Iglesia Evangélica Bautista del Centro


¡ESTUDIEMOS LA BIBLIA! - Hoja Semanal Nº 187 - Domingo 14 de Julio de 2002

Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica Bautista del Centro, Rodríguez 542, 2000 Rosario.

Teléfono 4380824 - Registro de Cultos Nº 672, Secretaría de Culto de la Presidencia de la Nación Argentina.

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¿Qué significa liderar? (2º Parte)

 

Siendo el líder que las personas quieren seguir.

 

El liderazgo espiritual es una combinación de las características adquiridas, que cuando se mezclan forman la base del liderazgo. Cuanto más características de éstas tenga un líder, y cuanto más desarrollada tenga cada una, el líder maneja más impacto potencial para el Señor. Cada uno de nosotros quiere ser guiado por aquellos sobre nosotros que exhiban estas características. Nuestros coordinadores y estudiantes quieren líderes con integridad que puedan respetar y seguir. Las siguientes diez características forman la base de la cual lideramos.

 

1) Visión.

Un líder sin visión no es un líder. La persona que Dios usa tiene una idea clara de lo que Dios quiere que se haga y su parte en hacerlo. Moisés se encontró con Dios en la zarza ardiente y recibió sus órdenes para marchar. Dios le dio a Josué instrucciones claras como el cristal de lo que El quería que hiciera Josué y cómo quería que viviera. Si no sabes a dónde estás yendo, has entregado tu derecho de pedirle a otros que te sigan. Como líder, ¿tienes una imagen mental clara de lo que Dios quiere hacer? ¿Qué es lo que quieres hacer para Dios? ¿Adónde estás yendo? ¿Qué clase de gente Dios quiere que edifiques?

 

2) Ejemplo.

Los líderes espirituales tienen un don para dirigir por el ejemplo. Una ilustración visual de la vida cristiana es más fácil de imitar que las teorías escritas en un libro. El apóstol Pablo no dudó en invitar a la gente a imitarlo y seguirlo así como él seguía de cerca al Señor. “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” (I Corintios 11:1), “Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor...” (I Tesalonicenses 1:6),  “Hermanos, sed imitadores de mí...” (Filipenses 3:17) , “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced. “ (Filipenses 4:9), “Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos.” (II Tes 3:7)

Liderar por el ejemplo es extremadamente difícil de hacer a lo largo de la vida. La vida de  un líder es edificar y marchar a la guerra (Lucas 14:25ss). Nuestra carne, (la parte de nosotros que le gusta comer un sandwich de jamón y queso y mirar T.V.) quiere estar cómoda. Nosotros preferimos sentarnos, tomar una posición de ejecutivos y teorizar sobre el ministerio que volver a liderar. De todas maneras, una vez que dejamos de liderar por el ejemplo--una vez que comienzas a decir: “Yo solía hacer esto...” abandonas tu rol de liderazgo en el verdadero sentido de la palabra. Puedes ser un consultor o un administrador pero no puedes dirigir más por el ejemplo. ¿Qué es lo que quieres que otros hagan que tú mismo no estás haciendo más? ¿Qué es lo que has dejado de enfatizar porque está actualmente ausente en tu propia vida?

 

3) Integridad.

(David) “Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón...” (Salmo 78:72). Una vez que has perdido tu integridad, has perdido credibilidad. Una vez que la credibilidad se va no eres capaz de hacer que ni un gato te siga. La integridad se forma a través de hacer y mantener las promesas y los compromisos. Es consistencia de vida. Es una palabra que significa “totalidad”. Es poner todas las áreas de nuestra vida en la misma dirección. La integridad no significa perfección. La perfección no es obtenible pero la integridad está a nuestro alcance. Dios no usará a un líder con falta de integridad.

 

4) La palabra de Dios.

Los líderes son lectores. Los líderes cristianos están dedicados a la Palabra de Dios. Porque el hombre de Dios depende de Dios, aprende a escuchar y a depender de la Palabra de Dios para las metas, métodos, discernimiento y poder. Es la Palabra de Dios la que lo hace “perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (II Timoteo 3:17) Nuestra audiencia... nuestros seguidores necesitan la seguridad de que estamos encontrándonos regularmente con Dios y oyendo su voz--que los estamos liderando de la guía que estamos recibiendo de Dios. Quieren escuchar a la persona que escucha a Dios. Si un líder está para influenciar a la gente para alcanzar un objetivo, entonces un líder cristiano tiene que estar seguro que el objetivo es algo que Dios quiere que se haga. Para liderar un ministerio debes dedicarte a la Palabra. La disputa en Hechos 6 hizo que los discípulos (líderes) clarificaran su descripción de trabajo: “No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.” (Hechos 6:2) Servir a las mesas es bueno y necesario. De todas maneras, la gente sobrevivirá sin cubiertos limpios. Ellos no crecerán y persistirán sin líderes que se alimenten y enseñen la Palabra de Dios. En Hebreos 13:7 el autor escribe: “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios.” Una característica esencial del liderazgo cristiano es la habilidad de recibir la verdad de Dios. ¿Qué estás haciendo para alimentarte de las Escrituras?

