Si el nacimiento de María ,
no se halla en el Nuevo Testamento, es porque se
puede encontrar el relato en el proto-evangelio de
Santiago (que se denomina Evangelio de María, no
reconocido como oficial por los Católicos pero sí como
una referencia), durante muchos años San Joaquín y
Santa Ana rogaron y esperando un hijo, hasta que aún
siendo Santa Ana mayor se produjo la concepción de la
Virgen María. Siendo un parto riesgoso dado la edad de
Santa Ana, San Joaquín se fue al desierto y ayuno y
rezó durante cuarenta días para que todo saliera bien.
Un ángel fue enviado por Dios para avisarle el
nacimiento de su hija. En efecto cuando volvió el día del alumbramiento, aunque Santa Ana estaba en post-parto y San Joaquín cansado por las penurias pasadas, se arrodillaron juntos y dieron gracias a Dios por todo lo bien que resultó el nacimiento. ¿Porqué es tan importante la concepción y nacimiento de la Ssma Virgen?, pues que sólo ella podía albergar en su seno al hijo de Dios. San Agustín enseña que, por la honra del señor, hay que excluir de la Virgen María todo pecado personal, el sínodo de Letran del año 649, presidido por el papa Martín I recalcó los tres momentos de la virginidad de María; enseñó que: la santa, siempre virgen inmaculada María ... concibió del Espíritu santo sin semilla, (dio a luz sin detrimento de su virginidad) y permaneció indisoluble su virginidad después del parto. En el Sínodo de milán de 390 presidido por San Ambrosio se hizo referencia al símbolo apostólico natus ex mariae virgine.. La virginidad en el parto se halla contenida implícitamente en el título glorioso que le otorgó el quinto concilio universal de Constantinopla del año 553 siempre virgen. Todo esto refrendado por las escrituras las palabras del profeta Isaías (7,14) anuncia que la virgen dará a luz (en cuanto a virgen). Los Santos Padres dicen citando al profeta Ezequiel, que nos habla de la puerta cerrada, la del profeta Isaías del parto sin dolor, (San Irineo, San Jerónimo), y el Cantar de los Cantares (4,12) sobre el huerto cerrado y la fuente sellada (cf. San Jerónimo). Los hermanos de Jesús de los que habla la Biblia, y a quienes nunca se los llama hijos de María, no son sino parientes cercanos de Jesús. Y María dio a luz a su hijo primogénito no da pie a suponer que Ella tuviera otros hijos después de Jesús, pues entre los judíos se llamaba también primogénito al hijo único. San Basilio observa: los amigos de Cristo no soportan oír que la madre de Dios cesó alguna vez de ser virgen. II (Odas de Salomon, Protoevangelio de Antes hablábamos de los Evangelios apócrifos del siglo Santiago, Subida al cielo de Isaías), quienes sostuvieron lo que la Iglesia refrendaría años más tarde. Finalmente citaremos las sabias palabras de San Ignacio de Antioquía, él designa no sólo la virginidad de María, sino también su parto como un misterio que debe ser predicado en alta voz. |
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