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(Paisaje montañoso. Vemos a un águila sobrevolando las montañas. A la orilla de un río, un desconocido con manos enguantadas acaba de ahogar a un hombre en el agua. A continuación el asesino se acerca a la mochila del muerto y la vuelca sobre el suelo para inspeccionar su contenido, pero no parece encontrar lo que estaba buscando)
*************************
BERENICE (off, a través del teléfono): Agencia de detectives Remington Steele. Un momento, por favor.
(la mujer parece alarmarse y cuelga el teléfono. Apaga la lámpara y se levanta. Sale de la casa y cierra la puerta. Vuelve a guardar la llave en la maceta y se aleja)
************************* LAURA: (sonríe) Si, Sra. Stanton, el martes a las diez. [...] El Sr. Steele estará encantado. Absolutamente encantado. (cuelga) ¡Y yo también! (repite para si misma)
************************* LAURA: (a puerta) ¡Sal ya de una vez! (golpea la puerta con los nudillos) ¡Vas a llegar tarde! (se mira el reloj de pulsera) ¡Ya llegas tarde!
MURPHY: (sin inmutarse ni levantar la vista del libro) ¿Tiro la puerta?
L: (a Murphy) No, todavía no. (vuelve a dirigirse a la puerta) Has dado tu palabra, y todo el mundo sabe que la palabra de Remington Steele es sagrada.
(justo entonces se abre la puerta y aparece Steele, en mangas de camisa y con chaleco; lleva su chaqueta en la mano)
STEELE: Ésa es una táctica miserable (Laura le empuja para hacerle salir completamente de la habitación) y desleal.
L: (le abrocha los botones del chaleco) No si funciona.
S: ¿Presidente honorario para el comité de protección del águila de cabeza blanca?
L: (todavía abrochándole los botones) Es publicidad para la agencia.
S: ¿Ah, si? (Laura le coge la chaqueta de la mano y le ayuda a ponérsela) ¿Un montón de cotorras emperifolladas parloteando de salvar a las águilas mientras llevan abrigos de chinchilla y zapatos de cocodrilo?
L: Sólo tienes que estrechar unas cuantas manos, sonreír con gancho y dejar que te hagan unas fotos. (le encamina hacia la puerta)
M: (ahora vemos lo que estaba leyendo, un libro sobre águilas en peligro de extinción) Lo de la foto te va a encantar. (se levanta bruscamente y se encamina a Steele y Laura) ¡Eh, no te olvides el libro! (le pasa el libro a Steele)
S: (coge el libro) ¿Para qué es eso?
L: (le arregla la solapa de la chaqueta) Para dar la impresión de que te interesa el trabajo del comité.
(Murphy abre la puerta del apartamento)
S: (sale del apartamento, pero se para frente a la puerta) Comprendo que esa especie de águila sea vuestro símbolo nacional, pero debo confesar que no me gustan los pájaros, especialmente los calvos.
L: Recuerda. Interesado, sincero y preocupado. (Murphy
levanta el pulgar hacia Steele, y éste responde con no demasiado entusiasmo) ************************* (Reunión
del águila. Una multitud escucha a una mujer [mujer1] que está hablando desde el
estrado. Steele llega en ese momento) MUJER1:
Quiero darles un avance de nuestras atracciones. (Steele se aproxima a la
mesa desde la que está hablando la mujer) Para nuestro sorteo el Sr.
William Collins ha contribuido con una semana para dos...(Steele llega a la
mesa y se sienta en una silla que está libre) en Hawaii, con todos los
gastos pagados en el King Kani Kakana... S:
(se dirige a la mujer [MUJER2] que está sentada a su lado, que resulta ser la mujer
de antes) Siento llegar tarde. MUJER2:
¿Es usted del comité? S: (con
orgullo) Presidente honorario. MUJ2:
(
S: Demasiado técnico para mi gusto.
MUJ2: (sonríe para si) Millicent es un poco pesada, pero tiene un gran entusiasmo.
S: (la mira de arriba abajo y le sonríe) ¿Por eso está usted aquí, por dedicación?
MUJ2: Apelaron a mi sentido de deber cívico.
S: ¿Quién es la Sra. Stanton? (escanea la sala con la mirada) ¿La de cara de pájaro con el tic? (la mujer niega con la cabeza) ¿La del sombrero de plumas azules con el tic? (la mujer vuelve a negar) Dígame una cosa: ¿por qué todas tienen tics?
MUJ2: Se nota que no conoce usted a sus maridos.
S: (la mira, escrutándola) Pues usted no tiene tics.
MUJ2: (mira a Steele) Es que soy viuda, Sr. Steele.
S: Ahora mismo estoy en desventaja. Usted conoced mi nombre, pero yo no conozco el suyo.
MILLICENT: ¡Y ahora, con ustedes Grace Stanton!
MUJ2: (se levanta cuando la multitud empieza a aplaudir) Ahora ya lo sabe. (Steele se muestra algo avergonzado, y se une al aplauso)
GRACE: (en el estrado, comienza a hablar a la multitud) Gracias, amigos. Tengo noticias malas y buenas. Las malas son que el Sr. Amos Maxwell, que iba a entregarnos su informe sobre el proyecto del lago Solitude y sus aspectos ecológicos en relación con el águila de cabeza blanca, (Steele le mira las piernas mientras ella habla) no ha podido asistir. Sin embargo, nos lo entregará pasado mañana en la reunión del comité financiero. Las buenas noticias son que hoy nos acompaña nuestro presidente honorario, el renombrado y un tanto esquivo Remington Steele.
(la gente comienza a aplaudir y él se levanta sonriendo, y saluda con el libro en la mano. Se aproxima al estrado, y Grace se sienta)
S: Desde que tuve el privilegio de venir a su maravilloso país me he sentido fascinado por sus aves. No ha habido un sólo día que no me haya pasado a meditar en las misteriosas razones que han podido inducir a los padres de la patria a elegir un símbolo tan--- (echa un vistazo a la portada del libro, que muestra la foto de un águila) tan--- (sonríe) Como ven me faltan palabras cuando contemplo el águila de cabeza blanca. (Grace comienza a aplaudir y el resto del grupo se une al aplauso).
GR: (vuelve a ponerse en pie, frente al estrado) Gracias, Sr. Steele, gracias. (Steele vuelve a su sitio y se sienta) Intuyo que vamos a tener muchas pruebas de la penetración psicológica (vuelve la cabeza hacia Steele) del Sr. Steele. Ahora haremos un descanso de 20 minutos. (la gente se levanta de sus asientos. Grace se acerca a la silla de Steele y le susurra al oído) Ya que hemos terminado presentaré nuestras excusas y saldremos pitando de aquí. (cierra una carpeta que hay encima de la mesa y se la guarda debajo del brazo)
S: Acabo de llegar.
G: Espéreme en ese vestíbulo. Pretenderán retenerlo aquí. ¡No lo permita! (se aleja)
(Steele sonríe para si mismo. Se levanta y coge su libro. Intenta abrirse paso entre la multitud, pero de pronto un hombre se planta enfrente de él, impidiéndole avanzar)
HOMBRE: Espere, Sr. Steele, siéntese y charlemos.
S: ¿Los servicios? Tengo que ir al servicio.
HOMBRE: (extiende la mano hacia Steele, presentándose) Obispo congresista. (le da un golpecito amistoso en el hombro) Puede llamarme Orrin.
S: (el hombre y él se estrechan la mano) Con mucho gusto le llamaré lo que quiera, en cuanto vuelva. (Grace baja por la escalera con el abrigo en la mano, y le hace una seña para que se reúna con ella)
ORRIN: ¿Qué hace aquí, Sr. Steele?
S: Soy el presidente honorario del comité.
O: Tengo mucho interés en este comité. Si hay algo aquí que requiera se reconocida pericia profesional, me gustaría saber qué es.
