Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 49 - Domingo 21 de Noviembre de 1999.

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 542, 2000 Rosario.

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El descanso mas allá del ocio.

(el significado del día de reposo)

 

Gordon Mc Donald, en su libro "Ponga orden en su mundo interior", nos manifiesta lo siguiente: "Cuando Dios descansó, miró su obra, disfrutó del aspecto de la misma y luego reflexionó sobre su significado: "Y vio Dios que era bueno". Esto nos enseña el primero de los tres principios que gobiernan el descanso verdadero. Dios confirió significado a su obra y reconoció que estaba completa. Al hacerlo así, nos enseñó que nuestros quehaceres cotidianos requieren un ejercicio de aprecio y dedicación". ¿invertimos suficiente tiempo nosotros para llevar adelante una tarea de este tipo? ¿evaluamos coherentemente el significado de nuestra obra o trabajo?

En primer lugar el descanso, es una ocasión para mirar atrás. Contemplamos nuestro trabajo y nos hacemos preguntas tales como: ¿qué significa lo que he hecho? ¿para quién lo he hecho? ¿está bien realizado? ¿por qué lo he hecho? ¿qué resultados esperaba y qué he conseguido?

El descanso que Dios instituyó, tenía como objetivo principal que interpretáramos nuestro trabajo, le confiriéramos sentido y nos aseguráramos de que sabíamos a quien estaba debidamente dedicado.

Todos los que trabajamos, tenemos la desesperada necesidad de sentir que nuestro trabajo significa algo, tiene importancia, es apreciado. Una sociedad que vive a un ritmo desenfrenado, y esta velocidad se apodera de nosotros y nos lleva a posponer constantemente nuestra búsqueda de significado e interpretación, y así nos acostumbramos a vivir sin ella. Perdemos de vista la pregunta: ¿para qué sirve todo esto? En lugar de vivir duramos. Nos contentamos con dejar que el significado de nuestro trabajo se calcule meramente por la cantidad que se nos pague por él. Muy pocos se dan cuenta que seco y estéril esto deja a nuestro mundo interior.

Un estilo de trabajo incesante da como resultado personas inquietas. El trabajar mes tras mes sin una auténtica pausa para inquirir sobre el significado y el propósito de nuestra labor, puede muy bien engordar nuestros ahorros ( o no) y realzar nuestra reputación, pero al mismo tiempo vaciará nuestro mundo interior de vitalidad y gozo.

En segundo lugar, el reposo bíblico restaura el orden en nuestro mundo interior, cuando hacemos regularmente una pausa en medio de nuestras tareas cotidianas para distinguir las verdades y compromisos que componen nuestra vida. A diario somos bombardeados por mensajes que compiten por nuestra lealtad y nuestros esfuerzos. Cada uno tiene un plan maravilloso para nuestra vida, tirando de nosotros para llevarnos en múltiples direcciones. Estas direcciones no todas serán lo mejor para nosotros. ¿Según qué criterio de verdad tendremos en cuenta para decidir correctamente?

Dios decidió que su pueblo apartase un día cada semana para dilucidar bien esto. Y en realidad, les hizo reservar una serie de días de fiesta al año durante los cuales pudieran recordar y celebrar temas capitales de la verdad eterna y de la acción divina (Pascua, Primicias, Pentecostés, etc). El distinguir las verdades que son esenciales para la vida resulta imprescindible cuando recordamos que, según Jeremías, el corazón es engañoso. Somos vulnerables en todo tiempo a las distorsiones de la verdad, a las persuasiones de que lo cierto es en realidad falso y lo falso verdadero.

El teólogo judío Abraham Heschel, refiriéndose al descanso según la tradición sabática, escribió: "El significado del día de reposo es celebrar más bien el tiempo que el espacio. Seis días por semana vivimos bajo la tiranía de las cosas relativas al espacio, y el día de reposo tratamos de armonizar con la santidad en el tiempo. Se trata de un día en el que se nos llama a compartir lo que es eterno en el tiempo; a volver la mirada de los resultados de la creación al misterio de ésta, del mundo creado a la creación del mundo". Tenemos que preguntarnos: ¿le está pasando ésto a mi mundo interior? Muchas casas tienen techos que necesitan de clavos para sujetar chapas o maderas. Cada cierto espacio de tiempo, estos clavos tienen que ser "reclavados" para que vuelvan a estar fijos otra vez. Cuando tenemos períodos de descanso verdaderos (ya sea en la intimidad de ese día tranquilo o en medio de una congregación mientras adoramos a Dios), es como "reclavar" otra vez los clavos en nuestra estructura interior. ¿No necesitas este tipo de vivencias? ¿O es el día del Señor un día para dormir mucho, pensar poco, o estudiar, o escuchar durante horas el partido por radio y a la noche llenar tus ojos con las escenas del fútbol? ¿No tendremos que hacer algunos ajustes personales a este valioso día, para llevar adelante el cometido que Dios puso en él para que cumpliéramos? Usted tiene la respuesta.....

