Gracia y armonía de movimiento envuelve la acción futbolistica de Antonio Muñoz "Toni", cordobés destemple valeroso. Hecho futbolisticamente en el Atlético Madrileño, inagotable cantera rojiblanca, como el aroma, emana invisible de la masa de pétalos, exhala el, su trasluz andaluz, su gracia sometida, su "aire" y su "ángel", y su "aquel" que solo dan el oreo de las salidas por donde bulle el manantial del cante y baile hondos. Porque ya es mérito vivir vida deportiva con espolvoreo de poesía andaluza. Toni sutil, sabio, infatigable en su acción perseverante, estallido de fuego, es el hallazgo feliz del Atlético de Madrid que encierra fútbol condensado, capaz de las mayores hazañas. Perfecto en su hacer al tener ante si el balón, cuerpo móvil, fluyente como el agua en cada fuente, apura cuanto puede el estilo, trabaja para el equipo en inagotables desplazamientos, agotadores, a veces, e inabarcables. El estilo de Toni, delicia cálida de juego, le ha llevado a cumplir su guardia entre los mas destacados en la Selección Nacional. Supera a todos en intensidad y gigantesco simbolismo. Significa una modernización del defensa lateral, eliminando el estatismo en la zona, cuidándose con fineza de defender y de pasar balones, matiz este de forma cuidada, en una palabra: ¡ Arte! Una maravilla, la técnica de este joven futbolista. El fútbol le asienta en uno de los tronos de la popularidad. Sus aciertos buscando el avance por los "Ocarriles" con alas gráciles, incita un noveno sentido, en ese asalto al área contraria, un don que no todos los "carrileros" poseen, aparente facilidad, soberbia en sus resultados. Su severo estilismo desarrollado con imaginación, agilidad, flexibilidad y velocidad matiza la fisonomía de su juego. En síntesis, Toni aporta un estilo. Ese estilo marca la diferencia. Juega, piensa, crea, conforme a un código muy personal. Toni impone un estilo futbolistico, hijo de la imaginación.