Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 184- Domingo 23 de Junio de 2002

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro, Rodríguez 542, 2000 Rosario.

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El profesor ateo y el alumno cristiano

 

Déjenme explicar el problema que la ciencia tiene con Jesucristo. Dijo el profesor ateo de filosofía a la clase antes de pedir a uno de los estudiantes nuevos que se pusiera de pie. Usted es cristiano, ¿No hijo? Sí señor. Así que ¿crees en Dios? Totalmente ¿Es bueno Dios? Claro que sí, Dios es bueno ¿Es todopoderoso Dios? ¿Puede hacer cualquier cosa? Sí ¿Es Ud. bueno o malo? La Biblia dice que soy malo. Ah, La Biblia, dice el Profesor con una sonrisa astuta. Vamos a ver. Díganos que si hay una persona enferma y Ud. le puede curar. ¿Le ayudaría? ¿Lo intentaría? Sí Señor, lo intentaría. Así que Ud. es bueno. Yo no diría eso ¿Por qué no diría eso? Ayudaría a una persona enferma o herida si pudiera, de hecho la mayoría de nosotros lo haríamos si pudiéramos y Dios no lo hace. No hay respuesta. ¿Verdad que no lo hace Dios? Mi hermano era buen cristiano y murió de cáncer aunque pidió a Jesús que le sanara. ¿En qué sentido es bueno ese Jesús? ¿Me puede contestar? No hay respuesta. El hombre mayor se muestra compasivo. ¿No me puede contestar?....

En clase de Filosofía, hay que ser benévolo con los nuevos. Empecemos de nuevo, joven. ¿Es bueno Dios? Hombre... sí ¿Es bueno Satanás? No ¿De dónde viene Satanás? El estudiante titubea, de Dios exactamente. Dios hizo a Satanás, ¿no? El anciano mira a su público que sonríe con sorna. Creo que lo vamos a pasar bien en esta clase. Y de nuevo se dirige al cristiano. Dígame, hijo ¿Hay maldad en este mundo? Si, hay maldad por todas partes, ¿no? ¿No lo hizo todo Dios? Sí ¿Quién creó la maldad? No contesta. ¿Hay enfermedad en este mundo? ¿Inmoralidad? ¿Odio? ¿Fealdad? Todas estas cosas horribles, ¿existen en este mundo? El estudiante se siente muy incómodo, Sí ¿Quién las creó? No hay respuesta. El profesor de repente le grita, ¿QUIEN LAS CREO? POR FAVOR ¡RESPONDAME! Luego con voz muy suave dice: Dios creó toda la maldad, ¿no hijo? El estudiante intenta mantener los ojos en alto pero los va bajando poco a poco. De repente el catedrático da la vuelta y se pasea de lado a lado enfrente del aula como un tigre viejo. La clase está hipnotizada.

Dígame, prosigue, ¿Cómo es que ese Dios es bueno si El creó toda la maldad que ha habido en todos estos siglos? El conferenciante hace un gesto con sus manos como si señalara toda la maldad del mundo. Todo el odio, las barbaridades, el dolor, las torturas, las muertes, todo lo feo y todo sufrimiento que han sido creados por ese Dios bueno cubren todo el planeta, ¿no jovencito? Silencio. ¿No se ve por todas partes? ¿No lo ve? Una pausa. ¿No lo ve? El maestro se acerca de nuevo a la cara del alumno y susurra, ¿Es bueno Dios? No responde. ¿Cree en Jesucristo? La voz del estudiante se rompe, pero responde, Sí, profesor, yo creo. El viejo mueve la cabeza con tristeza. La ciencia dice que tienes cinco sentidos que se usan para identificar y observar lo que hay en el mundo que nos rodea. ¿Ha visto Ud. a Jesús? No Señor, nunca le he visto. Entonces, díganos, ¿ha oído a su Jesús? No señor, no le he oído ¿Ha tocado a Jesús, probado el sabor de Jesús, olido a Jesús? De hecho, ¿tiene alguna prueba de los sentidos de la existencia de Dios? No responde. Por favor, contésteme. No Señor, me temo que no. ¿Qué teme que no? Que no señor, sin embargo, ¿sigue creyendo en El?... Sí... ¡Eso sí que es FE! El educador sonríe sabiamente frente a su presa. Según las reglas del protocolo empírico, demostrable y probable, su Dios no existe. ¿Qué me dice a esto, hijo? ¿Dónde está su Dios ahora? El alumno no responde. Por favor, tome su asiento.

