Sobre terrorismo |
Carta de Zapatero
a Rajoy de 25 de abril de 2005 (65): le recuerdo que el
primer mandamiento del apartado uno del pacto es "eliminar
del ámbito de la legítima confrontación política o
electoral las políticas para acabar con el
terrorismo
nunca ejercí el control parlamentario
de la política antiterrorista del Gobierno, de tú
Gobierno
Después de un año en la responsabilidad
del gobierno y vosotros en la tarea de oposición,
compruebo con decepción que habéis decidido hacer del
terrorismo y de la lucha contra el mismo elemento de
confrontación política y de control parlamentario.
Lamento esta actitud". Consignas en la manifestación del 4 de junio en contra de abrir un diálogo con ETA (103): "España, entera, y sólo una bandera", "Otegui, cabrón, vete al paredón", "Ibarretxe, escabeche", "ZP, lárgate", "Zapatero, embustero", "Deja el talante, y ponte aquí delante", "España, unida, jamás será vencida". |
Provocar una crisis (102): "Por primera vez desde el inicio de la democracia uno de los dos grandes partidos políticos salió a la calle contra la política antiterrorista del Gobierno. El PP ha roto así un pacto explícito que ha determinado la conducta de los principales partidos democráticos: apoyar siempre al Gobierno en la lucha contra ETA. Pero además lo ha hecho de una manera vergonzante: mandando a la Asociación de Víctimas del Terrorismo por delante y montándose descaradamente sobre la condición y el dolor de éstas para desgastar al Gobierno. De una sola atacada, el PP se ha cargado las normas de solidaridad en la lucha antiterrorista y de respeto a las víctimas, que formaban parte del denominador común de los demócratas. [La declaración aprobada por el Congreso mantiene el compromiso de no pagar precio político al fin de la violencia]. Al utilizar las víctimas como ariete para forzar la puerta electoral, el PP está rompiendo el Pacto Antiterrorista por el punto más sensible: hace añicos el respeto a las víctimas, primero de los valores básicos compartidos. Las víctimas son ciudadanos como todos, que merecen la solidaridad de los demás por las pérdidas y por el sufrimiento padecido. Tienen el mismo derecho que cualquier otro a hacer política. El PP, que clamó insistentemente por la unidad de las víctimas, entendió como tal la sumisión a la política de su Gobierno. Cuando el Gobierno del PSOE le ha sucedido en el poder, ha seguido pretendiendo que las víctimas sean suyas. Provocando de este modo una fractura y segregando a sus víctimas, las buenas, de las demás, las sospechosas. Las víctimas tienen todo el derecho a decantarse por una opción política, pero entonces ya sólo representan a quienes les siguen en esa apuesta. Puesto que entre las víctimas hay gente tan diversa como en la ciudadanía en general, es lógico que se den opciones políticas diversas e incluso contradictorias. Lo mínimo que se le puede pedir al PP es que respete esta diversidad y no hable en nombre de todas las víctimas, porque no tiene ningún derecho a hacerlo. El PP ha iniciado con la manifestación del sábado una importante campaña callejera contra el Gobierno Tres manifestaciones en tres semanas, algo inusual en la derecha que años atrás clamaba contra los políticos de pancarta. Por lo visto, la soledad de la oposición incita a buscar el calor de la calle. A sus asesores corresponde saber si realmente esta estrategia, que sólo consigue aislarles de las demás fuerzas políticas y cohesionar a los demás partidos frente a su asalto, les acerca o les aleja de sus objetivos estratégicos, es decir, de recuperar el poder. Da la impresión de que el PP ha aprendido que la alternancia en España sólo se produce en situaciones de crisis o emergencia. Y que está dispuesto a hacer lo que sea, incluso utilizar como plataforma el dolor de las víctimas, para intentar crear un estado de crisis que le permita recuperar un poder que considera usurpado. El problema del PP es que no hay en la sociedad ninguna sensación de amenaza o riesgo que pueda hacer pensar que se necesita un cambio rápido. Con la agitación se puede llegar a convencer a los sectores más radicales del PP de que la patria está en riesgo y otras fantasías parecidas. Pero cuando la realidad tiene tan poco que ver con el ruido es difícil que estos intentos de desestabilización tengan éxito, por más que los voceros populares estén ya dando por liquidada la legislatura. ¿Piensan de verdad que alguien se lo cree?. Puede que los gritos terminen convenciendo a alguien de que lo que dicen es cierto, pero es difícil percibir esta sensación de crisis y desastre que el PP quiere transmitir ¿Es función del primer partido de la oposición jugar a provocar una crisis nacional por simple resentimiento?. Este país es demasiado sensato para seguir al PP por este absurdo camino". Los otros. 7 de abril, la presidenta de la Asociación 11 de Marzo Afectados de Terrorismo, cuyo hijo murió asesinado en uno de los trenes que reventaron los terroristas en Madrid, Pilar Manjón, denunció ante el Juzgado las amenazas anónimas recibidas. Algunas de muerte: "España cristiana y no musulmana. Vete de España si no quieres oír las campanas" (19). El 9 de junio confirmó su marcha de Madrid, pero dejó claro que su voz "no se va a callar" porque es la de su hijo y todos los ausentes. "Mi pecado es que a mi hijo no le asesinó quien ellos querían [ETA] y punto". En un supermercado tuvo que oír: "Por culpa de los muertos de esta gentuza hemos perdido las elecciones". (101) En contra del diálogo con ETA. 20 de mayo, declaración de Rajoy: lamento la decisión del Congreso de iniciar una negociación si abandona las armas (99). A favor. Declaración del arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Cañizares: a Dios le pido que "aliente él mismo las iniciativas de diálogo y de reconciliación [y que] se consolide la voluntad de buscar soluciones pacíficas respetuosas de las legítimas aspiraciones de los hombres y de los pueblos". Del obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte: "No me toca discernir si existen o no condiciones favorables para iniciar un auténtico proceso de paz, pero sí me corresponde proclamar con toda energía que, si existen, es necesario cuidarlas con esmero, con discreción y con paciencia. Y si no existen, es preciso generarlas con tesón y con espíritu magnánimo ningún interés partidista, ningún agravio del pasado o del presente, ninguna exigencia intolerable y dogmática ninguna demostración de violencia" deben obstruir el camino a la paz. "Todos tenemos el deber moral de contribuir a gestar o seguir ese camino: gobernantes, partidos políticos, agrupaciones sociales, medios de comunicación social, movimientos cívicos, ciudadanos de a pie. Todos estamos obligados a deshacer los obstáculos existentes, a no generar nuevos obstáculos y a propiciar las condiciones favorables". (106) |