S: Siento mucho decepcionarle, caballero, pero la única razón por la que estoy aquí es mi simpatía hacia las águilas. Y ahora, con su permiso... (se separa finalmente del hombre y se reúne con Grace)
G: ¿Que quería?
S: Quería saber qué pinto yo aquí.
G: ¿Se lo ha dicho?
S: Yo tampoco lo sabía.
G: Ya tendrá tiempo de saberlo. (le agarra del brazo para que se mueva) Vámonos.
(Steele le abre la puerta y los dos salen)
*************************
(Calles de Los Ángeles, limusina. STEELE y GRACE van dentro. Steele se está sirviendo una copa de champán)
G: Le pido mil perdones por tanto misterio, pero si el comité supiera que Maxwell ha desaparecido, el proyecto se vendría abajo.
S: ¿Cuándo perdió su pista?
G: Hace una semana. Me llamó desde el lago. (Steele bebe un sorbo de su copa) Estaba haciendo sus últimas investigaciones en el refugio del águila. ¿Se puso en contacto con ustedes?
S: Nunca he hablado con el Dr. Maxwell.
G: ¿Entonces les envió algo? ¿Propaganda de nuestro comité? (bebe un sorbo)
S: No que yo sepa.
S: Mis empleados son muy eficientes. Si el doctor hubiera enviado algo, seguro que me lo habrían entregado.
G: ¡Oh!
S: ¿Qué cree que puede haberle ocurrido?
G: (niega con la cabeza) No lo sé. Pero tiene que ser algo horrible para que no haya entregado su informe. Ha dedicado toda su vida a la protección de esas pobres criaturas.
S: ¿Puedo hacerle una pregunta impertinente, Sra. Stanton?
G: (sonríe y se gira hacia él) Va a preguntar a qué dedico mi vida.
S: (devuelve la sonrisa) Encontrar un lugar apropiado para el águila de cabeza blanca es desde luego un empeño loable, pero se me hace difícil creer que ocupe todo su tiempo, ¿sabe?
G: Sé lo que está pensando, Sr. Steele. Una mujer mimada, increíblemente sana, se pone a hacer obras altruistas para ocupar el tiempo que le sobra después de ir a fiestas y viajar por el mundo, pero se equivoca de medio a medio. El dinero que me dejó Willis ha sido una carga más que una bendición. Fui su tercera esposa, 25 años más joven que él. Fue un matrimonio bastante breve; no era un hombre sano. (Steele se bebe otro trago) Una mañana al despertarme descubrí que yo valía más de 140 millones de dólares. (Steele se atraganta al oír la cifra, y ella se ríe) Se le ha atragantado el champán con tanto cero.
S: (se limpia con un pañuelo) No es para menos.
G: No puede imaginarse lo poco que tardaron en proponerme matrimonio cuando conocieron esa información. Pero el dinero no puede remediar mi soledad, (le mira seductivamente) ¡Una terrible soledad!
S: (se guarda el pañuelo en el bolsillo de la chaqueta) Uh, pobrecita.
(llegan a la casa de Maxwell y Fred aparca la limusina frente al garaje. Steele sale del coche y le abre la puerta a Grace)
G: (a Fred) Gracias.
(Steele sale también del coche y sonríe a Fred antes de seguir a Grace hacia la entrada de la casa. Llegan al porche y Steele llama al timbre)
G: Hay una llave en el tiesto.
S: (alarga la mano dónde Grace le ha indicado para coger la llave) Algunos podrían calificar esto de allanamiento de morada.
G: Amos y yo somos amigos. Sino, ¿cómo iba a saberlo?
S: No hay llave.
G: Tiene que haberla. (procede a buscar la llave también) Siempre está aquí. Tendremos que entrar de alguna otra forma.
S: Lo dicho, allanamiento de morada. (intenta maniobrar el pomo de la puerta, pero ésta no se abre)
G: A lo mejor está enfermo y no puede abrir.
S: ¿Tiene una tarjeta de crédito?
G: Mi nombre es mi crédito.
S: (sonríe, y luego señala con el dedo un broche que Grace lleva en el abrigo) Permiso. (coge el broche y abre el cerrojo con él)
G: Es tan tranquilizador tenerle a mi lado. (él le devuelve el broche y le deja la puerta abierta para que ella entre)
(los des entran en la casa y descubren que alguien la ha registrado)
G: ¿Lo ve usted? Algo le ha ocurrido.
(Steele se adentra en la casa y Grace se queda inspeccionando unos papeles sobre la mesa)
S (off): Sra. Stanton, ¿cómo es Amos?
G: Unos cincuenta años...
S (off): ¿Si?
G: Pelo castaño con algunas canas...
S: Siga.
G: Ojos marrones...
(vemos a Steele en el cuarto de baño reclinado sobre la bañera, llena de agua. Está inspeccionando un cadáver que se encuentra en su interior)
S: ¿Si? (Saca el pañuelo del bolsillo de su chaqueta y lo utiliza para limpiarse)
G: Y un bigote muy delgado.
S: (se asoma por la puerta) Creo que hemos encontrado al Dr. Maxwell.
G: ¿Dónde?
S: En la bañera. ¡Muerto! (gira la cabeza para echar un último vistazo al cadáver)
*************************
(oficina. LAURA está sentada a su mesa, leyendo el periódico. Un titular dice: "'HA SIDO ASESINADO', DICE REMINGTON STEELE". Se levanta de la mesa, enfadada y se dirige a recepción. BERENICE está leyendo el mismo diario)
L: ¿Dónde está?
BERENICE: No ha llegado todavía.
L: ¡Será lelo! (golpea el periódico en un gesto de enfado) ¿Cómo se atreve a afirmar que la muerte de Maxwell fue un asesinato cuando el juez, la policía y la Sra. Stanton dicen que fue un accidente?
(en ese momento entra en la oficina el congresista BISHOP)
BISHOP: (con cara de enfado) ¿Dónde está?
BER: Si se refiera al Sr. Steele...
BIS: ¡Ese idiota! ¡Decir que la muerte de Maxwell fue un asesinato!
L: (intenta excusarse) Remington Steele es uno de los criminalistas más eminentes... (se para a pensar en lo que acaba de decir e intenta rectificar) Una de las mentes más privilegiadas en criminología, y si él afirma que fue un asesinato es que...
(justo entonces sale MURPHY del otro despacho, con un periódico en la mano)
M: ¿Ha vuelto a meter la pata, ¿verdad?
L: Murphy, este caballero quiere ver a...
M: (a Bishop) Señor diputado, soy un gran admirador de su trabajo. (se acerca a él y le extiende la mano. Bishop se la estrecha. Después se vuelve a Laura) El obispo diputado es uno de los grandes estudiosos del medio ambiente del país.
BIS: En circunstancias normales estaría encantado de escuchar a un elector satisfecho, pero ahora tengo otras prioridades.
L: Será mejor que lo discutamos en el despacho del Sr. Steele.
BIS: Bien.
L: Murphy...
M: (a Bishop) Por aquí, señor.
(los dos hombres se encaminan al despacho, mientras Laura se queda rezagada y se vuelve a Berenice)
L: (deja caer el periódico sobre la mesa) ¡Localízalo! ¡Deprisa! (se encamina también al despacho, dónde Murphy y Bishop están hablando)
BIS: ¿Es que Steele no conoce las funciones de un presidente honorario? (Laura entra en el despacho y cierra la puerta) Sonreír, saludar y posar para la prensa, (al oír el ruido de la puerta, se vuelve hacia Laura) No meter la nariz en los asuntos del comité ni en las bañeras de la gente. Si Amos Maxwell quería emborracharse y contar hasta cien bajo el agua estaba en su derecho.
L: ¿Era aficionado a la bebida?
