Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 185 - Domingo 30 de Junio de 2002

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro, Rodríguez 542, 2000 Rosario.

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El profesor ateo y el alumno cristiano (2º Parte)

 

 

En nuestra entrega anterior, el alumno cristiano presentaba argumentos a favor de la fe cristiana.....

Ver la muerte como el contrario de la vida es ignorar el hecho de que la muerte no puede existir como cosa substantiva. La muerte no es el contrario de la vida, sino la ausencia de ella.

Levanta una revista del pupitre de su lado que otro estudiante ha estado leyendo. Esta es una de las revistas más repugnantes que hay en este país, profesor. ¿Existe la inmoralidad? Por supuesto que sí, mira, joven... De nuevo se equivoca, Señor. Ve que la inmoralidad es la ausencia de moralidad. ¿Hay tal cosa como la injusticia? No.  La injusticia es la ausencia de justicia. ¿Hay maldad? El creyente guarda silencio un momento. ¿No es la maldad la ausencia de bondad? El rostro del profesor ya tiene un color alarmante. Está tan enojado que se ha quedado mudo momentáneamente. El cristiano sigue, si hay maldad en el mundo, profesor, y todos estamos de acuerdo que sí que la hay, entonces Dios, si existe, tiene que tener un propósito por la existencia de esa maldad. ¿Qué propósito será ese? ¿Qué está haciendo Dios? La Biblia nos dice que es el ver si cada uno de nosotros, por medio de nuestro libre albedrío, escogeremos el bien y no el mal. El profesor, agitado, dice: Como científico filosófico, no veo que este asunto tenga nada que ver con escoger. Como realista, no reconozco que ni el concepto de Dios ni ningún otro factor teológico tenga que ver con la existencia del mundo, porque a Dios no se le puede observar. Yo habría pensado que la ausencia del código moral de Dios es uno de los fenómenos más observables que hay, responde el cristiano. La prensa gana miles de millones informándonos de ella cada semana. Dígame, profesor, ¿enseña Ud. a sus alumnos que han descendido del mono? Si hace referencia al proceso natural de la evolución, sí, por supuesto. ¿Ha observado Ud. con sus propios ojos la evolución, señor? El profesor hace ruidos con la boca y se fija en el estudiante fríamente. Profesor, como nadie jamás ha observado el proceso evolucionario funcionando, y no se puede probar que ese proceso es algo en desarrollo, ¿no está enseñando una opinión, señor? ¿No es cierto que ya no actúa como científico sino como sacerdote? Le perdonaré la audacia porque se está llevando a cabo una discusión filosófica. Ahora, ¿ha terminado usted? Dice el profesor. Así que ¿no acepta el código moral de Dios en cuanto a la justicia? Yo creo en lo que hay, en la ciencia. Ah, CIENCIA, la cara del estudiante se permite una sonrisa, Profesor, bien ha dicho Ud. que la ciencia es el estudio de fenómenos observados. La ciencia también tiene fallos en su premisa. ¿Qué la ciencia tiene fallos? Contesta el profesor. La clase se viene abajo. El creyente se mantiene de pie hasta que se ha calmado. Para seguir con el punto que enfatizaba con el otro compañero, ¿le puedo dar un ejemplo de lo que quiero decir? El profesor, sabiamente, guarda silencio. El cristiano mira a la clase. ¿Aquí hay alguien que ha visto el cerebro del profesor? La clase irrumpe en carcajadas. ¿Hay alguien aquí que ha oído el cerebro del profesor, o que lo ha tocado? Parece que no hay nadie. El cristiano mueve la cabeza tristemente. Evidentemente, nadie aquí ha percibido por sus sentidos el cerebro del profesor. Bueno, según las reglas del protocolo empírico, demostrable y probable, la ciencia dice que el Profesor no tiene cerebro. En clase reina el caos. El cristiano se sienta... porque para eso están las sillas.

