Iglesia Evangélica Bautista del Centro
¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 130 - Domingo 10 de Junio de 2001.
Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 542, 2000 Rosario.
Teléfono 4380824 - Registro de Cultos Nº 672, Secretaría de Culto de la Presidencia de la Nación Argentina.
Internet: www.oocities.org/iebcentro - E-mail: iebcentro@oocities.com
¿Miembros homicidas en una iglesia evangélica?
Alarmante informe sobre miembros homicidas
Una publicación seria, digna del mayor crédito y de todo respeto, da a conocer un alarmante informe que menciona la existencia de miembros homicidas en iglesias evangélicas, incluyendo a congregaciones bautistas, circunstancia que causa profunda preocupación. Se trata de párrafos escritos hace bastante tiempo pero que, desgraciadamente, conservan toda su actualidad y demuestran que en nuestras iglesias puede haber miembros homicidas que obviamente no tienen vida eterna. Es imposible discutir la veracidad de esta información, porque su autor siempre ha sido considerado como alguien que jamás se equivoca, hecho que ha quedado categóricamente demostrado en relación con sus obras. Ese informe está en las Escrituras: "todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él" (ver 1º Epístola de Juan 3:15). Muchos creyentes no toman en serio este pasaje bíblico. Tal vez creen que es una expresión simbólica, o algo por el estilo. Sin embargo se trata de un párrafo clarísimo, y bien explícito, en la Palabra de Dios, que no permite ninguna otra interpretación. Desde el punto de vista de Dios, aborrecer a nuestro hermano es ser un homicida, ¡sin atenuantes!, del mismo modo que mirar a una mujer para codiciarla es adulterar con ella en el corazón (leer Mateo 5:28). Un creyente que aborrece a otro hermano es homicida. Entre los teólogos llamados padres de la iglesia, San Jerónimo decía: "Se desea suprimir al que se odia" ("Quem odit quis, periisse cupit"). Esto era sabido en las congregaciones cristianas primitivas. Por ello el apóstol Juan advierte: "Y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna en él". En Deuteronomio 19:11 ya se asociaba el aborrecimiento con el homicidio. En los días de Juan, un rabino llamado Eliezer ben Hyrkanos manifestaba: "El que odia a su prójimo pertenece al número de los que vierten su sangre". ¡Tomemos muy seriamente este versículo de 1º Juan 3:15!
* Samuel Libert.
Pecado
El significado literal de las palabras, hebrea y griega traducidas "pecado", "pecador", etc., revela la verdadera naturaleza del pecado en sus múltiples manifestaciones. Pecado significa:
Transgresión, o sea el hecho de traspasar la ley, que es el límite divino entre el bien y el mal (Sal 51:1, Lc 15:29).
Iniquidad, un acto inherentemente malo ya esté o no expresamente prohibido.
Error, separación de lo que es recto (Sal 51:9; Rom 3:23).
Errar el blanco, fallar desde el punto de vista de los requerimientos divinos.
Infracción, la intrusión de la voluntad propia en la esfera de la autoridad divina (Efesios 2:1).
Desorden, o sea anarquía espiritual (1 Timoteo 1:9).
Incredulidad, o sea un insulto a la veracidad divina (Juan 16:9). El pecado se originó en Satanás (Is 14:12-14); entro en el mundo por medio de Adán (Rom 5:12); fue y es universal, y solo Cristo está exento de él (Rom 3:23); acarrea la pena de muerte física y espiritual (Gen 2:17, 3:19, Rom 6:23); y no tiene otro remedio sino la muerte sacrificial de Cristo (He 9:26, Hc 4:12), la cual se apropia por medio de la fe (Hc 13:38,39).
La descripción triple del pecado puede resumirse así: Como un acto es la violación de la voluntad de Dios o la falta de obediencia a ella; como un estado es la ausencia de justicia; y por su naturaleza es enemistad con Dios.
¡Trabaja!
