Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 43 - Domingo 10 de Octubre de 1999.

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 542, 2000 Rosario

Teléfono 4380824 - Registro de Cultos Nº 672, Secretaría de Culto de la Presidencia de la Nación Argentina

Internet: www.rdigital.com.ar/ieb - E-mail: iebcentro@oocities.com


Hospital de matrimonios ( 6º parte)

 

En nuestro último encuentro, siguiendo las ideas de Walter Trobish, estábamos analizando el test del amor. Habíamos visto las primeras cuatro pruebas:

Primero: el test del compartir. Hasta cuando pensamos en el otro y no en uno mismo.

Segundo: el test de la fortaleza. Si la relación nos llena de energía creadora o nos priva de ella.

Tercero: el test del respeto. No hay amor real sin valorar al otro y sin respeto real.

Cuarto: el test de la costumbre. El amor verdadero acepta al otro con sus costumbres.

Ahora sigamos con las dos restantes. El quinto test, es el test de la pelea. Un pastor tenía la costumbre de preguntarle a la pareja que deseaba casarse, si habían peleado alguna vez. Muchas parejas decían: "¡No! Nosotros nos queremos". Entonces el ministro les respondía: "Vayan, primero peleen, y después los casaré". Por supuesto que lo más importante no es pelear, sino la habilidad para reconciliarse mutuamente. Esta habilidad debe ser ensayada y probada antes del matrimonio. La experiencia prematrimonial requerida, no es la experiencia del sexo, sino más bien este test de la pelea. ¿Somos capaces de perdonarnos y de ceder mutuamente?

El sexto test, es el test del tiempo. Una pareja fue a un pastor para que los casara. "¿Cuánto tiempo hace que se conocen?" Ya hace tres o casi cuatro semanas, fue la respuesta. Eso es demasiado poco. Me parece que un año debe ser el minimum. Y para mayor seguridad, dos años. Conviene que se vean no solo en las fiestas vistiendo las ropas de los domingos, sino también en el trabajo, en el vivir diario, sin afeitar y en camiseta, despeinados y sin arreglar, en situaciones de ansiedad y de peligro.

Hay un viejo refrán que dice: "Nunca te cases hasta que hayas pasado un verano y un invierno con tu compañera". Si dudáis sobre vuestros sentimientos de amor, dejad que el tiempo os de la respuesta. Pregunta del último test: ¿Ha pasado nuestro amor un verano y un invierno? ¿Nos llevamos conociendo durante suficiente tiempo?

 

Tengamos una afirmación final con toda claridad: El sexo no es el test del amor.

 

Si una pareja quiere usar el acto sexual para saber si se aman, hay que preguntarles: ¿Tan poco se aman? Necesitar esa prueba de amor, significa ya una falta de amor. Por otra parte, del éxito o del fracaso del experimento no se puede deducir si se aman o no se aman.

Más aún, el sexo no es el test del amor, porque precisamente lo que se quiere comprobar, es lo que se destruye al comprobarlo. Trata de observarte a ti mismo cuando te duermes. O te observas, y entonces no te puedes dormir, o te quedas dormido y entonces no te puedes observar. Lo mismo sucede respecto al sexo como prueba de amor. O haces la prueba y entonces no amas, o amas y entonces no haces la prueba.

Por lo general este esperar es más difícil para el muchacho que para la chica. Por eso la chica tiene que ayudar en esto al chico, que por su natural impetuosidad, está más tentado a desviarse del recto objetivo.

La primera ayuda que la chica puede ofrecer al chico es enseñarle a decir "no" sin herir, a rechazar sin necesidad de rupturas. Esto es un arte. Sin embargo, pronto descubrirá que un "no" llano y rotundo es más útil y efectivo que largas explicaciones y excusas. Si él la ama, la respeta tanto más por esta razón. Ella tendrá también que enseñarle que una atención puede ser más significativa para ella que un abrazo apasionado. Otra ayuda que la chica puede ofrecer al chico, es su habilidad para ruborizarse. Dicen que antes las chicas se ruborizaban cuando las abrazaban. Hoy les da vergüenza ruborizarse. Pero ese rubor, esa reacción natural de vergüenza, no es algo de lo que haya que avergonzarse. Es una defensa y al mismo tiempo una protección. Las chicas deberían considerar su sentimiento natural de vergüenza y modestia como un don y ponerlo al servicio del amor.

