún día las puertas se me cerrarán y para siempre. Ver Isaías 1:20-30.

Puedo vivir como se me antoja, pero un día Dios cerrará las puertas del Templo de la Gracia. Mateo 7:21-23, nos dice que "no todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos......Nunca os conocí...apartaos de mí hacedores de maldad". Las obras que ellos describen eran loables: profetizar, echar fuera demonios, y hacer milagros. Pero no eran discípulos obedientes, no eran salvos. La ira de Dios sobre la tierra, ha de caer sobre los falsos creyentes y ya no se tendrá más posibilidad de arrepentimiento. Apoc. 9:20, luego de que abriera el séptimo sello y comenzaran los ángeles con las trompetas, los sobrevivientes de aquellas plagas del fin, "ni aún así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra, de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar". Apoc. 16:21, nos dice que los hombres de aquel día blasfemarán contra Dios, cuando caiga granizo de 34 kg sobre ellos.

La falsa iglesia de aquel tiempo, está descripta en Apoc. 3:14-22. Es la iglesia tibia, la que no denuncia el pecado, aquellos que no obedecen la ley de Dios. Es la iglesia inofensiva.

Ya el Señor dijo, que no se puede servir a dos Señores (Mateo 6:24). Apoc. 16:1, nos habla de los ángeles que derramarán las 7 copas de la ira. En otra parte del Apocalipsis, distintas visiones describen las mismas cosas, por ejemplo Apoc 6:12-17. El 6:16, nos habla de la ira del Cordero. Ya no es más como Juan el Bautista había predicado: "He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" Juan 1:29. En 6:16, la gente quiere ser sepultada por una montaña para no enfrentarse con la ira del Cordero. La razón, es que se cerró el Templo de la Gracia.

Podemos hacer innumerables cosas para Dios, cantar, adorar, predicar, pero si no lleva el sello de la autoridad de Dios, su provisión y su autoridad, estamos expuestos a la ira de Dios. Apoc 6:17, nos dice que el día de la ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? Es una pregunta que representa una nota de desesperación. Este sexto sello nos muestra la desesperanza de aquel día, y está en consonancia con Apoc 15:8. El templo se llenó de humo, cerró la puerta. La gloria de Dios abre las puertas para adorar, la gloria de Dios hace un proceso inverso y la gloria queda reservada, nadie más puede entrar. La gloria quedó reservada a quienes entraron al templo, quienes son parte del templo; 1 Pedro 2:4-5, nos dice que nosotros somos piedras vivas, somos una casa espiritual que ofrecemos sacrificios a Dios por medio de Jesucristo. Efesios 2:20-22, nos dice que somos parte de un edificio construido sobre la piedra del ángulo, Jesucristo mismo. Nosotros somos el sacerdocio santo. Los que leyeron por primera vez el Apocalipsis (Revelación), entendían mucho más que nosotros ese lenguaje. Llegará un día que los que persisten en vivir como quieren van a ver las puertas de este Templo de la Gracia cerradas. La parábola de las 10 vírgenes de Mt 25, en el versículo 10, nos dice que cuando se están celebrando las bodas, se cerró la puerta.

La ira de Dios se descarga sobre la tierra y no producirá ni un solo arrepentimiento. Porque la gracia de Dios para el hombre pecador no-arrepentido, culminará en la Gran Tribulación. Mt 24 nos muestra el sermón profético de Jesús, donde detalla las catástrofes cósmicas. Si en aquel momento no habrá lugar para el arrepentimiento, hoy es el tiempo del arrepentimiento, hoy es el tiempo de volver a Dios. ¿Nos hemos arrepentido? ¿Hemos aceptado su gobierno? Podemos tener un tropezón, una flaqueza, pero no una vida de flaquezas. Si no obedecemos la ley de Dios, si no aceptamos la provisión de Dios, ni su autoridad quedaremos afuera. Es como si querés ir a un país que te exige visa, y no la tenés, no entrás. Cuando el templo se cierre, no hay visa, no hay acomodo que valga, nada podrá torcer el designio de Dios. No es "yo hago lo que yo quiero", sino "yo hago lo que Dios quiere". No es que la salvación se pierde, sino que los salvos se reconocen porque obedecen, aceptan la provisión de Dios, y se someten a su autoridad. Él quiere un nuevo mundo con nueva gente, con gente obediente, donde su ley sea obedecida, su provisión sea aceptada y su autoridad sea respetada. La salvación es el conocimiento de que estoy librado de la ira del infierno. El Espíritu Santo produce obediencia. Dios habla en serio. Apoc 21:22, nos habla de la Jerusalén celestial, y no se ve en ella templo, porque Dios y el Cordero es el templo. No se refiere a un templo material, se refiere a estar o no en el cuerpo de Cristo, dentro de la naturaleza de Dios.

