Iglesia Evangélica Bautista del Centro
¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 86 - Domingo 6 de Agosto del 2000.
Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 542, 2000 Rosario.
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¿Es lo mismo dar testimonio que evangelizar?
Indudablemente que dar testimonio y evangelizar no es lo mismo, aunque ambas se complementen. Dar testimonio, es poner en evidencia que Jesús vive en nuestras vidas y que le pertenecemos. Muchos de nosotros estamos acostumbrados a dar testimonio, pero no siempre tenemos como hábito saludable la evangelización. Por eso es bueno preguntarnos, ¿cuándo una persona ha sido evangelizada?
Una persona ha sido verdaderamente evangelizada cuando ha recibido el correcto mensaje bíblico, que abarca las ofertas y las demandas del evangelio. En nuestros tiempos modernos hay una "tendencia" a disminuir o hasta ocultar las demandas del evangelio para hacerle "más fácil" a la persona el reencuentro con Dios.
Una persona no ha sido evangelizada, si no se le ha presentado concretamente la obra expiatoria de Jesucristo en la cruz. No ha sido evangelizada si no se le ha dado alguna noción implícita sobre el infierno y el cielo (mal se puede hablar de salvación, si no se aclara por qué hay que ser salvo y qué pasa si uno no es salvo). No ha sido evangelizada si se le ha ocultado o rebajado el costo de seguir a Cristo. No ha sido evangelizada si el mensaje no la ha puesto ante la urgente necesidad de tomar una decisión por si o por no en cuanto a Cristo. No ha sido evangelizada si su interés se ha concentrado exclusivamente en la expectativa de milagros de sanidad u otra clase de prodigios (ver Juan 2:23-25).
No ha sido evangelizada, si el Evangelio no le fue presentado en el poder del Espíritu Santo, que es el Único que puede convencer de pecado, de justicia y de juicio. Y no ha sido evangelizada (aunque el mensaje haya sido dado) si su mente divaga o su atención estaba distraída por otras cosas.
Dice el Pacto de Lausana: "Evangelizar es difundir la buena nueva de que Jesucristo murió por nuestros pecados y resucitó de los muertos según las Escrituras, y que ahora como Señor que reina, ofrece perdón de los pecados y el don liberador del Espíritu Santo a todos los que se arrepienten y creen". Nuestra presencia cristiana en el mundo es indispensable para la evangelización; también lo es un diálogo cuyo intento sea escuchar con sensibilidad a fin de comprender.
Pero la evangelización misma es la proclamación del Cristo histórico y bíblico como Salvador y Señor, con el fin de persuadir a las gentes a venir a El personalmente y reconciliarse con Dios.
Al hacer la invitación del Evangelio no tenemos libertad para ocultar o rebajar el costo del discipulado. Jesús todavía llama a todos los que quieran seguirlo a negarse a sí mismos, tomar la cruz e identificarse con su nueva comunidad. Los resultados de la evangelización incluyen la obediencia a Cristo, la incorporación a Su iglesia y el servicio responsable en el mundo.
El teólogo M.A.C. Warren dijo hace mucho tiempo que "inevitablemente llegamos a ser semejantes a aquello que adoramos. Si en verdad adoramos a un Dios trino, estamos adorando al Dios que hizo este mundo por amor, lo redimió por amor y lo inspira con su amor". Y agregó después: "Si la iglesia ha de ser una comunidad evangelizadora, tan sólo llegará a serlo si sus miembros asumen su propia responsabilidad para evangelizar, y si presentan el evangelio por la palabra y por el ejemplo (evangelizando y dando testimonio). ¡Un corazón que ama enciende a otro! Necesitamos más corazones llenos de amor. Ahora como siempre, el secreto del amor es negarse a si mismo". En resumen, si de veras adoramos a Dios, nos identificaremos con El en el amor a los demás y en el propósito de guiarlos hacia la salvación. De ese modo, "llegamos a ser semejantes a aquello que adoramos".
El pasaje de 1 Pedro 2:9, revela que somos "pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable". Dios nos tomó para esta labor concreta. Si realmente somos salvos nuestra responsabilidad es evangelizar, "porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5).