 

¿Qué mueve a su iglesia? (Del libro “Una Iglesia con Propósito”)

 

Esteban Pérez convocó a la reunión mensual de líderes de su iglesia -Tenemos muchos puntos que tratar esta noche, amigos, - dijo. Como Uds. saben, uno de los puntos es acordar un programa unificado de la iglesia para este nuevo año. Se espera que en dos semanas lo presentemos a la congregación. Como presidente, Esteban se sentía ansioso por lo que sucedía. Solamente la reunión del presupuesto provocaba mayores desacuerdos y debates que esta reunión para planificar el programa. -¿Quién quiere ser el primero? – preguntó – Esto debe ser sencillo – dijo Juan Fiel,  diácono durante veintiséis años-. El año pasado fue un buen año. Sencillamente repitamos las buenas cosas que hicimos, lo que ya se ha probado, es mejor que lo novedoso.

-Bueno, yo no estoy de acuerdo con eso –dijo Pedro Novedoso-. Los tiempos han cambiado y pienso que necesitamos reevaluar todo lo que estamos haciendo, solo porque un programa haya funcionado en el pasado no significa automáticamente que continúe dando resultado en el año próximo. Yo estoy especialmente interesado en comenzar otro servicio de adoración con un estilo diferente. Todos hemos visto el crecimiento que ha tenido la Iglesia del Calvario desde que comenzaron a tener un culto contemporáneo para alcanzar a los inconversos.

-Sí, algunas iglesias harán cualquier cosa con tal de tener una multitud –replicó Juan-. Se olvidan de que la iglesia: ¡es para nosotros los cristianos! Se espera que seamos diferentes y que debemos separarnos del mundo. No debemos desvivirnos por complacer al mundo en todo lo que desea. ¡Pueden estar seguros de que yo no tengo intenciones de ver que eso suceda en esta iglesia! Durante las dos horas siguientes se presentaron una valiosa lista de programas y causas para que fueran incluidas en el calendario de la iglesia. Doña Hacedora insistió apasionadamente en que la iglesia tomara una posición mas activa en Operación Rescate. Oscar Masculino dio un testimonio conmovedor acerca de cómo los Cumplidores de Promesas habían cambiado su vida y sugirió actividades para los hombres. Linda Amorosa habló de la necesidad de comenzar una escuela cristiana. Y por supuesto, cada vez que se presentaba una propuesta Carlos Cicatero preguntaba una y otra vez: “¿Cuánto va a costar?”. Todas eran sugerencias válidas. El problema era que parecía no existir una norma de referencia mediante la cual el consejo pudiera evaluar y decidir cuáles programas adoptar. Finalmente habló Raúl Razonador. A esta altura, la voz de Raúl era la que todos estaban esperando oír. Cada vez que los temas se tornaban confusos en las reuniones de la iglesia, él decía un discurso breve y la mayoría votaba lo que él decía. No era que sus ideas fueran mejores; en realidad, la gente por lo general estaba en desacuerdo con él, pero la mera fuerza de su personalidad hacía que todo lo que dijera pareciera razonable en el momento. ¿Cuál es el problema en este escenario? Múltiples fuerzas conductoras o impulsoras en esa iglesia están compitiendo para ganar atención. Esto termina en un conflicto y trae como resultado una iglesia que está tratando de dirigirse a distintos lugares al mismo tiempo. Conducir es guiar, controlar o dirigir (conducir un auto, la familia, etc.). Hay algo que conduce o mueve a todas las iglesias. Existe una fuerza que guía, una suposición que controla o una convicción que dirige detrás de todo lo que sucede. Puede ser tácita o desconocida para muchos, y está allí, influyendo en cada aspecto de la iglesia. ¿Cuál es la fuerza impulsora que se encuentra detrás de su iglesia?

 

 

 

 

Pág  2    -   30-6-2002    -    Lección  185   -   Iglesia     Evangélica    Bautista    del    Centro    de    Rosario      -     Rodríguez         542     -    Rosario,     Santa Fe.

