El papel de la mujer en la vida de la iglesia

 

El papel de la mujer en la vida de la iglesia, sobre todo en lo que se relaciona con la enseñanza de la doctrina. La respuesta es más sencilla de lo que se cree. A veces por inexperiencia o falla hermenéutica, se confunden los consejos circunstanciales con las enseñanzas permanentes. El camino correcto es el siguiente: considerando el capítulo de 1 Corintios 12, ¿Hay algún indicio que implique alguna discriminación, de parte del Espíritu Santo, en cuanto a la distribución de sus dones? ...¿Hay alguna enseñanza que demuestre que tal don es exclusivo para el hombre o para la mujer?.... Más bien, en Cristo Jesús "no hay varón ni mujer" (Gálatas 3:28), "porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús". No es el varón ni la mujer, sino el Señor el que se manifiesta a través de cada uno de ellos.

"Las diferencias individuales entre el judío y el griego, entre el esclavo y el libre, entre el hombre y la mujer, están fusionadas en esa más alta unidad a la que todos los creyentes han sido elevados por el hecho de tener una misma vida en Cristo Jesús. Ahora late en todos ellos un sólo corazón. La vibrante vida del Señor Jesucristo es el poder que los impulsa. Una sola mente los guía a todos, la mente de Cristo. Una sola vida es vivida por todos, la vida del Señor Jesús producida por el Espíritu Santo en las distintas circunstancias y relaciones propias de la experiencia individual de cada creyente" (comentario de Gálatas 3:28, por K. Wuest).

Sectores ultraconservadores del cristianismo suelen identificarse con tradiciones judías y griegas que prohibían la actuación pública de la mujer. Esto puede comprobarse en respetables comentarios bíblicos y libros influídos por esta tendencia, que hacen claras objeciones a la actividad femenina en la enseñanza o la predicación. Como es notorio, esto puede atribuirse a la influencia de la posición católica-romana, que prohibe a la mujer tales ministerios (e.g., Santo Tomás de Aquino).

Sin embargo, la sana investigación bíblica, asumida sin teorías preconcebidas ni otros prejuicios, no ofrece apoyo a ese concepto que no es compartido por las iglesias bautistas como la nuestra. El pasaje de 1 Corintios 11:5 (leer) indica que la mujer podría profetizar, aunque en ese entonces tenía que hacerlo con la cabeza cubierta. La palabra "profetizar", en el Nuevo Testamento, alude claramente a un ministerio público (leer 1 Cor 14:3) y no a un acto privado. Comparar la expresión de Hechos 2:17: "vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán". En 1 Corintios 14:34, lo que se prohibe es hablar (conversar), es decir charlar durante las reuniones, hacer preguntas a sus marido durante el culto, etc., dado que esa mala costumbre parecía ser común en Corinto (tal vez también se les está prohibiendo hablar en lenguas). Y en 1 Timoteo 2:11-12 (leer) no se menciona la iglesia, ni se dice "enseñar la Palabra", sino que se hace referencia a la actitud de la mujer en relación con su esposo.

El ministerio público de la mujer en la iglesia cristiana nunca puede ser inferior al que la mujer tenía en el judaísmo. Sabemos que en Israel había profetisas (Exodo 15:20-21, Jueces 4:4-5, 2 Reyes 22:14-20). En los umbrales del cristianismo encontramos a una profetisa, Ana, que hablaba del niño Jesús a todos los que esperaban la redención en Jerusalén (Lucas 2:36-38), cumpliendo ese ministerio en el templo. También tenemos en el Nuevo Testamento a las cuatro hijas de Felipe (Hechos 21:9) que profetizaban. Este ministerio es público, como ya hemos señalado al mencionar las palabras de 1 Corintios 14:3-4 y las expresiones de 1 Corintios 11:5. En la nueva paráfrasis "La Biblia al Día" este último pasaje se redacta de manera que aclara que se refiere concretamente a la mujer que profetiza en público. Por otra parte,la cita mencionada por el apóstol Pedro en el día de Pentecostés: "vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán" (Hechos 2:17) es aplicada por el propio apóstol a la época de la iglesia. Allí no dice "vuestros hijos profetizarán en público y vuestra hijas profetizarán en privado, o exclusivamente para mujeres", porque ello sería contrario a la revelación bíblica. Hulda, la profetisa de 2 Reyes 22:14-20, habla a los hombres y es consultada por ellos, a quienes enseña la voluntad de Dios. Los pasajes de 1 Corintios 14:34 y 1 Timoteo 2:11-12, en nada se refieren al ministerio profético y público de la mujer en la vida de la iglesia cristiana. Hay comentarios, paráfrasis, y libros que involuntariamente, o no, se inclinan a otras interpretaciones y tratan de forzar el sentido de esos dos pasajes, sin tener en cuenta el resto de las enseñanzas de las Sagradas Escrituras. Hemos demostrado que es un error doctrinal el creer que la mujer no debe hablar ni enseñar a la congregación, particularmente cuando entre sus oyentes hay hombres. A veces en las opiniones que apoyan otra interpretación, hay una cierta dosis de orgullo masculino, más que un real y sólido fundamento en las Sagradas Escrituras.

Sin embargo, los bautistas, sin olvidar la autoridad de la Biblia, reconocemos la importancia de algunas tradiciones de las iglesias cristianas conforme a las prácticas descriptas en el Nuevo Testamento. Y en este aspecto parece evidente que en la iglesia primitiva se daba preferencia al ministerio público de los varones. No nos referimos a los pastores, que de hecho son varones, sino a otros líderes y ministros de aquellas congregaciones históricas. Por ejemplo, en cuanto a la famosa iglesia de Antioquía, leemos en Hechos 13:1, "había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo". Como se observa , la nómina no incluye mujeres. Lo mismo se advierte en cuanto a los doce apóstoles, los siete primeros diáconos (Hechos 6:1-6) y quizás los setenta (Lucas 10), que también serían todos varones. Esta preferencia por los varones, no sería una doctrina sino una práctica. Y, por supuesto, esa práctica tendría que considerarse a la luz del contexto, es decir, tomando en cuenta la cultura (las costumbres) de aquellas épocas

y aquellos países. De todos modos, todavía se sigue en nuestras iglesias esa misma práctica neotestamentaria.

Resta señalar en el Nuevo Testamento el importante papel que se atribuye a las mujeres en el liderazgo público de la iglesia. Recomendamos que, en cada hogar se lean y se comenten pasajes como los siguientes, entre otros: Romanos 16:1-6 y 12-15; Hechos 12:12;16:14 y 40; 20:8-9; 18:24-26; 1 Corintios 16:19; Filipenses 4:2-3, Colosenses 4:15 (recientes investigaciones parecen demostrar que "Ninfas" es nombre de mujer); 2 Timoteo 4:19-21; 2 Juan 1-13, etc. Además, se menciona en Apocalipsis 2:20-25 el caso de una mala profetisa, que enseñaba doctrinas y prácticas satánicas. Este caso demuestra que también hay buenas profetisas, como ya vimos antes.

 

 

Índice - Página Principal