Trabaja en ti mismo. Tu eres tu mayor ventaja o perjuicio. Trabaja en tus prioridades. Tendrás que luchar por ellas.
Trabaja en tus áreas fuertes. Puedes alcanzar tu potencial. Trabaja con tus compañeros. Solo no podrás ser efectivo.
Pág 2 - 10-06-2001 - Lección 130 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 542 - Rosario, Santa Fe.
LECCION Nº 130 TEMA: "La Autoridad Espiritual"(2º Parte) .
Pasaje Bíblico: Hebreos 1:1-4 y Génesis 2:16-17 y 3:1-6.
Pasaje de Memoria: "Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso" Hebreos 13:17.
Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Hebreos 1:1-4 y Genesis 2:16-17 y 3:1-6); LUNES (Romanos 5:1-21); MARTES (Génesis 3:1-24); MIERCOLES (Mateo 8:5-13); JUEVES (Números 13:1-33); VIERNES (Números 14:1-25); SABADO (Números 14:26-45). Leamos con oración durante la semana y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.
Orientación: la autoridad es algo de importancia sin igual en el universo, no hay nada más que la sobrepase. Por consiguiente es imperativo, que los que deseamos servir a Dios conozcamos Su autoridad. Cuando no hay obediencia a Dios o a sus autoridades delegadas, el hombre, su familia, la sociedad y aún la iglesia sufren las consecuencias dolorosas de este hecho. Hay muchos que hoy "no saben" obedecer, y otros que no han aprendido a estar en autoridad. Solo quien se sujeta a la autoridad, puede estar en autoridad. Sin sumisión, no hay sumisión. Además la carne se deleita viendo los defectos en la autoridad, con el fin de eludir las restricciones. Hoy veremos la importancia de la autoridad, la rebelión contra ella, y el valor de la obediencia.
Desarrollo:
La importancia de la autoridad. Hebreos 1:1-4.
Este es uno de los más solemnes pasajes de la Biblia en cuanto a la autoridad del Señor, enfatizada particularmente en el versículo 3. Aquí se nos habla del Señor que "...se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas (comparar Hechos 7:56 y Efesios 1:19-21). Según Isaías 14:12-14, Lucifer pensaba ocupar ese mismo Trono, alzándose contra la autoridad del Ser Supremo. Conforme a Mateo 6:13, el reino, el poder y la gloria son del Señor. Una tentación que el maligno nos hace es el impulso por desobedecer toda autoridad divina. Por eso en el mismo versículo se pide: "No nos metas en tentación, más líbranos del mal" (o "del maligno"). Si nos alzamos contra la autoridad de Dios, caemos bajo el dominio de Satanás y participamos de su espíritu de rebelión. Recordemos la experiencia de Saulo de Tarso en Hechos 9:1-19. Iba rumbo a Damasco impulsado por una rebelión satánica, pero tuvo un encuentro con la autoridad del Señor. Entonces pudo reconocer también la autoridad que el Señor había delegado en Ananías (vs 10-18). ¡Al someternos a la autoridad de Dios, podemos reconocer la autoridad delegada en sus verdaderos siervos!......Dialogar.
Lucas 22:39-42. Jesús se somete voluntariamente a la autoridad del Padre (ver Juan 18:11). Su actitud de obediencia, al aceptar la muerte en la cruz, es la máxima expresión de sujeción a la autoridad. En otras palabras, nuestra redención es posible gracias a la obediencia de Jesús. ¡Qué admirable ejemplo para todos los que somos salvos por El!. Debemos entender que en el Universo hay dos principios opuestos: el principio de la autoridad de Dios y el de la rebelión diabólica. Cualquier tipo de rebelión contra la autoridad establecida por Dios es un alzamiento contra el mismo Señor (Romanos 13:1-2.). Un hecho notable es que Jesús llegó a reconocer la autoridad del propio Poncio Pilato (Juan 19:11). También la Biblia nos exhorta a obedecer a los que velan por nuestras almas (ver Hebreos 13:17 y 1 Tesalonicenses 5:12-13). Ellos ejercen una autoridad delegada por Dios ("os presiden en el Señor"), si de veras fueron puestos por El.
