Nuestro retiro de hombres del mes de abril, fue una experiencia renovadora para todos los que concurrimos. Muchas esposas se preguntan de que cosas hablamos. A través de las hojas dominicales les contaremos algunas a ellas y a otros hermanos que no pudieron asistir por diversas causas.

Ser jefe de familia no es un don natural con el cual venimos a la vida. Debe ser "aprendido". El que es carpintero difícilmente olvidará los años de aprendizaje en la carpintería del patrón o en la escuela técnica. El médico siempre recordará los rigores de la Facultad y sus largos años de capacitación. El viajante siempre tendrá presente su entrenamiento en técnicas de ventas y sus sucesivas actualizaciones. El pastor recordará sus épocas de seminario y así podríamos seguir con todas las ocupaciones. Todas ellas requieren muchas veces, demasiados años para "ponernos en condiciones".

El hombre casado, tiene una tarea u ocupación adicional. A ella tiene que dedicar muchas horas, y la recompensa no es en dinero, sino en una amplia gama de bienes intangibles. Aquí podemos: tener éxito, ser mediocres y fracasar completamente.

¿Quién nos ha enseñado a desempeñar esta función? La mayoría de las respuestas es: "nadie". ¿Por qué es así? ¿Habrá otra manera de encarar este tema?

Hemos empleado la mayor parte del tiempo en capacitarnos para trabajar, que este asunto de funcionar "como hombre casado", ha quedado relegado. Y aunque hubiéramos querido hacerlo, no hubiéramos encontrado quien nos enseñara. Hasta donde sabemos, no conocemos que se dicten cursos serios sobre como ser un padre de familia con éxito. Muchos nos hemos lanzado al matrimonio de cabeza, venga lo que venga. Y vino lo que vino.

¿Cómo es que hemos sobrevivido hasta ahora? ¿En qué nos hemos basado para "actuar" como esposos hasta hoy? Con seguridad, en mayor grado de lo que podemos suponerlo, hemos imitado a nuestro padre. Por ejemplo, si nuestro padre sacaba la basura, es posible que nosotros lo hagamos, si no lo hacía es posible, que nosotros tampoco lo hagamos. Si nuestro padre administraba el dinero del hogar, es posible que nosotros también lo hagamos. Si él le decía a su mujer "te quiero" una vez por mes, es posible que nosotros también.

Hagamos el siguiente ejercicio para comprobar hasta que punto hemos tomado a nuestro padre como modelo.

¿Cómo te fue con el ejercicio? ¿Será de "tal palo, tal astilla"? No se sorprenda, biológicamente nos parecemos a él. Nadie sabe el alcance y la profundidad de las influencias de la herencia básica. Hemos pasado más de 20 o 30 años observando su comportamiento, los años donde las cosas nos impresionan con más fuerza. Es posible que los aspectos en que nos diferenciamos de nuestro padre, sean aquellos en que hayamos analizando seriamente y hayamos resuelto expresamente no hacer las cosas como él.

¿Qué modelos se ven hoy día? Modelo Nº 1.

El hombre abdicador, que se borra de su responsabilidad. La escritura está a su nombre, el teléfono en la guía también, legalmente es el jefe de familia, pero su función principal y casi la única es sostener el hogar. ¿Qué hace el resto del tiempo? come, duerme, mira televisión y mucho fútbol, no está enojado con nadie, a menos que se le crucen por el camino o le cambien de canal, tampoco ha renunciado a su familia. En realidad es uno más del grupo. Pero ¿quién está a cargo?

Primera opción: la esposa tiene que cargar con la herencia forzada, asumiendo roles para lo cual no está preparada. Ella administra el dinero de la familia, decide el menú, la compra de muebles y la ropa de todos, se encarga de la disciplina de los hijos, de resolver los problemas de los chicos, los asuntos escolares de ellos y de llevarlos al dentista o médico en los turnos adecuados. El tono espiritual en la casa lo da ella, y es el motor que impulsa a toda la familia para ir a la iglesia.

Seguiremos el domingo que viene.

Pasaje Bíblico: Hechos 2:42-47.

Pasaje de Memoria: "Alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos". Hechos 2:47.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Hechos 2:42-47); LUNES (1 Tesalonicenses 1:1-10); MARTES (1 Tesalonicenses 2:1-20); MIERCOLES (1 Tesalonicenses 3:1-13); JUEVES (1 Tesalonicenses 4:1-18 ); VIERNES (1 Tesalonicenses 5:1-28); SABADO (Hechos 13:1-52). Leamos con oración durante la semana y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

Orientación: hoy llegamos al final de nuestro tema, acerca de como ser efectivos en nuestro trabajo cristiano. Las primeras lecciones estaban vinculados con el evangelismo (ganar), las siguientes tenían que ver con el discipulado (edificar y capacitar) y las últimas con el liderazgo (capacitar y enviar). En nuestro encuentro anterior, hablamos acerca de los componentes de un movimiento efectivo, teniendo como base los pasajes de Hechos 11:29-36 y 13:1-3. Hoy llegamos a un elemento importante con el cual concluiremos. Se trata de la atmósfera o ambiente de un movimiento efectivo.