El guardar el día del Señor, no se trata de una regla que limita, sino de una regla que libera.

 

Dios me hizo como para que necesite el descanso. Si vivimos según la receta de nuestro Dios, somos liberados física y mentalmente para tener un mejor rendimiento. Es un día para acordarnos quien es Dios, y cada día necesitamos volver a ese Centro Fijo.

En tercer lugar, al descansar, en el sentido bíblico, afirmamos nuestra intención de buscar un mañana cristocéntrico. Consideramos bien cual será nuestro rumbo la próxima semana, el próximo mes o el próximo año. Definimos nuestras intenciones y hacemos nuestra dedicación. El General Patton exigía que sus hombres supieran explicar con precisión en que consistía su misión en todo momento. El preguntaba: "¿cuál es vuestra misión?" La definición de su cometido era la información más importante que un soldado podía llevar consigo al combate. Basado en este conocimiento le era posible tomar sus decisiones y ejecutar el plan. Esto es lo que sucede cuando practico el descanso bíblico: echo un vistazo detenido a mi misión. Al preguntarnos sobre nuestra misión regularmente, quedaremos expuestos a errores de juicio y de dirección. Por eso Jesús se apartaba en busca de soledad. Mientras otros disfrutaban del sueño, El buscaba el reposo que le daría fortaleza y guía para la fase siguiente de su misión. No es raro, que afrontara cada encuentro con nueva sabiduría y valor. Su espíritu estaba siempre reposado, y su mundo interior en orden. Sin esta clase de descanso, nuestro mundo interior se encontrará invariablemente tenso y desordenado. (Adaptado de " Ponga orden en su mundo interior").

 


 

Pág 2 - 21-11-1999 - Lección 49 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 542 - Rosario, Santa Fe

 

LECCION Nº 49 TEMA: ETICA CRISTIANA DE LA PAREJA (15º Parte)

 

Pasaje Bíblico: 2 Samuel 11:1-27.

Pasaje de Memoria: "No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición" 1 Pedro 3:9.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (2 Samuel 11:1-27 ); LUNES (2 Samuel 12:1-25); MARTES (Génesis 4:1-26); MIERCOLES (Génesis 39:1-23); JUEVES (Juan 4:1-42); VIERNES (Juan 8:1-11); SABADO (Salmo 51:1-19). Leamos y reflexionemos durante la semana, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

 

EL MATRIMONIO Y LA INFIDELIDAD (parte a).

 

Para el tema de hoy, seguiremos algunas consideraciones de Norman Wright. No es común que las personas comiencen su vida de casados con el plan de: "voy a tener una aventura amorosa". La mayoría de las personas desaprueba las aventuras amorosas extramatrimoniales. Sin embargo, y aunque nos pese, las estadísticas demuestran que por lo menos la mitad de las personas casadas, tendrán una experiencia extramarital o más, y es algo completamente ingenuo pensar que son sólo los no cristianos quienes llegan a estar enredados en tales relaciones.

Por desgracia, la mayoría de nosotros asocia la infidelidad conyugal con la complicación sexual. En un sentido más amplio, una parte bastante grande de las parejas han sido infieles mediante el compromiso más bien con algunas cosas, que con algún otro que su cónyuge. Cuando nuestros pensamientos y energías son absorbidos por proyectos personales, que resultan en el descuido del matrimonio, incluyendo, la indiferencia, la insensibilidad, la incomunicación, el aburrimiento, la rutina insípida del sexo despersonalizado y el cansancio, estamos comprometidos en una aventura de infidelidad conyugal. Tanto hombres como mujeres tienen aventuras amorosas con sus trabajos, sus pasatiempos favoritos, su televisor, sus hijos, su iglesia, etc. Cuando damos prioridad a algún otro acontecimiento, o a alguna otra actividad o persona sobre nuestro cónyuge, y aquello impide el desarrollo y el crecimiento de nuestro matrimonio, estamos en realidad en una situación de infidelidad conyugal no sexual.

Hoy en día, los votos matrimoniales parecen tener menos significado y constituir un compromiso menor para la pareja que se casa, que en la generación pasada. No es para muchos el "hasta que la muerte nos separe", sino "hasta que el divorcio nos separe". ¿Qué pensamos sobre estas afirmaciones? ¿Qué piensan los jóvenes sobre este asunto?

