CAMPEONES DE LIGA DOS TEMPORADAS CONSECUTIVAS



Equipo de fábula con Ben Barek y Helenio Herrera. Cesáreo Galindez al que la Federación Castellana de Fútbol ha concedido la Medalla al Mérito Deportivo, por sus veinte años en la gestión de los destinos del Atlético de Madrid, incorpora a la Directiva, como Secretario, al abogado madrileño, José María Manzanares. Con el fin de abrir cauces para alcanzar el Titulo de Liga, que en las ultimas temporadas el Atlético acaricia y se le escapa, la Junta Directiva se afana en ponerle cerco nuevamente, en la temporada de 1949-1950, incorpora al entrenador Helenio Herrera, el "Mago H.H." y no da tregua en reforzar el cuadro con efectivos de calidad. En este tiempo entran en la disciplina rojiblanca, el guardameta Ces, Ramón Cobo, hermano del defensa del mismo apellido en los tiempos del Atlético Aviación, el canario José Hernandez, todo pundonor, coraje y entrega, al que la afición atletista le profesa toda simpatía y afecto, llamándole por su bravura "Lobito Hernandez"; el danés Mathienssen, un medio con calidad y fortaleza, el extremo del Alcoyano, Estruch, de fácil regate, rápida internada con buenos centros sobre el arrea y tiro a puerta, con buena puntería; Calsita, habilidoso delantero centro, del Hercules de Alicante, que sabe infiltrarse entre los defensas; Miguel, extremo canario, rapidísimo, ágil, valiente que llegaría a ser un jugador muy estimado en el Club y en la Selección Nacional, y el sueco Carlsson, interior inteligente de fácil desmarque, escurridizo, oportunista de gran calidad técnica, hizo época en el Atlético. Se espera el comienzo del Campeonato de Liga de 1949-1950, con ansiedad, todo se presenta prometedor. Los equipos argentinos del San Lorenzo de Almagro, Racing de Buenos Aires y New Olls Boys se enfrentan al Atlético de Madrid en respectivos partidos amistosos. El primero el 1 de enero de 1950, los azulgranas del San Lorenzo de Almagro empatan a tres tantos con los rojiblancos madrileños. Marcan por el Atlético, Miguel, Duran y Juncosa. El 8 de enero, el Racing de Buenos Aires gana al Atlético por dos a uno, el gol colchonero obra de Carlsson. La primera vuelta no responde totalmente a las expectativas, después vendría un autentico reguero de triunfos. Cabe recordar el partido de Liga jugado de poder a poder entre el Atlético de Madrid y el Atlético de Bilbao, el 29 de enero de 1950, en el Estadio Metropolitano que termina con empate a seis goles, partido inolvidable. Los Leones de San Mamés con una delantera conjuntada, rápida y peligrosa formada por cinco internacionales dieron enseguida una emocionante sensación de profundidad en el ataque. A los cuatro minutos de juego en una combinación perfecta entre Panizo y Gainza, este se interna, desborda a Mencia y cruza el balón. ¡Gol! Pese a tan temprano resultado adverso, los atléticos madrileños no se amilanan y juegan con sensorio, empaque y sobre todo con serenidad. El madrugador gol vasco rápidamente tiene réplica. Comenzó a funcionar lo que los técnicos llaman "Cuadrado Mágico" que es la hilacion de juego entre los medios, Silva y Hernandez y los interiores, Ben Barek y Carlsson. A los siete minutos de partido arranca Carlsson y remata a gol. Areta trata de atajar el balón, pero solo logra empujarlo hasta el fondo de la red. Los rojiblancos madrileños realizan gran fútbol y llega el desempate a los quince minutos de juego con un golazo de Ben Barek, quien tira fuerte desde fuera del área. Se sucede el juego de clase con combinaciones de calidad, además de poner en el empeño ardor, combatividad y coraje. Producto de esa entrega extraordinaria, Gainza marca dos goles mas, Zarra uno e Iriondo dos por los de San Mames y Ben Barek de penalti otro. De manera que faltando ocho minutos para el final, el Atlético de Bilbao gana por seis goles a tres. El Atlético de Madrid que puede ganar no tiene suerte, se lesiona Lozano en el tobillo izquierdo y ha de jugar parte del encuentro de figura decorativa. Entonces no se sustituían jugadores. El arbitro santanderino Gracia Fernández por prestidigitación, saca fuera del área una falta que había sido dentro, cuando Nado zancadillea a Estruch. En vez de decretar penalti decide que fuera golpe franco, ¡Estos árbitros! Los colchoneros de Madrid logran tres goles en los últimos siete minutos. Calsita marca uno y Lozano el gol que se llamaba del cojo, por realizarlo el jugador lesionado que se coloca de extremo para hacer bulto y