Imaginemos ahora que tenemos una pareja que no entró en el triángulo por la puerta del sexo, sino por la puerta del amor. Su situación es diferente. Se han conocido por mucho tiempo. No necesitan probar su amor por el sexo. Han aprendido a compartir. Su amor les ha dado más energías y fortaleza. Su respeto mutuo se ha profundizado. Han aceptado las costumbres de uno y otro y se gustan. Han reñido y han pasado por situaciones tormentosas. Pero saben que son capaces de perdonarse mutuamente.

Se encuentran ahora en el momento en que se pueden hacer la promesa: "Queremos unirnos para toda la vida". Esto quiere decir que se han comprometido. Han entrado en el triángulo por la puerta del amor, del amor decidido a unirse. Pero ahora tienen que tomar una decisión crucial: "¿Por cuál de los otros dos ángulos vamos a seguir? ¿ Nos casamos primero y después dormimos juntos, o empezamos a dormir juntos y después nos casamos?". Esta situación es diferente a cuando veíamos la entrada del sexo. Esta pareja no considera el sexo como el primer paso que hay que dar, previo a un compromiso mutuo. Se han comprometido después de un largo y detenido examen. En realidad no tienen motivos egoístas sino que han aceptado la responsabilidad del uno para con el otro. Tal vez se preguntan: "¿Por qué no nos podemos expresar nuestro amor en forma física? ¿Por qué tenemos que obtener primero una autorización oficial para acostarnos juntos? ¿Es ese trozo de papel el que hace que estemos realmente casados?". Por supuesto que no; lo mismo que un certificado de nacimiento no hace nacer a un niño. Sin embargo, es algo más que un trozo de papel. Porque protege legalmente la vida humana. Lo mismo sucede con el certificado matrimonial: protege al matrimonio legalmente, y vimos que el aspecto legal es esencial para el despliegue de fuerzas en el triángulo del matrimonio.

El próximo domingo continuaremos con nuestro hospital de matrimonios.

 


 

Pág 2 - 10-10-1999 - Lección 43 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 542 - Rosario, Santa Fe.

 

LECCION Nº 43 TEMA: ETICA CRISTIANA DE LA PAREJA (9º Parte)

 

Pasaje Bíblico: Romanos 12:9-21. Gran parte de este pasaje se dedica a las relaciones fraternales, ¿cuánto más, entonces, tendría que aplicarse a la relación armónica en una pareja cristiana? En el amor matrimonial, deben darse todos los aspectos del amor fraternal y mucho más. Y 1 Pedro 3:1-12.

Pasaje de Memoria: "Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto" Colosenses 3:12-14.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Romanos 12:9-21 y 1 Pedro 3:1-12); LUNES (Romanos 6:1-23 ); MARTES (Romanos 7:1-12); MIERCOLES (Romanos 7:13-25); JUEVES (Romanos 8:1-21); VIERNES (Romanos 8:22-39); SABADO (Colosenses 3:12-25). Leamos y reflexionemos durante la semana, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

LA ARMONIA EN LA VIDA MATRIMONIAL.

 

Introducción sobre el amor fraternal (por Andrew Murray).

Es en nuestra vida y conducta diaria donde el fruto del Espíritu es el amor. De ahí vienen todas las gracias y virtudes en que se manifiesta el amor: el gozo, la paz, la paciencia, la amabilidad, la bondad; nada de aspereza o dureza de tono, nada de desamor ni de egoísmo; ¡mansedumbre para con Dios y los hombres!...

