Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 74 - Domingo 14 de Mayo del 2000.

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 542, 2000 Rosario

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La Pornografía

 

Y así como involucrarse en los juegos de azar, es una clase de comportamiento adictivo (jugador compulsivo), otros tipos de adicciones incluyen el uso de drogas y el alcohol, el gastar más de la cuenta, la gula, el robo en los negocios, la dependencia enfermiza del sexo (incluyendo la pornografía). La lista podría ser interminable, y muchas personas se hacen adictas a estas cosas por causa del ambiente cultural permisivo que vivimos (incluyendo a los cristianos). Hoy nos toca hablar de un tema que los pastores quisiéramos evitar, pero que está azotando a la humanidad en carácter de "epidemia inmoral", nos referimos a la adicción sexual, y en especial a la pornografía. Hoy es muy fácil en nuestra ciudad, acceder a fotos indebidas en los kioscos de diarios y revistas, o engancharnos con una película "prohibida" a cualquier horario y en especial el nocturno, no solo en un canal de aire, sino también y en forma abundante en las cadenas de cable. No estamos condenados a ver lo que no debemos ver como cristianos, podemos apagar el aparato de TV. El Salmo 101:3 dice:

 

"No pondré delante de mis ojos cosa injusta"

 

A un muchacho de 13 años, un solo contacto con el material pornográfico puede afectarle para toda la vida y hacerle tanto daño como la cocaína, la heroína o cualquier otra droga. Tiene esta "enfermedad" la capacidad de arruinar la vida matrimonial. Esta, como toda adicción, crea sensaciones predecibles y confiables, se convierte en el principal punto de concentración y absorbe la atención. Erradica el dolor y otras sensaciones negativas de forma temporaria. Proporciona un sentido artificial de autoestima, poder, control, seguridad, intimidad y realización. Agrava los problemas y sentimientos que intenta remediar, empeorando el funcionamiento y aún la pérdida de las relaciones. Efesios 5:11 dice:

 

"Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas"

 

Algunos hermanos que viven con familiares no creyentes, luchan por deshacerse de este hábito y asumen mayores riesgos cuando hay canales eróticos conectados en su domicilio. Otros comenzaron con curiosidad a ver revistas indebidas por causa de sus padres o amigos no creyentes y quedaron "enganchados" hasta su vida adulta y no saben como "deshacerse" del problema. Una madre limpiando el cuarto de su hijo descubre material pornográfico. Otras personas adultas confiesan no poder vencer el hábito de masturbarse. Algunos matrimonios confiesan la práctica de ver películas "indebidas" previo a tener momentos íntimos. Si estás atravesando circunstancias parecidas, Jesús te dice:

 

"Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia"

 

Recordemos lo que Pablo le aconseja a un joven pastor: "Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor". El pastor Daniel Bravo nos dice lo siguiente acerca de la pornografía:

La realidad social: nuestra sociedad atraviesa una profunda crisis de valores que atenta contra la principal unidad que la conforma: la familia. Diariamente nuestras familias son bombardeadas a través de los medios de comunicación que presentan mensajes hablados, visuales, o escritos, donde la violencia, el adulterio, la fornicación, la pornografía, la promiscuidad, el consumismo y el libertinaje sexual, aparecen como algo cotidiano y natural. Esto lleva a muchos jóvenes a iniciarse en la actividad sexual desde muy temprana edad, dando lugar a un aumento de los embarazos en la adolescencia, abortos, enfermedades sexualmente transmisibles, matrimonios prematuros e inmaduros, divorcios y suicidios causados por confusión, el desaliento y la pérdida del sentido de la vida. En uno de los periódicos más conocidos de nuestra ciudad, se publicaron encuestas acerca de la iniciación sexual de los jóvenes, y su conclusión fue que lo hacen a una edad cada vez más temprana, habiendo bajado en estos últimos años de los 17, luego a los 16 y ahora el promedio es a los 15 años. Muchos de ellos creen que la virginidad es una "elección" y no un tesoro. (momento para pensar).

