Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 34 - Domingo 8 de Agosto de 1999.

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 1036, 2000 Rosario

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¿Cómo trabajó Jesús?

 

Para no tirar la toalla ni abandonar, "ni irnos a pescar", debemos recordar que trabajar con la gente, requerirá de nosotros mucha, mucha, mucha paciencia.

En Nazaret, Jesús no pudo hacer muchos milagros y aún se asombró de la incredulidad de aquella gente. (Marcos 6:5-6). En la ocasión previa a la multiplicación de los panes y los peces, Jesús les indica a sus discípulos que le den ellos de comer a toda esa gente. Ellos querían que todos fueran a comprar pan a otro lado, pero Jesús les dijo: "dadle vosotros de comer" (Marcos 6:36-37). ¡Cuánta paciencia Señor!

A final del evangelio de Marcos (16:14), hay una afirmación de Jesús que nos sorprende: "Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado". ¡Cuánta paciencia Señor!

¿Por qué el pecado, y el desaliento o desánimo es más grave en los que están cuidando a otros? Porque la confianza en usted, es el mejor utensilio en la comunicación, ¡NO LA DESTRUYA! Hacer discípulos es más que hablarles, o ganarlos para Cristo o enseñarles la doctrina cristiana: ES HACER UNA DUPLICACION DE UNO MISMO (1 Cor 11:1).

Así como Dios tiene mucha paciencia con nosotros, nosotros debemos tenerla con otros. Veamos un ejemplo que nos ilustra esta verdad (un cuento de autor desconocido) :

Lejos de aquí, al pie de unas colinas, había un bosque. En el bosque crecían unos arbolitos. Los arbolitos disfrutaban de la vida tal cual era. Pero de cuando en cuando conversaban acerca del futuro, de lo que les gustaría llegar a ser cuando fueran grandes. En ese bosque había una mamá árbol que tenía tres hijitos. Uno de los árboles dijo: - Me gustaría llegar a ser cuna de un bebé. Un bebé es lo más hermoso que jamás he visto. ¡Cómo me gustaría convertirme en la camita de un bebé!

El segundo arbolito dijo: - Eso no me llama la atención. Yo quisiera ser algo importante. Me gustaría llegar a ser un barco grande, fuerte y majestuoso; un barco que cruzara muchas aguas llevando cargamentos de oro.

El tercer arbolito estaba por allí, solo, sin decir nada. ¿Qué te gustaría ser? - le preguntó la mamá árbol.- ¿No tienes sueños del futuro? - Sólo un sueño- contestó-. Quisiera quedarme en esta colina y señalarles a los hombres el camino a Dios. Creo que es lo mejor que pudiera hacer un árbol.

Pasaron los años y los arbolitos crecieron. Se convirtieron en árboles altos y majestuosos. Un día unos leñadores llegaron al bosque a cortar el primer árbol. -¿Será que llegaré a ser una cunita de bebé?-, pensó. Pero el arbolito no llegó a ser una cuna de bebé. En cambio, fue cortado en pedazos desiguales y ásperos que fueron clavados descuidadamente. El arbolito se convirtió en un pesebre para un establo de Belén. Estaba muy acongojado. - Esto no es lo que yo soñé gimió. ¡No pensé tener una vaca que comiera en mí!- Entonces Dios que ama a los arbolitos le dijo: -Ten paciencia, te mostraré algo. ¡Y lo hizo! Una noche de luna, María y José llegaron al establo. Allí María dio a luz a Jesús, el Hijo de Dios. Y lo acostó en el pesebre.

- Esto es maravilloso- susurró el arbolito. Nunca soñé que podría llegar a ser la cunita de un bebé como este. Esto es mejor que todos mis planes. ¡Formo parte de un milagro!

Pasaron los meses y otra vez llegaron unos leñadores al bosque para cortar el segundo árbol.- ¿Será que harán de mí un barco grande que participe de hazañas extraordinarias?- pensó. Pero en lugar de eso llegó a ser un pequeño bote pesquero, de un sencillo pescador de Galilea llamado Pedro. El arbolito estaba muy enojado. - ¡Pensar que mi vida ha llegado a esto! -dijo-.Soy sólo un barquito pesquero apestoso. ¡Y Pedro ni siquiera es un buen pescador! Entonces Dios, que ama a los arbolitos, le dijo: -Ten paciencia, te mostraré algo. ¡Y lo hizo! Un día llegó Jesús, acompañado de una multitud. Se sentó en el bote y, con palabras de sabiduría, les enseñó. Luego dijo a Pedro que echara la red de pescar mar adentro. Recibió tal cantidad de peces que las redes se rompieron. El pequeño bote pesquero se estremeció, no tanto por el peso de los peces como por la maravilla en su corazón. -Nunca soñé que podría llevar llevar una carga como esta-dijo. ¡Formo parte de un milagro! Esto es mejor que todos mis planes.

