Devoción a Santa María de Guadalupe

Todos los no creyentes, paganos y sobre todo los judíos se preguntan con enojo y casi furor, qué le vemos a Nuestra Señora de especial, el por qué de sus devociones, y no saben ya cómo insultar y defenestrar la persona de María, sus milagros (sin olvidar, con intervención Divina y con permiso de Nuestro Señor),  su  misericordia y su vida que sigue siendo un ejemplo de bondad resignación, y de amor. Un amor de madre para la paz del mundo.

Antes de empezar con estas entregas semanales, de las diferentes Advocaciones de Nuestra Señora, repasemos un poco de Catequesis, que no nos viene nada mal...

1-La encarnación del Verbo:  Para que el Verbo se hiciera hombre se necesitaba una madre.Esta fue la SS Virgen María. Referencias históricas.- Según la  Tradición, aceptada por la Iglesia, los padres de María Santísima fueron San Joaquín, de la Tribu de Judá y Santa Ana de la tribu de Leví. Desde el primer momento de su concepción,  María fue enriquecida con innumerables gracias, en vista de su misión de Madre de Dios y corredentora del género humano.

El nacimiento de la Virgen Ssma. Es recordado por la Iglesia el 8 de septiembre.

A los tres años de edad fue presentada por sus padres al templo de Jerusalén, donde habitó hasta su desposorio con San José. A los doce años quedó huérfana de padre y madre y a los quince se desposó con san José, fijando su residencia en Nazaret.

Entre los judíos el desposorio era un estado que precedía al matrimonio propiamente dicho, duraba alrededor de un año y establecía un lazo mucho más estrecho, pues los jóvenes, aún viviendo separados, quedaban indisolublemente unidos.  María estaba simplemente desposada y no casada, cuando el Arcángel vino a anunaciarle, que sería la madre de Dios. (continuará)

Nuestra Señora de Guadalupe:

En la madrugada del 9 de diciembre de 1531, un indio converso, Juan Diego, se dirigía a Tlalteloco a oír misa. Cuando pasaba al pie del cerro Tepeyac y oyó música celestial.

Lleno de admiración, se quedó quieto. Luego oyó una voz femenina que le pidió que subiera. Y cuando llegó a la cumbre vio a la Virgen María de pie entre luz gloriosa, vestida con esplendor especial? La virgencita le habló en su lengua indígena y conmovió a Juan Diego. Le dijo que ella era la inmaculada Virgen María, Madre del Verdadero Dios, y le hizo saber su deseo de que se construyera un templo allí, donde Ella pudiera, manifestar su amor, su compasión, socorro y protección.  “Pues yo soy una Madre misericordiosa, tuya y de todos los que habitan en esta tierra; que me amen, que confíen en mí e invoquen mi ayuda.Por tanto, ve donde el obispo de México y dile que yo, la virgen María, te he enviado a ti para hacerle saber mi gran deseo”.

El obispo no creyó la historia, así que Juan Diego regresó a tepeyac, pero tardó un día  en volver a ver a la Santísima Virgen, pues su único pariente un tío muy anciano, enfermó de gravedad de muerte, y, al día siguiente, luego de disculparse le contó a Esta porqué había tardado tanto.  Entonces Ella le dijo: “está bien hijo mío él más pequeño y más amado; pero ahora escúchame: no permitas que nada te afija  y no temas a ninguna enfermedad, accidente o dolor. ¿Acaso no estoy aquí yo que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y protección? tu tío no morirá,  ten la seguridad que ya está bien”.  Y así fue, el tío de Juan Diego se recuperó totalmente.  Ella le pidió que volviera a ver al obispo, y ASÍ lo hizo, insistiendo en la historia, entonces el prelado le pidió a Juan Diego que le diera una prueba de la manifestación; el indio debía traer rosas frescas con el rocío de la mañana.

El hombre volvió con la Virgen y le contó el pedido. La virgen sonriendo dulcemente le indicó que subiera al cerro, y Juan Diego lo hizo, y se halló ante un jardín florido lleno de rosas de todos los colores y perfumes.  Entonces recogió todas las que pudo y las envolvió en su tilma (especie de poncho mexicano), y bajó al pie del cerro donde la misma virgen las acomodó mejor y le dijo que se las llevara para cumplir con el pedido del obispo.

Cuando Juan Diego, radiante de felicidad, se presentó ante el obispo fray Juan de Zumárraga, el alcalde y el comisario del pueblo, le contó de su último encuentro con la Virgen y al mismo tiempo abrió su tilma de donde cayeron en cascada las rosas que había solicitado como prueba, en ese instante ante los ojos de los  presentes, en la tilma apareció milagrosamente la imagen pintada de la Virgen María rodeada de la luz que viera Juan Diego... . Inmediatamente se organizó una misa extraordinaria en el lugar donde concurrieron cientos de lugareños y con gran devoción se empezó la construcción de la iglesia en honor a la Santísima Virgen.  Cabe destacar que Juan Diego fue beatificado, y en el momento de las apariciones, contaba con 57 años, era viudo, y en la época que él vivió hacía sólo cuatro años que la Evangelización había llegado a América.

El Obispo, no conocía el idioma de los indios y al oír que decían Santa María Coatlaxopauh, a sus oídos le sonó como Santa María de Guadalupe.  Habiendo un famoso templo en España que tiene ese nombre, él pensó que Ella había escogido el mismo nombre para su templo mexicano.  Por eso fue venerada con este nombre.

La tilma sobre la cual se halla la imagen de la Ssma Virgen está tejida a mano con fibras de Maguey.  Esta tela normalmente dura veinte años. Directamente sobre la burda tela, está la exquisita y delicada  imagen de nuestra señora, desde hace cuatrocientos años. La pintura se ha analizado científicamente y  no se ha sabe que tipo de pigmentos se utilizaron, ya que no se hallaron muestras conocidas alrededor del mundo. Además, en el fondo de los ojos de la Virgen se encuentra impresa la imagen reflejada de todos los presentes en la escena del milagro.  Oftalmólogos de todas partes del mundo han estudiado el cristalino de esa imagen y al parecer  tiene la misma textura que poseerían los ojos de una mujer joven, como de veinte años, que estuviera encinta.

El templo de “la Guadalupana”, es el lugar de veneración y recogimiento para todo el pueblo mexicano, que vibra con su Divina Señora.  En el año 1754 se la nombró patrona de México, en 1895 el papa León XIII autorizó la primera coronación. El 24 de agosto de 1910 fue declarada por el papa Pío X “Celestial Patrona de América Latina”. El 14 de noviembre de 1921 el templo sufrió el atentado de una bomba extremista, si bien el cubículo y el Altar donde estaba la imagen fueron destruídos , a la Virgencita  milagrosamente, no le pasó nada, quedó intacta. (continuará)


http://www.infocatolicos.cjb.net