Iglesia Evangélica Bautista del Centro
¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 146 - Domingo 30 de Septiembre de 2001.
Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 542, 2000 Rosario.
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La deslealtad: El espíritu de Absalón (2º Parte)
La corriente de disensión y rebeldía siempre sigue un "patrón" o "modelo". Es un germen, bacteria, o virus que ataca las células sanas, y cuando entra en ellas se alimenta para hacer crecer lo malo y reproducir lo enfermo. ¿Ud sabía que hay una gran diferencia entre sujeción y obediencia? La sujeción es interna y es exigible por Dios siempre en un 100%, pero la obediencia es externa y tiene sus excepciones, como el caso de las parteras hebreas en Exodo 1, Daniel y sus amigos, etc.
Daremos un ejemplo inventado:
Juancito se convirtió en cristiano, y tiene un gozo desbordante y está inquieto con hacer algo, porque tiene deseos de servir. Su fidelidad y corazón servicial lo llevan a pedir una escoba y se dedica a barrer el templo, luego de tanta dedicación se lo pone a cargo de todos los que barren el templo. Conforme avanza se convierte en un blanco de interés para el enemigo. La persona comienza a creer que es maravillosa y que es lo mejor que Dios le ha dado a esa iglesia, y a lo mejor es verdad. No se da cuenta que puede ser la víctima del espíritu Absalónico. El enemigo siempre va por el liderazgo. Comienza a trabajar en la mente de esa persona, sembrando la semilla de la discordia y la contienda. A veces comienza con una desilusión o un desánimo con el liderazgo presente. Por ejemplo, empieza a decir que la predicación es monótona, que está cansado de oír siempre la misma voz y dice, "¿qué te pareció la reunión de ayer?" Fulano está haciendo mucho hincapié en tal tema, estoy muy preocupado, ¿estará siguiendo lo que el Señor nos quiere decir?. Si esto sigue su curso, traerá mucho daño a la iglesia o cualquier otro ministerio que comience. "Pues todo lo que el hombre sembrare, esto también segará.." Gálatas 6.
"Viste fulano, me parece que las cosas no le van bien porque sospecho..." El fluir del Espíritu se interrumpe con la contienda, y lo notable es que se deja de tener fruto. ¡Seamos libres de este mal!.
Puede ocurrir cuando un esposo decide algo y la esposa lo resiste por no estar de acuerdo, y llega a hacerlo en forma pública ante los hijos, y esto es grave, es falta de sujeción. Otro caso grave es el esposo autoritario que se niega a amar a su mujer.
3) Nunca es una persona con intenciones malvadas la que funciona en este espíritu.
Nadie se levanta a la mañana con el deseo de hacerle la vida imposible a su padre, al pastor, a su guía, al jefe del trabajo. Son personas buenas que tienen deseos de ser usadas por Dios, que tienen un celo por el reino de Dios, y el enemigo las atrapa con el engaño, y a veces comienza con una herida no sanada. En 2 Corintios 2:11 dice: "..para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros, porque no ignoramos sus maquinaciones".
Si somos personas maduras, nos daremos cuenta que el enemigo tiene planes para arruinar nuestras vidas.
Cuanto más autoridad tengas dentro de la iglesia, más querrá Satanás engañarte por la influencia que ejerces. Hay tres razones por las cuales te ataca:
a) Para dividir la iglesia. b) Para quitarte de la batalla. c) Para trabajar a largo plazo. Ya que si siembra en ti hoy la semilla del espíritu de Absalón en tu liderazgo presente, cuando el Señor te levante, vas a cosechar la semilla de este espíritu.
Si construimos una casa con materiales defectuosos, con contiendas y críticas, esa casa un día caerá sobre nuestras cabezas.
La contienda es una de las armas más poderosas, si Satanás logra meterla en la iglesia, la destruirá. En 2 Timoteo 2:24-25, se nos dice como deberíamos ser los siervos del Señor. Si te das cuenta que no estás creciendo últimamente y te parece que el enemigo puede hacer con vos lo que quieras, deberías examinarte para ver si el espíritu de Absalón entró en ti.
La conspiración siempre comienza en secreto, a escondidas.
4) Cuando todo marcha bien.
Te agarra la complacencia, comenzás a hacer "la plancha". Esto fue lo que pasó con David antes de caer con Betsabé, él se quedó en casa mientras su gente iba a la guerra. Cuando descansás más de la cuenta, es cuando el diablo entra a tallar con más fuerza. "Ya no es necesario que lea tanto la Biblia, me puedo mantener en forma con menos". Cuando todo está en paz, viene la conspiración de Absalón. David tenía una confianza ciega en él. Cuando las iglesias se dividen, lo hacen a través de personas en la cual el pastor confiaba plenamente, tal vez el mejor amigo, hasta el copastor.
