Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 9 - Domingo 7 de Febrero de 1999.

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 1036, 2000 Rosario


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LO QUE ALIMENTA LA UNIDAD DE LA IGLESIA (4º Parte)

 

Una de las más importante reglas éticas del Nuevo Testamento se encuentra en Romanos 12:3, "Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno". Cuando un cristiano tiene un concepto "sobrevaluado" de sí mismo, comienza a tener serios "cortocircuitos" con los restantes integrantes del cuerpo de Cristo. Esta venenosa enfermedad llamada orgullo, se manifiesta en dos direcciones: a) no escuchamos lo que otros tienen que decir y b) no queremos ser enseñados. Lo primero tiene un grave resultado, y es que nos impide conocer a los hermanos y llegamos a ser incapaces de ayudarlos. Lo segundo es que el "sabelotodo" no tiene jamás esperanza de adelanto, a menos que cambie. El secreto del avance espiritual, es tener un corazón abierto para con Dios.

Consecuencias del orgullo:

l. El orgulloso no acepta la Palabra instantáneamente. Mt 21: 28-32.

2. No puede expresar la autoridad divina en su propia vida, porque está dominada por el ego. Mateo 20: 25-26.

3. Es una fuente interminable de generar autoconfianza: "yo lo hice", "yo estuve", "yo lo puedo hacer mejor que nadie", "no hay otro como yo", "yo lo logré",etc.

4. El individuo se obsesiona con sus propias ideas y se ofende si éstas no son aceptadas o reconocidas.

Por eso el apóstol nos recuerda en 1 Pedro 5: 6, "Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo".

Se conoce poco en Las Escrituras, acerca de Jesús hasta sus treinta años, excepto los acontecimientos relacionados con su nacimiento y aquel episodio llamativo a los doce años, cuando se perdió del lado de sus padres. Fueron prácticamente treinta años de silencio, mucho de ese tiempo se la pasó enterrando sus pies en un mar de aserrín, en la carpintería de su padre adoptivo. Después de los deslumbrantes acontecimientos de su llegada a esta tierra, pasó prácticamente al olvido. En este período de tiempo cursó la "escuela del silencio", donde no hubo nada dramático ni espectacular, observando la corrupción religiosa imperante a su alrededor, como así también la opresión política extranjera. Jesús fue el ejemplo más extraordinario de humildad que este mundo haya conocido, por eso su Vida gobernando en la nuestra, es el mejor antídoto contra el venenoso orgullo. ¿ Aceptaremos cada día este benéfico remedio ?

El próximo domingo continuamos.


Alcoholismo

Tenemos como país, unos de los índices más altos de alcoholismo del mundo. El abuso del alcohol trae consecuencias nefastas. Algunas de

ellas son:

Embotan y atontan la mente.

Restan claridad y objetividad al pensamiento.

Se usa para huir de la realidad y separan a la persona de la realidad misma.

Produce hábito.

Permite a Satanás engañarnos, esclavizarnos usando una mente débil.

Deteriora y destruye el cuerpo y el alma de la personas.

Como consecuencia final a las personas atrapadas en este vicio, le es imposible:

-tener una vida familiar sana.

-tener una vida sexual sana.

-gobernar su voluntad, ya que el vicio mismo le dirige a la destrucción, y ésto es lo que le agrada a Satanás.

En Proverbios 23:29-35 tenemos serias consideraciones acerca del consumo indebido del

alcohol. Allí se nos dice que el dolor, las heridas, las peleas, las quejas y lo amoratado de los ojos son para los que se detienen mucho en el vino. Al final puede morder al hombre como una serpiente venenosa, y agrega que nuestro ojos verán cosas extrañas (alucinaciones).

Salomón dijo que cualquiera que yerra por el alcohol, no es sabio. (Pr 20:1).

Muchos llegan al alcohol por cuestiones no resueltas de su infancia, donde han vivido en un estado de inseguridad, donde los padres se han contradicho, se han borrado y han mostrado falta o ausencia de autoridad.

Otros se inician en el consumo en razón de la imitación, la famosa "barrita", donde nadie quiere desentonar y se copian conductas dañinas de los propios amigos, ya que los padres se ven como seres lejanos y causantes o responsables de la frustración hogareña.

En la etapa de la adolescencia se hace importante formar parte de un grupo, la barra del club, la del colegio, la de la iglesia, la del barrio, etc, y nadie quiere ser diferente.

La víctima del alcohol, frecuentemente presenta una personalidad inmadura, insegura, deprimida, y llena de sentimientos de culpa. No se siente satisfecho consigo mismo. Es deshonesto al tratar de encubrir su "problema", y culpará de ello a los miembros de su familia, sus jefes, sus padres, o las malas experiencias que soportó en la vida.

Los alcohólicos necesitan ayuda en forma desesperada y Cristo la está ofreciendo.

 

 

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