El templo de Dios, somos nosotros, lo dice Pedro, lo dice Pablo. Somos templos y piedras vivas, junto con los creyentes de todas las generaciones. Si no soy parte de este templo aquí, no lo seré allá. Si no tengo un lugar acá, no tendré un lugar allá. Las puertas del templo de Dios, se cierran para mí, cuando rechazo la gracia de Dios. ¿Estamos todos seguros de nuestra salvación?

En cuanto a la urna de oro conteniendo el maná, simboliza el rechazo del hombre de todas las épocas a la provisión de Dios. El apóstol Santiago nos dice: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las Luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación". Si comenzamos con la creación, en el huerto del Edén, Dios colocó todo lo necesario para que el hombre no pasara privaciones. Puso toda la creación al servicio del hombre al concederle la mayordomía sobre ella. Lo prohibido dentro de esta provisión tan generosa, no era un árbol de manzana, sino el árbol del conocimiento del bien y del mal. Tampoco era el sexo, porque Dios había dado la orden de multiplicarse. El sexo era parte de su provisión para los lazos afectivos y espirituales.

Miremos la calidad de la herencia recibida por el hombre: a) Herencia o provisión espiritual: representado por la imagen de Dios (Génesis 1:26). Los que creen en la evolución, tienen serios problemas para diferenciar al hombre del animal, los que creemos en la revelación, por supuesto que no. El hombre fue bendecido por Dios (Génesis 1:28), y tuvo comunicación perfecta con el Proveedor (Gén 3:8). b) Herencia o provisión emocional: sin un pasado traumático, sin fracasos, sin maltratos ni abusos ni desprecios. Génesis 1:31, nos dice que lo que había hecho Dios, era bueno en gran manera. c) Herencia física: fue dotado de perfecta salud (nada de alergias, ni artritis, ni colesterol, ni problemas visuales, ni de ninguna índole). El hombre era vegetariano y lo fue hasta después del diluvio. No conocía el dolor, el esfuerzo de su trabajo era generosamente recompensado con la respuesta de la misma naturaleza. No tenía que pensar en la vejez, en la jubilación. No tenía que preocuparse por las canas, ni por las arrugas, ni el lifting. Menos todavía en la posibilidad de la muerte, porque no existía. d) Herencia material: el hombre era rico, no tenía que ahorrar en ningún banco, porque tenía al Señor del Universo preocupado en asistirlo. El futuro económico no lo ponía nervioso. No tenía que temer a los cambios de gobierno, ni al F.M.I.

Para que nos quede bien claro: 1) Dios es el Gran Proveedor, y siempre que nos relacionemos correctamente con el Señor, nada nos faltará (Salmo 23:1, 37:25, Mateo 6:25-34). 2) Es la voluntad de Dios, que el hombre no padezca necesidad (Filipenses 4:19). 3) No olvidemos, que el medio necesario para tener los bienes necesarios, es el trabajo laborioso, Génesis 2:15, nos dice que el hombre fue puesto en el Edén, para que lo labrara y lo guardase, (¿dónde estaba el hombre cuando la serpiente tentó a Eva?). El trabajo no es un castigo, es una bendición. Nunca diga: "Que macana tengo que ir a trabajar", porque es la provisión de Dios. Lo que el pecado produjo, fue que a consecuencia de la desobediencia, el hombre tendría que procurar su sustento en condiciones desfavorables y hostiles. Ya la tierra no era como lo fue el Edén, estaba ahora con espinas y cardos, el recodatorio de la mala decisión. Ahora que habían pecado, sería mucho mejor que sus cuerpos murieran y regresaran al polvo para ser reclamados en la belleza de la resurrección en santidad y justicia. A pesar de que era un juicio de Dios, este fue un acto de misericordia y gracia también (Gén 3:22-24).