 

5) Oración.

“Y nosotros (líderes) persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.” (Hechos 6:4) El eslabón más débil en la vida de un líder espiritual es probablemente la oración. Los líderes por naturaleza son activistas. Ellos quieren lograr que las cosas se hagan. La oración a menudo se la ve como una interrupción del trabajo. Es difícil hablar a un ser invisible por un largo período de tiempo. Aun así Jesús, por todo lo que tenía que hacer, “se apartaba a lugares desiertos, y oraba.” (Lucas 5:16) E. M. Bounds escribió: “Los hombres están buscando mejores métodos. Dios está buscando mejores hombres--hombres de oración.” Josué aprendió su primer lección de liderazgo en el campo de batalla contra los amalecitas (Exodo 17). Mientras él deshacía a los amalecitas en el valle, la batalla real tenía lugar en la montaña. Ya que Moisés intercedía por ellos, los israelitas prevalecieron.  Las batallas espirituales se ganan en oración. Si el éxito de tu trabajo y ministerio fuera un reflejo de tu vida de oración, ¿dónde debería estar tu ministerio ahora mismo?

 

6) Llenura del Espíritu.

El liderazgo espiritual puede ser ejercitado solamente por la gente llena del Espíritu. Son deseables otras calificaciones para el liderazgo espiritual. Pero la llenura del Espíritu es indispensable. Jesús dijo: “porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15:5) Aún aquellos cuyas responsabilidades son en su mayor medida temporales en su naturaleza deben ser gente controlada y dinamizada por el Espíritu Santo. (Hechos 6). Donde sea que veas un líder espiritual, el Espíritu Santo está detrás de la escena, dinamizando, dirigiendo, liderando. Pablo escribió: “no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu.” (II Corintios 3:5-6). Continuará con la última parte, el domingo que viene.

 

 

 

Pág  2    -   14-7-2002    -    Lección  187   -   Iglesia     Evangélica    Bautista    del    Centro    de    Rosario      -     Rodríguez         542     -    Rosario,     Santa Fe.

 

LECCION    187  TEMA: Una Iglesia con propósito – 2º Parte.

 

Pasaje Bíblico: Hechos 2:43-47.

Pasaje de Memoria: “Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío”. Juan 20:21.

Lecturas Bíblicas Cotidianas: HOY (Hechos 2:43-47); LUNES (Salmo 34:1-22); MARTES (Mateo 28:16-20); MIERCOLES (Hechos 8:26-40); JUEVES (Lucas 10:25-37); VIERNES (1 Tesalonicenses 1:1-10); SABADO (Hechos 3:1-4:4). Leamos con oración cada uno de los pasajes, y vinculemos estas lecturas con la lección de hoy.

  

Introducción: aunque muchos pasajes de la Escritura describen lo que la iglesia debe ser y hacer, hay dos declaraciones de Jesús que lo resumen: el Gran Mandamiento (Mateo 22:37-40), y la Gran Comisión (Mateo 28:18-20). Podemos repetir el eslogan de la iglesia del pastor Rick Warren: “Un gran compromiso con el Gran Mandamiento y con la Gran Comisión, hará crecer una Gran Iglesia”. Nos seguimos orientando por el libro: “Una Iglesia con Propósito” , de Rick Warren.

Desarrollo: el pasaje del Gran Mandamiento, unido al de la Gran Comisión, nos da las tareas primarias en las cuales  se debe concentrar la iglesia, hasta que Cristo vuelva. La iglesia movida por un propósito está comprometida a cumplir con las cinco tareas que Cristo le ordenó a su iglesia:

 

Propósito Nº 1: Ama al Señor con todo tu corazón. La palabra que describe este propósito es adoración. La iglesia existe para adorar a Dios. ¿Cómo amamos a Dios con todo nuestro corazón? ¡Adorándole! No importa si estamos solos, con un grupo pequeño o junto a mil personas. Cuando le expresamos nuestro amor a Dios, lo estamos adorando. Veamos Mateo 4:10. Considere que la adoración viene antes del servicio. Adorar a Dios es el primer propósito de la iglesia. Veamos Salmo 34:3. No debemos adorar por obligación, debemos hacerlo porque lo deseamos. Debemos disfrutar de la posibilidad de expresarle nuestro amor a Dios.