Absalón comenzó organizando su propio ejército, unos pocos carros y caballos y unos 50 hombres, besaba a las personas, les prodigaba cuidado y afecto para ganar sus lealtades. "Así robó el corazón de Israel". Un siervo fiel, siempre construye y edifica lealtad al líder, nunca a sí mismo. Absalón perdió su espíritu de siervo, se hizo egoísta y rebelde.
5) La deslealtad.
Se desarrolla en el tiempo y pasa por varias etapas. Un ejemplo es cuando uno lleva una gran idea al pastor y este aporte no se cristaliza por no ser viable, o por no ser el momento. La persona se siente rechazada, y no se da cuenta que lo que no anduvo fue tan solo su idea, pero la persona lo toma como algo muy personal, y va herido a su casa y se lo cuenta a su mujer: "Después de tanto sacrificarme, el Señor me ha dado una idea y me dicen que no sirve". La herida se ahonda.
6) La herida.
Una herida es la primera semilla que lleva a la frustración y al descontento. Ahora siente frustración interna porque no puede hacer lo que él quiere. Va sintiendo que está fallando de alguna manera a la visión que Dios le ha dado. Con el tiempo, el herido comienza a hablar con otros sobre su idea. "¿Tu que piensas de esto? ¿No es una buena idea? Pero ¿sabés lo que el pastor me respondió cuando se lo propuse?.....". Seguramente se encontrará con personas que le den cabida diciendo: "Pero escucha, esa es la mejor idea que me han contado. ¡No puedo creer que el pastor no lo haya aceptado! Probablemente no está orando lo suficiente, y ya no es sensible a la voz del Espíritu". Allí se desarrolla el espíritu de Absalón.
7) El primer paso del espíritu de Absalón.
Cuando Dios levanta un ministerio en algún sitio, él da la visión de ese ministerio a través del liderazgo. Y el liderazgo que Dios pone allí ve todo el cuadro, no solamente la visión. Ve las finanzas, las habilidades y todo lo que se puede hacer con este ministerio. Ahora si viene una persona interesada a decirle al pastor sobre tal o cual visión determinada, y este responde: "Mirá, ahora no se puede.." Esa persona puede que diga: "Vaya, el pastor no ama las almas...". Continuará.
Pág 2 - 30-09-2001 - Lección 146 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 542 - Rosario, Santa Fe.
LECCION Nº 146 TEMA: "La Vida Crucificada y Resucitada"(8º Parte) .
Pasaje Bíblico: 2 Corintios 3:1-6, 17-18.
Pasaje de Memoria: "Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos por el Espíritu". Gálatas 5:24-25.
Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (2 Corintios 3:1-6, 17-18); LUNES (Romanos 6:1-14); MARTES (Efesios 6:10-20); MIERCOLES (Gálatas 3:1-29); JUEVES (Colosenses 3:1-17); VIERNES (Romanos 13:1-14); SABADO (Gálatas 5:16-6:10). Leamos con oración cada uno de los pasajes, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.
Orientación: Hay tres cosas que se oponen a nuestro andar en el Espíritu. Son tres causas que tratan de impedir la verdadera espiritualidad de los hijos de Dios. Repasemos entre todos lo del domingo anterior.
* El mundo: o sea lo opuesto a las normas celestiales, la sociedad humana organizada sin tener en cuenta a Dios.
El mundo ataca el alma (siche, siquis), la mente, las emociones y la voluntad.
* La carne: o sea el hombre viejo, o la naturaleza adámica, que intenta producir una vida cristiana por medio del esfuerzo humano. Es la predisposición a pecar que hemos heredado.
La carne ataca el cuerpo. Las sensaciones físicas, el deleite, la lujuria, la indisciplina, la violencia, etc. La carne usa el cuerpo para poder expresarse.
* El diablo: ver Efesios 6:10-20. El diablo nunca huye ante la fuerza de voluntad, ni ante la resistencia humana. Pero huye verdaderamente si nuestra resistencia se debe a que nos sometemos a Dios (Santiago 4:7).
Este enemigo ataca el espíritu. Nuestro espíritu nos hace conscientes de Dios. El diablo nos quiere separar de Dios.