Después del Edén, el mundo se vio invadido por el pecado, y el hombre tuvo que enfrentarse con una naturaleza adversa, y perdió con los otros hombres los lazos fraternos. El egoísmo lo condujo a la desigualdad y al conflicto de intereses (Santiago 4:1-3). El elemento corruptor es el pecado.

Cuando la nación de Dios se formó, se establece un sistema económico y social que Dios supervisaba personalmente a través de Moisés. Dios en ese caso estableció el principio de la igualdad o equidad. En 2 Corintios 8:14,15, hablando de la forma que los cristianos pueden proveer a otros con mayor necesidad, hace memoria del episodio del desierto, cuando el que recogió mucho no tuvo más, y el que tuvo poco, no tuvo menos. El maná recogido en exceso, se agusanaba, y nos ilustra acerca de las riquezas no compartidas.

Durante la era mosaica, se permitía el derecho a la propiedad y se lo protegía (No hurtarás), y se establecía la mayordomía sobre ellos. Pero Dios ponía "barreras" al pecado dentro de la vida económica y social (No codiciarás la casa de tu prójimo....).

Veamos algunas barreras: a) Se condenaba la usura (Exodo 22:25). b) Se exigía el comercio honesto (Levítico 19:35-37).c) Se exigía la justicia en los contratos de trabajo, salario justo y pagado a tiempo (Levítico 19:13). d) Se reprobaba la opresión a la viuda, al pobre y al extranjero Exodo 22:21-22. e) Dios limitaba el derecho de propiedad para permitir la alimentación de los pobres y extranjeros, Levítico 19:9-10. f) Dios establecía el respeto a la ecología, evitando así el abuso, la depredación y la contaminación. Levítico 25:4. Existía el año del jubileo cada 50 años, Lev 25.

El mensaje de los profetas: ellos nunca separaron lo espiritual de lo social, y denunciaron las riquezas excesivas y la opresión de los pobres. Aún ellos reprendieron a los reyes y a los poderosos, atacando el pecado social con la misma fuerza que se atacó la idolatría Amós 8:4-7 e Isaías 1:11-17.

Tanto la ley como los profetas, establecen que el hombre es el administrador de los bienes materiales que Dios le provee, y que debe obtener el sustento por medio del trabajo laborioso.

En el Nuevo Testamento: el ejemplo de Jesús, identificándose como hombre, es fundamental. El vino al mundo como pobre, y desde esa condición proclamar a los pobres las buenas nuevas, el año agradable del Señor y la creación de una nueva comunidad espiritual fundada en el amor y la ayuda mutua. Hubo una verdadera revolución social en la iglesia primitiva bajo el gobierno del Espíritu Santo. En todo momento, Jesús mostró compasión por los necesitados, y los socorrió. Sanó a los enfermos, alimentó a multitudes hambrientas, etc.

Las enseñanzas de Jesús: Él habló de la preeminencia del Espíritu sobre la materia (Mateo 6:33). Denunció la idolatría de las riquezas, o sea que no se puede amar a dos señores (Mateo 6:19-2124, Lucas 16:12). Son de los mandamientos menos predicado y más desobedecido de todas las épocas. Jesús se opone al afán de lucro y al consumismo, y establece que debemos cubrir las necesidades propias con criterio frugal o sencillez. Somos aconsejados a hacer tesoros en el cielo a través de compartir los bienes con los necesitados. Efesios 5:5, dice que ningún avaro tiene herencia en el reino de Cristo. Jesús estableció el deber de socorrer al hambriento, al desnudo, a los presos, a los enfermos. Mateo 25:31-46, revela la identificación de Cristo con los que sufren, y nos señala la obligación de asistirlos y que el juicio de Dios recaerá sobre quienes no lo hagan. En Mateo 19:26-30, Jesús admite la dificultad del rico para salvarse a consecuencia de la idolatría de las riquezas.

Resulta evidente que Jesús no estableció un sistema económico-social, pero sí los principios que podrían transformar cualquier sistema en un orden social justo. Ellos son:

El principio del amor: el amor está por encima del afán de lucro. Tenemos que compartir con otros, aunque nos cueste y practicar la ayuda mutua. No implica que cada individuo se despoje de todo. El hecho de compartir es voluntario, no compulsivo.

