Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 8 - Domingo 31 de Enero de 1999.

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 1036, 2000 Rosario


Teléfono 380824 - Registro de Cultos Nº 672 , Secretaría de Culto de la Presidencia de la Nación Argentina

 

LO QUE ALIMENTA LA UNIDAD DE LA IGLESIA (3º Parte).

 

En la iglesia nadie "tiene coronita". No hay cristianos de lº y de 2º, ya que todos estamos hechos del mismo material, la vida de Cristo morando en nuestro interior. Cuando el hombre intenta poner reglas, que no son parejas para todos, está sembrando las semillas de la desunión. Rom 2:1 dice que el hombre es inexcusable cuando juzga a otro, ya que al condenar a sus semejantes, se condena a sí mismo porque el que juzga hace lo mismo. El libro de Santiago ordena que nuestra fe, sea sin acepción de personas. La unidad no quiere decir uniformidad. Cada persona es maravillosamente distinta a otra, así como no hay dos gotas de agua iguales, ni dos copos de nieve iguales, ni dos hojas iguales. Por tal razón no debemos comparar a los creyentes entre sí, no tiene sentido hacerlo. Debemos tener cuidado con las preferencias personales, sobre todo si éstas pueden llegar a dañar a otros. Es injusto demandar o esperar igualdad en la profundidad bíblica, o en la práctica ministerial, ya que cada persona es la inimitable creación divina. La única norma uniforme a alcanzar es el carácter semejante a Cristo.

Nuestra solicitud por guardar la unidad del Espíritu debe ser una característica evidente en nosotros, y recordemos que las palabras conmueven, pero los ejemplos arrastran.

1 Tes 2:10 dice: "Vosotros sois testigos, y Dios también de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes". Este texto describe una conducta madura. La madurez, es un andar firme y fiel con Dios. Es hacer siempre lo que agrada a Dios (Jn 8:29). Debo vivir lo que enseño, y enseñar lo que vivo, pues de lo contrario seré un hipócrita. Los demás imitarán mi conducta (sea buena o mala), y mi ejemplo. Pablo, al escribir a los cristianos de Colosas, les dice que el fin de la amonestación y enseñanza cristiana era y es hoy el de "presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre". El propósito es alcanzar la madurez.

La virtud de la paciencia, es irremplazble para contribuir a la unidad de la iglesia. Paciencia es ser lentos para enojarnos. Sg 1:19 dice: " Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse" Muchos creyentes deforman esta verdad, siendo tardos para oír, y muy rápidos para hablar. Alguien dijo que Dios nos ha dado dos oídos y una sola boca, para escuchar el doble de lo que hablamos (¿ será así ?).

Uno de los elementos corrosivos para la unidad, es la falta de sinceridad. Los alfareros deshonestos del mundo antiguo, cuando tenían una pieza deteriorada o quebrada tenían un recurso a mano, era una especie de cera que unía los fragmentos de las piezas dañadas. La astucia los llevaba aún a vender las vasijas como piezas sin defecto. Pero las que no tenían remiendo alguno, eran obras de alfarería "sinceras". Las caretas no nos sirven en la familia de la fe.

El domingo que viene continuamos.


Recordemos siempre: EL AMOR......

ES SUFRIDO (RELACIONES SANTAS).

ES BENIGNO (PROPOSITOS SANTOS).

NO TIENE ENVIDIA (CORAZON SANTO).

NO ES JACTANSIOSO (PALABRAS SANTAS).

NO SE ENVANECE ( SERVICIO SANTO).

NO HACE NADA INDEBIDO (CONDUCTA SANTA).

NO BUSCA LO SUYO (DESEOS SANTOS).

NO SE IRRITA (TEMPERAMENTO SANTO).

NO GUARDA RENCOR (MEMORIA SANTA).

NO SE GOZA DE LA INJUSTICIA (CONCIENCIA SANTA).

SE GOZA DE LA VERDAD (MENTE SANTA).

TODO LO SUFRE (VALORES SANTOS).

TODO LO ESPERA (ESPECTATIVAS SANTAS).

TODO LO SOPORTA (SACRIFICIO SANTO).


 

Estudio sociológico en ancianos

Se hizo un estudio sociológico en el que a cincuenta personas de más de 95 años les hicieron una pregunta: "Si pudiera vivir su vida otra vez, ¿ qué cosa haría de diferente manera ?"

Estos ancianos dieron múltiples respuestas. Sin embargo, tres respuestas se repitieron constantemente y predominaron en el estudio.

Las tres respuestas fueron:

1. Si tuviera que hacerlo otra vez, reflexionaría más.

2. Si tuviera que hacerlo otra vez, me arriesgaría más.

3. Si tuviera que hacerlo otra vez, haría más cosas que continuaran viviendo después que yo muriera.

¿ Qué podemos aprender nosotros de las respuestas de estos ancianos ? Pensemos.....

 

 

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