 

Las promesas matrimoniales atan a pesar de que las necesidades personales sean insatisfechas, de la falta de amor de alguna de las partes, de la atracción personal hacia otra persona, o de la enfermedad que imposibilita.

 

¿Será justificativo para la infidelidad, las necesidades personales incumplidas? ¿Y el antiguo pretexto de "se terminó el amor"? ¿Será la justificación de la infidelidad, el hecho que "otro/a" me atraiga más? ¿Y la enfermedad que imposibilita alguna de las partes, permitirá la "libertad del otro" para hacer lo que más le agrade, rompiendo los votos de fidelidad?

Los especialistas en matrimonio llaman "fidelidad aparente", cuando los integrantes de un matrimonio no quiebran sus votos matrimoniales, pero se las ingenian consciente o inconscientemente, para sabotear su crecimiento y desarrollo como pareja. Esto conduce ineludiblemente al vacío, a la frustración y al sentimiento de estar atrapados. Esta compleja situación lleva en muchos casos a la infidelidad.

Ser fieles en nuestro matrimonio, significa que hemos de proteger el mismo, contra cualquier interferencia externa. La fidelidad es algo positivo, y está basada en la lealtad y la promesa de Dios para con su pueblo. La lealtad de Dios con Israel fue un fiel compromiso a pesar de la atracción y galanteo hacia otros. Ver Oseas 2:19-20. La fidelidad de Dios era un compromiso por el bien de su pueblo para su desarrollo, y el propósito de la misma, que fuera una bendición. Ser fiel significa más que simplemente evitar las aventuras amorosas; es un movimiento positivo hacia adelante en el desarrollo de un matrimonio próspero. ¿Qué promesas se hicieron el uno al otro cuando se casaron? ¿Cuál fue su expresión de fidelidad y hacia qué iba dirigida? ¿Recuerda siquiera aquellas promesas solemnes en este momento de su vida?

Los matrimonios que se construyeron sobre la confianza en el amor "eros" (vinculado a lo físico y sexual), considerando poco o dedicando poca atención al amor "ágape" o al amor "phileo o filial", su lucha por la fidelidad es mayor. "Eros" no es el amor que ama "a pesar de". El "ágape", o amor incondicional de Cristo, es nuestro estabilizador; sin embargo, eros es un amor fluctuante basado en la satisfacción de una necesidad personal, un sentimiento apasionado que desea a otra persona para complacer los deseos propios. La menor tensión en un matrimonio, puede impedir que este tipo de amor sea satisfecho, y ese amor no puede mantenerse solo, sino que necesita ser redimido y unido a ágape y phileo, para conseguir el equilibrio. El amor ágape puede enriquecer la relación sexual al considerar a la otra persona digna de respeto e interés, más bien que como alguien que simplemente satisface mis necesidades. El ágape aporta realismo, de tal manera que podemos ver a nuestro cónyuge como una persona imperfecta, aceptarla como es, y comprender nuestra falta de expectativas realistas. (J. Olthius). ¿Sobre qué clase de amor está basado mi matrimonio (eros, phileo o ágape)? En el caso de los solteros ¿sobre qué clase de amor basaré mi futuro matrimonio? Dialogar.

Recordar en detalle la historia de David y Betsabé. David estaba en la edad madura (entre los 35 y los 55). A causa de los numerosos cambios en su vida, con gran presión y tensión, estaba preparado para la aventura amorosa.

 

El ingrediente infaltable en toda aventura amorosa extramatrimonial es el dolor. El adulterio viola la palabra dada

El mandamiento: "no cometerás adulterio", es una manera del Antiguo Testamento de reafirmar la palabra con respecto al matrimonio. No estaba dirigido a sujetar los malos deseos sexuales del hombre, sino de una protección positiva para el pleno cumplimiento de la palabra empeñada. Le dice al hombre, que únicamente si hay lealtad y fidelidad puede ser una bendición el matrimonio. La gente flirtea con la idea que la fidelidad no será afectada por una "imprudencia" de vez en cuando. No obstante el 7º mandamiento nos recuerda que tengamos cuidado. Se parece al cartel de "prohibido bañarse" colocado delante de aguas peligrosas. Las señales se ponen porque alguien se preocupa lo suficiente por la vida como para tratar de evitar que alguien se ahogue. Lo mismo pasa con el 7º mandamiento. El domingo que viene seguimos.

Pasaje de memoria para el domingo próximo: Exodo 20: 14.

 

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