BIS: Ni lo sé ni me importa. Se le contrató para determinar si mis tierras eran adecuadas para el águila. (se acerca a Murphy, que está apoyado sobre la mesa) Usted ha dicho que admira mi trabajo, ¿no?
M: Mucho.
BIS: Entonces sabrá que los enemigos del medio ambiente me la tienen jurada. Especuladores y depredadores están esperando que dé un paso en falso.
L: (se aproxima a los dos hombres) ¿Y qué tiene que ver eso con la muerte de Amos Maxwell?
BIS: He accedido a vender mis tierras para refugio del águila de cabeza blanca a un precio considerablemente más bajo del justo. Si Amos Maxwell fue asesinado un día antes de entregar su informe, el proyecto empieza a tambalearse, y a menos que Steele tenga una prueba tangible, una prueba que demuestre que fue asesinado... ¡Quiero una retractación pública de tanta trascendencia como su acusación!
(Bishop cruza la sala de espera como una exhalación y se encuentra en la salida con Grace Stanton, que entra en ese momento. Se la queda mirando y la sigue dentro de la oficina)
G: (a Berenice) ¿Está el Sr. Steele?
BIS: (agarra bruscamente a Grace del brazo) ¿Qué haces tú aquí?
G: Me figuro que lo mismo que tú. (se separa del apretón)
BIS: Tú contrataste al Dr. Maxwell. (Laura y Murphy salen del despacho, alertados por las voces) ¿Hay algo de cierto en las acusaciones que está propagando Steele?
G: Nada en absoluto.
BIS: ¡Entonces ve procurando que las retire, o búscate otras tierras para que vivan tus malditos pájaros!
G: Te suplico que no vuelvas a amenazarme. Y deja de fingirte tosco y rudo. (se dirige a Berenice) Le gusta que le confundan con un pueblerino, (levanta la vista hacia él) pero fue esmeradamente educado en Harvard.
BIS: Puedes seguir burlándote de mi, querida Grace, pero no olvides que tienes mucho más que perder que yo. (se marcha definitivamente)
G: (a Berenice de nuevo) ¿Está el Sr. Steele?
L: (se acerca por detrás) Soy su asociada, Laura Holt. (le extiende la mano) Éste es Murphy Michaels, Berenice Foxe. Tal vez pueda ayudarle.
G: Eso espero.
L: Pase por aquí. (la conduce al despacho y se vuelve hacia Berenice)
BE: En su casa no cogen el teléfono, pero el coche está en el garaje y ya no sé adónde llamar.
L: Somos detectives, ¡por el amor de dios! ¡Lo menos que podemos hacer es encontrar a nuestro jefe! (se encamina hacia el despacho)
(Grace está inspeccionando los cajones de la mesa del despacho, cuando oye a Laura que se acerca. Cierra el cajón e intenta disimular)
G: (se aproxima a Laura, que acaba de entrar y cierra la puerta) Que mesa tan limpia. Mi difunto esposo decía que la calidad de un ejecutivo se conoce por la limpieza de su mesa. Un buen profesional no deja en ella un solo papel.
L: (sonríe) Si, si. Así es el Sr. Steele. El primero en llegar, el último en marcharse. De hecho, a veces es tan diligente que ni siquiera lo vemos.
G: ¿Ha cambiado impresiones con usted sobre la muerte del Dr. Maxwell?
L: Um... no tanto como yo hubiera querido.
G: Primero dijo que se trataba de un accidente. (vuelve a aproximarse a la mesa y apoya las manos en ella)
L: ¿Por qué cambió de opinión? (se acerca dónde está Grace)
G: (se vuelve para mirar a Laura) No tengo ni idea. Cuando aparecieron los periodistas empezó a decir cosas raras.
L: ¿Por ejemplo?
G: "El Asesinato más sucio, Margaret Rutherford, la Metro, 1964." (Laura empieza a comprender) ¿Eso significa algo para usted, Srta. Holt?
L: El Sr. Steele a veces habla---en clave.
G: ¿Quién es Margaret Rutherford? (se sienta en una silla) ¿La sospechosa?
L: Será mejor esperar al Sr. Steele y que él nos lo aclare.
G: Me disgustaría mucho que esta publicidad arruinará el trabajo del comité.
L: Si el Sr. Steele está en lo cierto, y la muerte de Maxwell no fue un accidente, ¿podría tener relación con su trabajo para el comité?
G: (piensa un segundo) Pues no lo sé, era un trabajo rutinario. Pero usted ya estaba al corriente.
L: ¿De qué?
G: El Dr. Maxwell dijo que iba a enviarle algún material al Sr. Steele, sobre nuestros objetivos, sus descubrimientos...
L: No hemos recibido nada.
G: A lo mejor lo envió a casa del Sr. Steele.
L: ¿Usted cree?
G: Tal vez no era muy importante. (se levanta) Investigaciones de rutina.
L: Si descubrimos algo se lo comunicaré
G: Gracias. El Sr. Steele no sabe lo que tiene con alguien como usted a su servicio. (se marcha, y deja a Laura pensativa y asombrada por lo que le acaba de decir)
*************************
(apartamento de Steele, noche. MURPHY y LAURA están en el descansillo. Murphy toca el timbre insistentemente: no parece haber nadie dentro)
M: (a la puerta) ¡Vamos! ¡Abre, abre! (Laura abre su bolso y saca su ganzúa, se la alarga a Murphy) Me gustaría darle una patada para ver como salta la madera en mil pedazos por los aires.
L: (sonríe y se coloca detrás de Murphy, mientras él intenta forzar la cerradura) Y al final tendríamos que pagar los daños.
M: Lo sé, pero me saca de quicio tener que esperar a que abra ese tío.
L: ¿Y que puedo hacer yo ahora, Murphy? ¿Admitir ante el obispo y la Sra. Stanton que si, que es un farsante, y que no, que Margaret Rutherford no es una sospechosa, sino una antigua actriz inglesa?
(Murphy finalmente logra abrir la cerradura, y sonríe por lo que Laura acaba de decir. Abre la puerta y deja pasar a Laura en el apartamento. Él está a punto de entrar también, pero de pronto se pone serio. El apartamento está patas arriba; obviamente ha sido registrado)
L: Es tan duro para mi decirlo como para ti escucharlo, pero, ¿no crees que nuestro amigo Steele (apoya el bolso sobre el sillón, que está volcado sobre el costado) ha tropezado en realidad con algo?
M: Pues eso, o se ha peleado con la asistenta.
(Laura se adentra más en el salón, mientras Murphy se asoma al dormitorio)
L: Es hora de que empecemos a disculparnos por él y empecemos a tomárnoslo en serio. (toma una escultura en la mano)
M: Tienes razón. (regresa del dormitorio) Pediré una copia del informe de la autopsia de Maxwell enseguida.
L: Averigua también todo lo que puedas sobre Grace Stanton. (respira hondo y cambia de expresión: se pone seria) Murphy, ¿te has parado a pensar que puede estar en peligro?
M: (sonríe y niega con la cabeza) No. Si hay algo que he aprendido de él es que sabe cuidarse muy bien.
*************************
(callejón oscuro. Un hombre está apaleando a STEELE. El hombre le da un puñetazo en estómago y él se retuerce de dolor. El hombre a continuación saca una pistola y empuja a Steele hacia una casa. Dentro hay un HOMBRE trajeado y con gabardina que se levanta cuando Steele es empujado al interior. Steele y el hombre de la gabardina; se escrutan mutuamente. El otro hombre sigue apuntándolo con la pistola)
HOMBRE: (hace una ligera reverencia) Espero que Vernon no se haya servido de la violencia para traerle hasta aquí.
