Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 128 - Domingo 27 de Mayo de 2001.

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 542, 2000 Rosario.

Teléfono 4380824 - Registro de Cultos Nº 672, Secretaría de Culto de la Presidencia de la Nación Argentina.

Internet: www.oocities.org/iebcentro - E-mail: iebcentro@oocities.com

 


El retiro de hombres

 

Estamos compartiendo con todos, lo que fue nuestro tema de conversación en Soldini, durante nuestro encuentro de hombres. El asunto es que ser jefe de hogar, no es un don natural. Es una tarea que debe ser "aprendida", y en la mayoría de los casos, se aprende en la marcha. Vimos en nuestro anterior encuentro el caso del hombre que renuncia a su papel de liderazgo y guía dentro del hogar. Cuando esto ocurre, ¿quién está a cargo? Se presentan dos opciones:

Primera opción: la esposa tiene que cargar con la herencia forzada, asumiendo roles para lo cual no está preparada. Ella administra el dinero de la familia, decide el menú, la compra de los muebles y la ropa de todos, se encarga de la disciplina de los hijos, de resolver los problemas de los chicos, los asuntos escolares de ellos y de llevarlos al dentista o médico en los turnos adecuados. El tono espiritual en la casa lo da ella, y es el motor que impulsa a toda la familia para ir a la iglesia.

 

Segunda opción: nadie la dirige a la familia, y cada cual se ocupa de lo suyo. Cada uno se arregla para comer cuando quiere, e ir donde quiere, ayuda a otros de la familia, mientras le convenga. Parece más un hotel que una casa. Los que viven en la casa, entran y salen a su antojo, pero llegan a colaborar entre ellos para evitar la anarquía.

 

Modelo Nº 2 El hombre tirano y autoritario, es el autócrata. Papá es el patrón y no hay que olvidarlo, es el caudillo, el cacique absoluto. No es que quiere emular a Atila, el huno, simplemente su deseo es hacer las cosas bien, cuidar a su mujer e hijos. Manda y dispone en forma prácticamente exclusiva. Tiene una tarea exigente: fija el presupuesto, resuelve las actividades que va a permitir, fija hasta el largo del pelo y elige la música que debe escuchar la familia, y la periodicidad de la asistencia a la iglesia. Con frecuencia está en juego el orgullo de la familia: La familia de "Juan Pérez" hace las cosas así.

Tal vez tuvimos el mejor de los padres o nos tocó uno tirano o abdicador. Cualquiera que sea el caso, no es posible que un solo hombre por sí mismo pueda manifestar todo lo que tenemos que saber acerca de la tarea de ser un buen marido. Por eso necesitamos ayuda, comprender mejor nuestro papel para desempeñarlo mejor. Un periodista dijo hace casi un siglo: "El matrimonio es una comunidad que se compone de un amo, un ama, y dos esclavos, que en total hacen dos personas".

 

¿Cuáles son los principales problemas con que nos enfrentamos hoy día?

 

Algunos de los sugeridos fueron: malos modelos heredados, falta de conocimiento sobre la dimensión del matrimonio al comienzo de la experiencia, la mala comunicación, los trabajos extenuantes y absorbentes, los problemas económicos, la necesidad de trabajar de ambos esposos, la falta de un tiempo devocional en pareja o en familia, etc.

Para todo debe haber una solución, por ejemplo en el caso de la mala comunicación.

¿Cómo encontrar más tiempo para comunicarse?

La hora de la cena, temprano en la mañana, por la noche al acostarnos, viajando, yendo a un parque, las vacaciones, fijar un horario o cita, etc.

¿Qué ocurre con el trabajo extenuante y absorbente?

No hay otra actividad que separe a la pareja por tantas horas como el trabajo. Por su misma naturaleza, conduce a dos vidas separadas, en lugar de una vida en común. El trabajo se asemeja en algo al proverbial camello, que quiere calentarse el hocico metiendo la cabeza dentro de la carpa del árabe, luego quiere meter otra parte del cuerpo y así sucesivamente, hasta que todos quedan a la intemperie. Lo cierto que no es la mejor compañía para tener en la casa, a nadie le gusta dormir junto a un camello, pero si lo dejamos entrar.......El trabajo que absorbe totalmente a la familia, es un trabajo sobre el que se ha perdido todo control. El camello arruina la tienda, y todos tendrán que pasar frío, inclusive el camello mismo.

