Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 131 - Domingo 17 de Junio de 2001.

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 542, 2000 Rosario.

Teléfono 4380824 - Registro de Cultos Nº 672, Secretaría de Culto de la Presidencia de la Nación Argentina.

Internet: www.oocities.org/iebcentro - E-mail: iebcentro@oocities.com

 


El elefante del circo

 

Cuando yo era niño me encantaban los circos, y dentro de lo que más me gustaba, eran los elefantes y sus actuaciones. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal....pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto sólamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa, parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.

El misterio era evidente: ¿Por qué no huye?

Cuando tenía seis años, le pregunté a mi maestra, a mi padre, a mi tío, por el misterio del elefante. Ellos me explicaron que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Entonces hice la pregunta lógica: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?

No recuerdo haber recibido una respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la cadena que lo ataba, tan sólo recordaba cuando me encontraba con otros que también habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí a alguien lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: ¡El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño!

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo el esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvía a probar, y también al otro, y al que seguía.....hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Este elefante enorme y poderoso no escapa porque ¡CREE QUE NO PUEDE!.

El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás intentó poner a prueba su fuerza otra vez.

Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que no podemos hacer muchas cosas, simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos. Grabamos en nuestro recuerdo la expresión: no puedo y nunca podré, así perdemos una de las mayores bendiciones con que puede contar un ser humano: LA FE.

La única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento TODO NUESTRO CORAZON y nuestro esfuerzo como si todo dependiera solamente de nosotros......pero al mismo tiempo, confiando totalmente en Dios como si todo dependiera exclusivamente de El.

Pensemos:

 

¡Si algún hermano nos defraudó la confianza, aún podremos confiar en otro hermano!.

¡Si nos fue muy mal en un noviazgo, no necesariamente repetiremos la misma historia de fracaso en otro!

¡Si intentamos adoptar a un nuevo cristiano, y las cosas nos salieron al revés, sigue intentándolo porque alguien te necesita!

¡Si con un grupo de discipulado las cosas no marcharon, intenta hacerlo de otra manera, pero no te quedés aislado!

¡Si le testificaste a alguien, y la experiencia no fue agradable, no dejés que el enemigo te desanime!

¡Si ayudaste a alguien y fue desagradecido contigo, deja la carga en el Señor y sigue ayudando a otros!

¡Si tu grupo casero o núcleo no funciona como vos querés, no estás condenado a repetir el pasado, se creativo!

¡Si tu esposo/a no resultó todo lo que esperabas, no renunciés a esperar cambios, orá con mayor intensidad, esperá lo mejor!

¡Si la iglesia para vos no es lo que quisieras, no te conformés, trabajá para cambiarla con las herramientas de Dios!

¡Si tu vida de oración, es pobre, resiste el hecho de quedarte estancado y lamentando tu situación, las cosas pueden cambiar!

¡Si te cuesta entender la Biblia, no te quedés detenido a la vera del camino, sigue tu marcha, nada lograrás sin esfuerzo!

¡Si tu vida devocional está caracterizada por la irregularidad, no te quedés "pegado" a este mal hábito, vencé con paciencia!

 

Las dificultades de la Iglesia de Jesucristo

 

Las dificultades de la Iglesia se derivan frecuentemente de las palabras difamatorias. El hablar descuidadamente es la causa principal del rompimiento de la unidad de la iglesia y de la pérdida del poder. Probablemente la mayoría de las dificultades de la iglesia se deben hoy a las palabras difamatorias; solo una parte menor de las dificultades son problemas reales. En efecto, la mayoría de los problemas de este mundo han sido creados por la mentira. Si en la iglesia dejamos de difamar, habremos eliminado la mayor parte de nuestras dificultades. ¡Cómo necesitamos confesar nuestros pecados delante de Dios y pedirle que nos perdone! Es preciso que terminemos completamente con nuestras palabras injuriosas, ante el Señor. "¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?" (Santiago 3:11). De los mismos labios no deben salir palabras cariñosas y palabras denigrantes. Ojalá ponga Dios vigilancia en nuestros labios, y no sólamente en nuestros labios, sino también en nuestro corazón, para que seamos librados de pensamientos rebeldes y palabras injuriosas. Quiera Dios que eliminemos para siempre a las palabras injuriosas.

 

(del libro "Autoridad Espiritual" por Watchman Nee).


 

Pág 2 - 17-06-2001 - Lección 131 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 542 - Rosario, Santa Fe.

 

LECCION Nº 131 TEMA: "La Autoridad Espiritual"(3º Parte) .

 

Pasaje Bíblico: Levítico 10:1-11.

Pasaje de Memoria: "Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas". Marcos 1:22.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Levítico 10:1-11); LUNES (Números 27:12-23); MARTES (Deuteronomio 1:1-18); MIERCOLES (Deuteronomio 1:19-46); JUEVES (Deuteronomio 3:23 al 4:8); VIERNES (Deuteronomio 4:9-24); SABADO (Deuteronomio 4:25-40). Leamos con oración durante la semana y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

 

Orientación: la autoridad es algo de importancia sin igual en el universo, no hay nada más que la sobrepase. Por consiguiente es imperativo, que los que deseamos servir a Dios conozcamos Su autoridad. Cuando no hay obediencia a Dios o a sus autoridades delegadas, el hombre, su familia, la sociedad y aún la iglesia sufren las consecuencias dolorosas de este hecho. Hoy veremos un caso de rebelión en el Antiguo Testamento, Nadab y Abiú dos de los hijos de Aarón.

