Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 55 - Domingo 2 de Enero del 2.000.

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 542, 2000 Rosario

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Diez principios para un matrimonio sano.

Los siguientes diez principios, fueron adaptados del libro "El cónyuge pródigo" del Dr Les Carter. Una pareja puede crear un ambiente de hogar que quizás no garantice la perfección; pero si deciden seguir ciertos principios, como los diez que siguen, reducirán las oportunidades de que ocurran mayores daños en su matrimonio.

1. Separe tiempo para conversar de asuntos personales. Se debe apartar tiempo para mantenerse informados con respecto a sus sentimientos, sus necesidades, y sus percepciones, impidiendo así la falta de comunicación y demás consecuencias. Estos tiempos de compartir son una necesidad aún para los "demasiado ocupados". No se puede dejar pasar ni siquiera una semana, sin conversar de los acontecimientos y preocupaciones de su vida. Esposo y esposa, deben hablar incluso de sus "altibajos". Cuando las parejas deciden ser francas y vulnerables, hay riesgo de sentirse ofendidos y juzgados. No obstante, cuando esta apertura es un compromiso mutuo, puede crear un compañerismo que los puede sostener en momentos de dificultad. La intención de Dios, es que los esposos se brinden en la amistad hasta el punto donde cada uno se sienta seguro sabiendo que tiene un aliado que está dispuesto a entrar en una relación de "dar y recibir". Esta alianza se puede formar únicamente cuando la sinceridad y la comunicación sean parte regular de la relación.

2. Esfuércese más en oír que en decir. Un esposo dijo: "Cuando digo algo a mi esposa, especialmente si es personal, ella parece más resuelta a ofrecer sugerencias o a refutarme que a absorber lo que dije". El resultado era un sentimiento de invalidación y falta de respeto. Cuanto más perduren estos patrones de comunicación, tanto más grande se hace la brecha entre los esposos. Cuando uno de los cónyuges expresa un sentimiento, aún cuando sea confortable o desagradable, es mejor evitar la tentación de rebatir o en cambio recibir realmente lo que dice. Cada cónyuge debe ser equitativo y paciente, reconociendo que es normal que dos personas tengan perspectivas totalmente diferentes sobre el mismo tema. Un buen oidor debe estar dispuesto a considerar un punto de vista diferente al propio. Sería más provechoso decir: "Déjame pensar en lo que dices", o "acabas de hacer una buena observación". Paradójicamente, hay un aumento de la armonía cuando se toma en cuenta la divergencia de percepciones. Cuando hay comprensión, el que habla se siente aceptado y el resultado es generalmente una creciente disposición a la cooperación.

3. Afronte los problemas antes que tengan la oportunidad de crecer. Los que tienen jardín, saben que una de las tareas desagradables es sacar la maleza. Pero es algo que no se puede evitar. Se puede optar por dejar que crezca, y después pasar todo un día arrancándola. Lo mejor es quitarla regularmente, para que no tenga oportunidad de desarrollar sus raíces profundas y extenderse. Esta situación es análoga a la de cualquier matrimonio. En cada matrimonio ocurrirán dificultades (así como crece la mala hierba). Dos personas imperfectas, no se pueden unir en una relación perfecta. Sin embargo, las parejas, tienen opciones de como responder a los problemas cuando suceden. Hay que enfrentarlos rápidamente para no darles la oportunidad de que echen raíces profundas. O pueden dejar que crezcan y luego se requerirá una tarea monumental para "arrancarlos".

4. Acompañe una queja con sugerencias constructivas. Se debe usar la crítica con moderación, ya que fácilmente conduce a la insinuación de rechazo y condescendencia. Es raro hablar de un matrimonio poco satisfactorio sin oír decir que uno de los cónyuges es excesivamente crítico, un veneno que echa a perder un matrimonio potencialmente placentero. De vez en cuando los cónyuges tienen una necesidad legítima de señalar fallas en el comportamiento y las actitudes del otro. Las parejas no debieran buscarlas; en realidad debieran aceptar las deficiencias del otro sabiendo que no se puede esperar que nadie sea "perfecto". No obstante, hay momentos en que los cónyuges debieran ser directos en señalar las fallas, pero sólo después de establecer cuidadosamente que es una persona amorosa y que acepta al otro. La crítica no tiene utilidad si sólo decimos lo que está mal, esperando que la solución llegue o se entienda mágicamente. Mas bien, una sugerencia constructiva debiera acompañar a la queja, ya que el propósito de la crítica sana es estimular un cambio deseado. Lo mejor es expresar la queja en términos positivos en vez de negativos. Por ejemplo, en vez de decir a un cónyuge: "Fuiste grosero al hablarme a los gritos", sería más constructivo decir: "Cuando te enojes, háblame en un tono más suave".