El principio de la justicia: hay que respetar los derechos de los demás. Actuar con honestidad en todo tipo de relaciones, ya sean comerciales o contractuales, siguiendo la ética de los diez mandamientos. Justicia: sentimiento de rectitud y equidad que gobierna nuestra conducta y nos hace acatar debidamente todos los derechos de las demás personas, bienes, carácter. Juicio: acto del entendimiento donde discernimos y formamos opinión de la naturaleza real de una persona. Prov 13:23, dice: "En el barbecho de los pobres hay mucho pan; mas se pierde por falta de juicio". El verdadero amor, "no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad".

El principio de la misericordia: debemos socorrer a las víctimas que sufren injusticias a causa de los sistemas económicos. En especial hay que acordarse de los huérfanos, de las viudas, y de todo necesitado. Ya en el Antiguo Testamento, Miqueas 6:8 nos dice: "Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios". Amar misericordia, es condolerse de las miserias ajenas. Lucas 6:36 dice: " Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso".

El principio de la vida austera o de la sencillez: debemos librarnos de la idolatría de las riquezas, de la seducción del consumismo hedonista y del pecado del lujo y el despilfarro. Marcos 6:42-43, nos dice que en la ocasión de la multiplicación de los panes y los peces, se recogieron 12 canastas con lo que sobró. Jesús no despilfarró nada.

Una relación inadecuada con la provisión material de Dios (que es temporal), es una amenaza a mi relación con Dios. Veamos las siguientes declaraciones de Jesús: "no podéis servir a Dios y a las riquezas" Lc 16:13 (es decir que solo uno puede ir en el primer lugar). "No hagáis tesoros en la tierra" Mt 6:19. "Más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" Mt 19:24. "A cualquiera que te pide dale" Lc 6:30.

Una relación adecuada con la provisión material de Dios, se puede usar para mejorar nuestra relación con Dios. Por ejemplo el hecho de tener un espíritu generoso (Zaqueo, luego de su conversión). Las unciones con perfumes costosos hechas en el cuerpo de Jesús (Lc 7:36-50 y Jn 12:1-8). El caso del Buen Samaritano. Jesús permitió que mujeres pudientes le apoyaran en su ministerio (Lc 8:1-3). Mamón es un dios falso que exige mi lealtad a cualquier precio, quiere llevarse todo mi esfuerzo, y quiere brindarme seguridad, libertad y poder-omnipotencia.

Más allá de la provisión material, Jesús quiere brindarnos su provisión de carácter eterno (ver Juan 6:28-59). El maná material fue insuficiente, ya que duraba un día a lo sumo dos. El maná verdadero es todosuficiente.

En cuanto a la vara de Aarón que reverdeció, representa el rechazo del hombre a la autoridad de Dios. Todos los pecados contra la autoridad de Dios en el mundo antiguo, tuvieron sanciones muy severas: Satanás fue expulsado del cielo, Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén, Cam (hijo de Noé) tuvo como castigo la servidumbre y luego el pueblo que derivó de él, fue condenado a la desaparición. Coré, Datán y Abiram, fueron tragados vivos por la tierra que se abrió. Nadab y Abiú (hijos de Aarón), fueron quemados por el fuego de Dios (Lev 10).

Cuando se produce la rebelión de Coré, Datán y Abiram, el primero era de la tribu de Leví, los encargados del sacerdocio, y los otros eran de la tribu de Rubén, y representaban los líderes de influencia en el pueblo. Quedaron dudas entre el pueblo de la legitimidad de la autoridad, ya que los rebeldes habían planteado a Moisés y a Aarón, que "todos eran santos", es decir que todos eran iguales y porque razón ellos estaban ejerciendo autoridad. A renglón seguido de las disciplinas, Dios pidió que cada tribu pusiera una vara en el Tabernáculo, por supuesto sin brotes, ni raíz, ni hojas (Núm 17). Cada uno de los jefes de tribu, tenía que poner su nombre en cada rama seca. Al día siguiente del episodio, la vara de Aarón había reverdecido, echado flores, arrojado renuevos y dado almendras. La vara muerta resucitó, dando la indicación clara de quien debía ejercer el liderazgo espiritual del pueblo. Esta vara debía guardarse como recordatorio del episodio del rechazo a la autoridad de Dios, y el lugar elegido fue el Tabernáculo, dentro del Arca del Pacto.