Desarrollo: estos dos hijos de Aarón, creyeron que podían ofrecer sacrificios por sí mismos, y lo hicieron sin que su padre se los ordenara, y encendieron fuego extraño, que significa servir sin haber recibido órdenes, servir sin obedecer a la autoridad. Usaremos materiales de W. Nee y M. Henry.

a) ¿Por qué fueron quemados Nadab y Abiú?

El capítulo 10 de Levítico es una interrupción triste dentro de la institución del sacerdocio levítico, como lo fue la del becerro de oro dentro de la promulgación de la Ley. En este pasaje, se relata el pecado y la muerte de dichos jóvenes, con los detalles correspondientes a su funeral y al duelo por ellos.

¿Cuál fue el pecado? Es lo primero que nos preguntamos, y más aún sabiendo que el castigo fue la muerte inmediata de los infractores. Todo lo que se nos dice es: "...ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó". Ellos habían sido consagrados solemnemente para el oficio sacerdotal recientemente (Lev 8). Estaban seguramente orgullosos de dicho honor, y ambicionaban entrar "en acción" lo más rápido que pudieran. El oficio sacerdotal lo habían recibido por herencia de su padre.

Un requisito de su trabajo, era que debían hacerlo bajo la supervisión de su tío Moisés y su padre Aarón. Sin orden alguna, arremetieron con sus incensarios atrevidamente, no quisieron esperar ordenes. El fuego extraño era incienso extraño (Exodo 30:9). El fuego debía ser tomado del altar (Ap 8:5), y ellos posiblemente lo tomaron de cualquier otro lado, y eso era fuego común. El incienso debía ser quemado por un solo sacerdote cada vez, ellos lo hicieron juntos. Tomaron sus incensarios con ligereza y precipitación, sin la debida reverencia, mientras el pueblo estaba postrado sobre sus rostros ante Dios. Hay grandes motivos de sospecha, que ellos habían bebido, por lo que dice Lev 10:8-9. En el capítulo anterior, se narra que habían estado comiendo de las ofrendas de paz y bebiendo de las libaciones.

El hecho de que actuaran independientes de su padre y tío, muestra una impía ambición de tomar ellos mismos las riendas de la congregación, pensando posiblemente que a las autoridades delegadas, no les quedaba mucho tiempo. ¡Se equivocaron!

El fuego santo fue la respuesta (v.2), que los devoró por dentro sin consumir sus cuerpos y sus ropas, probablemente algo parecido a un rayo. ¿Por qué obró Dios tan severamente con ellos? ¿No eran los hijos de Aarón, el santo de Jehová, y los sobrinos de Moisés el favorito de Dios? Si, pero:

1) Era un pecado con muchos agravantes, que manifestaba desprecio hacia Moisés y la ley divina dada por él. Hasta ahora se repetía siempre "conforme Jehová mandó a Moisés", y ahora se dice lo contrario hicieron "lo que él nunca les mandó". Dios quería enseñar a su pueblo obediencia, y que los propios sacerdotes desobedecieran las normas, era una provocación de tal magnitud, que no podía quedar sin castigo.

2) La conducta de aquellos que de alguna manera guían a la congregación, debe ser juzgada con severidad.

3) El castigo fue una obra de justicia necesaria, porque se estaban estableciendo por primera vez las instituciones ceremoniales. Esta obra singular de justicia en el comienzo, no caben dudas, impidió irregularidades del futuro. Así aconteció en los comienzos de la iglesia cristiana con Ananías y Safira.

 

b) El servicio es iniciado por Dios.

El servir a Dios y el ofrecer un fuego extraño parecen ser muy semejantes, sin embargo no hay ninguna relación entre ambos. El verdadero servicio es iniciado por Dios, y cuando el hombre sirve bajo la autoridad de Dios, es aceptado debido a esto mismo. El fuego extraño tiene su origen en el hombre, y no quiere conocer la voluntad de Dios ni obedecer su autoridad. Es hecha enteramente en el celo humano y termina en muerte.

¿Qué ocurre si nuestro servicio y trabajo cristiano están cada vez más muertos? Es el tiempo de pedir a Dios que nos ilumine para ver si servimos en el verdadero principio del servicio, o si lo hacemos según el principio del fuego extraño.

 

c) La obra de Dios es la coordinación de la autoridad.

Nadab y Abiú actuaron independientes de Aarón, y por lo tanto de Dios. La obra de Dios, debía coordinarse bajo la autoridad: Dios quería que ellos sirvieran bajo la autoridad de Aarón. Notemos que en el Nuevo Testamento cómo Bernabé y Pablo, Pablo y Timoteo, y Pedro y Marcos trabajaron juntos. Algunos tenían responsabilidades de dirección, mientras otros ayudaban. En el mundo, Dios pone a algunos para estar en autoridad junto a otros que deben estar bajo autoridad (jefe-empleados; esposo-esposa; padres-hijos; pastor-creyentes; gobernador-ciudadanos; etc). No todos podemos ser jefes, pero todos debemos servir a Dios según el orden de la autoridad coordinada.

 

El que desordenadamente levanta su cabeza y actúa en forma independiente está en rebeldía

 

Quien intente servir a Dios, sin primero tener un encuentro con la autoridad, ofrece fuego extraño. Lo que Dios busca no es el sacrificio, sino el mantener su autoridad. En el trabajo espiritual, todos deben servir coordinadamente, y no hay lugar para el servicio individual aislado. Dialogar.

Pasaje de memoria para el domingo próximo: Romanos 5:19.

 

 

 Escuela Dominical - Página principal