S: Me lo ha pedido de un modo convincente. (se gira hacia el hombre y confirma que le sigue apuntando con la pistola)
HOM: (coge una botella de champán y se la muestra a Steele) Chateau Laffite Rothschild, 1945 (le indica la silla para que se siente) Por favor...
S: (se sienta) ¿Debo aparentar que no le conozco, o eso no importa?
HOM: (sirve dos copas y le alcanza una a Steele, quien la acepta) Me ha reconocido al instante. Es el precio que uno paga por tener fotografías (se sienta también) suyas en tantos sitios. (hacen un brindis)
S: Hay gente que se muere por salir en la portada del Time, Sr. Swan.
SWAN: Lo malo es salir por ser el estafador número uno del mundo. Las autoridades fueron demasiado severas conmigo. Le aseguro que no fue culpa mía el que mis empresas quebrasen. Tuve que pedir prestado y no pude devolverlo.
S: Porque se lo echaba al bolsillo.
SW: Tres años en prisión son más que suficientes por ese desliz tan insignificante. Pero, en fin, usted ya conoce la historia.
S: Impuestos atrasados, si mal no recuerdo.
SW: Y muchos. Estoy negociando la posibilidad de pagar la mitad, pero si usted (le señala con el dedo) no me ayuda, no podré reunir los fondos que necesito.
S: No me habrá traído aquí para pedirme que contribuya...
SW: Al contrario; para proporcionarle una buena suma. Quiero comprarle algo. Algo que sé que usted tiene.
S: ¿Ah, si?
SW: (deja la copa encima de la mesa) Sé que se ve usted con Grace Stanton. (se mete la mano al bolsillo de la gabardina y saca algo de él) Dígame, ¿ha sucumbido ya a sus muchos encantos o sigue siendo usted el mismo?
S: Siempre soy el mismo, Sr. Swan. Siempre.
SW: (le muestra el objeto que acaba de sacar del bolsillo) ¿Qué diría que es esto? ¿Algo sin valor? ¿Un pedazo de cristal?
S: (se afloja el nudo de la corbata) Un diamante en bruto, (se desabrocha el primero botón de la camisa) sin tallar ni pulir.
SW: (impresionado) Muy bien, si señor. (Steele sonríe, orgulloso) No hay entre cincuenta mil dos hombres que sepan que esto es un diamante, Sr. Steele. Me han robado muchas veces y nunca se ha llevado esto nadie.
S: Y esto tiene algo que ver con Grace Stanton
SW: Si, señor. Representa lo que era cuando la conocí; una quinceañera vulgar y torpe con el cutis estropeado y el pelo sucio. Bien, señor, fui yo el que descubrió el diamante en bruto, lo tallé, lo pulí, hice posible que llegará a ser la señora de William Stanton, pero a medida que avanzaba hacia una posición tan distinguida fue adquiriendo rasgos y costumbres mucho menos brillantes. Se hizo una consumada embustera, una intrigante en la que no se puede confiar.
S: (se encoge de hombros y se sirve más champán) Hábleme de esa compra.
SW: Estoy dispuesto a pagar diez mil dólares por su vuelta, pero no quiero preguntar. Tampoco habrá respuestas. (Steele hace mención de levantarse, pero él le disuade) No se precipite, Sr. Steele. (el hombre de la pistola vuelve a hacer su aparición) A Vernon le gustan los blancos móviles. Son mucho más emocionantes.
S: Me gustaría que me dijera (vuelve a recostarse en la silla) si esto tiene algo que ver con la muerte de Maxwell.
SW: Puesto que no conozco a ese caballero me ahorraré el formulismo del pésame.
S: Alguien estaba muy interesado en el contenido de su casa. La puso patas arriba buscando algo.
SW: ¿Quiere decir que no lo tiene usted?
S: No, no, se equivoca. Sólo quería decirle que hay alguien más interesado.
SW: No se pase de listo. La inteligencia no es buena consejera. ¿Qué diría su avaricia si le ofreciera veinte mil dólares?
S: (sonríe) Diría que veinticinco mil.
SW: Estoy tratando con un negociante muy hábil. (se levanta) Mañana, Sr. Steele. (Steele se levanta también) Lo necesito para mañana. Vernon se pondrá en contacto con usted. Mis disculpas por esta última indignidad.
(Swan le hace un gesto a Vernon, que se encuentra a espaldas de Steele. Steele sólo tiene tiempo de girar la cabeza antes de que Vernon le de un golpe en la nuca con la culata de la pistola. Steele cae al suelo, inconsciente)
*************************
(apartamento de Steele, mañana. Steele entra y se queda mirando el destrozo. Avanza hacia el dormitorio y en su camino se para a recoger un libro del suelo y lo deja en la repisa. Echa un vistazo al dormitorio desde el salón y entonces se percata de la presencia de LAURA, dormida en el sofá. Se para para taparla con una manta, pero el movimiento la despierta y se incorpora de un salto)
LAURA: (con sobresalto) ¿Dónde te habías metido?
STEELE: Laura, he pasado una noche increíble.
L: (se incorpora para sentarse en el sofá y se pone los zapatos) ¡Yo también, llamando al hospital y al depósito cada quince minutos! (se levanta y se acerca a él)
S: (no muy convencido de lo que Laura acaba de decir, pero asombrado) ¿Estabas preocupada por mí?
L: ¡Pues claro que estaba preocupada! (le pasa las manos sobre los hombros) ¡Eres una inversión muy valiosa! ¿Crees que he pasado todo este tiempo convirtiéndote en Remington Steele para perderte ahora? (se da cuenta entonces de los golpes que él tiene en la cara) ¿Qué te ha pasado en la cabeza?
S: (se lleva la mano a la nuca, pero intenta quitarle importancia) Una rata llamada Vernon me ha dado un aire. (Se gira de espaldas a Laura y coloca correctamente el póster de "Casablanca", que estaba torcido)
L: ¿Un aire?
S: En la jerga de los cuarenta, pegar, golpear, vapulear.
L: (le pasa la mano por el hombro y le conduce al dormitorio) ¿Dónde estabas?
S: En una escena extraída de El Último refugio. Allí me encontraba, enfrentado a una encarnación de Caspar Gutmann. Yo, por supuesto era Sam Spade, (atraviesan el dormitorio y se dirigen al cuarto de baño) un detective ligeramente turbio, y estuvimos regateando por el género, sólo que que en este caso lo llamaba ejemplar. (entran en el baño)
L: ¿Quién lo llamaba ejemplar? (coge una toalla y abre el grifo del lavabo)
S: Harry Swan. (Laura moja la toalla y la escurre) Un evasor de impuestos que intenta recuperar su permiso de residencia pagando su deuda al estado.
L: Parece ser que el Sr. Swan no es el único que está buscando algo. (le pasa la toalla por la frente) Stanton vino a la oficina con la excusa de verte, pero en realidad buscaba cierto material que Amos Maxwell te envió.
S: Ella es Bridgette O'Shaunessy, y lo que Maxwell iba a enviarme debe ser el género.
L: Ya sólo nos falta saber qué es ese género y quién lo tiene en su poder. (vuelve a humedecer la toalla en el lavabo)
S: Esto va tomando la forma de un caso de primera, y debo decirte que es más divertido ser Sam Spade que Steele. (Laura le vuelve a pasar la toalla por la frente) Verás. Steele se pasa de honrado, y llega a ser aburrido con tanta honestidad. Sin embargo Spade es otra cosa. (Laura pliega la toalla) Astuto, implacable, capaz de salir bien del peor lío.
L: Bueno, (le echa un vistazo al chichón que Steele tiene en la nuca) la verdad es que en ese punto no tiene mucho que envidiar a Spade.
S: (pone cara de dolor) Auch. Me haces daño. (suena el teléfono y Steele se acerca a contestar) Steele al habla.