Como ven, todas estas son las virtudes más dulces. Muchas veces he pensado, al leer las palabras de Colosenses "Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia", que si lo hubiéramos escrito nosotros habríamos dado preferencia a las virtudes viriles, tales como el sentido de responsabilidad, el valor de la diligencia; pero necesitamos comprender que las virtudes más dulces están especialmente relacionadas con la dependencia del Espíritu Santo. Son ciertamente gracias celestiales que nunca se hallaron en el mundo pagano.

a. Las estadísticas y la experiencia, ambas, enseñan que uno de los factores que con más frecuencia causan conflictos en la pareja es: los celos. Destacados especialistas mencionan al menos tres categorías de celos: 1) Los celos patológicos, o celos enfermizos, que reciben el nombre científico de "delirio de celos" y pueden presentarse en ambos sexos con síntomas alarmantes. 2) Los celos comunes, aunque injustos, que carecen de fundamentos. 3) los celos comunes, con motivos reales. Dentro de estas tres categorías hay diversas variedades que no se incluyen en la presente lección porque no hay tiempo de considerarlas.

b. Con respecto al "delirio de celos", el doctor Paul Guilly, jefe de Clínica Neurológica y Psiquiátrica en la Facultad de Medicina de París dice: "Estos celos evolucionan desde una simple actitud agresiva hasta las interpretaciones más delirantes (llámase "delirante" a lo que es completamente imaginario, una creación patológica de la fantasía del enfermo). Por más pruebas de inocencia que el cónyuge acumule, no le sirven de nada y la convicción sigue siendo absoluta. Las reacciones aumentan con la edad, seguidas de amenazas y hasta de agresiones físicas. En algunos casos, la única solución posible es la reclusión de tales personas en un establecimiento siquiátrico" (de "Presses Universitaires de France"). ¿Cuál es la respuesta bíblica para tales casos?... Al margen de otros aspectos científicos, que no nos corresponde tratar aquí, ya sabemos que el desajuste espiritual produce problemas sicológicos o agrava los que ya existen. Desde el punto de vista de la iglesia en relación con tales personas, hay que aplicar los principios de la terapia espiritual. Tendrán que abandonar todo intento de gobernar su propia vida y permitir que el Señor la dirija. Por supuesto, esto es válido para todo cristiano, pero una personalidad delirante exige un ministerio cuidadoso y perseverante.

En Gálatas 2:20, Pablo afirma: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí...." Si el viejo hombre está muerto junto con Cristo en la cruz ¿por qué tenemos problemas permanentes con él y en ocasiones parece "indomable"? ¿Cómo puedo hacer realidad la "co-crucificción" y eliminar la experiencia dolorosa de los celos? El conocido autor F.J. Huegel, quien fuera por muchos años misionero en Méjico y que hoy está con el Señor, nos dice: "Nuestra muerte en Cristo es una comunión potenc urez. La respuesta bíblica es semejante a la anterior. Ver también Colosenses 3:12-15, Efesios 4:31-32, 1 Corintios 13:4-7, Romanos 12:9-21, etcétera.

d. Los celos comunes, con motivos reales, indican una situación gravísima en la vida matrimonial. En el mejor de los casos, aunque siempre hay culpa, podría decirse que hay mujeres que coquetean irresponsablemente con otros hombres y hay hombres dedicados a flirtear peligrosamente con otras mujeres. Por eso es "jugar con fuego" y conduce al adulterio, sea de pensamiento o de hecho (Mt 5:27-30). En tales circunstancias, los celos de la parte inocente son mecanismos de defensa perfectamente normales. Es necesario que el Espíritu Santo también controle el área de los celos, para evitar las reacciones excesivas y los episodios extremadamente violentos. Las consecuencias de la infidelidad matrimonial son muy amargas. En cuanto al control de todas las áreas de nuestra vida, recordar Romanos 6:1-14.

e. ¿Qué otros factores perturban la armonía de la vida matrimonial?... Es importante el culto familiar para superar muchas dificultades. Pero también recordemos que un hecho perturbador es la intromisión de parientes en la vida matrimonial (suegros, suegras, padres, madres, etc.) y la dependencia de uno o de ambos cónyuges en relación con su propios mayores. Otro elemento conflictivo es la inmadurez o irresponsabilidad de alguno de los cónyuges en cuanto a sus propias obligaciones hogareñas, etc.

 

Pasaje de memoria para el domingo próximo: Josué 24:15.

 

 

 Escuela Dominical - Página principal