"EUROPA EN LA MOCHILA II"
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Lluvia en el Sahara (Marruecos, Andalucía) |
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Aventuras en Cabo Norte (Copenhague, Noruega) |
Crucero por el Báltico (Laponia, Helsinki, Estonia y Estocolmo) |
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Viaje al castillo de Drácula (Berlín, Polonia, Chequia, Hungría y Transilvania) |
La ruta romántica de la Selva Negra (Neuschwastein, y Frigurgo) |
Las zonas más visitadas con Interrail Amsterdam y París |
Recorrido por el sur de Italia Roma, Nápoles, Pompeya, Herculano, Capri y Sicilia |
Lluvia en el Sahara (Marruecos)
Ceuta. Paseo por la ciudad fortificada, noche en el club
Tetuán. Viaje en grand taxi. Visita con guía por los bazares de la medina.
Fez. Viaje en bus por el Rift. Paseo guiado por la medina. Artesanos.
Marraquest. Viaje en tren por la costa. Tormenta de arena. La plaza roja.
Toukal (Atlas). En camioneta. Escalada por la noche hasta el refugio del Toukal.
Tombucu- Sahara. Viaje en coche por los oasis y la garganta del Dodra. Noche en el desierto
Volubilis. La ciudad romana de los mosaicos.
Tánger. Paseo por la playa. Regateo.
Noche en la praya de la Isla de Iona (Escocia)
2 Agosto. A Coruña. Viaje en tren por el norte de España.
Consejos de una danesa.
3 Agosto. Paris. Noche en el TGV. Un Eurostar muy caro. El ferri, Peter e Pipi.
4 Agosto. Canterbury. En busca de un bed & breaksfast. El coro de lacatedral. Noche de pubes.
5 Agosto. Londres. Visita a la National Gallery.
6 Agosto. Dublin. Pelea en el ferri, paseo por el río y la fábrica Guinnes.
6 Agosto. Belfast. Imposible llegar a la Isla de Mann. El pub viejo. Tanquetas en el parque.
7 Agosto. Iona. Segunda noche a la intemperie en la isla de Iona, durmiendo en la playa y lloviendo.
8 Agosto. Glasgow. Los lagos. Paseo de noche. Nuevas fuerzas con almuerzo doble.
9 Agosto. Edimburgo. Festival de Edimburgo. La moda de los patinetes.
Aventuras en NordKapp (Noruega)
10 Agosto. Edimburg. Acostados en un banco en Queen Street. Viaje en tren hasta Bruselas.
11 Agosto. Hamburgo. Viaje. Una amiga sueca. Suerte con las literas.
11 Agosto. Copenhage. Paseo hasta la Sireniña.
12 Agosto. Oslo. Vista de la ría. Expulsados del tren.
12 Agosto. Tromheim. Cruzar hacia el Norte. Paseo por la orilla de noche. Tren.
13 Agosto. Boden. Conexión con bus hasta Narvik.
13 Agosto. Narvik. Durmiendo en una cabaña. La ría y el carbón. Así es una casa noruega.
14 Agosto. Alta. Los expedicionarios atraviesan el norte del país. Vistas de los fiordos. Mucha hambre
15 Agosto. Nordkapp. Por fin. Nueve horas a la espera del sol de medianoche.
Crucero por el Báltico (Laponia, Helsinki, Estonia y Estocolmo)
15 Agosto. Nordkapp. Partida en autobús. Renos en Laponia. Lagos.
16 Agosto. Rovanieni. Paseo por el campus y los lagos.
17-18 Agosto. Helsinki -Tallin. Ferri. Noche en la ciudad.
18 Agosto. Helsinki. Nuevas amistades. Conversaciones. Noche de discoteca en el ferri.
19 Agosto. Estocolmo. Paseo por el centro. El Vassa Museo.
19 Agosto. Malmö. Viaje por el sur de Suecia. El nuevo puente.
En el castillo de Drácula (Polonia, Chequia, Hungría y Transilvania)
20 Agosto. Berlín. Manifestación en Alexander Platz. Visita a la cúpula del Reichstag y Postdamer Platz,
21 Agosto. Varsovia. Visita al centro histórico reconstruido y al guetto judio.
22 Agosto. Praha. El puente de Carlos, la catedral, las islas de Moldava, el cementerio judio, Kafka.
23 Agosto. Bratislava. Vista desde el tren.
23 Agosto. Budapest. Paseo por la orilla del Danubio hasta el castillo.
24 Agosto. Brasov. Llegada muy hambrientos y con sueño. Paseo por la ciudad.
24 Agosto. Bram. Visita al Castillo de Drácula
La ruta romántica de la Selva Negra (Neuschwastein y Frigurgo)