El cristiano se sienta, derrotado. Otro creyente levanta la mano. Profesor, ¿me puedo dirigir a la clase? El profesor le mira y sonríe. Ah, otro cristiano valiente. Venga, joven. Revélenos algo de la sabiduría correcta a esta reunión.

El Cristiano mira a su alrededor. Tiene algunos puntos muy interesantes, señor. Ahora tengo una pregunta para Ud. ¿Hay tal cosa como el calor? Sí responde el profesor, hay tal cosa como el calor ¿Existe el frío? Sí, hijo, también existe el frío. No señor, el frío no existe. La sonrisa del profesor se congela. El aula se vuele fría de repente. El segundo creyente sigue. Se puede producir muchísimo calor, super-calor, mega­calor, calor a rojo vivo, poco o nada de calor, pero no hay tal cosa como el frío. Se puede llegar a 273 grados bajo cero, que es la ausencia del calor, pero no se puede ir más bajo que eso. No hay tal cosa como el frío, si lo hubiera, podríamos conseguir temperaturas más bajas que 273 grados bajo cero. Es que frío es una palabra que utilizamos para describir la ausencia del calor. No se puede medir el frío. El calor se mide en unidades térmicas porque el calor es energía. El frío no es el contrario del calor, señor, sino la ausencia del calor. El silencio absoluto reina. ¿Existe la oscuridad, profesor? Esta es una pregunta estúpida, hijo. ¿Qué es la noche, sino la oscuridad? ¿Adónde quiere llegar...? Así que afirma Ud. que existe la oscuridad Sí... Se equivoca de nuevo, señor. La oscuridad no es una cosa, es la ausencia de algo. Puede haber luz baja, luz normal, luz brillante, luz intermitente, pero si no hay luz durante un tiempo, no tenemos nada, y se llama la oscuridad, ¿No? Esa es la definición que se da a la palabra. En realidad, no hay oscuridad. Si hubiera, podríamos hacer la oscuridad más oscura y me podría dar una jarra de ella. ¿Me puede dar una jarra de oscuridad, profesor? A pesar suyo, el profesor sonríe viendo la osadía delante de él. Esta sí que va a ser una clase interesante. ¿Me quiere decir a dónde intenta llegar, joven? Sí profesor. Mi punto es que su premisa filosófica tiene un fallo en su base y así su conclusión tiene que ser errónea.

El profesor se sale de quicio. ¿Errónea? ¿Cómo se atreve? La clase escucha atentamente. Señor, ¿puedo explicarme? Explíquese, oh, explíquese El Profesor hace un esfuerzo admirable para controlarse. De repente es todo afable. Con un gesto, pide silencio en la clase para que siga el estudiante. Se basa en la premisa de la dualidad, explica el cristiano. Que, por ejemplo, hay vida y hay muerte; un Dios bueno y un Dios malo. Ve al concepto de Dios como algo finito, algo que se puede medir. Señor, la ciencia no puede explicar ni lo que es un pensamiento. La ciencia utiliza la electricidad y el magnetismo que nunca ha visto, mucho menos entenderlos totalmente.  Continuará

 

 

 

 

 

 

Pág  2    -   23-6-2002    -    Lección  184   -   Iglesia     Evangélica    Bautista    del    Centro   de    Rosario      -     Rodríguez         542     -    Rosario,     Santa Fe.

 

LECCION    184  TEMA: Adorando a Dios por  medio de nuestras ofrendas

 

Pasaje Bíblico: Salmo 96:1-9 y 2 Corintios 8:1-15.

Pasaje de Memoria: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.  2 Corintios 8:9.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Salmo 96:1-9 y 2 Corintios 8:1-15); LUNES (2 Corintios 8:16-24); MARTES (2 Corintios 9:1-15); MIERCOLES (Hageo 1:1-15); JUEVES (Hageo 2:1-23); VIERNES (Génesis 4:1-16); SABADO (Proverbios 3:1-35). Leamos con oración cada uno de los pasajes, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

  

Introducción: En general, en las religiones paganas, las ofrendas se hacían -y se hacen- con propósitos ajenos a los enseñados en la Sagrada Escritura. Por ejemplo, los paganos ofrendan:

 

1)      Para aplacar el enojo de los dioses (cuando se temen -o se producen- desgracias  de todo tipo);

 

2)      Para conseguir un milagro de los dioses (cuando se necesita una intervención sobrenatural);

 

3)      Para tener “buena suerte” en la vida cotidiana, con el favor de los dioses.

