Campeón de la Supercopa en disputa con el F.C. Barcelona, el conjunto colchonero demuestra que tiene potencial para obligarse a cualquier empeño grande. El 9 de octubre, en Madrid, el Atlético vence por tres a uno, al F.C. Barcelona y en el Camp Nou, el 30 de octubre, el marcador favorece a los azulgranas por uno a cero, pero resultado insuficiente. Por el Atlético de Madrid jugaron Mejias; Julio Prieto, Ruiz, Arteche, Tomas; Landaburu, Quique Setien (Clemente), Marina, Enrique Ramos; Cabrera, Da Silva (Rubio). Por el F.C. Barcelona, Urruti, Manolo, Moratalla, Alexanco (Fradera), Julio Alberto; Víctor, Schuster, Marcos, Carrasco; Archibald, Amarilla (Pichi Alonso). No todo fueron parabienes para el Atlético, en este partido. Cuando los rojiblancos se retiraron al vestuario se encontraron con la puerta forzada, alguien había obligado la cerradura y "limpio" todas las pertenencias de jugadores y auxiliares. Poco recorrido tiene el "Atleti" en la Copa, elimina al Racing de Santander y en cuartos de final cae ante el F.C. Barcelona. El 12 de febrero de 1986, en el Estadio del Manzanares, 2 a 1 a favor de los azulgranas y en el Camp Nou, el día 26, empate a cero. En la Recopa Europea, el Atlético de Madrid pone todas sus ilusiones y lucha a fondo para abrirse paso. En cada envite, la andadura rojiblanca se sostiene hasta la final y suscita el mayor interés. En dieciseisavos de final en el Estadio del Manzanares, el 17 de septiembre de 1985, el Celtic de Glasgow bien cerrado atrás empata a uno con el Atlético de Madrid y el 2 de octubre en terreno escocés ganan los rojiblancos por dos goles a uno. Se da la circunstancia de que el encuentro se celebra a puerta cerrada por estar clausurado el Estadio del Celtic por dos partidos, sanción provocada por los incidentes en la eliminatoria con el Rapid de Viena el año anterior. En octavos de final, el Atleti juega frente al Bangor, el 23 de octubre en el condado de Carnavon, País de Gales. Es evidente la superioridad rojiblanca ante un rival combativo materializada en el marcador por dos a cero, goles de Da Silva y Quique Setien. En Madrid, el 6 de noviembre solucionada la eliminatoria gana cómodamente el equipo rojiblanco por uno a cero, esta vez no hay ambición goleadora. La siguiente ronda, cuartos de final tiene su anécdota por las artimañas que se les ocurren a algunos directivos y técnicos para ganar de cualquier modo. El 5 de marzo de 1986, en Belgrado, el Atlético de Madrid tiene que soportar un ambiente explosivo. Publico muy exaltado y los jugadores del Estrella Roja provocando la guerra de nervios. En el calentamiento salen al terreno de juego y se colocan en la misma zona donde se ejercitan los jugadores del Atleti. Con los dos guardametas debajo de la misma portería, los jugadores yugoslavos mas que entrenar a su portero lanzan cañonazos contra Fillol, hasta que pronto se organiza el altercado con empujones y salivazos. Luis Aragonés corta el trance retirando a los jugadores del Atlético al vestuario. El mal estilo de los integrantes del Estrella Roja, en vez de poner nerviosos a los jugadores madrileños les estimula, salen motivados, hacen un partido sincronizado en defensa y ataque para terminar venciendo por dos a cero, goles de Da Silva. En el Estadio del Manzanares el 19 de marzo, las lesiones de Quique Setien y de Marina rompen el armazón del conjunto rojiblanco, decae el juego y el encuentro termina con empate a uno. Los de Belgrado ven estrelladas sus ilusiones, sus malas artes no les han servido para nada. En semifinal el Atlético de Madrid ha de salvar al Bayern 05 Uerdingen. En el Estadio del Manzanares, el 2 de abril, el equipo alemán cae por uno a cero mínima diferencia que mantiene la incógnita de la eliminatoria para el partido de vuelta. El 16 de abril, en la localidad alemana de Krefeld, distrito de Dusseldorf, bajo un ruido ensordecedor de trompetas de los hinchas locales, los jugadores del Bayern 05 Uerdingen acorralan a los rojiblancos en el área, bombean constantemente balones que achican de manera espartana Ruiz y Arteche. En una escapada de los rojiblancos hacen penalty a Rubio, lo lanza este y marca gol, que supone un respiro de alivio para el Atlético. El partido entra en una fase de contragolpe colchonero que sacude el acoso germano y termina con el tanteador tres a dos a favor del Atleti. Las cosas difíciles son las mas hermosas. Tan trabajada victoria, proclama finalista al equipo madrileño.