Pero antes de ese momento tenemos otros episodios graves dentro del mundo antiguo, como fue el caso del hijo de Noé. En Génesis 9:18-29 está narrado este episodio. Noé era la autoridad familiar, la autoridad civil del mundo y la autoridad religiosa, ya que era a quien Dios hablaba directamente.

Cuando la autoridad es resistida, el mundo sufre, la iglesia sufre, la familia sufre. Cuando la autoridad es ejercida mal, el mundo sufre, la iglesia sufre y la familia sufre. La historia bíblica demuestra que el diluvio, no cambió el carácter de los seres humanos. Cam bromeó, injurió a su padre al verlo borracho. Cam no vio la dignidad de la autoridad, no encubrió la falta, la divulgó sin vergüenza, sin pesar y sin dolor, porque tenía un espíritu rebelde. Cam evidenció un rechazo a la autoridad provista por Dios. "Solo quien se sujeta a la autoridad puede estar en autoridad". Si un sargento en el ejército les dice a los soldados que a partir de ese día él va a formar un ejército particular y propio, es el momento cuando pierde autoridad, porque no está sujeto a nadie. Es decir, sin sumisión, no hay sumisión. Dios y su autoridad delegada son inseparables. El castigo de Dios para Cam, fue que iba a ser siervo de todos. La conducta que los descendientes de Cam (cananeos), fue perversa, llena de impurezas sexuales, y también un grupo de ellos fueron leñadores y aguateros del pueblo hebreo. Al final de todo, desaparecieron de las páginas de la historia.

La carne se deleita en los defectos de la autoridad. ¿Por qué? Con el fin de eludir toda restricción o límites. Si uno ofende la autoridad, se enemista con Dios. Desechar la autoridad es desechar a Dios. Al que le disgusta la autoridad delegada, le disgusta Dios, ya que Dios y la autoridad delegada son inseparables.

En la revelación del Nuevo Testamento, se afirma invariablemente la autoridad. Se deja bien claro la autoridad en el mundo. Romanos 13:1, dice Pablo "sométase" (obedezca), e indica a quien: "las autoridades superiores". En el momento que él escribió la carta, el Emperador era Nerón, uno de los peores de la historia (1Pedro 2:13-14). Dios es el origen de toda autoridad. Toda autoridad ha sido comisionada por Él, y lo representan. Por eso cada autoridad ha de rendir cuentas. Génesis 9:6, nos dice que Dios, da derecho de gobierno al hombre luego del diluvio. Jesús dejó bien aclarado que hay que dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios (Mt 22:21), y resulta interesante el diálogo con el Sumo Sacerdote en Mateo 26:63-64. En todas las épocas, Dios permitió excepciones a la obediencia, pero nunca excepciones a la sumisión. Lo primero tiene que ver con la actitud externa, lo último con la disposición interna. Ejemplos de excepciones fueron: 1)Las parteras hebreas en Egipto. ("no matarás"). 2) Los tres amigos de Daniel, frente a la estatua de oro y el pedido de adoración ("no tendrás dioses ajenos delante de mí"). 3) Cuando Daniel siguió orando como lo hacía siempre frente a la prohibición del Rey, y fue a parar al foso de los leones (Dios estaba primero). 4) José huyó a Egipto con el niño Jesús, y así se salvó. 5) Cuando a Pedro le fue prohibido predicar de Cristo.

Dios establece la autoridad en la familia para salud de sus hijos. Ver Efesios 5:22-24, 6:1-3. Col 3:18,20,22.

Dios establece la autoridad en el trabajo para ayudarnos a vivir mejor. Ver Efesios 6:5-7, 1Tim 6:1, Tito 2:9-10.

Dios establece la autoridad en la iglesia para bendición de sus hijos. Ver 1 Tes 5:12-13, 1 Tim 5:17.

 

Hay tres cosas que manifiestan un corazón rebelde: las palabras, los razonamientos y los pensamientos.

a) Las palabras: veamos Judas 5-8, donde se habla de los que rechazan la autoridad y blasfeman. 3 Juan 9-10, nos habla de Diótrefes, "parloteando con palabras malignas" contra los apóstoles. Efesios 5:6 dice que "nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sorbe los hijos de desobediencia". Mateo 12:34 dice: "¿cómo podéis hablar lo bueno siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca".