 

LECCION    185  TEMA: Una Iglesia con propósito – Introducción.

 

Pasaje Bíblico: 1 Corintios 3:10-14.

Pasaje de Memoria: “Compra la verdad, y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia”.  Proverbios 23:23.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (1 Corintios 3:10-14); LUNES (2 Corintios 13:1-14); MARTES (Efesios 2:11-22); MIERCOLES (Efesios 3:1-21); JUEVES (Efesios 4:1-16); VIERNES (Efesios 4:17-32); SABADO (Efesios 5:1-33). Leamos con oración cada uno de los pasajes, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

  

Introducción: ¿Qué es lo que mueve a una iglesia? ¿Existe una fuerza que guía y controla, una convicción que dirige detrás de todo lo que sucede? Puede ser tácita, o desconocida para muchos, pero está allí, influyendo en cada aspecto de la vida de la iglesia. En ocasiones las iglesias han sido movidas por: a) La tradición (“siempre lo hemos hecho así”). b) La personalidad (del pastor o algún laico clave). c) Las finanzas (“¿Cuánto costará?”). d) Los programas (Escuela Dominical, Jóvenes, Coro, Grupo de Mujeres, etc.). d) Los edificios (“Formamos los edificios, y luego ellos nos forman a nosotros”). e) Los acontecimientos (la meta es mantener ocupada a la gente; termina un evento y empezamos a trabajar para el próximo). ¿Cuál será la alternativa bíblica más saludable? Ese es el tema de estas lecciones. Copiaremos ideas de Rick Warren.

 

Desarrollo: Necesitamos para este tiempo un nuevo paradigma (modelo), una iglesia con propósito. No se trata de una innovación, sino de un acercamiento mayor a la propuesta saludable y bíblica del Nuevo Testamento, y así dar una alternativa a las maneras tradicionales que se han organizado y operado en las iglesias (las detalladas en nuestra introducción).

En este paradigma existen dos elementos fundamentales:

 

·        Se requiere de una nueva perspectiva. Debemos comenzar a mirar a través de los lentes de los cinco propósitos de la iglesia según el Nuevo Testamento. ¿Cuáles son?........Adorar, evangelizar, enseñar, comunión y ministrar o servir, y que estos cinco rubros tengan un desarrollo equilibrado.

 

·        Este paradigma, requiere un proceso para cumplir los propósitos de la iglesia. Dios juzgará todo lo que edifiquemos basándose en su duración (1 Corintios 3:13-14), y la clave para edificar algo duradero es hacerlo sobre el fundamento correcto  (1 Corintios 3:10-11). ¡Las iglesias fuertes están edificadas sobre un propósito! Si la iglesia se concentra de la misma manera en los cinco propósitos que establece el Nuevo Testamento, se desarrollará un equilibrio saludable que hará posible un crecimiento duradero. Proverbios 19:21 dice: “Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre, mas el consejo de Jehová permanecerá”. Los planes, los programas y las personalidades no permanecen, pero el consejo de Dios si permanecerá.

 

La importancia de ser movidos por un propósito: ¡No hay nada que preceda el propósito! Un consultor de iglesias realizó una encuesta entre miembros de 1.000 iglesias. La pregunta era: ¿Para qué existe la iglesia?, ¿Los resultados? De todos los miembros encuestados , el 89% dijo: “El propósito de la iglesia es velar por las necesidades de mi familia y por las mías”, el 11% dijo: “El propósito de la iglesia es ganar el mundo para Cristo Jesús”. Luego se le preguntó a los pastores de las mismas iglesias para qué existe la iglesia. Para su asombro, los resultados fueron opuestos: el 90% dijo que el propósito de la iglesia era ganar el mundo para Cristo y el 10% dijo que era velar por las necesidades de los miembros. ¿Podemos asombrarnos hoy día por los conflictos, confusión, el desacuerdo y estancamiento que existe en ciertos sectores de la cristiandad? Si el pastor y la congregación ni siquiera están de acuerdo respecto a porqué existe la iglesia, el desacuerdo y conflicto en todo lo demás es inevitable. Hay iglesias que comienzan por competencia, orgullo denominacional, la necesidad de alguien que quiere que lo reconozcan como líder u otra motivación carente de valor. A menos que la fuerza impulsora tenga base bíblica, la salud y el crecimiento de la iglesia nunca serán lo que Dios espera. Construyamos sobre los propósitos eternos de Dios.

