3) Eran días de gran progreso científico. Se había llegado en esos días, a la cumbre del conocimiento y los logros. Piense en cómo se construyó el arca: 137 metros de largo, más que una cancha de fútbol, 46 metros de ancho, y 14 metros de alto en sus tres pisos. Era una verdadera obra de ingeniería, con iguales proporciones y tamaño que un actual transatlántico moderno. Nuestra época ha sido de grandes cambios en los últimos años, y hemos ido desde la época de nuestros abuelos que se movían a través del carruaje tirado por caballos, a la actualidad donde nos movemos a la velocidad de los cohetes espaciales. A la separación del átomo, pasando por el alunizaje en los sesentas, en un tiempo donde parece que no hay límite para la ciencia, donde nos va sorprendiendo también la ingeniería genética, con su potencia aterradora y su manipulación. Daniel 12:4, nos dice que la ciencia se aumentará. Un capítulo especial se merece: la clonación.

Ahora, hemos sido conmovidos por los periódicos del 26 de noviembre del 2.001, acerca de ciertas investigaciones y experimentos llevados a cabo por un veterinario argentino que llegó a la clonación, a producir un embrión humano con el objetivo de producir células madres con fines terapéuticos. Es decir, usarlas de reemplazo, poniendo las células sanas correspondientes, para eliminar las enfermas. Por ejemplo en la situación de un cáncer de pulmón, o de hígado y otros.

1. Jesucristo es el primogénito de toda creación, el Creador de todo. Colosenses 1:16 dice que "en él fueron creadas todas las cosas,...". Es decir que hay cosas en donde el hombre no se puede meter, debiendo respetar la soberanía de Dios. El creador de la vida es Dios, nosotros no creamos vida. El descubrimiento del genoma ya fue un gran avance, y a través de él identificar el ADN, las características propias de los individuos, su mapa genético. Lo que debe quedar claro, es que los hombres no creamos nada, la vida ya está creada. El embrión sobre el que se hicieron las experimentaciones últimas, fue detenido en su desarrollo (entre el cuarto y quinto día, cuando tenía unas 100 células). El embrión obtenido, tiene idéntica información genética que el donante de la célula de piel, y contiene un grupo de células madre, que pueden utilizarse con fines terapéuticos. El hombre no puede crear vida de la nada, solo Dios puede hacerlo. En conclusión de este punto, debemos decir que toda esta experimentación científica nos demuestra que si no creamos vida, lo que estamos haciendo en realidad es manipularla.
2. Jesucristo es el sustentador de la vida. Colosenses 1:17 nos dice, que "... todas las cosas en él subsisten". Es decir que Jesús es el Creador, y a su vez preside el proceso del desarrollo de la vida. En otras palabras, si Dios desapareciera, el proceso de la vida desaparecería (¡no va a ocurrir!). Nuestro cabello crece, y es Dios quien permite este proceso, su presencia y acción son vitales, aunque no nos demos cuenta cabalmente del hecho. Hoy, entonces, se podría en poco tiempo encargar el gemelo de uno mismo, por supuesto con varios años de diferencia. El Papa ya se ha manifestado diciendo que es un acto del maligno. Bush ha dicho que se opondrá con una ley, y que no destinará dinero federal para las investigaciones, pero todos saben que por delante siempre se dice no, y por detrás puede ser sí. Los fondos con que se financian estas investigaciones pertenecen a laboratorios privados, y ellos siempre tienen como móvil la ganancia o utilidad, y no estarán dispuestos a parar de investigar. Lo concreto, es que se buscará una manera "elegante" de justificar lo que no se puede justificar, que en este caso sería el uso terapéutico, es decir, usar células madre para incorporar a un individuo enfermo, esas células sanas reemplazando a las enfermas. Entonces, oponerse a ello, sería oponerse a la posibilidad de ayudar a los enfermos terminales a encontrar soluciones en la medicina. Igual pasó con las investigaciones referidas a la energía atómica y la posibilidad de crear la bomba atómica. Todos quisieron poner limites para su fabricación, pero se fabricaron, y hoy ya no se puede retroceder. El asunto es si la experimentación es legítima o no. El Salmo 139 nos dice "mi embrión vieron tus ojos". Todo parece apuntar a que tarde o temprano (si Dios no lo para) se llegará al primer hombre artificial, cuando el embrión se desarrolle en forma completa. Debemos saber que para llegar a un resultado positivo con un embrión, tal vez hay 270 fracasos, y estamos de alguna manera descartando personas. Ya hay 700 parejas esperando clonar a sus descendientes. O sea que la investigación seguirá a pesar de la oposición. El científico italiano Severino Antinori, sostiene que nadie lo detendrá en su empeño de producir antes de fin de año (2.000), la primera gravidez de una mujer con un embrión clonado, que a su vez determinaría el primer caso universal del nacimiento de un bebe fotocopia, término que este doctor niega y detesta. Como los italianos han prohibido el experimento, el volcánico Severino está dispuesto a ir a otro país a continuar con sus experimentos (Irak o Libia), o mudarse a un barco que viaje en aguas internacionales que no estén bajo la ley de ningún país. El científico escocés Ian Wilmut, quien tuvo que ver con la oveja Dolly, le dijo que la clonación de la citada oveja, estuvo llena de riesgos, porque la técnica no es del todo confiable y produce envejecimiento prematuro. Argentina prohibió esta experimentación, aunque en el diario Clarín, se ofrecían clones a 200.000 dólares, y hacían conexiones con Europa y EEUU.
3. Jesús es el objetivo final de la vida. Jesús es el final del proceso. Romanos 1:16 dice: "...todo fue creado por medio de él y para él". Hay un teólogo neoortodoxo que declara que el punto Alfa fue cuando Dios dijo que la luz fuese creada y el punto Omega es el fin de la historia humana (no en el sentido de su terminación). Jesús es el objetivo final de todo. Uno puede preguntarse: ¿tendrán alma los seres clonados? No olvidemos que Dios impidió el desarrollo de la vida del hombre cuando en Génesis 6, los hijos de Dios, tuvieron descendencia con las hijas de los hombres. Fue una de las causas del diluvio universal. ¿Qué va a hacer Dios? No lo sabemos Pero si sabemos que todo debe ser para su gloria, sino no sirve de nada. En definitiva: el hombre no crea vida, ni la sustenta, sino que manipula la que ya existe, y no es el objetivo final de la vida, ya que es Jesucristo. Continuaremos.