25 Agosto. Viena. Noria en el Pratter, noche de Ópera en la Rathaus
26 Agosto. Munich-Fusse-Neuschwastein. Senderismo por Baviera y el castillo.
27 Agosto. Frigurgo. Paseo por el río y comida en una taberna.
28 Agosto. Amsterdam. Visita al museo de Van Goth, coffe-shop y fiesta en una barca del río.
29 Agosto. París. Paseo desde Louvre hasta Trocadero, Bolais de Boulogne e historias de emigrantes
30 Agosto. A Coruña. Sorpresa en Irún. Llegada
Pompeia-Capri-Sicilia (Italia)*
*Ruta alternativa: Viena-Roma-Napoles-Pompeia-Capri-Palermo
CAPÍTULO PRIMERO
(ver Morocos)
CAPÍTULO SEGUNDO
NOCHE EN LA PLAYA DE LA ISLA DE IONA
6 de agosto. A eso de las seis de la mañana comenzó a llover. Era llovizna, de la que moja poco a poco, pinga a pinga. El agua se filtraba por el interior del saco y la esterilla estaba empapada. Acostarse junto a un muro fuera buena idea para poderse proteger de la brisa del mar pero, por mala suerte, no contaban con un chaparrón a las cuatro de la mañana. Los dos mochileros tuvieron que vencer la pereza y salir del caliente saco. Se levantaron del suelo a prisa y corrieron a gran velocidad, calados, hasta unos bancos situados, irónicamente, bajo el porche de la oficina de turismo de Torm (Escocia). "¡Qué viaje más cutre!", protestaba el mochilero mientras se acomodaba en posición fetal para que los pies le entrasen dentro del banco. Éste apoyó la cabeza en una mochila de asalto y se acostó. Desde que salieran de Irlanda, todo les salía al revés. Éste era el quinto día de viaje y parecía que hubiera pasado una eternidad. Les dolía todo, estaban hambrientos, sonñolientos y débiles. Pero aún tenían mucho por delante. Cuando escampó ya amaneciera. Habían tenido suerte de que el viento del mar non les cogiera de frente. Por suerte, nadie les había llamado la atención. Eso de estar en un país extraño imponía. Era la primera vez que dormían en el viaje a la intemperie. Era una sensación extraña porque parecía como si mil ojos les mirasen.
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CAPÍTULO TERCERO
13 agosto. (Noruega) Y allí estaba. Era un reno, el primero, a pocos metros de la playa. El mochilero advirtió al taiwanés para que se acercase con la cámara hasta la ventanilla. Éste tiró su cono de patatas y, ágil, disparó el obturador varias veces hasta que el bus entró en el túnel. Ahora sí que estaban en Cabo Norte, en el fin de Europa. Más allá quedaba el Ártico.
El viaje terminaba allí. Con un poco de suerte verían el sol de medianoche. El taiwanés y los austríacos dieron otra expresión de sorpresa: unos fiordos impresionantes, con cumbres nevadas bajo la lluvia.
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CAPÍTULO CUARTO
17 de agosto. (Ferri Helsinky-Estocolmo) . Las alemanas seguían a lo suyo, leyendo libros acostadas en las esterillas. Los mochileros decidieron salir del compartimento -el más barato del buque- y pasear por la zona comercial, unos pisos más abajo. En cubierta hacía mucho viento y no valía la pena subir. Las vistas del mar Báltico serían igual de buenas si estuviesen sentados en una silla en las cafeterías de la planta siete.
Pero no tenían dinero. Así que dieron un paseo por la zona de juegos, a curiosear. Vieron como un niño hacía rico a sus padres en las máquinas tragaperras. Juanpa, distraido, tocó por azar unos botones y, ante el asombro de ambos, comenzaron a salir monedas. Un alemán que estaba cerca les felicitó. Los mochileros, rápidamente, fueron a comprar al supermercado. Aquella era una tarde de suerte.
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CAPÍTULO QUINTO
23 de agosto. (Transilvania. Rumanía) Aquel día ya no podían más. Les dolía todo, no podían con la mochila, tenían sueño porque en el tren se habían acostado muy incómodos y tenían miedo en aquel caótico país. Pero, tras dar muchas vueltas, se encontraron el bus que los llevaría a Bram, el castillo de Drácula.
El bus fue una tortura más porque tenían que ir de pié soportando un calor de tormenta. Aquello parecía interminable. Pero el paisaje compensaba el sufrimento. Allá, al fondo, estaban los Cárpatos, unas montañas negras y repletas de abetos, y con fortalezas en la cumbre. Abajo, pueblos mediavales de tejado de pizarra.
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CAPÍTULO SEXTO
25 de agosto. (Neuschwastein-Alemania). Las japonesas se reían porque Juanpa intentaba despertar al mochilero, que quedara sumido en un sueño profundo. El tren ya llegara a la estación Fusse, al punto de partida para comezar la caminata hasta al castillo de Neuschwastein. Por fin, el mochileiro despertó sobresaltado. El viaje llegaba a su fin y estaban totalmente cansados. Hicieran muchos esfuerzos. Y ahora ya no podían ni con las mochilas.
Caminaron hasta el Youth Hostel, pero un japonés se les adelantara. Por lo menos, pidieron permiso para asearse y guardar las mochilas en una taquilla. Ya no podían más y cayeron rendidos.
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CAPÍTULO SÉPTIMO
