Víctor es un James Bond de verdad. El pueblo ruso lo eligió, equipó, entrenó y envió en una misión secreta a los Estados Unidos. Allí se radicó en Nueva York y trabajaba para simular su verdadero oficio como estibador en los muelles. Pero mientras tanto, él sacaba fotos, contaba barcos, y enviaba mensajes secretos a Moscú, su sede central. Y soñaba con el día en que Estados Unidos sería un país libre de la esclavitud del capitalismo.

El tenía dificultades en como conseguir trabajo, el ambiente que lo rodeaba en el puerto era proclive a las peleas, debía siempre pasar desapercibido ante los agentes del F.B.I. y lo más difícil era estar lejos de su propio hogar. No tenía novia, casa, ni otra cosa.

¿Qué habrá sentido Víctor? Seguramente soledad, miedo y frustración. Tanto como podemos sentirlo vos y yo. La verdad es que cada cristiano tiene algo de espía y extranjero, sino fijémonos en Hebreos 11:8-10 y 13-16.

"Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios".

"Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron , ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad".

Víctor contó en su autobiografía, que a veces estaba confundido y tentado. ¡El mundo de EEUU parecía tener todo! Se preguntaba, para qué él se sacrificaba tanto. Romanos 8:35-39 y Salmo 44.

"¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro". Romanos 8:35-39.

¿Qué importancia tenía este trabajo rutinario hecho en secreto, de años del espía Víctor?

En l.962 se desató la crisis de los misiles rusos en Cuba y el Jefe de la Unión Soviética deseaba saber hasta que punto las declaraciones de Kennedy en cuanto a la respuesta de EEUU ante la provocación eran las que verdaderamente iba a tomar este país. Víctor fue el que informó de la firmeza de este líder político en cuanto a la respuesta de su país. Víctor y su informe hizo variar la posición rusa de aquel momento hasta el punto de evitar una guerra nuclear.

vs 4,6,18 Nuestro Padre ve todos los secretos.

"Para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público"

"Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público"

"Para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público".

vs 8,32 El sabe lo que necesitamos y es compasivo y cariñoso.

"No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis".

"Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas".

vs 25,26 El valor de una vida.

"Por tanto os digo: no os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?"

Pasaje Bíblico: Hechos 2:43-47.

Pasaje de Memoria: "El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica." 2 Corintios 3:6.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Hechos 2:43-47), LUNES (Hechos 21:1-16); MARTES (Hechos 21:17-40); MIERCOLES (Hechos 22:1-16); JUEVES (Hechos 22:17-30 ); VIERNES (Hechos 23:1-22); SABADO (Hechos 23:23-35). Leamos con oración durante la semana y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

Orientación: hoy continuaremos pensando en como conectarnos mejor con los perdidos y no simplemente en hacer mero contacto con ellos (como vemos son dos cosas totalmente diferentes, ¿no es así?). Analizaremos el funcionamiento del grupo casero o núcleo, tratando de ver cómo mejorar su funcionamiento, ya que es un medio muy adecuado para llegar a la gente que nos rodea.

Ilustración: "Nos reunimos para ser vencedores"

Juan Wesley fue un evangelista extremadamente exitoso. No solo tenía éxito en despertar a los pecadores, llamándolos al arrepentimiento y a la fe, sino que también tenía éxito en conservar los resultados de su ministerio. Hubo otros evangelistas contemporáneos a Wesley que también tuvieron éxito -uno quizás más aún que Wesley-, pero su ministerio no resultó duradero.

Creo que el éxito de Wesley yacía en su hábito de establecer reuniones en pequeños grupos. Sus convertidos se reunían regularmente en grupos de alrededor de una docena. Si el grupo se agrandaba demasiado, se dividía y volvía a dividir una y otra vez. Como resultado, estas reuniones-clase no sólo nacieron sino que continuaron por muchos años a través de Inglaterra, Escocia e Irlanda.

Para llegar a ser miembro de tal reunión-clase, la persona tenía que ser santificada o estar buscando la santificación de todo corazón. Estas reuniones tenían algunas reglas muy estrictas a las cuales tenían que ajustarse sus miembros. Una de ellas se refería a la asistencia regular, otra a estar dispuesto a recibir corrección, etc.

El objetivo principal de las reuniones era, sin embargo, reunirse para recibir enseñanza, para compartir y para ayudarse mutuamente. Se estimulaba a los miembros a confesar sus pecados, sus fracasos y aún sus tentaciones. Esto tenía un solo propósito -que pudieran ser vencedores, libres del poder del pecado, viviendo por el poder del Espíritu vidas cristianas victoriosas y fructíferas. Fue un movimiento que preservó los resultados de las grandes reuniones evangelísticas de Wesley.