¿Cómo nos referimos a nuestro presidente? Este "turco" o "este petiso" o cualquier otro adjetivo que se nos venga a la mano. Ojo. Como pensamos de él y de toda autoridad cuando vino el impuesto para el fondo de incentivo docente. ¿Qué pensamos del intendente y del gobernador?

¿Cómo nos dirigimos a nuestro esposo? Lo tratamos bien. ¿Y cuándo se equivoca? ¿Y qué cuándo la plata no nos alcanza? ¿y cuándo no quiere ir a donde vos querés ir, o parque, paseo o vacaciones?

¿Cómo nos dirigimos a nuestra esposa? La tratamos bien. ¿siempre? ¿y cuándo la comida no está, o está fea o no nos gusta? ¿y cuándo la ropa no está limpia o lista, o tiene una mancha de lavandina? ¿Qué pasa cuando "tarda para salir" y tenemos que cumplir un horario, o gastó unos centavos de más o pesos de más? ¿Tenemos suficiente paciencia cuando demora mirando vidrieras o en el supermercado analiza todo lo que ve? O cuando nos dice: "esa ropa no me gusta como te queda".

Dios ha de juzgar a los que están bajo autoridad y no la obedecen y a los que deben ejercerla y se "borran". El marido "ausente o pasivo", es el tipo de autoridad que se niega a ser ejercido, su esposa debe asumir forzosamente lo que el hombre dejó por negligencia. Esto da lugar a mujeres sobrecargadas, con graves tensiones emocionales, insatisfechas de la vida matrimonial, llegando a ver su hogar como una cárcel.

Otro caso grave, es cuando la mujer compite para quitarle el liderazgo al hombre, para transformarlo en un pelele. Lo que esa mujer no sabe, que por la misma puerta en que salió la sumisión, también sale la felicidad. Cuando la mujer que compite logra el cometido de hacerle un golpe de estado a su marido, lamenta la situación y sigue insatisfecha. Las palabras, son el escape del corazón. Si hablamos palabras sin límites y sin freno interior, esto quiere decir: "jamás hemos tenido un encuentro con la autoridad".

¿Cómo le hablás a tu mamá y a tu papá? Las órdenes las tienen que dar los padres, no al revés. Cuando uno dice: ¡Qué sabe mi viejo!, estamos asumiendo la misma actitud que Cam. "No le voy a contar nada de esto, porque no me va a entender. No necesitamos gritar para entendernos. Generalmente el que más grita, es el que menos razón tiene.

¿Cómo te dirigís a tu jefe o patrón? Cuando estás adelante de él, y cuando no te ve. "Es un explotador", "es injusto" "mirá el sueldo de hambre que me paga", etc. Una cosa es la injusticia que podemos ver y otra el corazón que tenemos frente a esta situación.

¿Cómo hablás acerca de la familia de tu novia/o? Tu viejo no sabe nada. Tu vieja donde se crió. Mirá el horario que te pone. No olvidar que la autoridad siempre es el papá, nunca el novio. Cuando los padres dicen "basta de teléfono" o se están viendo muy seguido y van a malograr este noviazgo. Muchos dicen: "¡Qué pesados o que plomos!" Fijate entonces a donde llegó papá y mamá, y como vivieron felices su propio noviazgo y su hogar como funciona y como se tratan. O cuando dicen los chicos: "quiero comprarme esto que vale tanta plata" y los padres dicen es muy caro o te dicen: ¿Hace falta de verdad o es un capricho?.

¿Cómo le hablamos a nuestros hijos? Si los padres no se respetan entre sí, es muy posible que los hijos no los respeten. Se nos ha encargado la "palabra de la reconciliación". Hemos sido nombrados por Dios como sus embajadores. El embajador representa el poder y la autoridad de un país o gobierno de ese país. Un embajador no debe hacer pasar vergüenza a su gobierno o país.

