Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 151 - Domingo 4 de Noviembre de 2001.

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 542, 2000 Rosario.

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 Si nos hubiésemos apresurado

 

Había una vez un hombre que, con su papá cultivaba un pedazo de tierra. Varias veces al año cargaban la vieja carreta tirada por un buey e iban a la ciudad más cercana para vender sus productos. Excepto por el apellido y el pedazo de tierra, padre e hijo poco tenían en común, el viejo creía en tomarse las cosas con calma. El joven siempre estaba apurado y era un tipo impaciente.

Una mañana temprano prepararon la carreta cargada e iniciaron el largo viaje. El hijo pensó que si marchaban rápido y seguían andando todo el día y la noche, llegarían al mercado a primera hora de la mañana siguiente. Así que estaba todo el tiempo aguijoneando al pobre buey, urgiendo a la bestia para que fuera más rápido.

-Tómalo con calma, hijo-dijo el viejo-vivirás más.

-Pero si llegamos al mercado antes que los demás, tendremos más oportunidad de conseguir mejores precios- alegó el hijo.

El viejo no contestó, se caló el sombrero sobre los ojos y se quedó dormido. Impaciente e irritado, el joven siguió aguijoneando al buey para que se apresurara. Pero éste se negaba a apurar el paso.

Después de cuatro horas de camino, llegaron a una casita. El padre despertó, sonrió y dijo:

-Esta es la casa de tu tío. Detengámonos a saludarlo.

-Pero ya hemos perdido una hora -se quejó el impaciente.

-Entonces no importará unos minutos más. Mi hermano y yo vivimos cerca, pero nos vemos de tarde en tarde-contestó el padre despacio.

El joven se agitaba y echaba chispas mientras los dos viejos se reían y hablaron casi durante una hora. Otra vez en el camino, al hombre le tocó su turno de conducir al buey. Cuando se acercaban a la bifurcación del camino, el padre condujo el buey a la derecha.

-El de la izquierda es el camino más corto- dijo el hijo.

-Lo se- replicó el viejo- pero éste es mucho más bonito.

-¿Para ti el tiempo no significa nada?- preguntó el impaciente joven.

-¡Por supuesto que sí! Por eso me gusta admirar lo bello y disfrutar cada momento al máximo.

La senda serpenteante conducía a través de praderas elegantes, flores silvestres y a lo largo de un arroyuelo murmurante.....todo lo cual el joven se perdió mientras se revolvía por dentro, preocupado e hirviendo de ansiedad. Ni siquiera advirtió la belleza del atardecer aquel día. El crepúsculo los encontró en lo que tenía el aspecto de un enorme jardín lleno de color. El viejo aspiró el aroma, escuchó el arroyo borboteante y detuvo el buey.

-Durmamos aquí -suspiró.

-Este es el último viaje que hago contigo- replicó mordaz su hijo, -¡Estás más interesado en observar los atardeceres y oler las flores que en hacer dinero!

-Bueno, eso es lo más agradable que me has dicho en mucho tiempo-sonrió el papá. Un par de minutos después estaba roncando, en tanto su hijo observaba las estrellas. La noche transcurrió lentamente, mientras el hijo no podía descansar.

Antes del amanecer, el joven se apresuró a sacudir a su padre para despertarlo. Uncieron el animal y emprendieron el camino. Al cabo de un kilómetro se encontraron con otro labriego, un desconocido, tratando de sacar su carreta de la zanja. Démosle una mano murmuró su padre.

-¿Y perder más tiempo? -explotó el hijo.

-Cálmate, hijo...puede que algún día tu también caigas en una zanja. Es preciso ayudar a quienes lo necesiten; no olvides eso, -el muchacho volvió la cabeza con enojo.

Eran casi las ocho de la mañana cuando pudieron sacar a la otra carreta al camino. De pronto, un gran relámpago partió el cielo. Le siguió algo que sonó como un gran trueno. Más allá de las colinas el cielo se oscureció.

-Parece que hay una gran tormenta en la ciudad -dijo el viejo.

-Si nos hubiésemos apresurado, casi lo habríamos vendido todo a esta hora -gruñó el hijo.

-Tómalo con calma...vivirás más -aconsejó el bondadoso padre.

Hacia el final de la tarde, llegaron a la cima de la colina desde donde se divisaba toda la ciudad. Se detuvieron, y miraron hacia abajo durante largo, largo rato. Ninguno de los dos dijo una palabra. Finalmente el joven le puso la mano en el hombro a su padre y le dijo:

-Ya veo lo que quieres decir papá. Si nos hubiésemos apresurado......

Le dieron vuelta a su carreta y empezaron a rodar lentamente alejándose de lo que una vez había sido la ciudad de HIROSHIMA.

 

La historia de una semilla

 

Un día una semillita enterrada en la tierra comenzó a brotar. Desde entonces su pregunta era ¿a qué flor me iré a parecer? Y dijo: "No quiero ser lirio, porque son fríos y tiesos o rígidos, no quiero ser rosa, porque las veo orgullosas de su color, muere pronto y no es una flor muy práctica, no quiero ser violeta, porque es muy pequeña, demasiado oscura y crece muy apegada a la tierra". Esta semillita es como mucha gente: le gustaba criticar a cuantos le rodeaban. Hallaba faltas en todos sus vecinos, no le gustaba el color de algunos, el perfume de otros, la estatura de otros, y la forma y tamaño de los restantes. No tenía nada constructivo que ofrecer para sí. El tema de toda su vida era la crítica. Así criticó a cada flor, hasta que un día de verano despertó y floreció, y para sorpresa suya era un cardo.