¿Qué hacemos con nuestro tiempo libre? Hagamos el siguiente ejercicio. Si se trata de una actividad solitaria (arreglar el auto, leer el diario, una revista o un libro, curso de perfeccionamiento, ver fútbol), marquemos la columna S. Si es algo que hacemos con uno o más miembros de la familia (jugar con los chicos o salir a pasear con la esposa), marquemos la columna F. Si es algo que hacemos con otras personas (jugar al fútbol, tocar algún instrumento musical, cantar, salir con amigos), marquemos la columna O.

Como uso mi tiempo libre

S

F

O

1

       

2

       

3

       

4

       

5

       

6

       

7

       

8

       

9

       

10

       

 


 

Pág 2 - 27-05-2001 - Lección 128 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 542 - Rosario, Santa Fe.

 

LECCION Nº 128 TEMA: "La Autoridad Espiritual" Introducción.

 

Pasaje Bíblico: 1 Samuel 15:1-35.

Pasaje de Memoria: "Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas" Romanos 13:1.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (1 Samuel 15:1-35); LUNES (Génesis 3:1-24); MARTES (Génesis 22:1-18); MIERCOLES (Exodo 20:1-17); JUEVES (Exodo 24:1-18 ); VIERNES (Exodo 31:18 hasta 32:35); SABADO (Levítico 10:1-20). Leamos con oración durante la semana y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

 

Orientación: la autoridad espiritual no es lo mismo que la autoridad técnica de un líder. La iglesia, la denominación, u otra entidad evangélica, tal vez nos nombre para ejercer funciones directivas. Dicho liderazgo puede desempeñarse con buena voluntad, según nuestra naturaleza humana y nuestros talentos naturales. Y es muy posible, que esta forma de dirección produzca satisfacciones, y sea coronada con éxitos brillantes, como ocurre también en el campo de la cultura, la política, etc. En tal caso, la autoridad de ese líder no es necesariamente espiritual, a menos que él esté sujeto realmente a la autoridad del Espíritu de Cristo siempre, y en todos los aspectos de su vida, tanto en su servicio cristiano, como en el mundo. Cada vez que asumimos un liderazgo, un servicio, o una tarea espiritual, Satanás nos ataca. ¡El juez Sansón, hombre de fe, fue atraído por un mujer del mundo: Dalila! Y una mujer puede caer también en igual trampa. Satán pone inmediatamente un anzuelo, según nuestro tipo de debilidad. Quizás un buen hombre amable, o una dama encantadora, que conocemos accidentalmente, a veces en el tiempo exacto en que vamos a empezar nuestra nueva responsabilidad. También puede ser una maniobra ilegal en nuestro trabajo o una actitud de envidia. Puede ser la crítica despiadada en contra nuestra, o la agresividad de nuestra respuesta. Puede ser el resentimiento, el odio, los beneficios materiales, el egoísmo, el orgullo con que realizamos nuestra tarea, nuestros méritos, etc. Todo eso conspira contra la autoridad espiritual. Si al ocupar el liderazgo, creemos estar a salvo de la red de Satanás, es entonces cuando más sutilmente atacará el Enemigo. Y para ello, debemos estar prevenidos, y como dice la Escritura: "así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga" (1 Cor 10:12) Adaptado de "Cosas para pensar".

Desarrollo:

La obediencia a Dios

1 Samuel 15:22. "Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros"

Leer todo el capítulo 15 de 1º Samuel y extraer los principales hechos. (Usaremos materiales de Arroyito y Ogilvie).

Saúl había dado el consentimiento para que el pueblo (juntamente con él), ofreciera sacrificios a Dios, utilizando ovejas y vacas que eran las "primicias del anatema" (vs 21), es decir animales que Dios había mandado que fueran totalmente destruidos. 15:3 dice ".....destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata....... vacas, ovejas, camellos y asnos". La orden parece cruel, pero hay que analizarla dentro del contexto de aquella época para entenderla. Estos animales habían sido declarados por Dios como malditos, y debían ser destruidos, y no ofrendados a Dios. El propósito de Saúl y su pueblo era una acción prohibida; y actuaron con terquedad, obstinación, capricho, y lo más grave de todo, desechando la palabra de Jehová (15:23). Ellos creyeron que Dios quedaría muy satisfecho con tales sacrificios (ver vs 13-15, 21).