¿Cómo le hablás o que pensás de tu pastor, guía de grupo familiar, o líder juvenil o de adoración o maestro? ¿Cómo se comporta el pastor, el guía o el líder juvenil? ¿Cómo son sus actitudes, y como es cuando se equivoca? Por ejemplo: ¿Cómo aprovechamos la hojita dominical, que le lleva al pastor muchas horas de preparación? A veces se le pregunta a una persona que va siempre a la iglesia y ni siquiera la leyó en su casa. No es un pasatiempo, es lo que creemos. Debemos tener interés y no desentendernos.

b) los razonamientos: las palabras se originan en la razón. Cam tenía sus razones para criticar a su padre, él había cometido una falta grave al emborracharse y estar desnudo. Su padre no era perfecto. María habló mal de su hermano Moisés, en razón que la mujer era etíope o cusita. Coré también razonó que todos eran iguales y santos y cuestionaba el liderazgo de Moisés y Aarón. O vivimos en la esfera de la razón o en la esfera de la autoridad. Con respecto a los mandamientos nos podemos preguntar si hay alguna razón para obedecerlos o directamente los obedecemos. La primera tentación incluyó el razonamiento o argumento de la serpiente: "¿conque Dios ha dicho: no comáis de todo árbol del huerto?"

En Romanos 9:20, Dios pregunta: "¿Quién eres tu para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: por qué me has hecho así?" No es lo que dices, sino quien eres. Jesús vivió en numerosas ocasiones encima de la razón. ¿Qué razón pudo haber para la deshonra, los azotes y la cruz? Cuando más nos sometamos a la autoridad, más sencilla será nuestra vida. Cuando Dios ejerce autoridad, no debe consultarnos, ni conseguir nuestra aprobación, debemos obedecer porque ¡Él es bueno! Desde el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, los seres humanos hemos razonado, razonado y razonado y cada vez hemos querido eludir toda autoridad. Así nos ha ido.

En Job 23:1-7 encontramos los argumentos y razonamientos de Job. En Job 40:8-11, tenemos una serie de preguntas dónde Dios vuelve al tamaño original a Job demostrándole especialmente cuatro cosas:

1) El hombre no puede rivalizar con Dios en JUSTICIA (8).

2) El hombre no puede rivalizar con Dios en PODER (9).

3) El hombre no puede rivalizar con Dios en BELLEZA y MAJESTAD (10).

4) El hombre no puede rivalizar con Dios en SU DOMINIO SOBRE LOS SOBERBIOS (11).

El antiguo creyente Asaf (Salmo 73), se encontraba desilusionado al ver la prosperidad de los impíos y comenzó a "razonar" y dijo entre varias cosas: "en vano he limpiado mi corazón y lavado mis manos en inocencia". Intentamos a través del razonamiento justificar todo. Por eso usamos la obra social para ayudar a un pariente (y así mentimos). Escrituramos por menos las propiedades que compramos (y mentimos para ahorrar plata). Otros ponen propiedades a nombre nuestro para salvarse, y así mentimos. Pretender tener vida sexual antes del casamiento, poniendo millones de razonamientos "razonables", y miles de excusas. Así justificaremos el divorcio, la homosexualidad, el aborto y el adulterio. Cada vez más razonamientos y menos encuentro y sujeción a la autoridad.

c) los pensamientos: las palabras rebeldes vienen de un razonamiento rebelde. Un razonamiento rebelde viene de pensamientos rebeldes. 2 Corintios 10:4-6, nos habla de la "destrucción de fortalezas", alegóricamente menciona a los complejos y traumas. Fortalezas: son construcciones fortificadas que antiguamente rodeaban un castillo o ciudadela, que daba seguridad y protección, impidiendo la entrada a los indeseables. Pero aquí en 2 Cor 10:4-6, es Satanás quien levanta murallas que impiden penetrar a la verdad libertadora de Dios. ¿Qué son estas murallas? Son los pensamientos mentirosos. Llegamos a creer que son nuestros pensamientos, cuando en realidad son los del enemigo. Debemos destruirlos con las armas espirituales, que son las únicas que funcionan. Hay un uso insistente de términos militares: "militamos", "armas", "destrucción", "fortalezas", "derribando", "se levanta contra", "obediente", etc. Es decir, que se está aludiendo a una guerra espiritual.

Hay dos cosas a tener en cuenta: 1) No permanecer pasivos ante la agresión. 2) No luchar desde un plano natural. Es una lucha espiritual y hay que luchar con las armas que Dios nos ha provisto.

 

 

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