 

Algunos cristianos muestran ciertas huellas de esas actitudes supersticiosas de los paganos. Pero un detalle que debemos observar es que las ofrendas de los paganos son verdaderos sacrificios. Lo malo es que en su fanatismo llegan al extremo de sacrificar a seres humanos, inclusive a niños (comparar Salmo 106:37-38).

Hoy debemos preguntarnos: ¿Cuáles son nuestras propias motivaciones, nuestras propias características cristianas en cuanto a las ofrendas? ¿A quién ofrendamos? ¿Por qué ofrendamos? ¿Qué ofrendamos? ¿Con qué clase de sacrificio? Dialogar en pequeños grupos y compartir con los demás las distintas opiniones.

 

Respuestas equivocadas: Contestar por qué son erróneas las siguientes respuestas, desde el punto de vista doctrinal:

 

a)      Ofrendo a la iglesia.

 

b)      Ofrendo porque es necesario cubrir el presupuesto.

 

c)      Ofrendo porque hay que construir el templo nuevo o porque hay que pagar el templo nuevo.

 

d)      Ofrendo para ayudar a cubrir las necesidades o para ayudar a los que necesitan.

 

e)      Ofrendo porque me “siento” obligado a hacerlo.

 

Dialogar en grupos, recordando que la ofrenda es un acto de adoración a Dios. Ver Génesis 4:1-5 (“ofrenda a Jehová”).

 

Desarrollo: La ofrenda que entregamos se la estamos dando al Señor y El la mira, como se ve en el relato de Caín y Abel (comparar con Marcos 12:41-44). Analizar entre todos los dos casos indicados.

 

Consideraciones: ¿Aprueba el Señor la ofrenda que le hacemos a El? ... (Reflexionar).

¿Qué características tiene la ofrenda que Dios acepta y aprueba? Consideremos las siguientes:

 

1)      Es una ofrenda que demuestra que nosotros mismos nos hemos entregado incondicionalmente al Señor (leer 2 Corintios 8:5).

¿Me he entregado incondicionalmente al Señor?                Si         No       No lo se                      Lo estoy pensando

 

2)      Es una ofrenda hecha con sacrificio, aún más allá de nuestras fuerzas (2 Corintios 8:1-4).

¿Estoy dando más allá de mis fuerzas?                              Si         No       No lo se                      Lo estoy meditando

     

3)      Es una ofrenda dirigida a Dios como una prueba de nuestra gratitud por lo que El ha hecho mediante el sacrificio de Cristo, crucificado y resucitado a nuestro favor (2 Corintios 9:15).

¿Soy una persona agradecida y por eso ofrendo?              Si         No       No lo se                      Estoy tratando de hacerlo

 

4)      Es una gracia que pone en evidencia la sinceridad y la profundidad de nuestra vida espiritual (2 Corintios 8:7).

¿Es mi vida espiritual profunda o es pura cháchara?           Si         No       No lo se                      Estoy tratando de cambiar

 

5)      Es la manera como demostramos que de verdad estamos identificados con Cristo (2 Corintios 8:9).

¿Estoy identificado con Cristo y su causa?             Si         No       No lo se                      Estoy comenzando

 

Resumen: La ofrenda es un acto de adoración a Dios. Debemos estar seguros, entonces, de la aceptación y la aprobación de Dios. Cuando Dios aprueba lo que nosotros ofrendamos, la iglesia -dirigida por el Espíritu Santo- administra esos bienes conforme a las enseñanzas de la Sagrada Escritura, con sabiduría y gran responsabilidad. Y todos somos bendecidos. Dialogar.

 

Conclusión: Cada alumno, o maestro, debe preguntarse: ¿Soy generoso al ofrendar? ¿Aprueba el Señor mis ofrendas, o no?... Dialogar entre maestros y alumnos, y llegar en clase a algunas conclusiones prácticas.

 

“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.

 

Pasaje de memoria para el domingo próximo: Proverbios 23:23.

 

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