Es un hecho, que las propuestas de esta cultura amenazan la salud integral de la juventud. Por una parte existe un desconcierto generalizado sobre cómo educar sexualmente a los jóvenes para prevenir semejantes males. Por otra parte, el esfuerzo del mundo adulto (hogar, escuela, iglesia) no siempre es suficiente y nuestros jóvenes quieren explorar "lo desconocido", no sabiendo que la "nueva moralidad" es la "vieja inmoralidad". Ante la magnitud de esta crisis de valores que no respeta edad, sexo, o estatus social, nos preguntamos: ¿qué podemos hacer?

Para algunos, la pornografía es una actividad "artística", para otros un género cinematográfico. Comenzó como una actividad que satisfacía las exigencias de una sub-cultura en decadencia y ha terminado siendo de interés y consumo de la mayoría.

La pornografía es un síntoma de desajustes más profundos de la personalidad, entre ellos: falta de educación sexual, experiencias traumáticas en la niñez como abuso y violación, malas impresiones recibidas en la infancia, inmadurez emocional, anormalidades orgánicas, falta de compromiso espiritual, etc. Gálatas 5:19 dice: "Y manifiestas son las obras de la carne, que son adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia".

Saber lo que está sucediendo en un mundo donde Jesús no es el Señor y donde los conflictos emocionales, sexuales, familiares, son el clamor que muchos están haciendo a la iglesia de Jesús en este tiempo. Hoy más que nunca necesitamos conocer y ayudar a quienes sufren del pecado de una vida emocional rota, de conflictos infantiles no resueltos y de vidas lejos de Aquel que vino para dar vida y vida en abundancia.


 

Pág 2 - 14-5-2000 - Lección 74 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 542 - Rosario, Santa Fe.

 

LECCION Nº 74 TEMA: EL PERDON (1º Parte).

Pasaje Bíblico: Lucas 7:36-50.

Pasaje de Memoria: "Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores". Mateo 6:12.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Lucas 7:36-50 ); LUNES ( Salmos 32:1-11); MARTES (Salmos 103:1-22); MIERCOLES (Salmos 51:1-19); JUEVES (Génesis 45:1-28); VIERNES (Mateo 23:26-49 ); SABADO (Hechos 7:1-60). Leamos con atención, reflexión y oración durante la semana, y vinculemos estas lecturas con la lección de este domingo.

 

Orientación: veamos el pasaje de Lucas 7:36-50. Allí Jesús se encuentra en la casa de Simón el fariseo, quien lo ha invitado para que comiese junto a él y otras personas. Los fariseos eran tradicionalistas, estudiosos de las Escrituras y concedían gran valor a las tradiciones de los hombres. Eran también fanáticos e influyentes. Previo a esta invitación, el Señor había sanado a una persona sin estar El presente, o sea a la distancia, y había resucitado al hijo de la viuda de Naín. En el hogar de Simón, Jesús había recibido un trato discriminatorio, porque le negaron la cortesía del lavado de los pies, y no le besaron al llegar, expresiones de hospitalidad de aquella época. ¿Por qué se habrá quedado en ese lugar pese a tantos desaires y desprecios?

Desarrollo: las salas de banquetes en Oriente, estaban abiertas a la calle, y al no haber muros, ni alambradas, ni guardias de seguridad, era fácil colarse. Eso fue lo que hizo una mujer prostituta callejera. Posiblemente a la mujer le doliera que Jesús no recibiese las atenciones debidas. La mujer rompió un frasco con perfume y lo derramó en los pies del Señor. Tal vez en forma simbólica ella estaba rompiendo con su forma inmoral de vida, comenzando así una vida nueva. Simón trató mal a Jesús, tal vez para que sus invitados no creyeran que él simpatizaba con el Maestro, y demostrar que no deseaba ser discípulo suyo.