estorbar. El empate definitivo llega en el ultimo minuto, con todo el conjunto madrileño al ataque, Mencia saca una falta al borde del arrea y Alfonso Aparicio, siempre el gran Aparicio, cabecea el balón hasta la red. Entusiasmo indescriptible en los graderíos con agitación espontanea de pañuelos de la hinchada rojiblanca en señal de jubilo, en la grada lateral de su feudo de los Cuatro Caminos. Los atléticos en un desesperado esfuerzo final habían alcanzado el empate a seis. Los dos atléticos se repartían en total doce goles y caso curioso, ninguno de los jugadores salía contento porque todos pensaban en haber podido ganar. Los aficionados sí salieron contentos y rebosantes de entusiasmo, los entrenadores por su parte enjuiciaron el encuentro. Iraragorri manifestó que la línea defensiva de su equipo había jugado mal, mientras que la delantera había podido meter ocho goles. Helenio Herrera decía que sus jugadores habían dado facilidades, pero que luego supieron remontar la diferencia de goles a fuerza de coraje. Helenio Herrera forzado por las lesiones alinea a Domingo; Mencia, Aparicio, Lozano; Silva, Hernandez; Estruch, Ben Barek, Calsita, Carlsson y Juncosa. Los bilbaínos en esta ocasión vistieron camiseta mitad franja azul y mitad franja blanca en vertical y alinearon: a Molinuevo; Areta, Arambarri, Nado; Manolin, Berazaluce; Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza. Como es característico del Atlético de nuestros amores, antes de la victoria final hace sufrir. En la ultima jornada de la Liga en el Metropolitano, 23 de abril de 1950, ante el Valencia, el partido se complica para el Atlético con las lesiones de Mujica y Domingo. Gracias a Ben Barek que en una extraordinaria actuación resuelve todo y lo rubrica marcando el gol decisivo para el resultado definitivo de un potente tiro por la escuadra al sacar un penalti y concretar el empate a cuatro tantos, que daba el titulo de Campeón al cuadro rojiblanco, formado por Domingo (Perez Zabala); Mencia, Lozano, Farias; Hernandez, Mujica; Juncosa, Ben Barek, Silva, Carlsson y Escudero. El Valencia alinea a Perez; Asensi, Monzon, Diaz; Santacatalina, Puchades; Gago, Fuertes, Igoa, Pasieguito y Segui. La consecución del Campeonato Nacional de Liga supone el arco triunfal por donde vuelve la grandeza al Club rojiblanco, de Madrid. El campeón, Atlético de Madrid suma 33 ptos, a continuación del Real Club Deportivo de la Coruña (32), Valencia Club de Fútbol (31), Real Madrid (31), F.C. Barcelona (29), Atlético de Bilbao (29), Real Club Celta (28), Real Sociedad de San Sebastián (27), Real Valladolid (25), Real Club Deportivo Español (22), Málaga (21), Gimnástico de Tarragona (16) y Real Oviedo (15). Después del aliron "¡el Atleti Campeón!", los rojiblancos eliminan de la Copa al C.D. Málaga y quedan eliminados por el Real Madrid. El club colchonero redondea con acierto la temporada, al adquirir en propiedad, el 15 de abril de 1950, el Estadio Metropolitano. El Atlético de Madrid, abona once millones ochocientas mil pesetas por la compra, que significa para el Club rojiblanco consolidar su patrimonio. Con reflexión y serenidad se reconoce la acertada gestión de Cesáreo Galindez en la Presidencia del Atlético, respaldada por títulos y positivas operaciones financieras, que ponen el pabellón rojiblanco muy alto. Como consecuencia de estos aciertos se posponen las elecciones que habrían de celebrarse para nuevo Presidente, por acuerdo ratificado por todos. Completan la Junta Directiva, Del Valle, José María Manzanares, Luis Benitez de Lugo, Marques de la Florida, Arechavala, Ernesto Cotorruelo, José Luis Costa, Ramón Fernández, Laffita, Diaz Carmena y Magro. De gerente se nombra a Manuel Morales. El Atlético de Madrid disputa en La Coruña el Trofeo Teresa Herrera, el 4 de junio de 1950, frente al Lazio. Vence el conjunto italiano, por tres a uno. Por encontrarse lesionados varios jugadores rojiblancos, reforzaron al Atlético Babot y Lesmes II del Real Valladolid y Cesar del Fútbol Club Barcelona. Como Campeón de Liga de España, el Atlético de Madrid participa en el Torneo Internacional, Copa Latina, que se disputa en Lisboa, entre el Benfica, Campeón de Portugal; Girondins, Campeón de Francia y el Lazio, Campeón de Italia. El 10 de junio de 1950, Girondins 4; Atlético de Madrid 2. El Atlético de Madrid juega para dilucidar el tercer puesto del torneo con el Lazio, el 11 de junio, y vence por dos goles a uno. El jugador de la