Un movimiento efectivo, necesita de líderes jóvenes, que dejen de ser tan sólo participantes y se conviertan en líderes de pequeños grupos. De ser ayudantes a ser líderes, de ser uno que ocasionalmente comparte su fe, a uno que enseña y capacita a otros para compartir su fe.

No se forma un movimiento sobre "componentes", se forma con gente que ha sido tocada por Dios.

Ciertamente la atmósfera descrita en Hechos 2:42-47, nos da una increíble perspectiva del ambiente necesario para tener movimientos efectivos. La comunidad bíblica descrita ahí mostraba los siguientes valores:

1) Ellos tenían una pasión por Dios, la cual expresaban en sus oraciones y alabanzas que permeaban todo.

Si tenemos en mente la iglesia de hoy, con la del libro de los Hechos, ¿podemos hacer una comparación, o más bien se tratará de un contraste? ¿se nota en nuestra vida pasión por Dios? ¿Por qué si o por qué no?

2) Ellos tenían un compromiso mutuo, que expresaban a través de su cuidado y el compañerismo, de los unos con los otros.

¿Tenemos los cristianos del siglo XXI, un compromiso precario o sólido y sin fisuras? ¿nos estamos comprometiendo con otras cosas? Si la respuesta es si ¿con qué cosas?

3) Ellos tenían un deseo de crecer en obediencia a la enseñanza bíblica.

¿Es la Palabra de Dios la palabra final que determina nuestra acción en esta tierra? ¿Cómo podemos medirlo a este hecho?

4) Ellos tenían un corazón por los perdidos, demostrado al compartir a Cristo con otros.

¿Dónde está nuestro corazón? ¿qué plan tenemos para alcanzar a los perdidos de nuestra familia, de nuestro trabajo o escuela, y los de nuestro vecindario?

5) Ellos tenían la guía del Espíritu, y el gozo que produce Su gobierno en el espíritu del hombre.

¿Cómo se nota la guía divina en mi vida? ¿A qué me está guiando el Espíritu en esta semana, en este mes y en este año? ¿Soy obediente a la guía divina? ¿Cómo se está notando?

(Tomado estos cinco puntos de "Ganando las Universidades a través de los Grupos Celulares, el ministerio catalítico, 1994).

Si falta alguno de estos elementos, no tenemos un movimiento espiritual efectivo. Por ejemplo, el cuidado y el compañerismo y el amor son partes poderosas en la formación de un movimiento. Preguntar a las personas nuevas que nos acompañan hoy, si ellos están recibiendo esta bendición. ¿Hay un compromiso mutuo como se describe en Hechos 2:42-47.

Los apóstoles que enseñaban las Escrituras, nos señalaban la importancia de enseñar la Palabra de forma consistente y correctamente. El modelo de vida donde los apóstoles demostraban una pasión por Dios es algo que debemos imitar, pero se resiste a ser incluido en un manual, una sesión de capacitación, o ser codificable de forma alguna. El líder siervo es otro elemento que es aprendido, no enseñado, pero es esencial para la formación de un movimiento.

¿Es posible este tipo de movimiento o es un sueño, solamente? Tomemos coraje de las palabras que el ángel pronunció a María en Lucas 1:37:

Tomando acción: hemos enfocado la atención en los componentes y la atmósfera de un movimiento espiritual efectivo. Hagamos una evaluación seria y tomemos acción como líderes. "¡Los líderes dirigen!", cada uno de ellos debe preguntarse:

¿dónde se está deteriorando el proceso de formación del movimiento? ¿Por qué? ¿Qué está andando bien? ¿Por qué? ¿Qué cambios se pueden hacer para tener mayor impacto? ¿Cómo podríamos como líderes ser parte de la solución? Veamos algunas sugerencias (de Juan Kotter), las cuales podemos adaptar o proponer otras:

* Establecer un sentido de urgencia acerca de la necesidad crucial de formar movimientos efectivos.

* Formar un equipo de líderes que puedan guiar un esfuerzo de cambio.

* Desarrollar una visión y estrategia para formar movimientos efectivos. Tiene que ser práctica, para mover a todos hacia el movimiento efectivo.

* Realizar acciones amplias tendientes a la formación de movimientos efectivos. Con energía, cambiar aquello que socava el esfuerzo hacia la formación de movimientos efectivos, estimulando la creatividad y actividades de fe.

* Generar victorias a corto plazo, que demuestren el progreso en la formación de movimientos efectivos, dando reconocimiento visible y recompensas a la gente que ha hecho posible estas victorias. Celebra las pequeñas victorias en el camino.

 Escuela Dominical - Página principal