Ocurrió todo lo contrario: ¡El Señor se indignó ante esa desobediencia! (vs 10-11) y de nada le sirvió la intercesión del profeta Samuel durante toda la noche (ver final vs 11) buscando misericordia para Saúl.

El caso de este terco rey, demuestra nuestra tremenda capacidad para limitar el poder de Dios en nuestra vida, y en muchas ocasiones nuestras actitudes y hechos demuestran con toda claridad, la superficialidad y hasta la inexistencia de nuestro amor hacia Dios.

Saúl trató de ocultar su obstinación bajo una religiosidad superficial. Lo mismo pueden llegar a hacer hoy, muchas personas buenas, que se encuentran atrapadas con el "problema" de necesitar la intervención de Dios y, al mismo tiempo oponerse a ella. Es decir, bloqueamos sus intervenciones en nuestros problemas. Persistimos en controlar a las situaciones, y aún a las personas, y resistimos la dirección divina cuando requiere de nosotros un cambio en la conducta; y seguimos adelante con nuestros patrones antiguos, que agravan las dificultades mismas por las que oramos. Llegamos a limitar nuestra vida a lo que "podemos" hacer por nosotros mismos, sin la ayuda de Dios.

Es posible entrar a la vida cristiana, y luego hacer "la nuestra" y nunca entregarle nuestras voluntades al Señor.

Volviendo al caso de Saúl, podemos afirmar que le dijo tantas veces no a Dios, que perdió por completo el deseo de decirle si. La cadena de autoridad o mando, estaba bien establecida: el Señor, su profeta y el rey designado. Saúl fue contra esta "cadena de mando", porque su consagración carecía de profundidad, y era muy débil y su propia necesidad de reconocimiento y ensalzamiento eran mayúsculas. En lugar de hacer las cosas para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31), las hizo para la gloria de Saúl, desconociendo que Dios no comparte su gloria con nadie (Isaías 42:8). El vacío en el ser interior de Saúl, fue llenado por la aprobación del pueblo y el gustito dulce del poder humano, pero nunca por el Señor mismo y la obediencia a sus mandamientos; y entonces persistió en la desobediencia.

Aunque había llegado a ser rey en condiciones muy claras, ofrecía constantemente resistencia a la autoridad de Dios y a la posición singular de Samuel como portavoz de Dios. Como no disfrutaba del compañerismo divino, inventaba sus propios planes para las batallas, en lugar de buscar el plan de Dios, que sirviera para alcanzar las metas espirituales. Lo mismo puede ocurrirnos a nosotros, cuando queremos que Dios "siga" nuestros planes, en lugar de nosotros seguir los suyos. La oración no debería ser "bendice nuestros planes" sino, "¿Señor, bendices nuestros planes?".

Otra cosa que copiamos de este terco rey, es cuando nuestra conducta se transforma en reactiva en lugar de proactiva, pasando de un problema a otro, pidiendo siempre a Dios que nos tire un salvavidas, porque nos ahogamos. En lugar de buscar su auxilio, para lograr las metas que El ha establecido para mí.

Muchos problemas que tenía Saúl se los había creado él mismo, llevando adelante una conducta autodestructiva. En este capítulo que estamos analizando, si el motivo del perdón de Saúl hubiera sido la compasión, todo habría sido distinto, pero lo cierto, fue su resistencia a la autoridad de Dios, y quien no está bajo autoridad, no puede ejercer verdadera autoridad. Así, la relación con Dios se volvió cada día más tensa. Cuando no queremos aceptar la autoridad divina sobre nosotros, haremos toda clase de cosas que pongan prueba Su paciencia. ¿En qué nos parecemos a Saúl? Dialogar extensamente.

Pasaje de memoria para el domingo próximo: Hechos 5:29.

 

 

 Escuela Dominical - Página principal