Iglesia Evangélica Bautista del Centro
¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 167 - Domingo 24 de Febrero de 2002
Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro , Rodríguez 542, 2000 Rosario.
Teléfono 4380824 - Registro de Cultos Nº 672, Secretaría de Culto de la Presidencia de la Nación Argentina.
Internet: www.oocities.org/iebcentro - E-mail: iebcentro@oocities.com
"ES HORA DE VOLVER A DIOS"
La siguiente declaración fue preparada por nuestra Convención para ser publicada en un diario de la Capital, en razón de estar soportando la peor crisis de la historia en nuestra nación:
Las iglesias evangélicas bautistas de la Argentina, como parte del pueblo cristiano y como ciudadanos de esta amada nación, queremos hacer oír nuestra voz ante la crisis espiritual, moral y material del país, seguros de que ella se debe a que hemos dejado de lado a Dios, olvidando incluso la invocación de su nombre en el preámbulo de nuestra Constitución.
Así lo hacemos:
- porque nos afirmamos en la fidelidad a la Biblia, la Palabra de Dios, que, como ella misma dice, "es útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia" (San Pablo a Timoteo);
Por eso:
Por eso, nos comprometemos:
"Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo, llámenlo mientras esté cercano. Que abandone el malvado su camino y el perverso sus pensamientos. Que se vuelva a Dios, que es generoso para perdonar y de él recibirá misericordia" (La Biblia)
Convención Evangélica Bautista Argentina
Buenos Aires, enero de 2002.
Pág 2 - 24-2-2002 - Lección 167 - Iglesia Evangélica Bautista del Centro de Rosario - Rodríguez 542 - Rosario, Santa Fe.
LECCION Nº 167 TEMA: Exito a la manera de Dios (1º Parte).
Pasaje Bíblico: Josué 1:1-9.
Pasaje de Memoria: "Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó: no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas". Josué 1:7.
Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Josué 1:1-9); LUNES (Daniel 1:1-21); MARTES (Daniel 2:1-23); MIERCOLES (Daniel 2:24-49); JUEVES (Daniel 3:1-30); VIERNES (Daniel 4:1-37); SABADO (Daniel 5:1-31). Leamos con oración cada uno de los pasajes, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.
Introducción: Seguiremos durante las presentes lecciones, los conceptos de Charles Stanley vertidos en su libro acerca del éxito. Lo primero que nos viene a la mente es: ¿Qué es el éxito? O sea, si aspiramos a él, debemos saber a qué le apuntamos. Para un D.T. de fútbol, el éxito sería ganar un campeonato nacional o internacional. Para un vendedor, el éxito sería quien más vende en la empresa, para un universitario sería obtener su ansiado título, para un ama de casa podría ser tener una casa bonita, para un padre, el éxito podría ser criar sus hijos piadosos. Generalmente, las personas definen el éxito como establecer una meta y cumplirla. Esto es limitado, ya que alguien podría establecer algo perverso o algo bueno. La naturaleza de la meta es un factor clave en el éxito, especialmente si tratamos con la opinión que Dios tiene del éxito.
Encontramos el éxito como cristianos, siendo personas devotas y obedeciendo las instrucciones de Dios, el éxito tiene que ver con quienes somos en Jesucristo. El éxito desde la perspectiva de Dios, no comienza, ni termina con lo que hacemos en nuestras vidas. Empieza y termina con quienes somos como sus hijos.
Definición de éxito:
el éxito es el resultado del anhelo y la búsqueda continua por ser la persona que Dios nos llama a ser, y por lograr las metas que El nos ayuda a establecer. Nos surgen preguntas: ¿es correcto tener éxito en la vida? ¿Dios se interesa en mi éxito? ¿Puedo contar con El para lograrlo? El éxito no es el fin de un proceso. Es la manera en que se emprende el proceso llamado vida. Analizar entre todos los conceptos vertidos hasta aquí.
Desde la perspectiva de esta definición, ¿las personas impías pueden tener éxito verdadero? Es posible que acumulen riquezas materiales, cierto grado de fama, que consigan títulos o reconocimientos, que ganen cierto nivel de privilegios o estatus social, o que cosechen cierto grado de poder político o social, pero no triunfan en sus vidas debido a que no se han convertido en las personas que Dios los ha llamado a ser. Se han dedicado a conseguir sus objetivos, no los del Señor.
