"... Heme aquí, estudiando tonterías,
escribiendo estupideces
derivando ene-veces
hasta el fin de mis días.
Esta mujer me puede
no consigo concentrarme
¡nunca para de chillarme!
me vence, me vence y me vence.
Dos horas quedan de clase,
se harán eternas seguro,
por favor... ¡¡quiero cianuro!!
si no tendré que matarme.
¿Por qué tendré que escucharla?
quiero ir a cafetería,
coger un café, una cuchilla,
¡y volver a asesinarla!
En fin, creo que aquí me despido,
no volvere a pensar mal,
intentaré atender más,
me sumiré en el olvido..."
|