La sensibilidad para el momento oportuno es crucial en la crítica constructiva. Si la crítica se ofrece tan pronto como el cónyuge trabajador traspase la puerta de calle, seguramente no será bien recibida. El cónyuge debe ser considerado en palabras y en cuanto al momento, aún cuando los problemas necesiten discutirse rápidamente.

5. Esfuércese por no ser controlador. El control se puede manifestar de muchas maneras: siendo mandón, posesivo, terco, manipulador y amenazador. La sutil comunicación de control incluye poner mala cara, el tratamiento silencioso, evasión, dilación, mentir y no hacer caso. Cada uno de estos comportamientos satisface el yo mientras fuerza al otro cónyuge a responder como uno prefiere. Estos comportamientos probablemente aumenten la posibilidad de la contienda; ningún adulto quiere este tipo de "maniobras". En ninguna parte de la Escritura, se enseña el control de un cónyuge sobre el otro. Más bien, hemos de considerar las necesidades del otro como más importantes que las propias. En vez de concentrarse en controlar, se enseña a servir. Este concepto es tan válido para el hombre como para la mujer. Al hombre se le dio la responsabilidad de ser cabeza de la esposa, pero se entiende que no se le da licencia para una dictadura. Más bien, es una invitación para que los hombres tomen la delantera en hacer a un lado los mecanismos controladores en favor del servicio.

Cuando se hacen a un lado las técnicas de control, hay una ausencia notable del juego de aventajar a los demás. Este "juego" es alimentado por la necesidad de competir o ganar la discusión o de ser más listo que el otro cónyuge, para poder reclamar cierta clase de "victoria".

Se debe considerar al matrimonio como una sociedad en la que ninguna de las personas controla a la otra. Se debe reemplazar el capcioso juego competitivo por una interacción amorosa.

El domingo que viene continuamos.


 

Pág 2 - - Lección 55 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 542 - Rosario, Santa Fe.

 

LECCION Nº 55 TEMA: ETICA CRISTIANA DE LA PAREJA (19º Parte)

 

Pasaje Bíblico: Santiago 3:1-12.

Pasaje de Memoria: "El que fácilmente se enoja hará locuras; Y el hombre perverso será aborrecido ". Proverbios 14:17.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Santiago 3:1-12 ); LUNES (1 Pedro 3:1-12); MARTES (Proverbios 12:1-28); MIERCOLES (Proverbios 15:1-33); JUEVES (Proverbios 25:1-28); VIERNES (Proverbios 31:1-31); SABADO (Salmo 34:1-22). Leamos y reflexionemos durante la semana, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

 

EL MATRIMONIO Y LA COMUNICACION. (parte c)

 

En nuestros encuentros anteriores, habíamos comenzado a analizar el versículo de Santiago 1:19, para que al aplicarlo a nuestras vidas, nos ayude a mejorar la comunicación en nuestro matrimonio. Su aplicación también abarca a otros tipo de relaciones (padres e hijos, hermanos entre sí, jefe y empleado, compañeros de estudio o trabajo, etc.), y a toda clase de personas. A dicho versículo lo habíamos dividido en tres partes bien específicas: a) pronto para oír. b) tardo para hablar y c) tarde para airarse. Hoy veremos el punto c.

TARDO PARA AIRARSE. La Biblia dice sobre la ira:

** "El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla" Proverbios 15:18.

** "Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu que el que toma una ciudad" Proverbios 16:32.

** "El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos males" Proverbios 19:19.

** "El que tarda en airarse es grande de entendimiento; mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad" Proverbios 14:29.