Por amor a la gente, nos dedicamos sacrificialmente a evangelizar ("y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente el bordón", Marcos 6:8). Y esta capacidad de renunciamiento ha de ser nuestra al comunicar el mensaje.
Volviendo a l Pedro 2:9, descubrimos que la frase "para que anunciéis..."se refiere a todos los miembros de la iglesia, pues todos deben ser los responsables de proclamar el mensaje y, en este sentido, todos son ministros evangelizadores. Aquí no nos referimos a los evangelistas-predicadores sino a todos los creyentes en Cristo, pues -por su condición de siervos de Dios- son testigos que no pueden silenciar su propia experiencia espiritual (comparar Hechos 1:8 y 4:19-20). Los cristianos primitivos, esparcidos por la persecución desatada después de la muerte de Esteban, "iban por todas partes anunciando el evangelio": Eran los miembros comunes y no los apóstoles (comparar Hechos 8:1 y 4). Todo verdadero cristiano hace lo mismo, aunque no sea un predicador, ni evangelista, ni pastor. ¿Lo estamos haciendo nosotros?.................
La iglesia que evangeliza está formada por miembros que tienen un corazón ardiente, cuyo fuego se enciende cuando comprenden profundamente que Cristo los amó y los salvó. Son creyentes que sienten en su alma un apasionado amor por los perdidos, como el que condujo a Jesús a morir en el Calvario.
Pág 2 - 7-8-2000 - Lección 86 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 542 - Rosario, Santa Fe.
LECCION Nº 86 TEMA: "LA ADOPCION ESPIRITUAL" (7º Parte).
Pasaje Bíblico: Filipenses 1: 21-24, 2:5-11 y 3:12-14. Pasaje de Memoria: "Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos". Salmo 138:8.
Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Filipenses 1:21-24, 2:5-11 y 3:12-14); LUNES (Santiago 1:1-27); MARTES (Santiago 2:1-26); MIERCOLES (Santiago 3:1-18); JUEVES (Santiago 4:1-17); VIERNES (Santiago 5:1-20 ); SABADO (1 Corintios 9:1-27). Leamos con atención, reflexión y oración durante la semana, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.
Orientación: hoy continuamos viendo en el libro de Filipenses, tres importantes opciones que allí se nos muestra. Ya vimos la primera opción, entre la responsabilidad y el descanso, y luego la segunda, que está en Filipenses 2:5-11, opción entre el servicio y el sacrificio, y la gloria del Señor. Hoy continuamos viendo la tercera opción, que está en Filipenses 3:12-14, opción entre quedarnos detenidos por las contingencias del pasado o proseguir el llamamiento. Es luchar con la tendencia natural al estancamiento. En la vida cristiana o avanzamos o retrocedemos, no hay otra cosa en el medio. Esto tiene que ver con la necesidad de crecer en la vida o con la madurez cristiana, tiene que ver con nuestro propósito como personas.
Desarrollo: Todo el universo es un testimonio elocuente de un orden dirigido. Desde sus complejas leyes hasta las cosas rutinarias, todo nos hace ver que hay orden, sistema y diseño para toda la Creación. El hombre es la corona de la Creación y por lo tanto ha tratado siempre de "ser alguien", de "vivir", aunque no siempre lo ha logrado. Porque el vivir no consiste en lo que hacemos, sino hacia donde nos dirigimos. Hay una frase célebre que dice: "El hombre es el arquitecto de su propio destino" y que mucha gente repite, pero qué destino puede producir un hombre que no sabe a dónde se dirige. Lo cierto es que no importa lo brillante que pueda ser la actividad que un hombre desempeña, sino tiene un propósito nada vale. Leamos Colosenses 1:16; 1 Corintios 6:19-20; Efesios 1:3-6,12-14; y Juan 17:1-10 y contestemos las siguientes preguntas:
* ¿Para qué hizo Dios al hombre? ¿Cuál es el verdadero propósito de la vida?
* ¿Hasta dónde quiere Dios que lleguemos (Efesios 4:13, Romanos 8:29)?
* ¿Cuál ha sido hasta hoy el objetivo de mi vida? ¿En qué uso mi tiempo? ¿Qué cosas en la vida son importantes para mí? ¿Todas las actividades que hago, a qué propósito me están llevando?
