En el Estadio Gerlnd, de Lyon, el 2 de mayo de 1986, Atlético de Madrid y Dynamo de Kiev juegan la final de la Recopa. A la ciudad francesa que riega el Rodano y el Garona se desplazan quince mil seguidores rojiblancos que se dejan notar en el graderío agitando bufandas y tremolando banderas con la ilusión de ver Campeón a su Atlético, que ha realizado un gran torneo copero. En el equipo ucraniano forman nueve jugadores de la Selección Nacional de la U.R.S.S., que mes y medio después entusiasmaran por su juego en el Campeonato Mundial de Fútbol, de Mejico-1986. Su entrenador Valeri Labanovski, es también el Seleccionador Nacional soviético. Juegan al primer toque con fútbol posicional perfecto, sin forzar la maquina. A los cuatro minutos de partido Zamarov logra el primer gol, los jugadores madrileños intimidados, nerviosos, parecen estar agarrotados. "! Este no es mi Atleti, que me lo han cambiado!", se dice la hinchada rojiblanca, alucinada por el juego de los ucranianos y desolada por la actuación colchonera. El gran extremo izquierdo Blokhin marca el segundo gol, a los ochenta y cinco minutos y Evtushenko, en el ochenta y ocho, el tercero. El triunfo del Dynamo de Kiev, grandioso equipo, es incuestionable. El Atlético de Madrid, Subcampeon de la Recopa europea de 1986, alineo a Fillol; Tomas, Ruiz, Arteche, Clemente; Julio Prieto, Landaburu (Setien), Marina, Quique; Cabrera y Da Silva. El buen rumbo deportivo de la nave atlética se ve amenazado por la galerna financiera. Vicente Calderón se encuentra abrumado por las circunstancias en que se ve el Atlético y por su resquebrajada salud, debido a una dolencia de garganta, que le. tratan clínicamente facultativos, en los Estados Unidos de Norteamérica. El Presidente decide incorporar a la directiva rojiblanca a Jesús Gil y Gil, arquetipo del hombre de acción, espíritu encendido, ardiente, envidia de la llama, poco conocido en los ambientes futbolisticos. El nuevo directivo propone construir una ciudad deportiva para utilización del socio rojiblanco y al mismo tiempo para estimulo financiero del Club, con pingues beneficios económicos. La gente, la masa rojiblanca, quiere una revolución que corrija rumbos inciertos. En la Junta Directiva aparecen fisuras, a algunos no les agrada la presencia de Jesús Gil y Gil, sospechan que poco a poco acabara tomando el mando y les anulara. Cada día es mas notorio el ambiente hostil y de enfrentamiento hasta que explota, como una bomba de espoleta retardada, a consecuencia de una emisión de pagares del Atlético de Madrid que se quiere sacar al publico a través del Banco de la Pequeña y Mediana Empresa, emisión que un juez desautoriza. Además hay otras connotaciones. Jesús Gil y Gil acusa severamente de todo esto a la Junta, en la que Javier Castedo, comanda a un grupo de directivos. Vicente Calderón acepta la dimisión de Jesús Gil. Este comienza a actuar según le dicta su libre albedrío para encontrar soluciones a los males que aquejan al Club y ponen en peligro su estabilidad. Jesús Gil y Gil, soriano del Burgo de Osma, viejo solar caballeresco en que es cada sillar un romance y cada capitel un timbre de hidalguia, promete un orden nuevo. El proyecto Gil empieza a hacer impacto en la masa rojiblanca, cada día mas desmotivada y cansada. El Atleti vive una etapa triste, Calderón ha perdido ruta y sendero, como el arriero, se le ve abatido y su Junta Directiva no le soluciona nada. El guardameta Pato Fillol, termina su contrato y regresa a la Argentina. En este maremagnum colchonero, Víctor Martínez, secretario técnico, se esfuerza en atender al equipo lo mejor posible, a pesar de la penuria económica. Ficha al guardameta donostiarra Elduayen, al defensa Rodolfo, del Real Club Celta, Uralde delantero centro de la Real Sociedad, de San Sebastián, a Julio Salinas del Athletic de Bilbao y respesca a Francisco Llorente Gento del Leganés. El Atlético es acusado, por los demás Clubes, de haber roto el pacto de caballeros sobre el derecho de retención, por los fichajes de Elduayen, Uralde y Julio Salinas. El Atlético de Madrid vuelve a participar en el Trofeo Teresa Herrera. En el Estadio de Riazor, en la Coruña, el 9 de agosto de 1986, tiene como rival al Santos de Brasil al que vence por un gol a cero. El día 10, en la Final derrota por tres a uno al Real Madrid. El gol madridista obra de Butragueño y los rojiblancos de Quique Setien, Julio Prieto y Julio Salinas. El Atleti gana el importante Trofeo. En vísperas de comenzar la temporada de 1986-1987, el entrenador Luis Aragonés sufre una gran depresión que le obliga a abandonar el equipo cuando estaba concentrado en la preparación de la temporada en Segovia. El Trofeo Villa de Madrid se disputa, el 21 de agosto de 1986, con la formula de partido único, lo conquista el Atlético de Madrid al vencer al Flamengo por tres a dos, goles marcados por Landaburu (2) y Da Silva los rojiblancos y Vinicius por los brasileños.