Pasaje Bíblico: Filipenses 3:1-14.

Pasaje de Memoria: "Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios ". Colosenses 3:1.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Filipenses 3:1-14); LUNES (Lucas 16:18-31); MARTES (Génesis 13:1-18); MIERCOLES (Génesis 15:1-21); JUEVES (Génesis 18:16-33); VIERNES (Génesis 22:1-24); SABADO (Génesis 24:1-67). Leamos con oración cada uno de los pasajes, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

Introducción: Seguiremos durante las presentes lecciones, los conceptos de Charles Stanley vertidos en su libro acerca del éxito. Hoy continuamos viendo el elemento clave en la búsqueda del éxito a la manera de Dios: estableciendo metas divinas.

Desarrollo: Cuando no establecemos metas estamos en verdaderos problemas. El domingo anterior nos planteábamos la pregunta: ¿Por qué las personas fallan en establecer metas? Dimos varias razones: a) Algunos se dedican a descalificarse, b) A algunos les falta conocimiento, c) Algunos son demasiados perezosos, d) A algunos les falta fe y e) Otros tienen miedo a fracasar. Hoy continuaremos con los siguientes:

f) Algunos tienen poca visión del futuro. Hay personas capaces de planificar para hoy y mañana, pero no le pidan más cosas, no pueden prever metas más futuristas. A menos que estén pensando en comprarse un auto o una casa, no pueden imaginarse haciendo planes más allá de su próximo sueldo o el próximo mes. La Biblia nos dice que no sabemos lo que puede traer un día, y que debemos vivir de día en día, pero unas de las más grandes verdades bíblicas son estas:

• Debemos confiar en que Dios suple nuestras necesidades diarias, y nos guía para enfrentar las circunstancias día a día.
• No debemos albergar deseos de venganza o falta de perdón más allá del día. No nos acostemos iracundos, ni permitamos que la amargura se arraigue en nuestros corazones, perdonemos rápidamente.
• Debemos vivir cada día en plenitud, sacando ventaja de cada oportunidad que se nos concede para extender el evangelio y cumplir los objetivos divinos que estamos persiguiendo.

g) Algunos creen que establecer metas no es bíblico. Algunos creyentes discuten que los cristianos no deben establecer objetivos. Citan varios pasajes para apoyar su creencia. Veamos alguno de ellos:

Hebreos 13:5, dice: "Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque El dijo: No te desampararé, ni te dejaré". Aquí tenemos el argumento del contentamiento. Este versículo no tiene nada que ver con si la persona debe o no establecer metas, o tener sanas ambiciones. La amonestación a estar "contentos con lo que tenéis" se relaciona directamente con la afirmación: "sean vuestras costumbres sin avaricia (codicia)". No debemos codiciar lo que alguien más tiene, incluyendo el éxito. Uno de los diez mandamientos declara: "No codiciarás". Nuestras vidas no deben estar dirigidas por el deseo de adquirir cosas o por el amor al dinero. Si la idea que una persona tiene del éxito es conseguir todo el dinero posible para tener seguridad, está completamente equivocada. Nuestra seguridad no se puede basar en esto, ya que hasta grandes imperios financieros se derrumban de la noche a la mañana. Nuestra seguridad yace únicamente en Jesucristo, quien nos dice: "No te desampararé, ni te dejaré".

Filipenses 4:11, dice: "No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera sea mi situación". ¿Qué significa contentamiento? Es la comprensión de que Dios ha provisto todo lo que necesitamos para nuestra felicidad actual. Felicidad y establecer metas no son sinónimos. Felicidad y éxito no son sinónimos. Estar contento es la comprensión de que Dios es la fuente de todo lo que necesitamos para nuestra felicidad presente. Filipenses 4:11 no recomienda que debemos dejar nuestras actividades y permanecer satisfechos con nuestro nivel actual de logros, ministerio y crecimiento espiritual. ¡Todo lo contrario! Este versículo es del mismo Pablo, quien unos versículos antes escribió: "¡Prosigo a la meta!". Uno de los grandes misterios de la fe cristiana, es que podemos estar muy satisfechos y al mismo tiempo proseguir hacia más objetivos que el Señor ha puesto en nuestros corazones, con el fin de que los alcancemos. Podemos estar contentos y tener el deseo de seguir adelante, o hacia arriba, porque nuestra satisfacción está basada en la presencia de Cristo en nuestro interior. Nuestra relación con Jesús nos permite estar contentos en todas las situaciones (¿es así con tu vida?), y al mismo tiempo desear que El cambie nuestra situación. Por ejemplo, ¿quién añorando los "buenos viejos tiempos" se pondría a leer a la luz de una vela o lavar la ropa a mano?. ¿Significa esto que quienes vivieron en los tiempos de antaño no estaban contentos? No, realmente no. Los que conocieron a Cristo experimentaron gran paz, gozo y satisfacción en sus almas. Sin embargo, ¡Gracias a Dios tuvieron el deseo de inventar la lámpara eléctrica, el teléfono y otras cosas.

El contentamiento tiene que ver con su actitud. Es vivir libre de preocupaciones y ansiedad, sin ira, ni amargura y resentimiento hacia otros. Es vivir en paz con Dios, sabiendo que en El tenemos perdón y vida eterna.

Contentamiento es saber que nadie lo puede separar de Dios, no importa que le pueda hacer. Hágase hoy estas preguntas:

• ¿Estoy satisfecho con lo que sé acerca de Dios, o hay algo más que aún deseo conocer?
• ¿Estoy satisfecho con la profundidad e intimidad de mi relación con Cristo o espero algo más?
• ¿Estoy satisfecho con lo que sé acerca de la Palabra de Dios, o hay algo más que deseo aprender y aplicar a mi vida?
• ¿Estoy satisfecho de estar cumpliendo, al máximo de mi capacidad, todo lo que Dios desea espiritualmente para mí?
• ¿Estoy satisfecho de usar mis dones espirituales al máximo, o hay aún algo más que puedo hacer para mostrar a Cristo?

Estamos contentos de saber que El es nuestro Salvador, sin embargo, nunca debemos contentarnos con el nivel o grado de madurez espiritual, o el nivel de nuestro parecido con Cristo. Siempre hay espacio para crecer. Rechazar nuestro deseo de crecer, madurar, y profundizar nuestra relación con Dios es colocarnos en una situación en la cual probablemente sintamos lo opuesto al contentamiento.

Cuatro preguntas acerca de las metas:

1. Pregúntele a Dios: ¿Señor, por qué esto es importante para ti?
2. Pregunte sobre cada meta que establezca: Señor, ¿Se ajusta esto a tu plan para mi vida?
3. Pregúntese a sí mismo: ¿Armoniza esta meta con la Palabra de Dios?
4. Pregunte acerca de cada meta: ¿Cómo podría el logro de este objetivo traer bendición a otros?

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