Cuando una iglesia define su declaración de propósito, tendrá cinco maravillosos beneficios:

1)      Un propósito claro propicia un buen ánimo: estado de ánimo y misión siempre van juntos (1 Corintios 1:10). La clave para la armonía de la iglesia es estar unidos en un mismo parecer, y si la misión no está clara, su ánimo andará por el suelo. Cuándo uno está remando en un bote, ¡No tiene tiempo para hamacarse en él!. Sin visión, el pueblo se desenfrena (Proverbios 29:18), y una adaptación de él sería: sin visión la gente huye desenfrenadamente hacia otro lugar. No hay nada que desaliente más a una iglesia que el hecho de no saber por qué existe. ¿Y nosotros cómo estamos? Dialogar.

2)      Un propósito claro reduce la frustración: porque nos permite olvidar las cosas que no tienen  importancia (Isaías 26:3). El propósito define lo que hacemos y lo que no hacemos.  Una iglesia no puede hacer todo, y Dios no espera que lo haga todo. El secreto de la efectividad es saber lo que vale la pena, para luego hacerlo y no preocuparse por el resto. Cada persona tiene su “agenda propia” para la iglesia. ¿Cuál es el filtro? El filtro debe ser: ¿Cumple esta actividad con alguno de los propósitos que Dios estableció para esta iglesia? Isaías 49:4. Si olvidamos el propósito es muy difícil decidir lo que es importante o no. Una iglesia indecisa, es una iglesia inestable. ¿Y nosotros?

3)      Un propósito definido permite la concentración: una luz tiene tremendo poder cuando se concentra en determinada dirección (recordar la lupa y el láser). Un propósito claro, permite que se concentre el esfuerzo (Filipenses 3:13). Es una trampa prestar demasiada importancia a los detalles menores. Si se distrae tiempo en cosas menores, la energía de la iglesia se disipa y se hace difusa; el poder se pierde. Tratar de hacer demasiado cosas, es extenuar a la gente.

4)      Un propósito definido atrae la cooperación: la gente quiere unirse a una iglesia que sabe a dónde va. La razón es que todos estamos buscando algo que nos dé significado, propósito y dirección a nuestras vidas. Recordemos Esdras 10:4. ¿Alguna vez se ha subido a un colectivo o a un tren equivocado? Siempre mire hacia donde va, porque luego debe bajarse en el lugar menos pensado. Si fuera en avión, ¡deberá tirarse en paracaídas!.

5)      Un propósito claro ayuda a la evaluación: veamos 2 Corintios 13:5. ¿Cómo se evalúa una iglesia? No es comparándose con otras, sino preguntándose: ¿Estamos haciendo lo que Dios espera que hagamos? Y ¿Cuán bien lo estamos haciendo? Una iglesia puede ser grande y fuerte o grande y débil. O pequeña y fuerte o pequeña y débil. Ser grande no es lo mejor como tampoco lo es ser pequeña. Lo importante es ser saludable, el tamaño no es el punto crucial. Convertirse en una iglesia movida por un propósito no sucede de la noche a la mañana, puede llevar varios años: 1) Defina los propósitos. 2) Comunique periódicamente esos propósitos a cada uno. 3) Organice la iglesia alrededor de los propósitos. 4) Aplique los propósitos a cada parte de su iglesia. Descubrir entre todos como andamos nosotros.

 

Pasaje de memoria para el domingo próximo: Mateo 4:10.

 

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