** "El necio da rienda suelta a toda su ira, mas el sabio al fin la sosiega". Proverbios 29:11.

** "No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios" Eclesiastés 7:9.

Podemos deducir de todos estos versículos, que la ira nos mete en problemas, y que se supone que no debemos airarnos. Pero ésto no quiere decir que no tengamos ira.

Pregunta para el grupo: ¿Cómo suele reaccionar la gente cuando se pone furiosa?

1. Expresando la ira: expresar la ira, es dar rienda suelta a la emoción. Con frecuencia esto termina en heridas emocionales y aún físicas muy difíciles de curar porque en el "fragor de la batalla (de la ira)" no es fácil evitar atacar a la persona. Los Proverbios nos dicen que el necio se deja llevar por la ira.

2. Negando la ira: negar la ira o "reprimirla" es no admitir que existe. Esta es una práctica común entre cristianos sinceros. Aceptar que deben estar airados; porque quieren ser buenos cristianos, no admitiendo que están furiosos. El resultado es que el problema se transfiere al cuerpo físico, que actúa así como un verdadero fusible. Esta es la causa de muchos males físicos, entre ellos la úlcera y arteriosclerosis. No resuelve nada.

3. Controlando la ira: al controlar la ira, edificamos un muro alrededor para que no se desborde. No niegue la ira, pero trate de que la ira no se exprese en acciones o palabras, de las cuales tendrá que arrepentirse luego. El problema surge cuando se va amontonando hasta que haya una explosión. Esto tampoco es saludable.

Manera bíblica de tratar con la ira. Vayamos un paso más allá en el autocontrol de la ira. Leer Mateo 5:43-44. Este pasaje nos indica el patrón divino por el cual debemos medir nuestras reacciones cuando alguien nos hace algo por lo cual, humanamente hablando, tengamos derecho a enojarnos. La respuesta es amor, bendición, hacer el bien y orar. La enseñanza bíblica en su totalidad, es nada menos que esto: lo que Dios espera de nosotros. Pero ¿cómo?

a) Reconocer que el enojo es pecado y confesarlo. 1 Juan 1:9.

b) Pedirle perdón a su cónyuge por su reacción, sin hacer mención de la ofensa. Santiago 5:16.

Resolviendo conflictos

Después de los pasos a y b, uno está en la disposición correcta para tratar con los conflictos. No se pueden resolver los problemas o conflictos, si antes no se ha tratado con el enojo como pecado.

* Es importante aclarar que los conflictos son normales, es el resultado de dos personas luchando por ajustarse. Tener desacuerdos con el cónyuge no es malo, lo importante es que hacemos en el conflicto.

* Los conflictos hay que resolverlos. Algunos temen enfrentar tensiones. Otros creen que demostrar afecto físico o dejar pasar el tiempo, resuelve mágicamente el conflicto. Otros creen que el cónyuge los rechazaría si son honestos. Cada conflicto no resuelto es un ladrillo más del muro de la separación. Aquí el silencio no es oro.

* Sugerencias prácticas:

1. Prepare el terreno para la desavenencia. La esposa sabia no le "cae encima" al esposo cuando él llega del trabajo. El esposo inteligente sabe que una salida fuera de la casa con la esposa, abre los medios de comunicación. El tiempo y la atmósfera son muy importantes al resolver conflictos.

2. Ataquen el problema, no se ataquen entre sí: respalde sus acusaciones con hechos, recuerde que debe olvidar ofensas pasadas, traten solamente con el problema actual, no hagan referencias a parientes, ni al aspecto del cónyuge, y no dramatice, que esto es manipular.

3. Recuerde que la meta es entenderse mejor, y no ganar el argumento.

4. No peleen en público, y no hablen de sus conflictos a una tercera persona, en especial los suegros, los padres, los mejores amigos.

5. No se aparte del asunto, a menos que sea por un mutuo acuerdo para tratar el asunto otro día. Debe dejarse claro cuando lo volverán a tratar.

6. Ofrezca soluciones con sus críticas.

7. Evite errores de la persona "pronta para hablar".

8. Baje su tono de voz. Generalmente quien más grita, es quien menos razón tiene.

9. No trate de manipular a su cónyuge diciendo irónicamente "es culpa mía", pero tampoco se cohiba de decirlo seriamente cuando lo sea.

10. Cuando esté equivocado, admítalo, cuando tenga razón cállese.

 

 

 

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