 

Propósito Nº 2: Ama a tu prójimo como a ti mismo. La palabra que utilizamos para describir este propósito es ministerio o servicio. La iglesia existe para ministrar o servir a la gente, demostrando el amor de Dios a otros, satisfaciendo sus necesidades y sanando sus heridas en el nombre de Jesús. Lamentablemente en muchas iglesias, el verdadero ministerio o servicio, ocupa un lugar muy pequeño, y la mayoría del tiempo se ocupa en reuniones, o hablando de lo que hay que hacer y no haciéndolo. La fidelidad se mide en términos de asistencia, y así, la gente se sienta, se queda en remojo y se vuelven agrios.

 

Propósito Nº 3: Id y haced discípulos.  A este propósito lo llamamos evangelismo. La iglesia existe para comunicar la Palabra de Dios. Somos embajadores de Cristo y nuestra misión es evangelizar al mundo. Algún día, cada uno de nosotros tendremos que darle un informe a Dios con respecto a cuán seriamente cumplimos con esta responsabilidad. La tarea evangelística es tan importante que Cristo en realidad nos dio cinco Grandes Comisiones, una en cada uno de los evangelios, y una en el libro de los Hechos. En Mateo 28:19-20, en Marcos 16:5, en Lucas 24:47-49, en Juan 20:21 y en Hechos 1:8, Jesús nos dice que vayamos y le digamos al mundo el mensaje de salvación. El evangelismo es algo más que nuestra responsabilidad, es nuestro gran privilegio. Se nos invita a formar parte de aquellos que traen personas a integrar la familia eterna de Dios.

 

Propósito Nº 4: Bautizándolos. En el texto griego de Mateo 28:19-20, hay tres verbos en presente continuo: yendo, bautizando y enseñando. Cada uno de ellos forma parte del mandamiento “haced discípulos”. Es decir, yendo, bautizando, y enseñando son elementos esenciales del proceso de discipulado. Ud. se preguntará ¿por qué es tan importante el bautismo para tener que garantizar que estuviera incluido en la Gran Comisión de Cristo? No estamos diciendo que es parte de la salvación, sino que está demostrando que somos salvos. El bautismo es importante, porque simboliza uno de los propósitos de la iglesia: la comunión unos con otros, la identificación con el cuerpo de Cristo. Es decir, soy salvo y lo anuncio bautizándome. Doy a conocer de esta manera que pertenezco a Cristo y pertenezco a la familia local de creyentes fieles. Como cristianos somos llamados a pertenecer, no tan solo a creer. No hemos sido diseñados para vivir como el llanero solitario; en cambio, debemos pertenecer a la familia de Cristo y ser miembros de su cuerpo. El bautismo no solo es un símbolo de salvación, sino también un símbolo de comunión. No solo simboliza nuestra nueva vida en Cristo, sino que hace visible la incorporación de una persona al cuerpo de Cristo. Le dice al mundo: “¡Ahora esta persona es uno de nosotros!”. Cuando los nuevos creyentes se bautizan, le damos la bienvenida a la comunión en la familia de Dios. La iglesia existe para ofrecerle comunión a los creyentes (Ver Efesios 2:19).

 

Propósito Nº 5: Enseñándoles que guarden. La palabra que comúnmente usamos para referirnos a este propósito es discipulado. La iglesia existe para edificar o educar al pueblo de Dios. El discipulado es el proceso para ayudar a las personas a que se parezcan más a Cristo en sus pensamientos, en sus sentimientos, y en sus acciones. Este proceso comienza cuando una persona nace de nuevo y continúa a lo largo de toda su vida. Colosenses 1:28 dice: “...amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre”.

Como iglesia no solo somos llamados a alcanzar a la gente sino también a enseñarles. Luego de que alguien ha tomado una decisión por Cristo, debe ser discipulado. Es responsabilidad de la iglesia desarrollar a las personas para que lleguen a la madurez espiritual. Esta es la voluntad de Dios para cada creyente (veamos Efesios 4:12b-13).

 

Examen

 

1)      Si Ud. examina el ministerio de Jesús, es evidente que él incluyó los cinco elementos analizados anteriormente en su trabajo. Descubrir los cinco propósitos, pero solamente analizando el capítulo 17 de Juan.

 

2)      Descubrir los cinco propósitos analizando el pasaje de Hechos 2:1-47. ¿Qué versículos corresponden a cada propósito?.

 

 

3)      El apóstol Pablo no solo cumplió estos propósitos sino que también los explicó en Efesios 4:1-16. ¿Cuáles versículos señalan los correspondientes propósitos?

 

4)      Analizar la declaración de propósitos de nuestra iglesia e indicar en cada parte de ella, ¿a qué propósito específico se corresponde?

Pasaje de memoria para el domingo próximo: Lucas 5:38.

 

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