Los impíos definen sus vidas según sus anhelos, ambiciones y propósitos, en vez de intentar alinearlas con los deseos, planes y propósitos de Dios. Nadie puede ser próspero desde la perspectiva del Señor y dejarlo fuera de su vida.
El mundo tiende a evaluar el éxito en términos de fama y fortuna. Dios evalúa el éxito en términos de relación, carácter y obediencia. Lo más importante en lo que Dios desea que triunfemos, es en nuestra relación con El, después en nuestra relación con nuestros semejantes, y luego en nuestras vocaciones y ministerios. ¿Estamos todos de acuerdo?
¿Significa por lo expuesto hasta aquí, que la gente de Dios no puede experimentar fama, fortuna, poder, posición social, logros, notoriedad, utilidad material o recompensas? No. Significa que en el campo del éxito, los procedimientos y propósitos de las personas que se enfocan en Dios son muy diferentes de aquellas que se centran en sí mismas. ¿Dónde se encuentra la diferencia? Estos últimos empiezan con metas autodefinidas, llevadas a cabo por su propio esfuerzo y para su propia gratificación. Dar ejemplos de personas exitosas de nuestro tiempo y ver si encajan con la perspectiva divina.
Desarrollo:
1) La persona enfocada en Dios comienza con planes y propósitos divinos.
Quien está centrado en sí mismo, se preocupa principalmente del éxito medible por sumas de dinero, recompensas y manifestaciones externas de riqueza, prominencia y posición.
La persona enfocada en Dios, se preocupa principalmente del éxito que empieza en su interior, y que se define en términos de propósito eterno, beneficio espiritual, carácter piadoso, satisfacción y logros duraderos, y obediencia a los mandamientos e instrucciones diarias del Señor. La persona piadosa puede experimentar riqueza, importancia y posición como beneficios complementarios, pero no como metas, ni objetivos primordiales.
2) El éxito es una búsqueda continua.
Es establecer y lograr, y siempre tratar de instaurar y conseguir las metas dadas y establecidas por Dios para nuestras vidas. Éxito es el rechazo a desanimarse, desalentarse o desistir de las metas de Dios. Es el resultado del anhelo continuo por ser la persona que Dios nos ha llamado a ser, y por lograr las metas que El nos ayuda a establecer.
3) El éxito es un concepto involucrado en un proceso.
Nuestra comprensión del éxito sigue creciendo mientras maduramos en Cristo. Se desarrolla de manera continua en nuestro interior. ¿Podemos alguna vez alcanzar el horizonte o el punto máximo? No, porque mientras más caminemos en la tierra, más se extiende el horizonte delante de nosotros. Esta es la manera en que el Espíritu Santo obra en nuestras vidas. El nos permite experimentar gran alegría y satisfacción en el momento presente en nuestras vidas, pero al mismo tiempo nos llama a una mayor conformidad con Cristo Jesús, a un mayor anhelo por el ministerio, y a mayores obras en el establecimiento de sus propósitos en la tierra. El Señor no se opone a que alguien tenga riquezas, porque El es la fuente de todas las riquezas, no se opone a que alguien se convierta en un personaje famoso, ni se opone a que alguien tenga una reputación destacada en su profesión, se opone a que Ud. trate de vivir su vida haciendo caso omiso de El. Se opone a sus intentos de ser alguien que alguna vez, pueda estar separado de El. ¿Por qué? Porque cuando un individuo intenta lograr algo separado de Dios, gasta energía y tiempo en la búsqueda de lo que no produce felicidad, paz, ni gozo eternos.
4) La persona enfocada en Dios y madura, está libre de toda competencia.
Vive en un estado de continua confianza (en el poder y la presencia de Dios, nacida de una relación con El) y al mismo tiempo vive en la esperanza de cosas mayores que Dios desarrollará, revelará y dará. Solo las cosas que portan la semilla de la presencia de Dios duran toda la eternidad.
Buscar entre todos, personajes bíblicos que lograron el éxito y cumplieron estos 4 puntos desarrollados hoy. Seguiremos.
Pasaje de memoria para el domingo próximo: Daniel 6:28.