¡Qué vergüenza para el orgulloso fariseo, que una pecadora manchara con su presencia su "impecable" conducta! Simón no entendía la verdadera misión de Jesús, ya que ni siquiera lo consideraba un profeta. Así fue que le relata una corta historia, donde un acreedor tenía dos deudores, uno que le debía 500 denarios y otro 50 denarios. No teniendo con que pagar ninguno de ellos, fueron ambos perdonados. La pregunta fue "¿cuál de ellos le amará más?". Simón aventuró una respuesta: "pienso que aquel a quien perdonó más". Recibió una aprobación por la correcta respuesta. Seguidamente, Jesús denunció públicamente y "desenmascaró" al supuesto "santo" por ser descortés y agresivo. Simón se quedó mudo, él no hubiera permitido que la mujer lo tocara, pero no permitió tampoco que el Señor lo hiciera. Si Jesús contara de nuevo la historia de los dos deudores, ¿con cuál nos identificaríamos? ¿con el que debía 500? ¿con el de 50? ¿de qué manera lo estamos demostrando, ya que a quien mucho se le perdona, mucho ama? ¿amamos nuestro tiempo devocional con Dios? ¿anhelamos el estudio de su Palabra? ¿consideramos seriamente los derechos del prójimo y lo amamos como Jesús nos ama? ¿guardamos el día del Señor con santa expectativa?

La mujer llegó conmovida a Jesús. Ver a Jesús, es muy distinto a ver cualquier persona, ya que cuando estamos frente a El, vemos todo lo feo de nosotros y todo lo maravilloso de su persona (ver Is 6:5). ¿nos conmovemos frente a Jesús o no nos inquieta en absoluto?

La mujer lloró delante de Jesús. No era tan solo delante de Simón y sus amigos, ni delante de los discípulos. Ella reconoció sus pecados delante del Señor. A todos nos resulta más sencillo reconocer en nuestra mente o nuestra conciencia las cosas que hacemos mal. Pensemos, ¿ante quién reconocemos nuestros pecados, frente a nuestra conciencia o ante el Espíritu Santo? El fariseo vio con sus ojos y se engañó a sí mismo, y debemos tener cuidado, ya que acusando nos sentimos Dios. ¿cómo es nuestra propia situación?

Simón tenía entre muchos problemas, tres muy graves:

* No tenía en claro quien era su prójimo. Los fariseos seleccionaban a su prójimo, prefiriendo a sus familiares, colegas, amistades cercanas, a los que pensaban igual que ellos. Los demás no importaban. Jesús pensaba muy distinto (ver Lucas 6:32). El prójimo es también quien aborrecemos, pero quien el Espíritu Santo nos conduce a amarlo. (ver Romanos 12:18-20). ¿Tenemos en claro quién es nuestro prójimo?

* Tenía la tendencia a justificarse a sí mismo. Los fariseos se comparaban con otras personas que vivían "peor" que ellos. (ver Lucas 18:11-12). Seguro de sus virtudes, fue arrogante con Jesús y despreció a la mujer, es decir se sintió Dios. (ver Isaías 65:5). ¿Y si nos comparamos con Jesús cómo salimos?

* Este hombre no veía su propio pecado. Veía la paja en el ojo ajeno, pero no podía ver la viga que estaba en su propio ojo. (ver Mateo 7:1-5 y Romanos 2:1). El hombre se conoce a sí mismo, no fijándose en su propio corazón, sino entendiéndolo como lo revela la Biblia, debe mirarse en el espejo de la Escritura y la imagen que Dios proyecta en ella. ¿Somos inspectores de "pajas" ajenas? ¿Y nuestra viga cómo está?

 

Es fácil denunciar los pecados de otros, pero difícil confesar los pecados propios

 

En el episodio de Simón y la prostituta vemos claramente el amor de Dios expresado en la conducta de Jesús hacia la mujer pecadora, el amor a Dios mostrado en la actitud de la mujer pecadora hacia Jesús, pero lo que faltó fue el amor al prójimo (no nos referimos a la actitud de Jesús).

¿Por qué nos cuesta tanto amar a nuestros semejantes? Debemos amar por fe. Todas las cosas de la vida cristiana están basadas en la fe. Colosenses 2:6, dice: "De la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él". Fe es estar de acuerdo y depender de los hechos de Dios, y para poder amar por fe debemos estar llenos del Espíritu Santo:

"No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu". Efesios 5:18. ¿En qué se vinculan la borrachera con la llenura o gobierno del Espíritu?

"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley" Gálatas 5:22-23. El domingo que viene continuamos.

Pasaje de memoria para el domingo próximo: Efesios 4:32.

 

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