Si los Beatles no se hubieran separado

por Guilletek

Capítulo 7


Los meses habían pasado. Derek y Neil no tenían un segundo de tregua. Al final de la semana tenían que entregar las pruebas de maquetación para la portada. Aún no tenían nada. Una vez los muchachos hubieron terminado de grabar, no se les había vuelto a ver juntos. Por su lado, Klein, el manager, estaba demasiado ocupado en conseguir mejorar sus emonumentos; así que, la dirección de Apple y por extensión la del grupo estaba en manos de Derek Taylor –jefe de prensa- y Neill Aspinall, otrora “roaddie” de la banda.

-”¡Estto es ridículo!”, comentó indignado Taylor, ”¡El NME está esperando el anuncio del álbum hace quince días!, ¡Y ni siquiera sabemos cómo demonios va a ser la portada!, …¡Esto es un desastre!”
-”Trannquilo Derek, tú ve escribiendo la nota de prensa yo me encargaré del resto”

Neill dejó a Derek vociferando a sus espaldas. Sabía que, una vez más, la montaña debería ir a Mahoma. Se montó en el coche y puso rumbo a casa de John. Hacía un par de meses que no se habían visto, aunque habían hablado un par de veces por teléfono. Neill tenía claro que el final estaba cerca y, lejos de entristecerle, le reconfortaba acabar con la insoportable tensión que les rodeaba desde hacía un par de años. Aparcó frente a la puerta. Vio el coche de George.

Llamó a la puerta. Nadie contestó. Insistió.

Pasados unos minutos, Yoko abrió la puerta. Estaba semidesnuda, sólo cubierta con una camisa de John.

-“Ah…, eres tú…, pasa, pasa… George y John están al fondo. En la cocina.” dijo mientras giraba sobre sus pies para dejar espacio de paso.

George y John estaban desayunando… O eso parecía, a pesar de que eran las cinco de la tarde.

-“Eh Neill, ¿cómo tú por aquí?", saludó George.
-“Chicos…”

Neill se sentó en la mesa y se sirvió una taza de café.

-“¿Piensan sus majestades volver a trabajar?”, ironizó.
-“¿Te envía Paul?”, preguntó John.
-“¡No seas ridículo!, ¡No me envía nadie!, ¡vuestro disco está a punto de salir!"
-“¿Cuál es el problema?, las jodidas caanciones ya están grabadas.”
, contestó George mientras se encendía un cigarrillo.
-“¡Maldita sea!, ¿queréis que decida yo el orden, la portada... el puto título del disco?”

Silencio

-“A mí me parece bien”, dijo George.

Neill se levantó de la mesa dispuesto a salir.

-“Habla con Paul”, intervino John ”...a él siempre se le han dado bien estas cosas”

***

Paul vivía tranquilo. Apenas tocó la última nota de la línea de bajo de “It don’t come easy”, pronunció un lacónico ”nos vemos en la rueda de prensa de presentación” y salió de la sala. Desde entonces se había dedicado a su granja de Escocia. Linda le había convencido para que dejara de fumar y se convirtiera al vegetarianismo.

Se sorprendió al ver acercarse el coche de Neill.

-”¡Holla tío!, ¿cómo estás?”, exclamó un aparentemente contento McCartney.

Paul estaba lleno de barro, llevaba una pala al hombro.

-”Pasaa, pasa…, Oye, son casi las ocho… ¿te quedas a cenar?

Neill se encontró en el salón de los McCartney, rodeado de brócoli. Los llantos de Stella, la pequeña, y el alboroto de Heather, la hija de Linda, daban a la estancia un ambiente muy familiar…, excesivo incluso.

-”Paull…, necesito que me eches una mano”
-“Dime”
-“El disco está a punto de salir y ni ssiquiera sé en qué orden vamos a colocar los cortes… Por no hablar de la portada…¡Demonios!, ¡No sé ni siquiera cuál va a ser el título del LP!”


Paul torció el gesto

-”¿Te manda John?”
-”¿Perro qué os pasa?, ¡Parecéis críos!”

Paul hizo un gesto a Linda para que se llevara a las niñas de allí. Linda asintió con la cabeza.

-”Dimee Neill… ¿Qué te ha dicho John?”
- “…que tú… que tú te ocuparías”
- “Pues se ha equivocado”
-“¿Qué quieres decir?”


Paul se levantó de la mesa y se sirvió un vaso de agua.

-”En rrealidad, me importa un carajo el orden de las canciones…, ¿qué más da?. El maldito álbum se venderá bien. No te preocupes...

Neill no se lo podía creer. Paul siempre había sido el más “profesional”, el más detallista.

-”Peroo entonces…, ¿lo decido yo?, luego no quiero problemas…” advirtió Neill.
-”Haz lo que quieras. Por mí, como si lo decide Ringo…”


***

Derek Taylor se encontraba frente a su vieja máquina de escribir. Estaba bloqueado. Tenía puesto el nuevo disco buscando que le inspirara. Las canciones eran buenas, pero la falta de cohesión era evidente. No era el disco de un grupo.

”Estamos ante unos nuevos Beatles...”, comenzó a escribir. Sabía que no era verdad.

***

Cuando Neill llegó a casa de Ringo eran más de las doce de la noche, pensó en dejarlo para otro día pero, finalmente, bajo del coche y se dirigió al portal. El ascensor estaba roto.

Subió las escaleras. Estaba cansado. Llevaba todo el día conduciendo y no había conseguido nada. Llamó a la puerta.

Ringo tardó un poco en abrir y, cuando lo hizo, se sorprendió al ver a Aspinall en la puerta.

-”Holaa…
-“Eres mi última esperanza…”
-“No eres mi tipo, Neill…”
, brommeó Ringo.

Neill sonrió mientras entraba en el apartamento de Ringo.

Hablaron durante horas. Neill le explicó la situación y se pusieron a trabajar. Oyeron las canciones una y otra vez. Garabatearon los títulos en servilletas de papel que Ringo tenía encima de la mesa de la cocina. Eran las tres de la mañana.

-“Entoonces… ¿Ni Paul, ni John, ni George han querido opinar?”, preguntó receloso el batería.
-”No, créeme”
-“Bien…, entonces…, ¿cómo ha quedado?, léeme el orden en el que han quedado…”
-“1. Maybe I’m amazed
2. My Sweet Lord.
3. Gimme some truth.
4. It don’t come easy.
5. Another day.
6. Mother.
7. Dear boy.
8. Imagine.
9. Wah Wah.
10. Woman Oh why.
11. Jealous guy.
12. The back seat of my car.
13. Oh my love
14. Heart of the country.
15. Oh Yoko!
16. Junk.
17. Love.”


-“¡Guau!, ¡Diecisiete canciones!” exclamó Ringo, “A ver… Paul abre, John cierra…, George tiene sus dos canciones…, lo veo bien”
-“Sí, yo también”,
dijo Neill miientras recogía sus cosas.”Nos queda el título y la portada”
-“Ya…, no sé…, lo dejo en tus manos”

Neill se despidió de Ringo y salió del apartamento. No recordaba que el ascensor estaba averiado. Empezó a bajar los siete pisos que tenía por delante. Estaba viendo como la mayor banda de rock de la historia se estaba desmoronando. ”Ellos también van escaleras abajo”, pensó. Una sonrisa asomó en sus labios."¡Eso es!"

“Downstairs” se publicó el 19 de noviembre de 1971. La portada completamente negra sólo llevaba serigrafiado el nombre “The Beatles” seguido de un símbolo de interrogación…


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