(al otro lado de la línea está BERENICE, llamando desde la oficina)
BERENICE: Al final ha aparecido, ¿eh?
S: Gracias, Srta. Wolfe.
BER: ¿Por qué?
S: Su tono rezuma una honda y sincera preocupación.
BER: (sarcástica) Si, claro. ¿Está Laura?
S: (le pasa el teléfono a Laura) La Srta. Wolfe al aparato. Está rebosando alegría por mi regreso.
L: (coge el teléfono y contesta) ¿Si, Berenice?
BER: Será mejor que vengas cuanto antes. Estoy sentada sobre algo muy interesante.
L: Enseguida voy. (cuelga y se dirige a Steele, que está comprobando sus heridas frente al espejo) ¡Adios! (comienza a caminar hacia la puerta)
S: (intenta detenerla) ¿No íbamos a hablar del caso? (Laura se vuelve hacia él) ¿Idear un plan? ¿Ponernos a buscar el género?
L: Luego. Y lávate la herida, no sea que se te infecte. (se gira de nuevo hacia la puerta)
S: (la sujeta del brazo, para obligarle a que se vuelva hacia él) Laura, estás preciosa por las mañanas.
(Laura sonríe halagada y se marcha finalmente. Steele se queda sonriendo para sí)
*************************
(oficina. Laura entra en recepción, pero se para en seco al descubrir a Berenice entre un lío monumental. Toda la oficina está patas arriba; evidentemente, ha sido registrada)
BER: (la ve llegar) Lo demás está peor todavía. Tardaremos un mes en saber que es lo que se buscaban.
L: Me parece que sé lo que buscaban.
BER: ¿Qué?
L: (se acerca donde está Berenice, intentando esquivar los objetos y papeles tirados por el suelo) ¡El género! (deja el bolso encima de la mesa)
BER: ¿Qué género?
L: (endereza una maceta) Aquel por el que murió Amos Maxwell.
BER: ¿Quieres decir que Remington Steele (entre las dos levantan una silla del suelo) sabía lo que decía?
L: Sorprendente, ¿no?
*************************
(edificio de Los Ángeles, un mayordomo abre la puerta a Steele y le indica que entre. Se oye en off la voz de BISHOP hablando con alguien. Steele lleva una venda en la frente)
BIS: NO quisiera apremiarles, amigos míos, pero debo estar de vuelta en Washington la semana próxima. (Steele se dirige al lugar del que proviene la voz)
(uno de los interlocutores de Bishop es GRACE STANTON)
G (off): Propongo la compra de la propiedad en el lago Solitude al precio acordado.
(MILLICENT también está presente)
M: Pero, Grace, querida, no sé cómo. (vemos finalmente que trata de una reunión del comité. Los ya citados están sentado a una mesa y acompañados por otras dos mujeres y un hombre) No tenemos el informe del Dr. Maxwell.
G: Yo estuve hablando con él la víspera del accidente. Me dijo que las tierras del Obispo eran ideales para el enclave de una reserva.
M: ¡Pero se trata de un gasto superior al millón de dólares! ¡No podemos actuar a la ligera con una cantidad tan elevada!
G: No sería justo hacer perder tiempo al Obispo. Hay que dar una respuesta ahora.
BIS: (sonriente) ¿Por qué no votan ya?
M: Bien. Muy bien. Los miembros de la presidencia que están a favor de la compra de la propiedad del Obispo en el lago Solitude, que tengan la bondad de levantar la mano.
(Steele se ha quedado sentado en un taburete junto a la mesa e interviene por primera vez)
S: Como presidente honorario, (se levanta) ¿puedo decir unas breves palabras, por favor?
M: (sonríe ampliamente, encantada por su presencia) Será un placer, Sr. Steele.
S: Esto me trae a la memoria la leyenda de los monos de Gibraltar.
B: (frunce el ceño, extrañado) ¿Qué? Por favor, que se calle, no se ajusta al tema.
S: (se pasea por detrás de donde está sentada Grace, dando la cara a Bishop, sentado enfrente de ella) La leyenda dice que si los monos se fueran de Gibraltar sería el fin de la soberanía británica. (se para tras la silla de Grace y apoya las manos en el respaldo) Y yo afirmo que la desaparición del águila americana podría significar el fin de esta gran nación. Sin esas majestuosas criaturas, ¿qué sería de nuestro rumbo y de nuestro poder? ¿Qué sería de nuestro deber? ¿Y también de nuestro orgullo? (vuelve a pasear) ¿Y qué diríamos a nuestros hijos cuando, con mirada inocente, (se dirige expresamente a Millicent, que le mira con devoción) nos preguntaran: "¿qué es un águila calva, mamá?"? (tanto Grace como Bishop se llevan la mano a la cabeza, sin poder creer lo que acaban de oír) Con el propósito de tener tiempo para considerarlo, solicito un aplazamiento.
(a Bishop no le hace gracia la propuesta de Steele)
M: (se recupera de su embelesamiento) Debo informarles que una moción de aplazamiento tiene precedentes. La reunión queda aplazada indefinidamente.
(todos comienzan a levantarse)
G: (a Millicent) Tenemos otra moción en curso.
M: No puedo hacer nada, Grace, querida. Son los reglamentos.
(todos se encaminan hacia la salida, Steele y Bishop en último lugar)
BIS: (acusa a Steele con el dedo) Reconozco a un reventador cuando lo veo. (confronta a Steele y le obliga a pararse) ¡¿Qué demonios pretende usted?!
S: Quiero saber qué pasó con el informe de Maxwell.
BIS: Tal vez se perdió en el correo. Tal vez. O tal vez no lo terminó.
S: ¿Qué diría si le digo que tengo el género? (se frota la barbilla con el dedo)
BIS: ¿El informe del doctor? Le diría que lo devolviera a la Sra. Stanton para que el comité pueda tomar una decisión.
S: Me han hecho una oferta de veinticinco mil dólares. Usted no querrá entrar en la subasta, ¿verdad diputado?
BIS: (se cruza de brazos) Siempre creí que Remington Steele era un hombre intachable. Pero esto no es más que un chantaje sucio y vulgar.
S: No hay nada de sucio en veinticinco mil dólares.
BIS: Aproveche sus últimos días como investigador privado, Sr. Steele, porque haré que le retiren la licencia. (se marcha indignado)
(Grace no se ha marchado; está todavía en el umbral de la puerta)
BIS: (a Grace) Tiene hasta el martes. A menos que reconsidere la situación, ¡estará usted acabada! ¡Será su final! (lanza una última mirada a Steele, y sale del piso)
G: (se gira hacia Steele, enfadada) ¡Enhorabuena! ¡En pocos minutos ha destruido lo que hemos tardado meses en conseguir! (le indica la puerta) ¡Lárguese! (se abalanza hacia la puerta y la abre)
S: (se apresura a volver a cerrar la puerta) No tan deprisa hermana. Ha estado utilizándome desde el principio. (Grace se vuelve de espaldas a él y se adentra en la estancia. Él la sigue) Se las arregló para que encontrara el cuerpo de Maxwell, ¡pero le fallé! No declaré que había sido un accidente.
G: ¡Fue un accidente!
S: ¿Entonces por qué registraron mi apartamento? (Grace abre una carpeta y rebusca entre unos documentos) ¿Por qué fui secuestrado a punta de pistola y golpeado por un chorizo?
G: ¿Puedo hacerle una pregunta? (tira la carpeta encima de la mesa)
S: Largue.
G: ¿Por qué habla usted así?
S: Porque estoy hasta la misma coronilla, muñeca.
G: Es insoportable.
S: (le agarra el brazo) Quiero saber porqué ese informe de Maxwell vale veinticinco mil pavos.
G: (se suelta de Steele) ¿Quién le ha ofrecido veinticinco mil pavos?