Real Sociedad de San Sebastián, José Luis Perez Paya, con ficha de "amateur" o aficionado, como se traduce en el idioma español, recibe una propuesta del Atlético de Madrid, que acepta y causa alta en el Club para la temporada de 1950-1951. También se incorporan, el guardameta Dauder del Gimnástico de Tarragona, el gallego Polo y el mallorquín Mascaro. Sin extravagancias de ningún genero, se puede decir que Helenio Herrera consigue el equipo fabuloso del Atlético de Madrid, por su juego triangulado de pases, lleno de encantos balompedicos, en perfecto engranaje con ambición convencida de triunfo, en la cumbre del deleite. Este tiempo representa la época dorada del Club que tanto prestigio le ha dado. El equipo que convirtió la realidad en un mito, solía estar, compuesto por: Domingo; Riera, Aparicio, Lozano; Silva, Mujica; Juncosa, Ben Barek, Perez Paya, Carlsson y Escudero, mas Mencia, Hernandez, Estruch, Dauder, Tinte, Farias, Polo y Mascaro. El Trofeo María Eva Duarte de Perón creado para que lo disputen el Campeón de Liga y el Campeón de Copa, enfrenta en su primera edición al Atlético de Madrid y al Atlético de Bilbao. En el Estadio Bernabeu, el 12 de octubre de 1950, ambos conjuntos ofrecen un gran espectáculo futbolístico por lo competido del juego, con un festival de goles que termina con empate a cinco tantos. El primero de noviembre siguiente se celebra el desempate en el mismo escenario, en esta ocasión, los bilbaínos ganan por dos a cero y se adjudican la Copa de Campeones, antecedente de lo que después se denominaría Supercopa. Esta temporada el Atlético de Madrid realiza otro gran partido en el que quedan grabados en el recuerdo por la extraordinaria exhibición de juego realizada y las circunstancias que concurrieron para tal motivación. Para designar a los componentes del equipo nacional la Federación había encomendado a un pretencioso trío seleccionador, formado por el deportista bilbaíno Izeta, el exjugador del Real Madrid, Felix Quesada y el antiguo jugador del F.C. Barcelona, Paulino Alcantara. En la idea de hacer un conjunto por bloques, que no es mala idea, para el partido que la Selección española había de jugar contra Suiza, el 18 de febrero de 1951, en el Estadio Santiago Bernabeu, preseleccionan a siete jugadores del Real Valladolid, Lesmes I, Babot, Lesmes II, Ortega, Lasala, Coque y Aldecoa, o sea el bloque defensivo y del centro del campo, con dos defensas, dos medios y dos interiores. El Club pucelano venia haciendo una buena campaña. Contra estas designaciones esta el olvido cometido con el Atlético de Madrid, Campeón de Liga y con juego sin igual, como dice el himno rojiblanco, pues solo convocan de la plantilla a Alfonso Silva. Después de conocida la lista de preseleccionados, coincide la coyuntura propicia de corresponder al Real Valladolid jugar en Madrid, el 21 de enero de 1951, frente al Atlético de Madrid. Los flamantes preseleccionados se presentan a examen ante la afición matritense, entre la que se encuentra la rojiblanca decepcionada por el olvido o despecho del trío seleccionador hacia sus jugadores. Los aficionados se preguntan si en un equipo como el rojiblanco, que borda el fútbol, no hay mas de un jugador con méritos suficientes para integrar la Selección Nacional. Este encono también embarga el animo de los jugadores del Atlético que heridos en su amor propio, quieren dar respuesta a los seleccionadores y durante el partido les resulto una jugada redonda. Se puso en marcha la maquina de hacer fútbol del conjunto de fábula, que poseía el Atlético de Madrid y en un alarde de juego asombroso, aplasto al Real Valladolid por siete goles a cero, uno por cada preseleccionado. El equipo blanquivioleta no existió, borrado por el Atlético, que en el segundo tiempo, tuvo que actuar con sólo diez jugadores por lesión de Juncosa, quien después de marcar tres goles, resulto con fractura del peroné en una entrada del defensa Mariscal, teniendo que ser atendido urgentemente por el doctor Garaizabal. Hubo unanimidad en todos los comentarios, los mismos jugadores vallisoletanos reconocieron, que nunca habían visto un equipo como el Atlético de esa tarde. Su entrenador Juan Antonio Ipina corroboro lo dicho, añadiendo: "Ha sido un partido memorable del Atlético de Madrid, con eso queda todo explicado". El asturiano Fombona arbitro del encuentro, manifestó, que hacia tiempo que no veía un fútbol tan bueno. Por su parte el entrenador rojiblanco, Helenio