La rebelión contra la autoridad de Dios. Génesis 2:16-17; 3:1-6; Romanos 5:19.
Desde la creación del hombre, Dios puso a Adán bajo autoridad para que aprendiera la gran importancia de la obediencia. La obediencia a la voluntad de Dios es la mayor exigencia que se lee en la Biblia, y -como todos sabemos- la caída del hombre se debió a la desobediencia. Veamos lo siguiente:
Por una parte, Dios puso a todas las criaturas de la tierra bajo la autoridad de Adán, para que éste tuviera dominio sobre ellas (Gen 1:28); pero por otra parte Dios puso al mismo Adán bajo Su autoridad, para que éste obedeciera a Su gobierno: ¡Solamente tiene autoridad el que se sujeta a la autoridad!. Observemos que Dios creó a Adán antes que a Eva. Le dio autoridad a Adán, y sujetó a Eva bajo la autoridad de Adán según surge de Efesios 5:22-24, Colosenses 3:18 y 1 Pedro 3:1, sin menoscabar por ello la dignidad de la mujer. Eva pecó por violar la voluntad del Señor y desobedecer a la autoridad de Adán (pues no lo consultó), y Adán pecó por haber desobedecido a la autoridad de Dios. ¡Rebelarse contra la autoridad del que representaba a Dios (Adán), era igual que rebelarse contra Dios! Ambos, Adán y Eva, cayeron en el pecado de rebelión. Por eso, todavía hoy, la Biblia exige que nos sujetemos a los que ejercen la autoridad delegada por Dios (1 Tes 5:12-13 y He 13:17). A veces estamos llenos de actividades, pero somos muy poco obedientes. Todo irá bien, si nos sometemos a la autoridad espiritual. Y todo irá mal si nos rebelamos contra ella (Génesis 3:16-24). Dialogar entre todos.
Es interesante ver que fue el Diablo el que propuso al hombre la posibilidad de conocer la diferencia entre el bien y el mal: "seréis como Dios sabiendo el bien y el mal". El propio Satanás declaraba que ese conocimiento era un privilegio de Dios, y mentirosamente tentaba a Eva con la posibilidad de alcanzar esa sabiduría, proponiéndole discernir entre el bien y el mal. Hoy nosotros imaginamos que somos los que conocemos la real diferencia entre el bien y el mal. ¡Pero el Señor lo prohibió! "Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás" (Gen 2:17) ¿Por qué? Porque las acciones del hombre no pueden ser dictadas por su propio criterio sobre lo que está bien y lo que está mal, sino por la obediencia a Dios. La conciencia humana se equivoca muchas veces a causa de la influencia del pecado y del Diablo. Pero la obediencia a la autoridad espiritual nos lleva de regreso a la sujeción al Unico que tiene derecho a decirnos lo que es bueno y lo que es malo.
El valor de la obediencia. Mateo 8:5-13. El centurión romano de Capernaúm conocía perfectamente la importancia de la autoridad, y también era consciente del valor de la obediencia. Los vs 8-9 reflejan claramente su actitud: "Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará". Y agrega: "Porque también yo soy hombre bajo autoridad y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve y va; y al otro: Ven y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace". Es decir, el centurión comparó su propia autoridad, y su sujeción a sus superiores, con la suprema autoridad del Señor. Añade el v. 10: "Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aún en Israel he hallado tanta fe". Reconocer la autoridad de Dios y obedecerlo fielmente, nos pone en contacto con la fuente de su poder. Por eso el centurión romano obtuvo una milagrosa respuesta de Jesús: "Ve, y como creíste, te sea hecho" (v.13). Dijo el hermano W. Nee: "Al entrar en contacto con la autoridad, entramos en contacto con Dios mismo" Dialogar.
Pasaje de memoria para el domingo próximo: Marcos 1:22.