S: Harry Swan. (Grace cambia de expresión de pronto) Le sienta muy bien ese color, Sra. Stanton. Es gris, ¿no?
G: ¿Cómo conoció a Harry Swan?
S: Tomando unas copas.
G: ¿Qué le contó?
S: Me dijo que era usted una consumada embustera, y una intrigante de la peor caña. Y que la conocía desde la adolescencia.
G: (le pone las manos en el pecho) Sr. Steele, ayúdeme. Estoy asustada, muy asustada.
S: ¿Por Swan?
G: Usted no le conoce como yo. Es cierto, viví con él desde los 16 hasta los 19 años. No es algo de lo que me sienta orgullosa. Ahora que Willis ha muerto, seguro que quiere volver conmigo, pero yo no lo soporto. ¡Me repugna!
S: ¿Qué tiene eso que ver con el informe de Maxwell?
G: Sabe lo importante que es para mí. Lo necesito con urgencia. Otro estudio nos llevaría meses; perderíamos las tierras. Habría que empezar de nuevo. ¡Hasta tendríamos que devolver los fondos recogidos! Swan sabe que si logra el informe tendré que volver a su lado, y haría conmigo lo que le viniera en gana. ¡Cualquier cosa! Sr. Steele, tengo miedo. (le posa la mano sobre el brazo) Bajo esa aparente distinción se oculta un monstruo. (se acerca cada vez más hacia Steele) Si es dinero lo que busca, superaré la oferta de Swan. Yo tengo mejores cosas que ofrecer. (le besa)
S: Las tiene, Sra. Stanton. ¡Ya lo creo!
*************************
(Calles de Los Ángeles, limusina. STEELE, vestido con una gabardina al estilo Sam Spade y pañuelo al cuello, intenta liar un cigarrillo, pero no lo consigue, y se le cae el tabaco por encima)
S: ¿Cómo se apañaría?
(LAURA está a su lado, también con una gabardina; lleva además un sombrero)
L: ¿Quién?
S: (limpiándose los restos del tabaco) Bogart. Liaba sus cigarrillos en El Halcón maltés.
L: ¿No crees que estás llevando demasiado lejos lo de Sam Spade?
S: Dio resultados con Grace Stanton. Tras unos minutos de astuto forcejeo, terminó pujando por el informe de Maxwell.
L: ¿Con qué?
S: Ella vale 140 millones de dólares, tirando por lo bajo.
L: Murphy descubrió que todo el dinero está invertido. Necesita autorización para una cantidad superior a quinientos dólares.
S: Por eso se mostró tan complaciente. (intenta liar otro cigarrillo)
L: Creo que te debo una disculpa.
S: ¿Ah, si? Esto es una auténtica novedad en nuestras relaciones. Generalmente las disculpas las pido yo.
L: ¡Bien! Maxwell fue asesinado. Pero no en su bañera. En la autopsia se ha detectado agua de un arroyo en sus pulmones con pequeñas dosis de DDT.
S: Estaba haciendo un estudio ecológico para una reserva de águilas.
L: Pudieron matarlo allí.
S: Tendremos que ir al lago Solitude.
L: (sonríe) Allí vamos.
S: ¡Ah! Buena idea, Laura. (vuelve a prestar atención a su cigarro)
(FRED, desde la cabina delantera de la limusina, gira levemente la cabeza hacia atrás)
FRED: ¿Qué quieren que haga con el coche que viene siguiéndonos?
L: ¿Qué coche?
S: (a la vez) ¿Qué coche? (se vuelven los dos para mirar por el parabrisas trasero)
F: El azul. Nos sigue desde que salimos de la agencia.
S: (se vuelve de nuevo hacia adelante) Piérdelo, Fred.
(Fred da un volantazo brusco, y Steele se ladea sin querer sobre el costado de Laura, tirándole todo el tabaco encima)
*************************
(carretera, limusina. STEELE y LAURA van camino al lago Solitude. Los dos giran la cabeza en ese momento para mirar por el parabrisas)
S: Parece que lo hemos dejado atrás. Buen trabajo, Fred. (retuerce la bolsa de tabaco entre los dedos)
F: (gira levemente la cabeza hacia atrás para contestar) Se ha quedado en la gasolinera a un kilómetro de aquí, más o menos, señor.
S: Muy bien, has hecho un buen trabajo.
L: (coge la bolsa de tabaco de la mano de Steele) No irás a intentarlo otra vez, ¿verdad?
S: No, es muy malo para los pulmones. (Laura se lo acerca a la nariz para olerlo, y él saca un palillo del bolsillo y se lo mete a la boca, a modo de cigarrillo) Me pregunto cómo estaré yo con sombrero. (Laura le lanza una mirada)
(en la carretera se ve una barrera de vidrios rotos. Fred no se percata a tiempo y pasa por encima, reventando las ruedas)
S: ¿Qué ha pasado, Fred?
F: Hemos pinchado. (para el motor)
*************************
(bosque, LAURA y STEELE van caminando hasta una gasolinera)
L: Parece que no hay nadie.
(encuentran finalmente a un hombre en un pequeño recinto con funciones de taller)
S: (al hombre) Disculpe. Nuestro coche tiene varios pinchazos. ¿Puede mandar a alguien para arreglarlo?
HOMBRE: (se acerca a ellos) No hasta dentro de tres o cuatro horas.
L: ¿Puede dejarnos algún vehículo?
HOM: No.
S: ¿Alquilarlo?
HOM: Tengo un jeep muy viejo, pero no sabría cuánto cobrarles.
S: Bueno, más o menos...
HOM: Sesenta dólares más treinta centavos el kilómetro. La gasolina y posibles daños, de su cuenta.
(Laura pone mala cara, y mira a Steele)
S: (le da el dinero) Oiga, la carretera está llena de vidrios rotos. Alguien debería limpiarlos.
HOM: Si quiere le presto una escoba. (Steele le hace una mueca)
*************************
(carretera de tierra, LAURA y STEELE están en el jeep. Steele va conduciendo)
S: (entusiasmado) ¿No te parece paradisíaco? Aire fresco, cielo azul y un verde exuberante a nuestros pies.
L: (se agarra al salpicadero) Vas demasiado deprisa.
S: ¿Nunca te he hablado de mis tiempos de conductor de rallies?
L: (se alarma) ¡Pisa el freno!
S: (cambia de marcha y pisa el freno desesperado, pero no parece funcionar) Ya lo piso. ¡Ya lo piso!
L: ¡Písalo! ¡Intenta reducir la marcha!
S: ¡Contrólate, Laura! ¡No puedo concentrarme!
L: ¡El borde! ¡Te estás acercando al borde!
S: ¡Laura, por favor!
(se salen de la carretera)
L: ¡Salta!
S: ¡¿Estás loca?! ¡Vamos a matarnos!
(los dos saltan a tiempo. El jeep se desploma por el terraplén)
L: (se levanta y se apresura hacia Steele, que permanece tendido boca abajo en el suelo) ¿Te encuentras bien? ¡Di algo! (se arrodilla junto a él) Si no puedes hablar, gime.
S: (se incorpora bruscamente) El Sueño eterno, Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Warner Brothers, 1946.
L: (se lleva la mano a la cabeza, aliviada) Gracias a dios, balbucea.
S: Las tachuelas fueron puesta en la carretera deliberadamente. (Laura le pasa la mano por la nuca) A Bogart se le pincharon dos ruedas, lo que le llevó al garaje de Art Huck, dónde Canino estaba esperando.
L: Debe ser la conmoción.
S: Laura, echaron vidrios en la carretera para obligarnos a alquilar esta trampa mortal en el garaje.
L: (le ayuda a incorporarse) Ven.