Debemos tener un interés santo en la vida de otros alrededor nuestro, y porque la voluntad de Dios se haga en ellos. ¿Qué clase de interés manifestás en otros?............ Tuya es la respuesta.


 

Pág 2 - 4-11-2001 - Lección 151 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 542 - Rosario, Santa Fe.

 

LECCION Nº 151 TEMA: "Conflictos en el Cuerpo de Cristo"(1º Parte) .

 

Pasaje Bíblico: Mateo 5:38-48.

Pasaje de Memoria: "Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene. Como zarcillo de oro y joyel de oro fino es el que reprende al sabio que tiene oído dócil. Como frío de nieve en tiempo de la siega, así es el mensajero fiel a los que lo envían, pues el alma de su señor da refrigerio". Proverbios 25:11-13.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Mateo 5:38-48); LUNES (Proverbios 6:1-35); MARTES (Proverbios 7:1-27); MIERCOLES (Proverbios 8:1-36); JUEVES (Proverbios 9:1-18); VIERNES (Proverbios 10:1-32); SABADO (Proverbios 11:1-31). Leamos con oración cada uno de los pasajes, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

 

Orientación: Hoy comenzamos un nuevo tema acerca de los conflictos en el Cuerpo de Cristo. Lo primero que tenemos que poner en claro es lo siguiente: las iglesias que saben resolver sus problemas, a la larga tendrán menos dificultades, porque no deberán cargar con los problemas no resueltos del pasado. Al conflicto no se lo ve como parte de la vida cristiana, y si Ud. es como el pastor, no le agradarán los conflictos. El hecho de que no nos agraden, no implican de que no los tengamos. Seguramente hemos tenido conflictos, los tenemos en este momento y los tendremos en nuestro futuro cercano o lejano. Alguien puede pensar que si no aprende a manejar los conflictos, tal vez no tenga que hacerles frente. Grueso error, los conflictos son inevitables. Pablo le dice a Timoteo: "todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución" (2 Timoteo 3:12).

 

Desarrollo: hoy usaremos algunas ideas de Juan Edminston. Muchos cristianos creen que estar en conflicto es estar en pecado, porque le es difícil imaginar que la vida cristiana los incluya. Pero están ahí, y Jesucristo nos enseñó bastante detalladamente cómo tratar con el conflicto, y el libro de Proverbios contiene secciones enteras sobre el tema.

El conflicto resulta inevitable por tres razones:

 

1) Por causa de nuestro conocimiento incompleto e imperfecto: de manera que aún en un mundo perfecto la gente sin pecado, verá la misma situación de modo diferente, según su propio conocimiento y perspectiva.

 

2) Porque Satanás trama conflictos cuando y donde le sea posible: y lo hace especialmente donde hay cristianos, poniéndonos en conflicto con nosotros mismos, con Dios y entre nosotros.

 

3) Porque conscientemente entramos en conflicto con el mal cada vez que proclamamos el evangelio: ya que predicamos acerca de la santidad, presentamos objeciones contra el pecado en nuestra sociedad, enseñamos en contra de las sectas o doctrinas heréticas que intentan invadir nuestra congregación, o testificamos de Cristo en medio de un mundo que no quiere cambiar.

 

De modo que el conflicto está presente de manera permanente, y debemos aprender a manejarlo cristianamente, hasta tanto Cristo regrese a llevarnos al cielo, donde no habrá más llanto, ni enfermedad, ni dolor, ni conflictos.

Veamos ahora consejos prácticos a modo de sugerencias, para manejar el conflicto de una manera cristiana:

 

1. Ve ante la presencia de Dios hasta tener la perspectiva divina sobre el conflicto

No actúe ni hable imprudentemente, por enojo o por sentir que las cosas son injustas. Es algo que Moisés tuvo que aprender; su impetuoso mal genio en situaciones conflictivas le costó cuarenta años en el desierto en una oportunidad, y el no entrar en la Tierra Prometida en otra ocasión. Sin embargo, cuando Moisés tuvo la perspectiva divina, pudo interceder con poder y resolver hasta las situaciones más difíciles, tales como la apostasía nacional, y la adoración de ídolos, la rebelión religiosa y las luchas de poder.

 

2. Recuerda que Dios es más grande que el problema

El Dios que creó los cielos y la tierra puede vérselas con gigantes en la Tierra Prometida, con ciudades fortificadas y guerreros inmensos llamados Goliat. Ore durante el problema hasta que pueda caminar por fe, no por vista, y vea el problema como simplemente una pequeña piedra en la mano de un Dios Todopoderoso.

 

3. Actúa en el "espíritu opuesto"

Si una persona es avara y egoísta, sea generosa con ella. Si una persona es agresiva al extremo, ponga la otra mejilla. Si abusa de usted en lo que demanda, haga más de lo que le pida. Devuelva amor por odio y oraciones por persecución. Esto en realidad funciona. En vez de devolver mal por mal y hacer que el problema se intensifique, usted aprende a vencer con el bien el mal (Romanos 12:21). La persistencia en hacer lo bueno es un arma poderosa contra el mal. Puede producir una profunda armonía en medio de un conflicto incontenible. Dice la Biblia: "Oístes que fue dicho: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pide dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo neguéis. ...." Ver el pasaje completo en Mateo 5:38-48.

San Pablo luego escribiría a los creyentes de Roma, que no se debía pagar el mal con otro mal, sino que debían procurar lo bueno delante de todos los hombres. De ser posible estar en paz con todos y no ser vencido por lo malo, sino venciendo con el bien el mal. (Romanos 12:17,18,21).

Pasaje de memoria para el domingo próximo: Proverbios 17:14.

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