Cuando tengamos con claridad determinado el propósito de nuestras vidas, debemos aplicarle la opción que Pablo describe en Filipenses 3:12-14, la de quedarnos detenidos por las contingencias pasadas o proseguir con nuestro llamamiento. Es decir, cuando comenzamos nuestra vida cristiana iniciamos un sendero en el cual debemos avanzar hacia la madurez, hacia el verdadero crecimiento. Proverbios 4:18 dice: "Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto". Si optamos por seguir adelante hacia la meta, tenemos que erradicar algunas ideas equivocadas sobre la madurez espiritual que Rick Warren llama mitos. A las tres que vimos el domingo pasado hoy agregamos las siguientes:
4) La madurez espiritual se mide por lo que uno sabe. El conocimiento de la Biblia es un fundamento para la madurez espiritual, pero no es lo que nos da la medida absoluta. La verdad es la siguiente: la madurez espiritual se demuestra mejor a través del comportamiento que a través de las creencias. La vida cristiana no es solo cuestión de credos y convicciones, incluye la conducta y el carácter. Ver Santiago 2:18;3:13 y Mateo 7:16. Al conocimiento bíblico que es vital para lograr la madurez espiritual, debemos agregar entre otras cosas: la perspectiva, la convicción, las habilidades y el carácter. Alguien dijo: "Dinero perdido, nada perdido. Salud perdida, algo perdido. Carácter perdido, todo perdido". Un verdadero peligro que tiene el conocimiento sin los otros 4 componentes es que produce orgullo.
Es imposible ser maduros espiritualmente y orgullosos al mismo tiempo. Tener conocimiento aumenta nuestra responsabilidad, ya "que el que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, les es pecado" (Sgo 4:17). Con un conocimiento más profundo de la Palabra de Dios viene un juicio mayor, si no lo aplicamos. Por eso debemos tener la convicción y el carácter para practicar lo que sabemos. Debemos aprender la Palabra, amar la Palabra y vivir la Palabra.
5) El crecimiento espiritual es un asunto personal y privado. El mundo y la cultura postmoderna de la cual formamos parte esta idolatrando el individualismo y de alguna manera esto tiende a influirnos. Debemos impedir que la enseñanza espiritual tienda a ser egoísta, centrada en uno mismo y desvinculada de nuestra relación con los otros cristianos.
La verdad es la siguiente: los cristianos necesitan relacionarse para crecer. De allí, nuestra insistencia con respecto a la adopción. No podemos crecer aislados de los demás, sino que nos desarrollaremos en el contexto del compañerismo de unos con otros. Leer Hebreos 10:24-25. Las relaciones son el "pegamento" que mantiene conectada a la gente de nuestra iglesia, es esencial para llevarnos a la madurez. Según la Biblia, la comunión, no es optativa. Una de las razones por las cuales muchos cristianos no testifican es porque no saben relacionarse con la gente.
6) Todo lo que se necesita para crecer es estudiar la Biblia. Para llegar a la madurez debemos participar activamente en los cinco principales propósitos de la iglesia: adoración, comunión, estudio de la Biblia, evangelismo y ministerio o servicio. Los cristianos maduros hacen algo más que estudiar la vida cristiana, la experimentan. Algunos cristianos han cometido el error de hacer un énfasis exagerado en la experiencia, descuidando la sólida doctrina bíblica. Otros han hecho al revés, mirando con sospecha la experiencia, especialmente si mueve las emociones, olvidando que Dios creó al ser humano con emociones, además de mente. Cada una debe tener su lugar de acuerdo al plan divino. Dice el famoso pastor Gene Getz: "El estudio de la Biblia en sí mismo no producirá espiritualidad. De hecho producirá carnalidad si no se aplica y se practica".
El estudio sin servicio produce cristianos con actitudes críticas y orgullo espiritual. Hay cristianos que conocen mucho más cosas que las que ponen en práctica y necesitan urgentemente experiencias en el ministerio y en el evangelismo en las cuales puedan aplicar lo que saben. Por eso todos debemos pensar con seriedad sobre la adopción.
Pasaje de memoria para el domingo próximo: 1 Timoteo 3:8.