(los dos se acercan al lugar donde ha caído el jeep)
S: Alguien intenta evitar que lleguemos al lago Solitude. (levanta la tapa del capó)
L: (comprueba una pieza del motor, y saca la mano manchada de un líquido grasiento; se lleva la mano a la nariz para olerlo) Han perforado el depósito del líquido de frenos. Nuestro perseguidor se detuvo en la gasolinera para echar combustible, Y de paso ordenó que manipularan este vehículo.
S: (vuelve a cerrar el capó) Vamos a hacer auto-stop hasta el lago.
(salen a la carretera e intentan parar al primer coche que ven pasar, pero sin éxito: el coche no se detiene)
S: ¿Sabes que te digo?
L: (se cruza de brazos) ¿Qué me dices?
S: Que andandito.
*************************
(población, LAURA y STEELE regresan a la civilización y tienen aspecto de estar agotados. Steele lleva la gabardina en la mano, y Laura se ha quitado el sombrero y desabrochado la gabardina. Entran en le oficina del registro. Laura se rezaga contemplando mapa de la comarca. El encargado se dirige a ellos)
ENCARGADO (off): Cerramos dentro de ocho minutos. (Steele se mira el reloj)
L: (se vuelve y se acerca al mostrador) Quiero ver el libro de registros del Valle del Sudeste.
(hay otra mujer haciendo una consulta. El encargado saca un libro de debajo del mostrador y lo coloca sobre un atril)
ENC: Aquí tiene el índice.
(el encargado se acerca a un botón que acciona la entrada al otro lado del mostrador. Laura y Steele la atraviesan y se acercan al libro, mientras el encargado se va a atender a la otra mujer. Steele abre el libro, y busca en el índice la página correspondiente al lago Solitude, sólo para descubrir que la página en cuestión ha sido arrancada)
L: ¡Chinatown! (Steele se le queda mirando, sorprendido y ella sonríe) Yo también voy al cine de vez en cuando. (se gira y se dirige al encargado) ¿Tiene algún otro libro de índices?
ENC: No, señorita.
S: Han arrancado la página.
ENC: (se acerca para comprobarlo por si mismo) Exactamente igual que en aquella película.
S: ¿Recuerda a un caballero de unos cincuenta años, cabello castaño ligeramente canoso, ojos marrones y un bigote finucho? (el encargado niega con la cabeza)
L: ¿Y a una mujer, de unos treinta y tantos, alta, rubia, ojos avellana, digamos---moderadamente atractiva?
ENC: Ya caigo. Preguntó por el mismo libro que ustedes.
(Laura y Steele sonríen)
*************************
(apartamento de Grace, STEELE y LAURA avanzan por el pasillo hasta la puerta y llaman al timbre)
S: (todavía al estilo "Bogart") Dejámelo a mi, muñeca. Antes de que haya entrado tendré a ese canario cantando.
(Laura levanta la mano para llamarle la atención sobre su comportamiento, pero se arrepiente en el último momento: se da por vencida. El mayordomo abre la puerta y hace una reverencia cuando los dos entran. El mayordomo les indica dónde ir)
(GRACE está ahí para recibirles)
G: (se encamina hacia Laura, extendiéndole la mano) ¡Ah, Srta. Holt! (se estrechan la mano) Sr. Steele. (le extiende también la mano) Encantada de verles.
S: (no le estrecha la mano que le ofrece) ¿Cuándo estuvo por última vez en el lago?
G: No sé. Hace años.
S: Tiene mala memoria para las fechas, ¿eh? Me aseguró que no había hablado con el Dr. Maxwell en una semana, y al comité, que lo había hecho la víspera de su muerte. Y ahora dice que no ha estado en el lago desde hace años. Pero el encargado del registro nos ha dicho que estuvo usted hace poco. (Grace intenta evadir la pregunta, y se vuelve de espaldas, pero Steele le obliga a girarse de nuevo cogiéndola por los brazos) ¡Quiero una respuesta, y ahora mismo!
G: ¡Lo único que tengo que decirle hablando claramente es que se esfume! (se desembaraza de su apretón)
(Steele mira a Laura, en busca de apoyo, viendo que su actuación no provoca el efecto deseado)
L: (a Grace) Disculpe al Sr. Steele. A veces se olvida de sus modales. (aleja a Grace de Steele)
G: (mientras ella y Laura se separan de Steele) No sé de que me acusan ni por qué.
L: Estamos aquí para ayudar, Sra. Stanton. Estoy segura de que tenía una buena razón para arrancar la página del libre de registrtos. Tendrá que responder tarde o temprano, y dudo que la policía sea tan comprensiva como nosotros.
G: (considera la propuesta. Steele se aproxima a las dos mujeres) Fue Swan. Harry Swan. (su mirada se dirige a Steele) Le contó que viví con él, pero se dejó la mejor parte. ¡Me casé con ese vago!
S: ¿Era usted la mujer de Harry Swan?
G: Lo soy todavía. Me prometió que arreglaría lo del divorcio, pero nunca llegó a cumplir su promesa. ¡Se le olvidó!
L: ¿No ha estado legalmente casada con Willis Stanton? (Grace niega con la cabeza, y se apoya sobre el brazo del sillón)
S: Sin matrimonio no hay 140 millones.
G: Swan se avino a guardar silencio a cambio de dinero que necesitaba para pagar su deuda. Iba a conseguirlo con la venta de las tierras para la reserva de las águilas.
S: ¿Pero no pertenecen al diputado?
G: Yo se las vendí.
L: Y su nombre figuraba en el registro de la propiedad como primera dueña.
G: ¿Qué pensarían si vendiera mis propias tierras al comité?
L: ¿Por qué iba el diputado a ayudar a Swan?
G: No lo sé.
L: Pero sabe que el Dr. Maxwell fue asesinado.
G: Él descubrió que yo había vendido las tierras al diputado. Amenazó con llegar al fondo, con presentar toda la obra como un fraude.
S: (se acerca hacia ella, amenazadoramente) ¡Y entonces lo mató!
G: ¡Claro que no! ¡Fue Swan! ¡No podía moverse de aquí sin su dinero!
L: ¿Por qué está todo el mundo tan interesado en el informe del Dr. Maxwell?
G: El comité no comprará las tierras sin comprobarlo.
L: Veo que también usted está interesada.
G: ¿Lo tiene?
L: No. Pero sé dónde puedo encontrarlo.
(Steele la mira con curiosidad)
*************************
(casa de Maxwell, STEELE y LAURA entran por la puerta)
S: ¿Qué quieres decir con que sabes dónde puedes encontrarlo?
L: Te lo envió a ti. (se guarda la ganzúa que ha empleado para abrir la puerta en el bolso)
S: ¿Cuándo?
L: ¿No te acuerdas? Grace nos dijo que él te había enviado algún material. Tiene que ser ese informe.
S: Pero no lo hemos recibido.
L: ¿Seguro? (saca un sobre del bolso y lo agita en la mano)
S: (se acerca a ella) ¿El informe de Maxwell?
L: Es una factura de la tintorería.
S: Espero que Vernon esté de vacaciones cuando lo descubran.
L: (vuelve a guardar el sobre) Si lo hacemos bien no lo descubrirán.
S: Muy hábil, Flanagan.
L: Gracias. Por cierto, cuando esto se termine quiero que tu Sam Spade se retire para siempre. (se acerca a la mesita donde está el correo)
S: Oh, me sale tan bien ese personaje. Los diálogos me fluyen espontáneamente.
L: Si no puedes eliminar ese flujo, trata al menos de reducirlo a un simple goteo. (coge el correo para revisarlo, y entonces un objeto metálico entre las cartas cae al suelo: es una llave. Steele la recoge del suelo)
S: (muestra la llave a Laura) La llave de la puerta. Con los nervios el asesino se olvidó de ponerla en el macetero.
L: (frunce el ceño) Buen trabajo, Sam.
S: Gracias, muñeca.