Hay tres palabras a tener en cuenta: huir, fe y pelear o resistir.
a) Para resistir la lujuria de la carne, la clave es huir (2 Timoteo 2:22). El viejo hombre es la que trata de predisponernos para pecar. Hay que huir de las pasiones juveniles y no pelear con ellas. Una revista, un amigo, un programa de cable puede despertar en nosotros lo indebido. ¡Corramos de allí!. El que no quiera caer, no debe caminar por lugares resbalosos.
b) Para resistir el encanto del mundo, la clave de la victoria es nuestra fe (1 Juan 5:4). La fe hace a Dios más verdadero. "..Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él..". (1 Juan 2:15). Para la mundanalidad, la solución es la fe.
c) Para resolver nuestras diferencias con el enemigo infernal, tenemos que resistirle. Es pelear la buena batalla de la fe. Santiago, nos llama a resistirle y huirá de nosotros. No correr, sino resistir o pelear. No en nuestra fuerza, sino "Fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza". (Efesios 6:13, Santiago 4:7, 1 Pedro 5:8-9).
Desarrollo: hoy consideraremos en detalle el tema de la carne, es decir la naturaleza adámica. Este asunto requiere una atención especial porque es precisamente allí donde suelen producirse las confusiones más frecuentes.
a. Hasta el momento de su muerte, el cristiano seguirá teniendo la naturaleza adámica (la naturaleza corruptible o pecaminosa), de la cual será definitivamente librado, tan sólo al producirse su entrada en la eternidad. El problema es que, pese a haber sido crucificado con Cristo el creyente es incapaz de controlar por sí mismo su propia naturaleza adámica (se dice adámica porque procede de Adán). Es verdad que está salvo y seguro en la gracia de Dios; pero no puede mandarse a sí mismo para llevar una vida que honre al Señor. Esto es visible y puede comprobarse en la propia experiencia y en la experiencia de otros.
b. ¿Cómo solucionar este problema?.....La salvación tiene tres tiempos:
Fuimos salvos de la pena y el castigo del pecado: cuando confiamos en el poder de Dios y comprendimos que no podíamos salvarnos por nosotros mismos y acudimos a nuestro Redentor Jesús, El perdonó todo lo viejo, lo pasado y su castigo.
Seremos salvos de la presencia del pecado: esto acontecerá cuando seamos librados de este sistema mundo que nos ataca para desviarnos del camino correcto. En el futuro, ya en el cielo, gozaremos de la ausencia del pecado.
Somos salvos del poder del pecado: hay que confiar totalmente en el poder de Dios, reconociendo igualmente que nosotros no podemos hacer nada por nosotros mismos. Ver Gálatas 3:1-5.
c. Siguiendo los bosquejos del Dr Chafer, insistimos que todos los seres humanos (inclusive los cristianos), tenemos una naturaleza caída que recibimos de Adán y de muchas generaciones de antepasados pecadores. ¿Cómo entender, entonces, la enseñanza bíblica de que hemos muerto juntamente con Cristo?...La respuesta es que, delante de Dios, nuestro viejo hombre murió en el momento en que Cristo murió. Pero a nosotros no se nos exhorta a que pensemos que la naturaleza pecaminosa está muerta, sino que la Palabra de Dios nos manda a nosotros que nos consideremos (nosotros) muertos a ella (a la naturaleza pecaminosa). Delante de Dios es verdad que ya murió nuestra naturaleza pecaminosa. Pero es necesario que nosotros aceptemos ese hecho por la fe, recordándolo y viviéndolo cada día. Leer Romanos 6:11-14. ¿Entendieron todos?.
Esto significa que, pese a que realmente hemos muerto con Cristo, todavía estamos en peligro de pecar. Por eso la advertencia de Romanos 6:12-13. La actividad de la carne no desaparece. Sin embargo, el Señor nos ha dado el poder de su Espíritu para vivir diariamente en la victoria (ver Gálatas 5:16-17).
d. Doctrinalmente esta enseñanza bíblica se explica de la siguiente manera:
1º Posicionalmente (como Dios ve y revela las cosas) nosotros ya hemos sido despojados del viejo hombre con sus hechos (Colosenses 3:9).
2º Experimentalmente (como nosotros nos sentimos) el "hombre viejo" es una fuerza activa dentro nuestro, que no podemos controlar excepto por medio del Espíritu Santo. El poder del Espíritu se manifiesta cuando renunciamos definitivamente a todo intento de tolerar o permitir la actividad de esta naturaleza vieja en nuestro interior, y nos apropiamos por fe de la victoria en Cristo (a través del Espíritu). Este control sólo se alcanza cuando nos vestimos del Señor Jesucristo (Romanos 13:14) ya que únicamente en Él se hace realidad el hombre nuevo y desaparece el hombre viejo.
La vida victoriosa se alcanza cuando reconocemos que el hombre viejo fue crucificado con Cristo, aceptamos ese hecho por fe, renunciamos a todo esfuerzo o mérito humano, y nos sometemos incondicionalmente al Espíritu Santo. Una entrega cotidiana nos guiará a vivir en una dimensión donde el poder y la manifestación del pecado serán constantemente anulados.
Pasaje de memoria para el domingo próximo: Filipenses 2:13.