Pasaron las semanas y un día los leñadores llegaron al bosque a cortar el tercer arbolito; el arbolito que sólo quería indicar a las personas el camino hacia Dios. Estaba muy triste cuando el hacha se hundió en su corteza. - No quiero ir al valle-gritó-. ¿Por qué no me dejan en paz? Los leñadores arrancaron sus ramas y metieron el hacha en lo profundo del corazón del arbolito. Lo cortaron en pedazos y luego lo volvieron a unir en la forma de una cruz rústica. -Esto es terrible-gimió-.Me van a usar para dar muerte a alguien. Nunca quise que esto sucediera. Solo deseaba señalarles a los hombres el camino a Dios. Entonces Dios que ama a los arbolitos, le dijo: - Ten paciencia, te mostraré algo. ¡Y lo hizo!

Unos días después una gran multitud se reunió en las afueras de Jerusalén. Jesús encabezaba la procesión, cargando una cruz. Cuando llegaron a un lugar conocido como el Calvario, lo clavaron en la cruz. La cruz se estremeció bajo el peso de la agonía y la vergüenza. Pero entonces sucedió un milagro.

Jesús, después de clamar en alta voz, expiró. La tierra se sacudió y las rocas temblaron. Cuando el centurión romano vio lo que sucedió, tuvo temor y dijo: -Verdaderamente este era el Hijo de Dios.

Entonces el arbolito que había sido transformado en una cruz recordó el eco de una promesa dada por Jesús: "Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo".

Poco a poco el arbolito comprendió. -Esto es maravilloso- pensó. Soy parte de un milagro. Nunca en mis sueños pensé que podría indicar el camino a Dios de esta manera. ¡Esto es mejor que todos mis planes!

¡Tenía razón el arbolito! Al correr de los años, cientos de árboles han crecido al pie de la colina, pero ninguno de ellos ha señalado el camino hacia Dios.


 

Pág 2 - 8-8-1999 - Lección 34 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 1036 - Rosario, Santa Fe.

 

LECCION Nº 34 TEMA: LA IGLESIA CELULAR ( 18º Parte)

 

Pasaje Bíblico: Lucas 10:25-42.

Pasaje de Memoria: "No tendrás dioses ajenos delante de mí". Deuteronomio 5:7.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Lucas 10:25-42); LUNES (Marcos 12:28-34 ); MARTES (Hechos 4:1-22 ); MIERCOLES ( Mateo 12:46-50); JUEVES (Deuteronomio 6:1-25); VIERNES (Deuteronomio 4:1-14); SABADO (Mateo 6:1-34). Leamos y reflexionemos durante la semana, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

 

Las prioridades en la iglesia celular.

 

El domingo pasado, siguiendo ideas del pastor Libert, recordábamos que la fórmula que dice Señor-Hogar-Iglesia ( y demás), corre el riesgo de transformarse en un dogmático orden de prioridades, si no es bien interpretada. La conducta que siguen aquellos que las interpretan mal, dará como fruto un progresivo enfriamiento y también una inestabilidad en la vida espiritual de sus hijos. Si no se establecen con la luz y el control del Espíritu Santo, la familia verá malograda su escala de valores.

La expresión bíblica "lo que Dios juntó no lo separe el hombre", suele utilizarse para decir correctamente: "lo que Dios juntó no lo separe la iglesia". Esta última frase tiene el propósito de señalar el peligro de una posible inestabilidad en los hogares afectados por un evidente exceso de actividad eclesiástica que engendra conflictos en el núcleo familiar. Pero, notémoslo bien, se alude tan solo a los excesos que producen problemas delicados y no al vínculo que debe mantenerse con la congregación (Hebreos 10:25).Algunos interpretan equivocadamente que dar prioridad al hogar sobre la iglesia autoriza a faltar frecuentemente a las reuniones. Pero Hebreos 10:25, enseña lo contrario. No podemos cubrir una necesidad, desatendiendo otra. Hay personas que son capaces de mover cielo y tierra en favor de un necesitado de la iglesia, pero olvidan su responsabilidad hogareña. Otros viven aislados con su propia familia y desconectados de la realidad de otros. Los extremos son malos. Tan solo en la visible reunión del cuerpo de Cristo se expresa plenamente el debido culto al Señor y se manifiesta de una manera especialísima la ya prometida presencia de Jesús. Juan 20:19,26. Juan 14:18.