L: Con la habilidad que te caracteriza, has borrado todas las huellas. (sonríe sarcásticamente)
S: ¡Oh! (tira la llave a la mesa y se saca un pañuelo del bolsillo) Lo siento.
*************************
(la mano de Steele juguetea con un sobre)
S: Creo que la última oferta fue de veinticinco mil dólares. (vemos que su interlocutor es SWAN) Para el Sr. Swan.
(nos encontramos en la casa de Maxwell. También están presentes BISHOP y GRACE, ambos sentados en unos sillones, al igual que Swan. Vernon, de pie al lado de Swan, y LAURA, de pie tras Bishop y Grace, completan la estancia. Steele está apoyado sobre la mesa, de frente a todos)
S: ¿He oído treinta?
BIS: No tengo ninguna intención de pujar por algo que pertenece por derecho al comité.
L: Ese sobre contiene algo más que el informe del Dr. Maxwell. También incluye el motivo de su muerte.
G: ¿Cuál fue?
L: Encontró sustancias tóxicas en el lago Solitude.
S: Si el comité no comprara esa propiedad, Grace no podría darle (señala a Swan) el dinero que necesita para saldar sus deudas con el fisco de su país.
L: Y si Swan no pudiera pagar, (comienza a avanzar hacia Grace) seguramente hablaría de su matrimonio.
S: (se dirige a Bishop) Usted es el único personaje que no encaja en este lío, Señor diputado. ¿Por qué un individuo de tan nobles ideales está empeñado en ayudar a un bribón del calibre de Harry Swan. (se dirige a Swan) Le suplico que no se ofenda, (le sonríe) personalmente creo que es usted un caballero. (Swan le devuelve la sonrisa)
BIS: Yo sólo quería conseguir una reserva para esas aves. El medio para conseguirla no me importaba.
S: Bueno, alguien tendrá que pagar por la muerte del Dr. Maxwell.
SW: ¿Es eso necesario, señor?
S: Me temo que si. La policía es muy quisquillosa. (se levanta y se acerca a Swan) con los asesinatos. Investigarán hasta que encuentren un culpable. (señala a Vernon con la mirada) Entréguenos al matón.
SW: ¿A Vernon?
S: Es el más indicado. (se dirige a Vernon) Tienes un coche precioso, Vernon. (Vernon empieza a ponerse nervioso) Me fijé cuando nos seguías. El azul es mi color predilecto. (vuelve a dirigirse a Swan) Nos siguió hasta el lago Solitude, probablemente bajo sus órdenes. Trató de acabar con Laura con la ayuda del tipo del garaje. Intento de asesinato. Y eso es sólo una pequeña parte del total.
SW: No es posible, señor.
S: ¿Por qué? Es perfecto.
SW: Tal vez. Pero en este lugar Vernon es el único que tiene un arma. (Vernon sonríe, y lo mismo hace Laura. Steele también se decide por la sonrisa)
S: No lo tomes a mal. Sólo estaba bromeando. (se vuelve de espaldas a todos y deja un sobre en la mesa) Bueno..., si mi buen amigo Vernon no fue, ¿entonces quién? (de nuevo les da la cara a todos)
SW: Sr Steele, ¿me permite que le diga una cosa?
S: No faltaba más.
Sw: El diputado (mira a Bishop) me representó ante la delegación de contribuciones a cambio de un generoso donativo para su campaña electoral. Quiere llegar al senado.
BIS: No hay nada ilegal en ellos, señores; ocurre a diario. (mira a Steele) No creo que se sorprendan ustedes del origen del dinero que financia las campañas políticas. De alguna parte ha de salir el dinero.
L: Quien quiera que matara al Dr. Maxwell lo hizo junto al lago Solitude. (se apoya sobre el respaldo del sillón donde está sentado Bishop) La autopsia reveló que había agua de arroyo en sus pulmones con pequeñas cantidades de DDT.
S: (parece caer en la cuenta de algo) ¡DDT! ¡Eso es!
G: ¿Qué?
S: La razón por la que murió Maxwell. (empieza a pasear)
SW: ¿DDT?
S: ¡El libro que me diste, Laura! Dice que el principal culpable de la extinción del águila de cabeza blanca es la utilización de DDT. La cáscara del huevo se debilita y no pueden ser incubados. (sonríe a Laura) ¿Has visto cómo hago mis deberes?
L: (se ríe por el comentario de Steele) Dígame, señor diputado, ¿cree que conseguiría muchos votos un líder ecologista que vende tierras contaminadas con productos químicos para una reserva natural?
BIS: (sonríe confíado) Señorita, usted ladra mucho, pero no muerde.
L: El asesino trajo el cadáver hasta aquí y entró en la casa utilizando la llave (se acerca paseando hasta el sillón de Grace) que Maxwell dejaba en el macetero. La ausencia de marcas en la alfombra descarta la posibilidad de que fuera Grace, (Grace la mira, asombrada de que no la acuse a ella) que es obvio que no pudo cargar con el Dr. Maxwell, ¡y menos con un Dr. Maxwell hinchado de agua!
S: También quedan fuera de sospecha Swan y el amigo Vernon. Ellos no conocían lo suficiente al Dr. Maxwell (se va acercando a Bishop) como para saber que tenía la costumbre de guardar la llave en el macetero.
L: (acercándose a Bishop) Dígame, señor diputado, ¿apostaría usted su vida (coge de encima de la mesa la llave, envuelta en una bolsa de plástico transparente) a que sus huellas no están en esta llave?
(Bishop permanece quieto un segundo, y entonces se levanta de un salto y emprende la huída, empujando a Laura en el proceso, pero Steele se coloca delante de la puerta, y, cuando Bishop intenta salir, le pega un puñetazo que lo envía directo al suelo, inconsciente)
SW: (se acerca lentamente al lugar donde ha caído Bishop, y se vuelve a Steele) Concédame una ventaja. Deme el tiempo necesario para llegar a la frontera de México. (Steele se encoge de hombros y sonríe) En ese caso, las despedidas breves son las mejores. (se vuelve hacia Grace, y le sonríe) Sra. Stanton. (Grace no sonríe) Vámonos de aquí, Vernon. (Steele les abre la puerta, y los dos salen)
G: Si no lo atrapan, dirá que todavía estamos casados.
S: No es tan malo ser pobre, Grace, (se aproxima a Laura) dicen que forma el carácter. (Laura le mira, y él le devuelve la mirada) ¿Verdad? (Laura sonríe y le pasa la mano por el hombro)
*************************
(apartamento de Steele, día, STEELE y LAURA están revisando el correo)
L: Aquí está. El informe de Amos Maxwell. (le entrega el sobre a Steele)
S: (coge el sobre, y lee lo que está escrito en él) "Devuelto a la oficina de correos. Código postal incorrecto". ¿Es que todavía no saben dónde vivo?
L: (sigue buscando entre las cartas) Aquí hay una de Grace Stanton. (huele la carta) Dice "personal". (se la pasa a Steele) Anda.
S: (abre el sobre y saca el contenido) Un cheque de veinticinco mil dólares, para cobrarlo dentro de cinco años.
L: (se ríe) ¿Para comprar nuestro silencio?
S: (se va alejando de ella) ¿Qué haría Sam Spade en una coyuntura similar a ésta? (se sienta)
L: (vuelve a acercarse y le apoya la mano en el hombro) ¡Ya estás con lo de siempre! ¿Sabes? Eres peligrosamente convincente cuando haces papeles violentos.
S: Nací para esos papeles, pero creo que ya es hora que deje los artificios a un lado y vuelva... (rasga el cheque por la mitad) otra vez a ser... (lo vuelve a romper) yo mismo: (rasga el cheque una vez más) ¡Remington Steele! Adios, Sam. (tira todos los trocitos de papel al aire)
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