Herrera, significo que "no se puede dominar más a un equipo" y agrego que, "el Atlético salió con ganas de demostrar la precipitación de los seleccionadores". Las alineaciones en aquella jornada de alarde futbolístico del Atlético de Madrid fueron, por los rojiblancos: Domingo; Mencia, Aparico, Lozano; Silva, Hernandez; Juncosa, Ben Barek, Perez Paya, Carlsson y Escudero. Por el Real Valladolid: Saso; Lesmes I, Babot, Mariscal; Ortega, Lasala; Clemades, Coque, Mora, Aldecoa y Pepin. Del trío seleccionador, solo Felix Quesada acudió esa tarde al Estadio Metropolitano. Es obvio decir que en cuanto el arbitro pitó el final del partido hizo mutis por el foro, para no verse en la azarosa situación de hacer declaraciones y tener que confesar su chasco. El partido contra Suiza lo gano la Selección Española, por seis a tres, que se alineo con, Eizaguirre; Mencia, Antunez, Nando; Silva (Cesar), Puchades; Basora, Muñoz, Zarra, Molowny y Gainza. Prevalece el sensacional juego de conjunto rojiblanco dirigido técnicamente por Helenio Herrera y en la ultima jornada de Liga el azar depara el desenlace del campeonato con gran emoción. En el Campo sevillista de Nervion, los propietarios del terreno segundos clasificados, reciben, el 22 de abril de 1951, al primero en la clasificación, el Atlético de Madrid, que le basta el empate para proclamarse Campeón. Emocionante encuentro en el que comienza marcando primero el Sevilla por medio de su interior Domenech. En formidable jugada, Perez Paya establece el empate a uno, que será el resultado definitivo. En otro lance del juego el extremo sevillista Ayala se interna y el balón sale de la raya. El arbitro Ramón Azon, por indicación del juez de línea, anula la jugada en la que el sevillista había centrado y Araujo rematado consiguiendo un gol. Se arma la protesta airada de jugadores y publico. Cuando el Atlético, Campeón, sale para Madrid apedrean el autocar los exaltados seguidores del equipo sevillano resultando el rojiblanco Estruch descalabrado. En este partido jugaron por el Sevilla: Bustos; Guillamon, Antunez, Campanal; A1conero, Enrique; Onoro, Arza, Araujo, Domenech y Ayala. Por el Atlético de Madrid: Domingo; Tinte, Aparicio, Lozano; Silva, Mujica; Estruch, Ben Barek, Perez Paya, Carlsson y Escudero. Lo hecho en la campaña liguera de 1950-1951, copada de repiqueteos gloriosos hace brotar lagrimas de emoción y entusiasmo a los seguidores rojiblancos. La Liga 1950-1951, al final arroja este resultado: Campeón Atlético de Madrid con 40 puntos, Sevilla C.F. (38), Valencia C.F. (37), F.C. Barcelona (35), Real Sociedad (35), Real Valladolid (33), Atlético de Bilbao (33), Real Club Celta (33), Real Madrid (31), Racing de Santander Deportivo Español (30), Málaga (29), Real Murcia (19), Alcoyano (14) y Lérida (13). En la Copa, el Atlético pasa los octavos de final dejando fuera al Real Valladolid y en la próxima ronda, cuartos de final, tropieza con el Real Madrid. De esta manera el equipo merengue se saca la espina de las dos derrotas que esta temporada, en la Liga le ha infringido el Atlético, por seis a tres en Chamartín y por cuatro goles a cero, en el Metropolitano. El 15 de mayo de 1951, el Sao Paulo de Brasil, se enfrenta al Atlético en el Metropolitano ganando por cuatro a tres. El partido patrocinado por la Asociación de la Prensa de Madrid se anuncia con grandes titulares: "Match internacional"; "La diagonal brasileña frente a la W-M de los Campeones rojiblancos". La diagonal era el sistema táctico de juego que practicaban los brasileños basado en una variación del llamado sistema de pares, cargando el juego hacia el extremo izquierdo. El equipo ingles Hull City visita el Metropolitano, el 24 de mayo, el Atlético le propina un cuatro a cero, en partido amistoso. El Atlético de Madrid recibe, en mayo de 1951, el Trofeo Martini-Rossi que premia la mayor diferencia entre goles a favor y goles en contra al término de la Liga. La segunda edición de la Copa Latina se juega en la ciudad de Milán, participan el Atlético de Madrid, Campeón de Liga de España, el Milán, Campeón de Italia, Sporting de Lisboa, Campeón de Portugal y el Lille, Campeón de Francia. Al Atlético de Madrid le toca enfrentarse al Milán, que seria el Campeón, el 20 de junio de 1951, pierde por cuatro a uno. Después en partido para el tercer puesto, el 24 de junio, el Atlético vence al Sporting de Lisboa, por tres goles a uno.

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