Más que prioridades (una palabra que muchas veces se presta a diversas confusiones), en la vida cristiana hay roles, es decir, funciones que se cumplen con un criterio dinámico no-uniforme. Por ejemplo en la parábola del buen samaritano (ver Lucas 10:25-37), el sacerdote y el levita pasaron de largo pensando en prioridades que no eran tales (su actividad personal - su apuro para volver a casa- o algunas otras motivaciones); pero el samaritano se detuvo a auxiliar al herido, abandonando cualquier otra prioridad. Lo importante en este relato de Jesús es que la prioridad es el amor al prójimo: así queda determinado nuestro rol según el Nuevo Testamento. Además, ello indica que las prioridades no son estáticas. Son valores que se exteriorizan en distintas formas, cumpliendo continuamente con la ley de Dios (leer Lucas 10:25-28, especialmente el v. 27, y Lucas 6:31). Por supuesto, el Señor siempre está en el primer lugar.

En sujeción a este concepto bíblico, las prioridades no se establecen con fórmulas invariables, sino con criterios dinámicos (recordemos la parábola del buen samaritano, sobre todo las actitudes del sacerdote y el levita que regresaban a su hogar, porque descendían por el camino, o sea que volvían después de haber cumplido sus deberes religiosos en Jerusalén). Lo que una vez se puede considerar como primera prioridad (luego de Dios), otra vez puede pasar - por un tiempo- al segundo lugar; o viceversa. Si el sacerdote y el levita creían realmente que en ese momento su prioridad principal era reunirse con los suyos después de haber cumplido con Jehová, estaban equivocados. Allí tenían que cambiar su esquema mental porque, dadas las circunstancias , el servicio al prójimo (por amor) era entonces la urgente y primera prioridad.

Un instructor dando una conferencia sobre el uso del tiempo, hizo lo siguiente: sacó un frasco de unos cuatro litros y medio con boca ancha. Lo colocó sobre la mesa junto con piedras del tamaño de un puño y preguntó: "¿Cuántas de estas piedras piensan que caben en este frasco?" A renglón seguido, y luego de las conjeturas llenó el frasco. Luego preguntó: "¿está lleno?". Todo el mundo asintió. Entonces metió la mano debajo de la mesa y sacó un balde de pedregullo e introdujo parte de él en el frasco, y las piedrecitas penetraron por los pequeños espacios que dejaban las piedras grandes. El conferencista rió con ironía y repitió: "¿Está lleno?" Esta vez todos dudaron y dijeron: "Tal vez no". "¡Bien!", replicó. Y extrajo un balde de arena que tenía escondido. La arena se infiltró por los pequeños espacios que habían quedado entre las piedras grandes y chicas. Otra vez interrogó: "¿Está lleno?" "¡No!" dijeron todos. "¡Bien!", comentó y tomó una jarra de agua y comenzó a verterla en el tarro. Había más de un litro y medio en la jarra. ¿Que se demostró? Si no se hubieran introducido primero las piedras grandes, no las hubiéramos puesto a todas. Primero debía ir lo primero, luego en los espacios mayores el pedregullo, en los espacios menores la arena y como broche final el agua. Esto demuestra que si somos ordenados ocuparemos sabiamente todos nuestros espacios de tiempo y pondremos en primer lugar las prioridades correspondientes. Las partidas de tiempo más importantes tienen algo en común: jamás protestan de inmediato cuando son desatendidas. Por ejemplo: si descuidamos nuestro tiempo devocional, nos parecerá que Dios no hará alboroto alguno. Por breve tiempo nos irá bien, pero luego mal. Cuando no dedicamos el tiempo adecuado a la familia, la esposa e hijos son comprensivos y perdonan. Pero si no se respetan las prioridades en el largo plazo, las consecuencias adversas no tardarán en manifestarse. No debemos sacrificar lo importante en el altar de lo urgente.

Lo trágico, es que si se descuida a Dios o la familia, o la iglesia, el descanso, o las disciplinas espirituales durante mucho tiempo, cuando por fin se repara en ellas, con frecuencia resulta demasiado tarde para evitar las consecuencias adversas.

 

Escaleras apoyadas en la pared equivocada. Si bien el hecho de no alcanzar nuestras metas origina dolorosos inconvenientes, lo mismo puede ocurrir al lograrlas. ¿Por qué? Algunas veces alcanzamos las metas a expensas de otras cosas más importantes en nuestra vida. Se trata del síndrome de la "escalera apoyada en la pared equivocada", subimos escalón por escalón en la escalera del éxito, solo para descubrir en la cúspide que está apoyada en la pared errónea (S. Covey). ¿En qué escalera estás? ¿Verificaste que estás escalando en la pared que corresponde? ¿Crees que hay suficiente tiempo para bajarte y correrla de lugar? ¿Estás teniendo tus mentores o te manejás independiente de todo y de todos?

Pasaje de memoria para el domingo próximo:2 Pedro 3:9.

 

 

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