¿Día de los Fieles Difuntos o Halloween?

Es innegable el avance ideológico que ejerce sobre América Latina, el evangelicalismo Norteamericano. Influenciados por ideas foráneas y acuciados por las necesidades económicas y problemas de crisis de todo tipo, los comerciantes latinos echan mano a cualquier recurso para ganar dinero, de forma que puedan seguir sobreviviendo a tamaño descalabro socioeconómico.

Estas crisis; espirituales, sociales, económicas, dan paso a que el Imperialismo Pentecostal, llene un vacío que dejan los Gobiernos –preocupados por su  provecho propio- y la Iglesia católica –atacada y “distraída” por dentro por los criptojudíos- aprovechando la coyuntura en que ambos se encuentran.  Es así como nos introducen a la fuerza, pues todo Imperialismo es autoritario, sus formas de festejar la “espiritualidad”, tal como ellos la entienden: a fines de octubre, más precisamente el 31, se festeja en norteamérica Halloween, o noche de brujas como se traduce.  En esta “fiesta”, que ese realiza antes de las doce de la noche, se acostumbra disfrazar a los niños que recorren la cuadra donde se encuentra su hogar con el fin de solicitar a los vecinos “dulces o travesuras”. Los vecinos les ofrecen caramelos chupetines, golosinas de todo tipo a quien lo solicite, con lo cual los niños se retiran felices.  ¿Cómo y porqué esto es así? La historia tiene la respuesta: antiguamente, en el mundo pagano, se creía que Hades (dios del infierno) salía a las doce de la noche a cometer toda clase de delitos contra los mortales que no estuvieran en algún refugio o casa, tradicionalmente las doce son la hora de las brujas malignas.  Luego la mitología introdujo la ayuda de duendes, elfos (los niños) y demás que con su inocencia, hacían huir al Demonio pero, como eran muy traviesos, sino se les ofrecía una recompensa (dulces, etc), podían romper  o robar algo, así que los aldeanos siempre les ofrecían alguna paga.

Con la Reforma Luterana y Calvinista, se mantuvo esta tradición pero ya adaptada a los tiempos de la Revelación Divina: la noche anterior a la celebración Católica del día de los fieles difuntos que murieron en la paz del Señor (establecida el primero de noviembre), y del día dos de noviembre día de todos los Santos, sé quiso suplantar o minimizar una celebración que para el recién nacido Protestantismo les parecía Hereje o blasfemo (ellos creen en la predestinación: nadie es santo ni nada por el estilo, ni siquiera en el cielo se tienen privilegios de algún tipo pues el “ser humano es un ser caído sin posibilidad de redención”). Si los protestantes no creen en la existencia de los Santos, ni en la existencia del Purgatorio, qué mejor que organizar una parranda la noche anterior al 1 de noviembre, para burlarse y desbaratar la solemne Misa del día siguiente?(Nuestra Misa para ellos es algo sin valor).

Es así como llegamos al día de hoy donde se conjugan el Mercantilismo, la presión del pentecostalismo fundamentalista y la apatía aparente de la Iglesia y de las clases dirigentes Latinoamericanas ante el avance casi salvaje del Evangelicalismo en la Región.

El mercantilismo hace que los comercios ofrezcan todo tipo de mercaderías: parafernalia propia de la “fiesta Halloween”: disfraces de diablos y brujas, calabazas talladas o de cualquier otro tipo de material, salones donde festejarlo, revistas especializadas sobre el tema, las fábricas de golosinas ofrecen a los minoristas precios promocionales, etc.El Imperialismo Pentecostal es la asociación (según definición de las Creencias evangelicalistas: “Dominus Jesu”), que está detrás de todo esto, ya que con la introducción de festejos como el que analizamos, viene luego la llamada “segunda Evangelización de América”: que América Latina sea toda de los Evangelicalistas Norteamericanos, con su modelo de religión (Religión civil o fe americana), pero salvando las distancias que nos separan: nosotros somos el Tercer Mundo, ellos el Primero. Y así, sin cuestionamientos debemos permanecer (otras de las características del Movimiento pentecostal :no cuestionar a la Autoridad cualquiera que ella sea , militar, democrática) con excepción de la Iglesia Católica a la que hay que combatir sí o sí. Para que quede bien en claro, los Evangelicalistas no siempre asocian “decencia”, “moral” con un comportamiento decoroso exterior. Dicho de otra manera: el dinero y la religión no tienen porqué estar separados de alguna manera, ni se excluyen, ni se “molestan”.  Así toda el despliegue económico para una fiesta tan cara a sus intereses hegemónicos, como es halloween, sirve como catapulta tanto económica como religiosa, al  promocionar entre los católicos (apóstatas, paganos, idolátricos), su “American Way of Life” evangelicalista.  Piénsese por un momento las palabras de sus propios integrantes; Fallel, conocido evangelicalista en 1981:  “¿qué tiene de extraño que la religión sea un gran negocio? ¡tendría que ser el negocio más grande del mundo!... Bienestar material es el modo como Dios bendice a quienes lo sitúan a El en primer plano”.

¿Qué tiene que ver esto con el tema que estamos tratando?, Pues que desde la colonización, política interior y exterior y religión norteamericana formaron un nudo inseparable, haciendo que se reflejara en todos sus afanes de conquista latinoamericana, y la única que le a hecho frente a ellos ha sido y será la Iglesia Católica.

Por eso hermano católico, en estas fechas no compres nada en comercios, ni festejes de ninguna forma el famoso halloween... el 31 de octubre acuéstate temprano, tú y tu familia, para encontrarte bien despiertos al día siguiente para ir a misa, y asiste con recogimiento y amor recordando a los parientes, amigos y demás personas que murieron con esperanza de la Resurrección, junto a Jesús y con la Ssma Virgen María en el Cielo...Recuerda, además, que es uno de los pocos días del año en que, gracias a las masivas Confesiones y Comuniones de los vivos, gran cantidad de almas suben del purgatorio a la Gloria.


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