Hoy en día también ponemos énfasis en reuniones de grupos pequeños, pero en muchos de esos grupos el propósito no es el mismo que el de las clases de Wesley, que tuvieron un éxito tan tremendo. Una de las razones por las cuales esas reuniones en grupos pequeños que se celebran actualmente son tan populares, es que la gente comparte sus problemas, sus fracasos, y quizás aún sus tentaciones. Pero muchos son los que no persisten en encontrar la respuesta por el camino de la victoria y la santidad. Más bien, hallan consuelo simplemente al descubrir que otros tienen exactamente los mismos problemas. Al escuchar de muchos de los líderes cristianos (aquellos que son considerados los más maduros) que ellos tampoco han logrado la victoria sobre sus problemas, la gente se consuela. Entonces piensan que si los líderes no tienen la victoria, ellos tampoco deberían esperarla. Por lo tanto, en lugar de ver una verdadera respuesta a sus problemas, que resulte en la victoria y la santidad, se conforman con la aceptación de que la victoria no es necesaria. Cada miembro piensa: "Estoy bastante bien", en lugar de continuar buscando al Señor con todo su corazón para alcanzar la santidad y la victoria. Esta manera de pensar confirma la idea de que la vida cristiana es tan solo una lucha: "Todos tienen problemas, y yo haré simplemente lo mejor que pueda. No hay solución". De esta manera, el agudo sentido de buscar a Dios con todo el corazón se embota. Nos contentamos con una vida que no da pruebas de la regeneración, la santificación y la plenitud del Espíritu Santo.

Necesitamos un nuevo despertar que estimule un deseo santo de ser semejantes a Cristo, en el que no estaremos satisfechos con nada que no sea la consagración total, cuando nuestro corazón se encuentre limpio de todo pecado, y esté ungido y lleno del Espíritu Santo. No nos podemos medir con nosotros mismos o con ningún otro, sino que debemos escudriñar las Escrituras a fin de que nos revelen exactamente lo que somos y donde fallamos. Al descubrir nuestras debilidades y fracasos, debemos hacer los ajustes necesarios de modo que seamos hacedores de la Palabra y no solamente oidores. De lo contrario, seremos como el hombre que se menciona en la epístola de Santiago, quien se mira en un espejo, luego se va, y se olvida de cómo era, de esta forma engañándose a sí mismo.

Jesús dijo: "Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan". Temprano en la vida cristiana se descubre que la Palabra presenta un nivel de vida cristiana más elevado que el que se está practicando. A esa altura, la persona tiene dos alternativas: o tergiversa la Palabra de Dios para adaptarla a su propio bajo nivel de experiencia en la vida cristiana, o descubre en las Escrituras cómo llevar su vida al nivel que Dios ha provisto para ella. Me temo que demasiados han transigido aquí.

Sería bueno que el pidiéramos al Espíritu de Dios que escudriña nuestro corazón para ver cuánta verdad y dedicación total existen allí y cuánta contemporización permanece aún. Con relación a esto, el apóstol Pablo, en 2 Corintios 5:14-15 dice: "Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos". Estos versículos no dejan lugar para contemporizaciones, sino para una entrega total a Jesucristo. Las Escrituras no nos alientan a compararnos con nosotros mismos o con otra gente. El único modelo que tenemos es Jesucristo.

El propósito principal de Dios en la salvación es guiarnos a una nueva vida en la que viviremos victoriosamente. No es para salvarnos del infierno, sino para salvarnos del pecado (Mateo 1:21), para hacernos sus hijos verdaderos (Lucas 1:74,75). El anhela poblar la tierra con hijos que están viviendo vidas sobrenaturales. Si todos los cristianos vivieran vidas semejantes, el mundo entero sería evangelizado en muy poco tiempo".

Descubrir entre todos los principios bíblicos que encontramos en esta lectura. Luego busquemos en todos ellos: ¿en cuáles estamos bien? ¿en cuáles debemos hacer ajustes? ¿en cuáles debemos hacer mayores esfuerzos para mejorar nuestra efectividad?

Este ejercicio no tiene como propósito buscar culpables, ni repartir responsabilidades, sino que busca fervientemente aumentar nuestra efectividad en el ministerio cristiano, fruto que abunde en nuestra cuenta. Continuaremos.

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