CEREMONIA DE ENTREGA DE TÍTULOS
PRIMERA GENERACIÓN DE LA
MAESTRÍA EN ENSEÑANZA DE LA CIENCIAS
DISCURSO
Patio Central del Ciidet
Mayo 21. 2004
18 h
M. C. Víctor Barrera Patiño
vic@itc.mx
Distinguidos amigos y colegas:
Decía un autor que el siglo XX no sería recordado por el descubrimiento de la fisión nuclear, ni por las grandes guerras ocurridas durante ese siglo, sino por el descubrimiento de Internet. En mi opinión este final del siglo XX y principio del XXI muestra un singular paralelismo con el Renacimiento Europeo de hace 500 años. Había nuevos estilos en el arte, interpretación diversa de la naturaleza y un mundo desconocido por venir. Los renacentistas presenciaron la caída de un paradigma; el paradigma Ptoloméico. En aquel tiempo la existencia de un territorio americano estaba listo para ser descubierto.
De la misma manera inició este siglo XXI. La revolución copernicana se ha hecho presente, ya no para ubicar a la humanidad en un nuevo contexto astronómico, sino para ubicarla en una revolución cultural y científica que va más allá del descubriendo de un nuevo mundo en los términos conocidos. Es ahora el descubrimiento de un nuevo mundo, pero el de un mundo virtual.
El llamado aprendizaje basado en los medios tendría dos direcciones complementarias: como un apoyo para elevar la calidad educativa de una sesión presencial, y para generar las condiciones técnicas de la Educación a Distancia.
A partir de dichos antecedentes surge la MEC. Como todos sabemos fue el resultado de la inquietud de la comunidad educativa del SNIT. Con un objetivo fundamental: proporcionar un espacio y como se ha repetido en varias ocasiones: una oportunidad para aquellos profesores que por una u otra circunstancia carecían de una opción para obtener el grado de Maestro en Ciencias.
Es importante como miembro de la primera generación de Maestros en Ciencias en Enseñanza de las Ciencias, agradecer a todas personas que hicieron posible este hecho. Desde el modesto trabajador de nuestras instituciones, hasta quienes en su momento tuvieron en sus manos la decisión de arrancar el programa. Pasando claro por los centenares de profesores titulares, profesores adjuntos, coordinadores de zona, de los diseñadores de la plataforma del Sistema Virtual de Educación a Distancia (SIVED), base para la entrega y recepción de los documentos académicos, que dicho sea de paso no le pide nada a otras plataformas utilizadas en la educación a distancia. Al personal administrativo y de apoyo. A todos ellos gracias por su trabajo sin el cual la MEC se hubiese convertido en un sueño más.
Gracias igualmente a los actuales titulares de la administración federal y local del SNIT, encabezados por el Sr. Ing. Bulmaro Fuentes Lemus, por creer en nosotros y brindarnos la oportunidad para que juntos pudiésemos consolidar nuestros proyectos de vida. Gracias al Consejo del Sistema Nacional de Educación Tecnológica (Cosnet) por el apoyo económico otorgado al programa. Por la Especialidad en Docencia y la MEC gracias mi doble alma mater, el Centro Interdisciplinario de Investigación y Docencia en Educación Técnica, CIIDET, por todas esas horas de enorme esfuerzo invertidas para que más de 1800 profesores pudiésemos culminar con éxito nuestros estudios.
A la segunda generación de la MEC les enviamos el mejor de nuestros deseos para que mantengan el paso y pronto estemos juntos compartiendo el privilegio de sentirse parte de esta gran comunidad académica.
El postmodernismo ha alcanzado a la educación y como consecuencia sufre una gran transformación tecnológica; sin embargo en su esencia la educación sigue siendo la misma: un proceso dialéctico, lúdico y de trascendencia.
Dado el avance tecnológico en el mundo, no es suficiente limitarse a cuatro paredes y a una o dos horas de clase. La humanidad por fortuna ha creado espacios nunca antes vistos que demanda una mejor preparación con tintes interdisciplinarios. Hoy el mundo se ha convertido literalmente en un enorme salón de clase.
Así pues el reto del profesor en el nuevo milenio presenta condiciones subyugantes pero a la vez aterradoras. Fuimos educados en condiciones que poco o en nada son parecidos a las del estudiante de hoy. El profesor tiene ante sí como única alternativa aprender junto con sus estudiantes, en un proceso tal donde el maestro tenga un papel de igualdad pero a la vez diferenciado.
Igual que en otras épocas coyunturales de México, el profesor se ha convertido en un factor central del desarrollo del país. El país demanda de su capacidad para intercambiar puntos de vista con el resto de los actores de la sociedad. Decía Popper, que nada hay más enriquecedor ni más difícil que dos mentes tratando de aclarar la razón de las cosas.
Somos una ciudadanía mundial neo-renacentista que podemos aprovechar todas las ventajas de la explosión científica y tecnológica de nuestro tiempo.
En ese sentido la Educación no deja de percibir sus efectos. Se vuelve difusa, extraña, pero a manera de un mágico sortilegio, nos atrae… nos enamora…
Una vez más será la base que dará sentido a la nueva raza de la comunicación a gran escala. La Educación a diferencia de las ciencias duras, se mueve sobre terrenos movedizos. Las verdades universales no existen, los conceptos no son eternos.
Como hace 500 años, hoy un paradigma se encuentra en crisis: el paradigma Cartesiano. La ciencia y la filosofía no parecen estar tan alejadas. La materia y el espíritu cobran una dimensión diferente. La reflexión epistemológica se vuelve necesaria. La unicidad parece cierta. La contemplación holística se hace conveniente…
En este contexto aparecen las palabras de Edgar Morín como una visión profética. Morin, el joven viejo, afirma “Las ciencias nos han hecho adquirir muchas certezas, pero de la misma manera nos han rebelado innumerables campos de incertidumbre... Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de un archipiélago de certezas...”
¡Felicidades a todos! Y Muchas Gracias.